Ambos guardias corresponderían el saludo a su manera, y sin perder más tiempo Mogura comentaría la razón de su presencia en aquel lugar. La respuesta por parte de la dupla no tardaría en llegar.

—Bien, Manase-san, por favor indíquenos el objetivo de la misión y podrá irse

El médico asintió con un gesto leve de su cabeza y llevó una mano hasta su portaobjetos para tomar el pergamino de la misión, pero sería en ese momento que el ruido de pasos acercándose a toda velocidad captaría tu atención. Retiró la mano de su portaobjetos y se giró hacía el origen de aquel sonido. Solo entonces podría ver de quien se trataba.

¿Qué hacía Yamanaka Reika en aquel lugar?

El chuunin clavó su mirada en la agitada joven, quien no tardaría en dar una muy breve y directa explicación de por qué estaba ahí. Le extendió unos papeles que rápidamente cubrió con su paraguas y seguidamente se apresuró a tomar. Les dedicó una corta mirada, buscando un par de sellos en particular. Todo parecía estar en orden, efectivamente ahora tenía un compañero de misión.

—Recupera el aliento, Yamanaka-san. Seguiremos el camino en un momento.

Despues de decir eso volvería su mirada a los guardias, depositó los papeles en el interior de su sobretodo y tomó el pergamino de la misión. Se lo extendió para que lo viesen.

—Partiremos hasta las cercanías de Shinogi-To. Hay un grupo de genin perdidos en acción y nos envían a encontrarlo.

Los guardias escucharon atentamente la pequeña conversación entre los dos shinobi, pero permanecieron impasibles, como si no les importase lo más mínimo. El hombre seguía ahí, esperando a que Mogura le notificase la razón por la que abandonaba —o en este caso, abandonaban— la aldea.

—Partiremos hasta las cercanías de Shinogi-To. Hay un grupo de genin perdidos en acción y nos envían a encontrarlo.

El guardia miró el contenido del pergamino durante unos cortos segundos, luego miró a su compañera, que volvió a asentir firmemente.

—Bien, Manase-san, Yamanaka-san, mucha suerte con su misión y tengan mucho cuidado —dijo el hombre, retirándose hasta su puesto de nuevo.

Ahora la misión de Mogura y Reika acababa de comenzar oficialmente.

La chica dejó que Mogura, como shinobi de mayor rango, observara la informacion que ella voluntariamente le entregaba mientras recuperaba el aliento. Comenzó por respirar mas pausadamente, mientras los guardias de la puerta y Mogura charlaban, en un momento ya estaba reestabilizando su respiración, pero aun estaba un tanto agitada.

-Ya estoy mejor Manase-san, me recuperare en lo que resta del camino- dijo la kunoichi, luego de que el guardia diera el visto bueno para poder partir fuera de la aldea «Primer misión fuera de estas paredes...» fue el pensamiento de la rubia mientras cruzaba el umbral de la urbe de Amegakure, no sentía miedo, ni estaba nerviosa, tenia un compañero con experiencia y eso le daba algo de confort.

-¿Hace cuanto que haz ascendido Manace-san? ...o bueno creo que deberia llamarte senpai...- dijo Reika cuando ya estaban en marcha...seguramente había sido una prueba muy difícil, no estaba completamente segura de que Mogura es lo suficientemente astuto para lograr pasarlas, no por nada se había ganado su ascenso

—Bien, Manase-san, Yamanaka-san, mucha suerte con su misión y tengan mucho cuidado

Y luego de aquellas palabras, el guardia les daría paso para que pudiesen continuar con su camino.

Mogura asintió con un gesto de su cabeza y guardo los documentos en su lugar. No quería que nada de eso se moje, y de tener que hacerlo, que lo hiciese lo menos posible.

-Ya estoy mejor Manase-san, me recuperare en lo que resta del camino.

Diría la kunoichi y entonces se darían a la tarea de comenzar su camino. Llevarían relativa prisa, no caminarían a paso normal pero tampoco sería una carrera exhaustiva hasta las cercanías del pueblo. La velocidad que un shinobi debería tener en el camino.

-¿Hace cuanto que haz ascendido Manace-san? ...o bueno creo que deberia llamarte senpai...

Consultaría la rubia, preocupándose ademas de como sería más correcto dirigirse hacía su persona.

—Sería válido hacer uso del término senpai, pero esta bien si es Manase-san.

Si tan solo la mitad de la promoción de genin hubiese sido tan atenta a las formas, más de un inconveniente se habría evitado.

—¿Tienes experiencia en este tipo de casos, Yamanaka-san?

