13/01/2018, 01:20
—Oye, chicos. ¿De verdad soy tan soso hablando...?
La pregunta cayó como un jarro de agua fría. Era casi como... si les hubiera estado escuchando, aquella tarde. Daruu retrocedió un paso, sin saber bien qué decir. Observó a su sensei. Jamás se había imaginado que pudiera afectarle el ser... bueno. Soso. Frío. De hecho, en cierta manera Daruu le admiraba. Aunque era muy cierto que el Hielo jamás sería capaz de ser un buen compañero de copas —no en noches de alcohol y risas, sobretodo por las risas—, siempre mantenía los nervios a raya. Era el ninja perfecto.
—Noooooo... —terminó por responder Daruu, de manera muy poco convincente.
—P... ¿Por qué dices eso ahora? —preguntó su hermana—. B... bueno... soso no... Simplemente... carente de expresión.
Kōri se encogió de hombros y les puso una mano en el hombro a cada uno.
—En cierta manera, me alegro de que mi entrenamiento haya tenido tanto éxito. Han sido muchos años de autocontrol y mucha disciplina. —Si Kōri se había sentido ofendido, no lo mostraba. Por supuesto que no—. Bueno, vamos a cambiarnos y a cobrar la recompensa. Habéis hecho un gran trabajo.
—G-gracias.
—Nos vamos a tomar unas semanas como tiempo libre —añadió el sensei—. Y después, empezaremos con las misiones de más rango. ¿Qué os parece?
—¡¡SIIIIÍ!! ¡BIEN! —Daruu saltó de alegría y se abrazó a Ayame, lleno de júbilo. Al cabo de unos segundos se separó, tosió distraídamente y se acomodó el traje.
Si tan sólo supieran los amargos tragos que les esperaban... las misiones de rango C no serían nada comparado con lo que les venía por delante.
Lejos, un grupo malvado de personas tejían un plan terrible.
La pregunta cayó como un jarro de agua fría. Era casi como... si les hubiera estado escuchando, aquella tarde. Daruu retrocedió un paso, sin saber bien qué decir. Observó a su sensei. Jamás se había imaginado que pudiera afectarle el ser... bueno. Soso. Frío. De hecho, en cierta manera Daruu le admiraba. Aunque era muy cierto que el Hielo jamás sería capaz de ser un buen compañero de copas —no en noches de alcohol y risas, sobretodo por las risas—, siempre mantenía los nervios a raya. Era el ninja perfecto.
—Noooooo... —terminó por responder Daruu, de manera muy poco convincente.
—P... ¿Por qué dices eso ahora? —preguntó su hermana—. B... bueno... soso no... Simplemente... carente de expresión.
Kōri se encogió de hombros y les puso una mano en el hombro a cada uno.
—En cierta manera, me alegro de que mi entrenamiento haya tenido tanto éxito. Han sido muchos años de autocontrol y mucha disciplina. —Si Kōri se había sentido ofendido, no lo mostraba. Por supuesto que no—. Bueno, vamos a cambiarnos y a cobrar la recompensa. Habéis hecho un gran trabajo.
—G-gracias.
—Nos vamos a tomar unas semanas como tiempo libre —añadió el sensei—. Y después, empezaremos con las misiones de más rango. ¿Qué os parece?
—¡¡SIIIIÍ!! ¡BIEN! —Daruu saltó de alegría y se abrazó a Ayame, lleno de júbilo. Al cabo de unos segundos se separó, tosió distraídamente y se acomodó el traje.
Si tan sólo supieran los amargos tragos que les esperaban... las misiones de rango C no serían nada comparado con lo que les venía por delante.
Lejos, un grupo malvado de personas tejían un plan terrible.