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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
-Pero mis ojos no tienen nada de especial...No tengo ninguna habilidad que sea de utilidad, pero he visto a alguien de tu clan hacer algo con ellos- sabía que algo pueden hacer o ver con esos ojos cuando se les hichaban las venas alrededor de los mismos -Luego hablaremos- dijo la kunoichi de cabellos dorados cuando comenzó a sonar las llaves quedarían la apertura de la puerta.

----¿Hola?— saludó la joven pelirroja ----¿Sois los del encargo? Yo soy Keiko, por si me buscábais----

-¡Buenas día Keiko-San! Nosotros somos Hyuuga Hazegawa y Yamanaka Reika ¡mucho gusto!- presentó a su compañero con una sonrisa amigable —Podéis pasar, así os presento a mis pequeños- les invitó a ambos ninjas a ingresar a su hogar, se parecía mucho al propio hogar de la kunoichi de cabellos dorados, salvo por aquel perrito que jugaba con su propia cola encima del sillón de cuero negro, pero lo que llamó la atención a la kunoichi fueron los dos bultos justo al lado del sillón: dos tortugas

Normalmente saco a pasear a estos tres trastos... Pero desde que me rompí la pierna no puedo ir...— explicó mientras señalaba su pie izquierdo —Me estáis haciendo un gran favor

-Siento mucho Lo tu pierna Keiko-San, por eso hemos venido a ayudarte - dijo la kunoichi con seguridad
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#17
« Tortugas… ¿en serio?, Luego nos dirá que se partió la pierna siguiendo a las tortugas »

Una vez entrado al hogar de aquella mujer, Haze no dijo mucho puesto que la Reika había hecho las presentaciones, se limito a observar el sitio y dejar que ella hiciera las preguntas pertinentes, después entre mujeres se entendían y no quería cagarla a estas alturas.

El Ojiblanco se acerco al par de tortugas y las observo detalladamente, realmente le parecieron un par de criaturas molonas, por lo lento de sus vidas y porque podrían vivir un buen montón de años, además de que hacen unos platillos más que suculentos.

¿Es cierto algunas pueden vivir cientos de años? — Pregunto con curiosidad, meciéndose el mentón, pero volviendo al asunto.
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#18
¡No te preocupes Reika-chan! Fue un pequeño descuido jugando con Iku aquí presente! —alegó mientras movía su mano derecha, restándole importancia al asunto —. Soy un poco... Bastante torpe, vaya.

Luego se sentó sobre el sofá de forma despreocupada, dejando al cachorro jugar en su regazo.

¿Es cierto algunas pueden vivir cientos de años?

¿Las tortugas? ¡Claro! Algunas llegan a vivir hasta los ciento cincuenta años! Bueno, más o menos... Creo... —luego soltó una pequeña risa mientras se rascaba la nuca.

Luego se volvió a levantar, soltando un pequeño quejido ya que había apoyado su pie izquierdo por haberse levantado tan rápidamente.

Normalmente los llevo sin ningún tipo de ataduras, pero ya que a vosotros no os conocen, tendréis que utilizar esto —Keiko sacó de una pequeña caja que se encontraba cerca del sofá tres correas, dos más grandes que la otra —. Esta pequeña y de color oscuro es de Iku, las otras dos son de Kame y Hame —dijó señalando a las dos tortugas —. ¿Sabréis ponerlas, no?

Preguntó con una sonrisa.


Siento muchísimo la demora chicos, aquí tenéis el post, intentaré ser lo más rápida posible la próxima vez.
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#19
¡No te preocupes Reika-chan! Fue un pequeño descuido jugando con Iku aquí presente!— la kunoichi de cabellos dorados miro con una sonrisa al cachorro — Soy un poco... Bastante torpe, vaya.

-Mayor cuidado para la próxima vez- dijo la kunoichi de cabellos dorados con una sonrisa amigable -Espero te mejores pronto- parecía ser una buena persona.

Normalmente los llevo sin ningún tipo de ataduras, pero ya que a vosotros no os conocen, tendréis que utilizar esto— la chica vio las correas que que Keiko usaba para pasear a sus mascotas, pero...¿Porque correas para tortugas? —Esta pequeña y de color oscuro es de Iku, las otras dos son de Kame y Hame— dijó señalando a las dos tortugas —¿Sabréis ponerlas, no?

¿Nos explicas?- la kunoichi de cabellos dorados tenía un perro en su casa pero no usaban correas con él -y una pregunta más...¿Por donde sueles pasear las? ¿Tienes un lugar en especial para llevarlas? - «Pasear tortugas...esto si que no me lo esperaba»
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#20
Yo me pido a las tortugas… —Dijo alzando la mano, como si estuviera por perderse la oportunidad, aunque aquello le parecía vagamente sencillo, no dudaría en hacerlo para saldar aquel asunto de una vez.

Por la mente del Ojiblanco se le paso la idea tontarrona de montar la tortuga y hacerla que se moviera utilizando un dispositivo bastante tosco que se componía de una rama con un trozo de lechuga colgando, que llevaría el animal delante haciendo que se moviera, sería una travesía lenta pero una menos cansina, aunque sus ideas se disiparon con una risilla al volver la mirada a Keiko con una sonrisa.

Son imponentes a decir verdad…me gustaría tener una en casa, su parsimonia resulta algo interesante. — Dijo llevándose ambas manos tras la nuca. — Deberíamos comenzar Reika, no deberíamos perder tiempo…es menos tiempo de paseo. —Dijo tratando de retomar el objetivo de pasear a los chuchos.
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#21
Nos explicas? Y una pregunta más...¿Por donde sueles pasearlas? ¿Tienes un lugar en especial para llevarlas?

No os preocupéis, pongo yo las correas en un abrir y cerrar de ojos —fue lo último que dijo tras acercarse a los animales que allí se encontraban, yendo uno por uno para ponerles aquellos collares extraños con delicadeza y tranquilidad —. Bien, creo que con esto ya estaría.

Yo me pido a las tortugas...

La mujer no pudo reprimir una sonrisa.

Pues para el muchacho, Kame y Hame —afirmó tendiéndole ambas correas al chico —. Y para la kunoichi el cachorrito Iku, no te preocupes, con que les déis una vuelta por la manzana será más que suficiente.

»Cuando terminéis ya sabéis dónde encontrarme.

Las tortugas se levantaron cuando Hazegawa hubiera cogido sus correas, Iku, por su parte; comenzó a dar vueltas al rededor de Reika, revolviendo su correa alrededor de ella si se lo permitía.
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#22
No os preocupéis, pongo yo las correas en un abrir y cerrar de ojos— dijo Keiko y la kunoichi le dio espacio para que pudiera hacer —Bien, creo que con esto ya estaría

-Muchas gracias Keiko-San- dijo la rubia en agradecimiento a la joven pelirroja, Reika estaba a punto de tomar las tres correas pero justo en ese momento...—Yo me pido a las tortugas... — Keiko entregó las correspondientes correas a cada uno — Pues para el muchacho, Kame y Hame«Ya veo que finalizaremos el día del shuriken» pensó den forma divertida la kunoichi ante la idea de pasear tortugas con correas — Y para la kunoichi el cachorrito Iku, no te preocupes, con que les déis una vuelta por la manzana será más que suficiente.

-Hola bonito! - le dijo al cachorrito, levantando una pierna y posteriormente la otra para evitar que la correa se enrede en sus pies cuando comenzó a dar vueltas alrededor de ella

Deberíamos comenzar Reika, no deberíamos perder tiempo…es menos tiempo de paseo.— dijo el ojiblanco, aunque era sabido que el pasarían mucho tiempo de paseo -Si, por supuesto- respondió la kunoichi de cabellos dorados lista y dispuesta a cumplir con el objetivo —Cuando terminéis ya sabéis dónde encontrarme.- -Hasta luego Keiko-San...cuidaremos bien de ellos- dedicó unas palabras a la joven pelirroja antes de dirigir su caminar hacia la puerta de salida.
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#23
Ya con las correas en mano fue el último en salir puesto que las tortugas no eran los seres mas rápidos de la habitación, aunque el ojiblanco tampoco tenía prisa podría tirarse todo el día en la tarea de sacarlas a pasear, después de todo era una misión oficial asignada por la aldea.

Ya nos vemos al rato Keiko-Chan — Dijo sonriente, alzando la mano animosamente mientras cruzaba el umbral de la puerta, — Kame y Hame ¿eh?, hoy recorreremos estas calles…o mejor dicho barreremos el sitio — Dijo sonriente, palmeando el hombro del animal más grande a su cargo, por algún motivo se sentía identificado por lo que no veía nada mal hablarles, aunque no le responderían, le era grato tener su compañía.

¿Cuánto tiempo crees que tardemos eh? Reika-chan. — Pregunto a la rubia segundos después tras salir del departamento, ayudando a las tortugas a bajar para no ralentizar la salida de las mismas.
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#24
La encargada de la misión se despidió de ellos, luego se arrodilló para acariciar a sus preciados animales y cerró la puerta. Las tortugas miraron a Hazegawa con una extraña mirada que el joven no pudo llegar a comprender, mientras que el cachorro seguía moviendo el rabo de un lado hacia otro al lado de Reika, claramente emocionado por el paseo.

No parecía un trabajo difícil, bajar las escaleras, salir a la calle y dar una vuelta a un par de edificios para volver por el otro lado. O eso podían creer ellos, ya que cuando llegaron a las escaleras, una de las tortugas, Kame; se quedó estática, no queriendo bajar por ellas.

Iku prácticamente ya estaba por la mitad —lo que la correa que llevaba Reika le permitía, claro —, y Hame miraba al chico de ojos blancos con curiosidad, desafiándolo parecía, ya que estaba ansiosa por saber qué haría para bajar a los animales a su cargo.
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#25
La kunoichi con el cachorrito Iku enlazado a su antebrazo gracias a la correa de paseo, salió de la casa de Keiko y espero a que Hazegawa saliera con Kame y Hame, Iku parecía con muchas ganas de salir a pasear tanto así que ya se había adelantado todo lo que la correa le permitía -Anda que tienes ganas eh! - dijo la rubia al pequeño perro que no paraba de mover la cola.

-¿Sucede algo?- preguntó la kunoichi de cabellos dorados a su compañero ojiblanco al ver que sus acompañantes no se movían, y más aún, ambas tortugas miraban al muchacho como desafiando lo «Cómo dije...Solo que ahora es literal...terminaremos el día del shuriken» pensó Reika al ver lo que sucedía, aunque quizá podría probar con algo en caso de que el Hyuuga no pudiera hacer que ambas tortugas pudieran ponerse en marcha.
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#26
Antes de que el ojiblanco pueda dar un par de pasos, el viaje se habia detenido bruscamente y cierta tension espectante se habria formado, el ojiblanco sintio el desafio que plantaban las tortugas en sus miradas, para ser dos seres tan pacientes y longevos la liaban bastante rapido.

« ¿Hmm..? ¿Miedo a los escalones? No las culpo, son de patas cortas.»

Con un trozo de madera bastante largo, les haria una rampa y seria cuestion de deslizarlas por ahí, seria hasta bastante interesante — Dijo pensativo, llevandose una mano al menton para soltar una sonora carcajada, pero el problema seguia alli.

A ver, creo poder cargarlas… — Espeto mientras se acercaba a Kame, palmeandole el caparazon un par de veces dandole animos, — ¿Pasa algo?....Quizas si te ayudo a bajar, terminemos mas rapido — Dijo tratando de coger a la tortuga estatica por el caparazon, por los lados para evitar que esta le mordiese o algo asi, de poder cargarla con ambos brazos la dejaria a pies de la escalera una recorridos los escalones pertinentes.
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#27
Entonces fue como Hazegawa, decidido a coger a una de las tortugas; se acercó hacia la primera de las dos —y también la más próxima a las escaleras—, se agachó y posó sus manos a cada lado del caparazón del animal, tomó aire, impulso y...

Nada.

No pudo ser capaz ni de mover la tortuga un milímetro del suelo.

Para la suerte del genin, sin embargo, la otra tortuga se deshizo del agarre que éste tenía sobre ella y se acercó a la escalera, miró hacia abajo y poco a poco fue dejando que su cuerpo sobresaliese del primer escalón, justo cuando iba a perder el equilibrio y caer por el precipicio que suponía para ella las escaleras, enterró sus extremidades y su pequeña cabeza dentro de su caparazón y cayó.

Clonk, clonk.

Cuando cayó al final de las escaleras, y, para su suerte; de pie, sacó las extremidades y la cabeza de nuevo como si no hubiera pasado nada y miró hacia arriba donde se encontraban tanto Reika como Hazegawa, aún al lado de Kame. Tomó su correa con la boca y esperó a que todos bajasen.

Iku tiraba de la correa de Reika, pero Kame seguía estática en el sitio, no parecía tener las agallas que tenía su hermana.
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#28
Con un trozo de madera bastante largo, les haría una rampa y seria cuestion de deslizarlas por ahí, seria hasta bastante interesante respondió el Hyuuga a la pregunta de la rubia y lanzo una sonora carcajada

A ver, creo poder cargarlas… Espeto mientras se acercaba a Kame, palmeandole el caparazón un par de veces dándole ánimos ¿Pasa algo?....Quizás si te ayudo a bajar, terminemos mas rapido

La kunoichi notó a su compañero de misión decidido a cargar con una de las tortugas, Kame para ser precisa, pero esta no se movió ni un milímetro del suelo -¿Es muy pesada?-

Acto seguido, su hermana Hame, consiguió zafarse del Hyuuga y dar unos pasos hasta quedar al borde de la escalera y dejarse caer, no sin antes esconder sus extremidades y cabeza en su propio caparazón.

Iku tiraba y tiraba de la correa, por lo que la kunoichi tomo la decisión de bajar las escaleras junto al cachorro y esperar a Hazegawa y Hame, de este modo estarían la rubia dos de las mascotas en la parte de abajo

-¡Tu puedes! ¡Se valiente!- animo la kunoichi a Kame hablándole directo a su mente y dibujando una sonrisa en su rostro
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#29
« ¿Estoy haciendo algo mal?... »

Como una piedra, pesa más de lo que parece — