24/07/2017, 11:41
(Última modificación: 29/07/2017, 03:04 por Amedama Daruu.)
Los muchachos abandonaron el Dame-ramen con toda la presteza que pudieron exhibir mientras la muchacha que les había apaleado seguía discutiendo allá en la mesa con su madre. Cuando ambos estuvieron fuera, Daruu suspiró y apoyó las manos encima de las rodillas en señal de alivio.
—Vaya, hipótesis confirmada —dijo—. Parece que quería participar en el Torneo pero no le dejaban. Desde luego, capaz de haberse coronado ganadora.
«O es que nosotros somos muy débiles... ¿Y si...?»
—Daigo, me asusta la idea de que seamos tan débiles que no pasemos de la primera ronda, así que esforcémonos al máximo —sugirió—. ¡Entrenémonos y quizás podamos combatir en la final! ¡Sería épico!
Le puso el puño delante para que lo chocase con el suyo, como antes.
—Bueno, se está haciendo tarde y creo que nos han dado muchos palos por hoy —dijo después—. ¿Qué te parece si lo dejamos por ahora? Tengo ganas de echarme una buena, buena siesta. De doce horas.
—Vaya, hipótesis confirmada —dijo—. Parece que quería participar en el Torneo pero no le dejaban. Desde luego, capaz de haberse coronado ganadora.
«O es que nosotros somos muy débiles... ¿Y si...?»
—Daigo, me asusta la idea de que seamos tan débiles que no pasemos de la primera ronda, así que esforcémonos al máximo —sugirió—. ¡Entrenémonos y quizás podamos combatir en la final! ¡Sería épico!
Le puso el puño delante para que lo chocase con el suyo, como antes.
—Bueno, se está haciendo tarde y creo que nos han dado muchos palos por hoy —dijo después—. ¿Qué te parece si lo dejamos por ahora? Tengo ganas de echarme una buena, buena siesta. De doce horas.