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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#46
—Oye, chicos. ¿De verdad soy tan soso hablando...?

La pregunta cayó como un jarro de agua fría. Era casi como... si les hubiera estado escuchando, aquella tarde. Daruu retrocedió un paso, sin saber bien qué decir. Observó a su sensei. Jamás se había imaginado que pudiera afectarle el ser... bueno. Soso. Frío. De hecho, en cierta manera Daruu le admiraba. Aunque era muy cierto que el Hielo jamás sería capaz de ser un buen compañero de copas —no en noches de alcohol y risas, sobretodo por las risas—, siempre mantenía los nervios a raya. Era el ninja perfecto.

—Noooooo... —terminó por responder Daruu, de manera muy poco convincente.

—P... ¿Por qué dices eso ahora? —preguntó su hermana—. B... bueno... soso no... Simplemente... carente de expresión.

Kōri se encogió de hombros y les puso una mano en el hombro a cada uno.

—En cierta manera, me alegro de que mi entrenamiento haya tenido tanto éxito. Han sido muchos años de autocontrol y mucha disciplina. —Si Kōri se había sentido ofendido, no lo mostraba. Por supuesto que no—. Bueno, vamos a cambiarnos y a cobrar la recompensa. Habéis hecho un gran trabajo.

—G-gracias.

—Nos vamos a tomar unas semanas como tiempo libre —añadió el sensei—. Y después, empezaremos con las misiones de más rango. ¿Qué os parece?

—¡¡SIIIIÍ!! ¡BIEN! —Daruu saltó de alegría y se abrazó a Ayame, lleno de júbilo. Al cabo de unos segundos se separó, tosió distraídamente y se acomodó el traje.

Si tan sólo supieran los amargos tragos que les esperaban... las misiones de rango C no serían nada comparado con lo que les venía por delante.

Lejos, un grupo malvado de personas tejían un plan terrible.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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#47
Afortunadamente, sus palabras no parecieron hacer mella en la impenetrable armadura de hielo de su hermano. De hecho, terminó por encogerse de hombros y les puso una mano en los hombros a cada uno.

—En cierta manera, me alegro de que mi entrenamiento haya tenido tanto éxito. Han sido muchos años de autocontrol y mucha disciplina —respondió, tan imperturbable como siempre. Aotsuki Zetsuo era el hombre que se había encargado de esa disciplina. Tras la muerte de su mujer, y comprobar que los sentimientos eran una debilidad, entrenó duramente al muchacho para forjar aquella personalidad suya: gélida como un iceberg. Sin embargo, era más que evidente que con Ayame no había tenido la misma suerte que con él—. Bueno, vamos a cambiarnos y a cobrar la recompensa. Habéis hecho un gran trabajo.

Ayame sonrió, satisfecha.

—¡Gracias!

—G-gracias.

—Nos vamos a tomar unas semanas como tiempo libre —añadió el Jōnin, y Ayame le miró con cierta extrañeza. Sin embargo, aquella perplejidad pronto se convirtió en sorpresa—: Y después, empezaremos con las misiones de más rango. ¿Qué os parece?

—D... ¿De más rango...? —repitió la muchacha, entre asustada y emocionada.

¿Al fin los consideraba dignos de poder realizar misiones de rango superior? ¿Pero serían capaces de hacerlo? ¡Pero estaba deseando demostrar lo que podía hacer? ¿Pero y si fallaba estrepitosamente? Pero... Sin embargo, sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando un exaltado Daruu saltó sobre ella de repente, abrazándola con fuerza.

—¡¡SIIIIÍ!! ¡BIEN!

Se había olvidado de que aún se encontraban frente a Kōri, que los observaba con fijeza con aquella permanente máscara de inexpresividad. Rojos como dos tomates, los muchachos se apresuraron a separarse.

El trío continuó su camino de vuelta, con la satisfacción del trabajo debidamente cumplido. Ahora sólo quedaba la expectación y la emoción de ver qué tipos de tareas les encomendarían en adelante. Pero lo que ninguno de los tres podía sospechar, era el vuelco que estaba a punto de dar sus vidas a manos de un grupo de personas que maquinaban entre las sombras del fondo del océano...
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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