— Pero tengo entendido que nunca ha atacado a civiles, y que incluso a los criminales que ha cazado, no los ha matado ¿Porqué cambio y mato a esa persona, y a plena luz del día?

— Eso se lo han dicho los guardias, ¿verdad? — suspiró — Claro. Siempre encontraban algo sobre la victima. Tal vez debía dinero a algún comercio o le buscaban por una bronca de taberna. ¿Justifica eso que le den una paliza tal que no pueda ni levantarse? Se supone que la ley es justa.

Poco a poco, el semblante serio y neutro de la chica iba deshaciendose a medida que se involucraba más y más en ese tema tan espinoso. Parecía realmente afectada por todo lo que estaba sucediendo.

— ¿Sabes algo de la persona a la que mató?

— No es cliente del local. — contestó como si eso zanjase el tema.

— Bueno... — Dudo sobre que responder, llevando una mano al mentón y midiendo sus palabras. Aunque realmente acabaría hablando con total sinceridad. — Creo que tienes razón, tampoco se sabe que es lo que empujó a esa persona a cometer esos actos supongo...

Y posteriormente, lo deslizó sobre su boca, mientras intentaba pensar un poco más sobre el tema, queriendo buscarle los setenta y siete pies al gato y alguno más si hacia falta.

— De eso se ocuparían las autoridades locales y otros de juzgar a la gente por sus actos — añadió, un poco confusa.

Viendo la reacción de bobalicona de la kunoichi, la mujer se volvió a calmar, adoptando su actitud serena y neutra, aunque ahora un poco más agresiva que antes.

— Las autoridades locales no estaban esforzandose precisamente por encontrar al asaltante, por lo menos hasta que mataron a aquel pobre hombre. Les avisamos de que era un peligro. Mi pobre señora está traumatizada y ellos dandole rienda suelta a un lunatico.

No pudo mantener su fachada y miró triste el mostrador.

El gesto de la amejin se torció un poco en forma de preocupación ¿tan peligroso era aquella persona? A Ren seguía sin encajarle que fuera la misma persona el que atacaba por las noches y el que asesino a aquella persona a plena luz del día.

— ¿H-Ha ocurrido algo con su jefa y ese vigilante? ¿La ha amenazado o algo por el estilo? — pregunto nuevamente.

Al menos estaba receptiva a la hora de darle conversación. Si seguía así, puede que pudiera sacar algo. Y siendo un local de restauración en primera estancia, aparentemente, tal vez hubiera escuchado algo de más que pudiera serle útil a Ren.

— ¿H-Ha ocurrido algo con su jefa y ese vigilante? ¿La ha amenazado o algo por el estilo?

La chica parpadeó un par de veces preguntandose si era tan tonta como hacia parecer. Aún era joven, a lo mejor era cosa de la edad, sin embargo, no dejaba de ser una kunoichi, así que la trató con el máximo respeto que podía en ese momento.

— Bueno, le dio una paliza a un acompañante suyo sin motivo. ¿Quien se puede sentir segura después de eso? Nadie puede asegurar que no vaya a por ella ahora que se ha vuelto loco. Es una testigo de otro de sus crimenes.

Volvió a recuperar su temple, hablando con seriedad y compostura, parecía habersele pasado el golpe emocional y haber recobrado la tranquilidad.

— Bueno, le dio una paliza a un acompañante suyo sin motivo. ¿Quien se puede sentir segura después de eso? Nadie puede asegurar que no vaya a por ella ahora que se ha vuelto loco. Es una testigo de otro de sus crímenes.

Aunque Ren le preguntara por aquella persona ¿Qué sacaría en claro? Si tenia suerte y accedía a indicarle donde estaba, seguramente esta también le diría que el Vigilante Nocturno era una persona peligrosa, que había atacado a gente inocente y poco más. La chica suspiró, dejandose caer un poco en el asiento, y cruzando las manos encima de su estomago con una expresión de derrota.

— ¿Y algún rumor o algo que se haya corrido por el local sobre el Vigilante? Quien podría ser, donde podría estar su guarida...

Esperaba tener un poco de suerte y poder tener alguna idea sobre la que seguir investigando. O aquella noche la acabaría pasando a la intemperie.

