Luego de ver la puerta, método por el cual pudo o no haber entrado tranquilamente el supuesto ladrón, la ninja se desvió hacia otros lugares de la habitación. Empezó por el lado izquierdo, donde estaba el baterista sentado en esa mesa donde, realmente, no parecía que hubiera mucho más. Pasó de largo por allí y vio el espejo más de cerca con su respectivo mueble que estaba debajo de este. En el reflejo podía verse a ella y, más al fondo, parte de Midori acostada en el sofa, dependiendo del ángulo en el que vea el espejo.

En dicho mueble había tan solo apoyado un cenicero, aunque este tenía algunos cajones para abrir. La chica, haciendo su trabajo, fue abriendo y investigando detalladamente cada compartimiento. Pudo sentir, luego de abrir el primero, una o, mejor dicho, dos miradas clavadas en su espalda. Esa sensación de no saber exactamente si alguien te está mirando, aunque al mismo tiempo teniendo el presentimiento de que así es.

—Allí guardamos el dinero en esas ocasiones. — Mencionó tranquilo al notar por donde estaba mirando Sayori. —La primera vez fue en el cajón del medio, la segunda la guardamos en el último. Ya ahora no lo guardamos aquí, no lo sentimos tan seguro.

A pesar de cambiar la ubicación, ambas veces habían encontrado el dinero. Tampoco era algo tan difícil de encontrar, después de todo no había muchos más lugares donde esconder eso.

Abrió y vio los tres cajones. En ninguno de ellos encontró nada interesante, tan solo algún que otro accesorio de los integrantes de la banda. Sean pulseras, aros, collares de cuero, gomitas de cabello, entre cosas varias. Revolvió y revolvió, prestando la suficiente atención para darse cuenta que realmente no había nada allí.

Ya había visto la mitad de la habitación. Tan solo le quedaba el ropero, el cual tenía puertas plegables de madera y estaba metido contra la pared. Las puertas estan al nivel del piso y, de altura, llegan casi hasta el techo. Es bastante ancho, cubriendo parte del fondo de la habitación. Por otro lado, quedaba el lado derecho donde solo estaba el sofá y la querida cantante observando tranquila lo que hacía la chica.

Comenzó a recorrer la habitación, pensando hacia dónde iría alguien que busca un objeto de valor allí, viendo qué podía llamar su atención. Pasó de la mesa donde estaba Fuyu hasta llegar al espejo sobre el mueble, allí empezó a revisar desde el primer cajón, sin que pasara mucho para que sintiese que la observaban.

Gracias al ángulo del espejo pudo ver el reflejo de Midori y confirmar que en efecto así era, pero tendría que acostumbrarse a esa sensación pues apenas había empezado a investigar. La voz del baterista no tardó en informarle donde guardaron el dinero en ambas ocasiones, solo cambiaba la ubicación entre un cajón a otro.

«Nada…»

Tras revisar cada cajón sin encontrar mucho más allá de saber dónde había estado el dinero, se dirigió a la otra parte de la habitación, donde vio un ropero que daba casi hasta el techo, lo bastante grande para caber una persona pensó. Abrió las puertas una por una para revisar si al estar pegado a la pared había la posibilidad de encontrar alguna entrada o algo.

Deslizó las puertas y comenzó a revisar el armario minuciosamente. Para los músicos se le podía hacer raro esto, ya que era un lugar que no le veían nada raro y que usaban muy de vez en cuando. Para Sayori, podía parecer que al estar contra una pared podía guardar algún secreto.

Vio muchos abrigos juntos que opacaban gran parte de la visión en el interior. Eran abrigos que podían cubrirlos de la lluvia en general o cuando Ame se ponía algo más frío de lo habitual. Revisó cada pared interior palpando con las manos e intentando notar si había algo más. Primero las paredes menos profundas, es decir, las laterales, donde básicamente no sintió nada ni notó nada raro. Faltaba la pared del fondo, la cual iba a tener que meterse para llegar a probarla.

Dio tan solo un paso, el cual ya la dejaba a la distancia justa para tocar, golpear, o hacer lo que sea que esté haciendo para intentar testearla. Cuando dio el paso, notó que el piso sonó de una manera diferente y se sentía de una manera diferente. Para estar segura, intentó encontrar el mismo "eureka" en la pared del fondo con un resultado negativo.