Mogura sentía curiosidad por saber que había sido de la kunoichi después de esos meses que pasaron en su primer y único encuentro, a lo mejor se habría vuelto una kunoichi especializada en aquella clase de misiones.

La lluvia seguía cayendo de forma tranquila, y poco a poco ambos shinobi se alejaban de las puertas de su hogar mientras dialogaban. El lugar hacia el que se dirigían no estaba lejos, pero aún les quedaba un rato de caminata para llegar, con ello podrían hablar y discutir sobre lo que harían una vez llegasen allí.

Ya en marcha hacia Shinogi-To, ambos ninjas le dieron velocidad a sus pasos -«No tengo problemas en usar el honorario senpai, pero si no tiene dramas en que siga usando el de siempre, seguiré con ese» fue el pensamiento de la kunoichi luego de la respuesta de Mogura.

-Lo cierto es que...Es mi primer misión de este tipo- respondió la kunoichi de cabellos dorados, no sea había encogido de hombros, ya no se sentía menos que el resto -Tengo habilidades de recopilación de información y espionaje, nos serán de utilidad en la búsqueda de los chicos- agregó Reika a su compañero.

Resultó ser que era la primera vez que Reika se enfrentaba a un encargo como el de ese día.

-Tengo habilidades de recopilación de información y espionaje, nos serán de utilidad en la búsqueda de los chicos-

Aquel comentario era música para sus oídos, simple y llanamente porque la kunoichi tenía habilidades idóneas para la tarea que precisaban realizar ese día. En su rostro no se reflejó ninguna emoción en particular, pero por dentro estaba contento. Parecía que las cosas iban a ir bien, tan solo debían apresurarse.

—Es justo lo que esperaba escuchar, Yamanaka-san.

Reconoció el médico.

—Tenemos que llegar antes de quedarnos sin luz, apresuremos el paso.

Ordenó y poco a poco comenzó a subir la velocidad del ritmo al que marchaba, esperaba que la kunoichi pudiese seguirlo.

La rubia sintió lo dicho por Mogura como un elogio hacia sus habilidades, hasta el momento sólo había recibido sólo quejas y acusaciones de que era demasiado invasivo hacia los demás y siempre quizo responderles "Oye! Si no te gusta el espionaje dedícate a otra profesión". Pero Manace Mogura, hasta el momento, no parecía molestarle.

-Sólo espero que los chicos estén bien- dijo la kunoichi de cabellos dorados encogida de hombros mientras avanzaba en su camino, claro que aquello había sido un pensamiento en voz alta, pensamiento del cual fue arrancada cuando Mogura pidió apurar el paso «No tengo experiencia, pero no te fallare Mogura-san» se dijo a sí misma, esta vez, si en pensamientos

Y apretó el paso obedeciendo a su líder

-Sólo espero que los chicos estén bien-

El médico no pudo evitar asentir con un gesto leve de su cabeza.

—Probablemente solo estén perdidos.

La marcha continuaría a un ritmo más elevado, con la intención de hacer el cambio de energía por horas de luz, tenían que llegar al lugar donde arrancarían a buscar antes de que la noche les cayera encima o todo se volvería más complicado. Mogura se planteaba los diferentes escenarios que se estaban barajando en aquella misión, había una remota posibilidad de que lo que pudiesen encontrar fuesen cadáveres, entre uno y tres, pero le parecía una exageración. Si el grupo era tan unido como Yuki había dicho, se las habrían arreglado para sobrevivir.

—Escuché un rumor de que se acerca una convocatoria para la examinación a Chuunin.

Comentaría más adelante en el camino, rompiendo el silencio por un momento. La última vez que había visto a la kunoichi había sido en aquel torneo, a lo mejor su camino ninja se habría perfilado también en aquella dirección.

—¿Tienes intenciones de presentarte?

No llevaban mucho tiempo caminando hacia su destino cuando, de pronto, en sus cercanías pudieron notar como algo no era normal. Escuchaban torpes pasos y movimiento en la vegetación que les rodeaba además de la lluvia cayendo sobre ellos.

Un movimiento en falso y se escuchó un golpe ahogado por el sonido del agua.

Aquello venía desde su derecha.

-Lo cierto, Manase-san, se trata de algo bien real- sería la respuesta de Reika que se encogió de hombros al tocar el tema de los exámenes.

-Conjunto a los exámenes se dice que en Uzushiogakure se hará un festival de verano- le contaría a Mogura, supuso que con sus ocupaciones de Chunin no se habría enterado -Por desgracia para mi, aun no reúno la experiencia necesaria como para participar de los exámenes, cuento con poder representar nuestra aldea para los próximos- aseguró la kunoichi levantando la frente una vez mas.

