7/12/2017, 00:55
Lejos de lograr que Inoue se disculpase por lo ocurrido, Mogura solo había logrado que el muchacho estallara. Keisuke comenzó a gritar que no había forma de que fuesen iguales, cosa que el médico de cabello azabache desde un principio pensaba, pero parecía que había ayudado al chico a dejar la idea atrás a fin de cuentas.
Le daba igual el reporte, no temía por las consecuencias.
Y finalmente, dejó en claro que no tenía pensado disculparse.
El chuunin suspiró, entonces flexionó ligeramente las piernas y tomó su paraguas nuevamente.
«Maldición...»
Se llevó una mano a la cara y se agarró la frente, y cerró los ojos frunciendo el ceño marcadamente, visiblemente frustrado y pensativo.
Si tenía que poner las cosas sobre una balanza, Watasashi Aiko no era su amiga, era la inmortal de Amegakure que siempre se olvidaba de él por una u otra razón, siempre involucraban su muerte, aunque eso era algo un asunto personal suyo. Inoue Keisuke, por otro lado, le conocía un poco más, había trabajado con él en el pasado y siempre había tenido la delicadeza de mantener cierta distancia.
«Los modales son importantes, Inoue Keisuke...»
Eso por un lado, por otro lado estaba Aiko. Una parte en su interior necesitaba saber que estaba sucediendo en torno a esa mujer, cuál era la postura del alto mando con respecto a su particular condición.
Con eso en mente, Manase Mogura dirigió sus pasos al lugar pertinente para realizar su reporte.
Le daba igual el reporte, no temía por las consecuencias.
Y finalmente, dejó en claro que no tenía pensado disculparse.
El chuunin suspiró, entonces flexionó ligeramente las piernas y tomó su paraguas nuevamente.
«Maldición...»
Se llevó una mano a la cara y se agarró la frente, y cerró los ojos frunciendo el ceño marcadamente, visiblemente frustrado y pensativo.
Si tenía que poner las cosas sobre una balanza, Watasashi Aiko no era su amiga, era la inmortal de Amegakure que siempre se olvidaba de él por una u otra razón, siempre involucraban su muerte, aunque eso era algo un asunto personal suyo. Inoue Keisuke, por otro lado, le conocía un poco más, había trabajado con él en el pasado y siempre había tenido la delicadeza de mantener cierta distancia.
«Los modales son importantes, Inoue Keisuke...»
Eso por un lado, por otro lado estaba Aiko. Una parte en su interior necesitaba saber que estaba sucediendo en torno a esa mujer, cuál era la postura del alto mando con respecto a su particular condición.
Con eso en mente, Manase Mogura dirigió sus pasos al lugar pertinente para realizar su reporte.
Hablo - Pienso