— ¿Y algún rumor o algo que se haya corrido por el local sobre el Vigilante? Quien podría ser, donde podría estar su guarida...

— Los que más se escuchan es que es un vampiro, que vive en la luna y que es ciego y se guia por los sonidos, como un murcielago. El que menos se oye es que no es más que un mercenario contratado por alguna banda de criminales para encargarse de los que les deben dinero.

Bajó la voz para decir la última parte pero tampoco parecía muy preocupada de que le escuchasen.

— ¿Q-Que es un qué?... — respondió entrecerrando los ojos incredula.

La segunda parte sonaba más realista desde lejos. Aunque había gente que era capaz de manipular el agua a su antojo hasta el punto de convertir su cuerpo en liquido. La sangre no debería ser muy diferente. ¿Y si ella fuera un vampiro? Pero no podría volver a tomar ajos en la vida, con el buen gusto que le daba a todas las comidas. A lo mejor simplemente eran alérgicos y le dolería un poco la barriga o tendría gases. Ella levaría una gran capa negra y roja, con algún vestido de epoca extraño o algo así. Definitivamente sonaba increíble en su cabeza.

— Bueno... Gracias por todo, no ha sido muy útil todo esto, pero lo tendré en cuenta si consigo toparme con él — respondió añadiendo una leve reverencia, para posteriormente alejarse poco a poco.

¿Y ahora qué? Seguía sin saber mucho más de lo que ya le habían comentado los guardias o lo que indicaba el rollo con su misión. En cualquier caso, seguía sin tener ningún conocimiento del muerto, y los guardias seguramente habían sido quienes se ocuparon de él, por lo que volver con ellos sería su próximo objetivo mientras vagaba por las calles.

Ren tardaría un rato en volver a la puerta del castillo donde había hablado con los guardias. Sin embargo, hacía varias horas que había hablado con ellos, así que cuando volvió, ya no estaban los mismos hombres con los que había hablado anteriormente. En su lugar, había una chica bajita y castaña que estaba mirando a todos lados con avida atención y un hombre barbudo que parecía mirar al frente más solemne que atento.

El Sol hacia poco que se había ocultado por el horizonte, así que esta debía ser la guardia de la noche. La chica la vio poco después de que doblase la esquina y centró su atención en ella de inmediato. Su mirada era especialmente intensa, como si intentase leerle la mente solo son sus ojos.

Para desgracia de la morena, la noche abrazó el extenso territorio de Shinogi-To y cuando volvió al cercano punto de partida, los guardias que estaban apostados allí eran diferentes a los del medio día. Una de estas personas era una chica que no le quitó ojo de encima desde que entró en su rango de visión, cosa que le resulto algo incomodo y decidió seguir avanzando hasta llegar al más cercano.

— Perdón, tal vez tus compañeros ya te han avisado. Soy la kunoichi que han designado para investigar sobre el asesinato que cometió el Vigilante Nocturno — quería atajar las preguntas lo antes posible, pues si ahora se movían en su horario de acción, la idea de vigilar algunas zonas para intentar cazarle le sería complicado. — Estuve buscando algo de información sobre una lista que me ofrecieron los otros guardias, aunque no he sacado mucha información en claro.

Antes de que Ren se acercase, la castaña se adelantó. Prácticamente corrió hacia ella cuando la vio dirigirse a ellos en concreto. Se detuvo a un par de metros de donde estaba su compañero y le hizo una seña a Ren para que hiciese lo mismo.

— Señorita, se dirige usted a los guardias de Shinogi-To. Por favor, exponga su problema y veremos si podemos ayudarla. — estaba firme y en posición, sería y decidida, como una buena guardia.

Fue entonces cuando Ren les explicó su cometido y su situación actual. Entonces la chica se relajó notablemente al comprobar que Ren era una de los suyos, una kunoichi de tomo y lomo.