«Manase-san, movimiento a nuestras tres» la voz de la kunoichi resonó en la cabeza de Mogura, alertandole...Aunque estaba más que segura de que el mismo ya estaba enterado, por mientras, esperaba cualquier orden o estrategia que trazara su oficial superior.

-Lo cierto, Manase-san, se trata de algo bien real-

La kunoichi terminaría por confirmarle aquel rumor que había sabido escuchar.

-Conjunto a los exámenes se dice que en Uzushiogakure se hará un festival de verano. Por desgracia para mi, aun no reúno la experiencia necesaria como para participar de los exámenes, cuento con poder representar nuestra aldea para los próximos-

Lamentablemente, Reika no formaría parte del grupo que representaría a Amegakure en aquel evento tan importante. El médico asintió ligeramente con un gesto de su cabeza en señal de comprensión. Así consiguiese el ascenso o no, había muchos beneficios en participar de una celebración como esa. Una pena que la muchacha se los fuese a perder.

«Manase-san, movimiento a nuestras tres»

Mogura fulminó a Reika con la mirada, escuchaba su voz pero no la veía hablar. Por un momento pensó que se había visto como un objetivo de un genjutsu de la genin, pero rápidamente descartó el pensamiento al recordar el nombre de la familia de donde provenía la fémina.

—Yamanaka-san, vigila la zona. Me acercaré a ver de que se trata.

Ordenaría y luego se aproximaría al lugar donde había provenido el sonido, con sumo cuidado de no hacer ningún ruido, pero con cierta prisa. Ese sonido de agua que había escuchado realmente no le terminaba de agradar.

Los dos encargados de la misión habían actuado de forma cautelosa tras escuchar los diferentes sonidos que provenían desde su flanco derecho. Reika se encargó de avisar a Mogura, mientras éste le pedía que vigilase mientras él iba a comprobar el lugar.

Poco a poco se fue acercando hasta encontrarse con un... Cuerpo.

Parecía un muchacho, de estatura media, con las ropas embarradas y manchadas por todas partes. su cara estaba parcialmente oculta entre la hierba mojada y su cabello, color crema; tenía una serie de quemaduras en las puntas. El chico parecía estar inconsciente, habiendo colapsado hacía unos pocos segundos atrás.

Pero Mogura solo tuvo un pensamiento, pues reconoció ese color de cabello.

Parecía ser Yukimura, uno de los tres niños perdidos.

El médico se movió con sigilo, no tenía intenciones de alarmar a ningún posible extraño y que este pudiese llegar a reaccionar de mala manera. Pero lejos de alarmar a nadie, la sorpresa se la terminaría llevando él mismo. Al cerrar la distancia terminaría hallando que la causa de aquel sonido no era otra que un cuerpo, un cuerpo en el agua.

Se aproximó como pudo hasta el cuerpo de agua e intentó llegar hasta el desconocido para asistirlo. Pero cuando más lo apreciaba más comenzaba a sonarle conocido.

«Ese cabello...»

Sería por eso entonces que lograría hacer una estimación de quien era el personaje que yacía en las aguas totalmente inconsciente. No tenía intenciones de dejar que aquella persona desconocida se ahogase en las aguas esas, y mucho menos teniendo la impresión de que era una de las personas que estaba buscando.

Haciendo uso de la habilidad para mantener el equilibrio en el agua se acercaría hasta el cuerpo, entonces procuraría tomarlo por debajo de los hombros y llevarlo hasta la orilla más cercana. Antes de poder hacer cualquier otra cosa tenía que evitar que los pulmones se le llenen de agua.

Mogura le miro mal al escuchar la voz de la kunoichi directamente en el interior de su cabeza «¿Acaso soy la unica en todo Oonindo que intenta ser discreta en situaciones como esta?» se dijo a si misma luego de aquello.

Reika posicionada en el lugar en donde estaba escondió sus manos debajo de la capa, aunque desde afuera se podía ver que estaba llevando su mano a la parte posterior de su cintura, mas precisamente a la vaina de su tanto dispuesta a desenvainar en caso de que su compañero y superior estuviese en peligro real.

Siguió con la mira al Chunin, quien auxiliaba a un muchacho de cabello color claro como la crema, parecía tener quemaduras «¿Que les habrá sucedido al resto?» se pregunto la kunoichi al ver de que al parecer habían sido atacados y los mas probable separados. La rubia se acerca tan solo unos pasos poco pasos de la posición en donde estaba para poder escuchar cualquier orden que Mogura le diera