Sonrió con ternura al ver que había cumplido su cometido. Dos misiones en un solo día con un éxito rotundo, estaba desde luego en racha. Se levantó del sofa, esperando a que Yuri la acompañara a la puerta. Esta noche no se sentiría tan perdida en la vida, pues estaba convencida de que por primera vez en su vida tenía alguien a quien llamar amiga. Alguien muy especial para ella a la que deseaba con todas sus ganas volver a ver el día de mañana.

Podrían quedar para ir a pasear a algún lado, o ir a comer. Seguro que había algún sitio donde podían ir a entretenerse y... ¡Y también podía invitarla a su casa a comer y pasar el rato de alguna forma!

Sus mejillas se fueron sonrosando poco a poco mientras caminasen hasta la salida de la casa y el gran jardín. Aquello era realmente emocionante. Miró en una ocasión a Yuri con un cálido brillo en los ojos sin perder su sonrisa.

— M-Me alegro mucho de haberte conocido, Y-Yuri-senpai — respondería una vez llegado al punto que la kunoichi supusiera que era suficiente para acompañarla. — E-E-Entonces... ¿S-Somos amigas?

Yuri se alegró bastante de que Yuu no se lo tomase a la tremenda, se la imaginaba llorando y montando una pataleta bestial. Pero, de nuevo, la sorprendió. Parecía simplemente contenta de haber estado con ella. La Yuki solo estaba cada vez más confusa.

— M-Me alegro mucho de haberte conocido, Y-Yuri-senpai E-E-Entonces... ¿S-Somos amigas?

— Claro. Yo... también me alegro. — dijo sin pensar.

Parecía completamente fuera de onda. Ni siquiera sonaba a su voz, pero le dedicó una leve sonrisa a Yuu. No era la primera vez que sonreía, sin embargo, sería la primera que lo hacía de forma no sarcastica o de diversión, estaba ¿feliz? Era definitivamente raro.

El rostro de la morena se iluminó de la misma forma que lo hacían los primeros rayos de sol de la madrugada sobre la cristalina agua del lago de Shiona. Se podían incluso ver los dientes de Yuu debido a su gran sonrisa. No pudo evitar dejar escapar una carcajada de la emoción y estaba empezando a ponerse inquieta en aquel mismo sitio.

— ¡¿E-Entonces podemos quedar mañana?! ¡B-Bueno, a lo mejor mañana es muy precipitado, seguro que tienes cosas que hacer! ¡P-Pero puedes avisarme cuando...! A-Aunque no sabes donde vivo... ¡¿V-Vengo entonces mañana temprano?! ¡L-Lo que tu me pidas! — Añadió siendo un visible manojo de nervios.

— ¡¿E-Entonces podemos quedar mañana?! ¡B-Bueno, a lo mejor mañana es muy precipitado, seguro que tienes cosas que hacer! ¡P-Pero puedes avisarme cuando...! A-Aunque no sabes donde vivo... ¡¿V-Vengo entonces mañana temprano?! ¡L-Lo que tu me pidas! —

Poco a poco, mientras Yuu recuperaba su nerviosismo habitual, Yuri recuperaba su compostura y su actitud soberbia. Se llevó un dedo a la mejilla, dándose leves golpes como si se lo estuviese pensando.

— Claro, ven a primera hora con ropa de entrenamiento. Vamos a hacerte sudar. — los comentarios pícaros ya eran para ella, sin esperar reacción alguna de Yuu.

Había decidido usar ese entusiasmo para que entrenase, que parecía una chica fideo, en vez de papel.

La idea de matarse a entrenar no era precisamente de su agrado, y quedó mas que reflejado en su rostro que se arrugó un poco además de hacer temblar un poco su boca sin saber muy bien como responder. Perdió el visible nerviosismo ante la idea de partirse el lomo, desvió la mirada momentáneamente pero después volvió a mirar a Yuri.

— ¡D-De acuerdo, entonces estaré aqui mañana en cuanto me levante! — Añadió entusiasmada todavía, pues la idea de volver a pasar el dia junto a su nueva y confirmada amiga era lo único que deseaba en aquel momento. — ¡Hasta mañana, Yuri-chan!

Esta vez lo dijo con confianza, pensando en la nueva relación que había forjado. Dio un par de pasos de espaldas mientras miraba a la peliblanca agitando el brazo para despedirse, hasta que su mal juego de pies acabó traicionándola y haciendo que se cayera. Se quedó un par de segundos en el suelo antes de levantarse, con la misma sonrisa inocente y pura, así como la ropa ligeramente sucia tras aquel incidente.

— ¡Estoy bien, nos vemos mañana!

Y esta última vez, lo hizo sin moverse del sitio para posteriormente marcharse mirando hacia delante, aunque sin prestar mucha atención donde ponía los pies pues su felicidad la tenía en una nube. ¿Estarían sus padres orgullosos de ella? ¿De que pasara página y volviera a sonreír? ¿De haber hecho por primera vez una amiga? Fuera o no así, para Yuu, Yuri ahora tenía un lugar más que especial en su corazón.