— Ah, eres tú. ¡Qué suertuda eres! Yo también quería salir a combatir al Dragón Nocturno. Pero no, 'Koko, es tu turno de guardia' 'No, no vamos a cambiar los turnos porque quieras salir a buscar a un maleante, ya han mandado una genin a hacerlo' 'Tampoco vamos a darte un segundo postre para el disgusto' — habló en otro tono más serio del que estaba utilizando. — ¿Cómo vas? ¿Has descubierto donde guarda la colección de katanas ensangrentadas? Dicen que guarda cada una con la que hiere a un enemigo para después hacer rituales con ellas.

Mientras tanto, el otro guardia solo se había volteado para mirarlas en silencio sin hacer ningún tipo de gesticulación ni intervención.

La chica era bastante bajita y sus cabellos eran ligeramente claros, lo que la acompañaba de una animada personalidad en primera instancia. Aquello no pudo sino formar una pequeña sonrisa en los labios de la morena, al sentir una especie de reminiscencia al verla similar a la chica a la que pertenecía su corazón. No la interrumpió ante sus palabras y ahora no podía evitar mantener una expresión mas animada reflejada tanto en su boca como en sus ojos que ahora estaba algo contenta.

— No mucho la verdad, venía porque quería preguntaros sobre la persona a la asesino. ¿Sabeís si tenía cuentas pendientes con el Vigilante o algo por el estilo? O tal vez si tenía un largo historial delictivo — respondió, desviando la mirada en ocasiones a la otra persona que estaba allí presentes con ella.

— No mucho la verdad, venía porque quería preguntaros sobre la persona a la asesino. ¿Sabeís si tenía cuentas pendientes con el Vigilante o algo por el estilo? O tal vez si tenía un largo historial delictivo —

La chica se vio notablemente decepcionada de no oír nada nuevo del extraño vigilante.

— Vaya, que caqui. Bueno, la victima no tenía relación con el Vigilante, pero claro, es dificil saber eso si no sabes quien es el Vigilante. Pero un cambio de modus operandi tan brusco como ese quiere decir que o se está poniendo más agresivo o bien que alguien ha aprovechado su leyenda para cobrarse su venganza. Sin embargo, los testimonios coinciden con los de los otros casos. La mascara, la vestimenta...

Se llevó una mano al mentón y cerró los ojos, pensando muy fuerte en qué podría estar pasando y donde estaba la pista que le faltaba.

— Vaya, que caqui. Bueno, la victima no tenía relación con el Vigilante, pero claro, es dificil saber eso si no sabes quien es el Vigilante. Pero un cambio de modus operandi tan brusco como ese quiere decir que o se está poniendo más agresivo o bien que alguien ha aprovechado su leyenda para cobrarse su venganza. Sin embargo, los testimonios coinciden con los de los otros casos. La mascara, la vestimenta...

— Justo eso estaba pensando yo. Me parece un poco extraño la verdad — respondió cruzándose de brazos, y bajando ligeramente la cabeza pensativa. — ¿Y sobre quien era la persona que murió? Si realmente se están aprovechando del Vigilante de esta forma, tal vez era alguien que tenía deudas, cuentas pendientes con alguien peligroso o algo por el estilo

Ren sintió que tal vez debería darse un poco de prisa; la noche ya había caído así que la posibilidad de cruzarse con él o intentar cazarlo estaba ahí más que presente. Por lo que si no conseguía nada más en claro, y ya que no tenía ninguna pregunta o duda más, decidiría volver a la ciudad para buscar.

— ¿Y sobre quien era la persona que murió? Si realmente se están aprovechando del Vigilante de esta forma, tal vez era alguien que tenía deudas, cuentas pendientes con alguien peligroso o algo por el estilo

La chica negó con la cabeza.

— No encontramos nada raro, era un mercader normal y corriente. Tenía las cuentas en orden y ni una sola falta a su nombre. O era un hombre inocente y querían inculpar al Vigilante o era alguien malo muy bueno siendo sigiloso.

Parecía que la guardia se había quedado sin fuelle y simplemente se puso a pensar de nuevo.

— ¿Quien podría ser el nuevo enmascarado? ¡Tal vez el señor de la tienda de mascaras! Él tendría acceso a la mascara tengu. ¿A lo mejor el mercader le hacía competencia? — negó con la cabeza — No, una vez me regaló un dulce, no puede ser él.