Si observaba bien el piso dentro del armario, corriendo un poco la ropa que le tapaba la vista, podía notar que era de un tipo de madera diferente. Parecía que hacía un ruido al pisarlo que no era como el otro piso, casi como hueco pero no llegaba a serlo del todo. Empezó a dar pisadas, viendo si eso era lo suficientemente resistente para aguantarla a ella, cosa que no solo parecía que era así sino que si parecía aguantar un peso considerable.

Mientras tanto, Midori y Shun observaban la extraña investigación de la ninja.

Lo primero que hizo al interior fue palpar las paredes laterales, revisó la madera en busca de alguna marca, separación o algo fuera de lugar en su estructura. Se tomó su tiempo para examinar ambas paredes, la textura no parecía variar y tampoco encontró nada raro allí. Aún le quedaba revisar la pared del fondo, la que a su parecer podía tener alguna especie de “entrada” al estar hacia el muro de la habitación.

Para alcanzar la pared del fondo primero apoyó su mano derecha, notando que desde allí apenas podría palpar la madera pero no examinar bien y además los abrigos de la banda le dificultaban la vista. Al abrirse paso separando los mismos y al hacer contacto con el piso, escuchó un crujir que llamó su atención, ¿sería que la madera no era tan resistente? Por precaución se aseguró con pisadas antes de dar otro paso y entrar completamente.

Si para los músicos podía parecer raro que la chica revisara el armario y que además tardase tanto, verla ya “desaparecer” por completo en el interior podía extrañarlos aún más. Sayori por su parte continuó su investigación, revisó la pared que faltaba pero no hubo suerte.

Descartando las paredes, se inclinó a revisar el piso de cerca notando que la madera era diferente, lo cual no le hacía mucho sentido, además que no había olvidado el sonido que hizo. Golpeó la madera para notar si el sonido era igual en todo el piso, si estaba hueco o algo, y repetiría el proceso de buscar alguna separación entre el piso y las demás paredes, atenta a cualquier elemento que le ayude a encontrar una explicación.

Por simple intuición se podía dar cuenta que algo raro había ahí. No solo el ruido extraño de la madera sino también lo diferente que era al resto del piso de la habitación. Lo cierto era que había pocas personas que iban a ponerse minuciosos en ese lugar de la habitación. Seguramente alguien se haya dado cuenta de la diferencia de la madera. Ahora, ¿quién iba a meterse ahí y examinarlo?

En busca de más respuestas, se inclinó para observar mejor y golpeó varias veces la madera. En efecto, el sonido sonaba a vacío, aunque no del todo. Como que sentía algo que resistía, como si fuera hueco pero el piso en sí parecía solido. Sobre todo sentía esto en un lugar en específico, lugar que pudo notar al acercarse, tenía algo que no se veía a simple vista.

El piso, específicamente más en el centro del armario, estaba marcado por unas líneas, las cuales formaban un cuadrado de gran tamaño. Otra cosa que notaría cuando dio los golpes, es que en esa zona sus golpes rebotaban más. Como si el piso se hundiera muy levemente pero que no cedía del todo. Era evidente que algo había ahí, aunque con simples golpes no iba a poder descubrirlo... ¿O si?

Al observar de cerca y con cuidado, notaría que las uniones de la madera formaban un cuadrado algo grande, ¿sería lo suficiente para que entrase alguien por allí? Parecía que sí o al menos alguien de contextura similar a la ninja, y sino era una entrada debía tener otra explicación porque aquello no podía tratarse de algo decorativo simplemente, no en el piso de un armario. Debía encontrar la manera de separar las uniones y retirar el cuadrado para investigar bien, era claro que algo se escondía debajo.

«Hay algo aquí»

Intentó golpear con las manos en los bordes de la madera alrededor del cuadrado, golpeó en el centro y se hundió un poco pero no cedía, había algo trabando la madera, talvez otras uniones debajo. Buscó entre los espacios algún seguro y se ayudó con un tantō, arma pequeña que llevaba oculta para usarlo de palanca, intentaría ver si podía levantar la madera y forzarla, separarla del resto de alguna forma con cuidado de no dañar su herramienta.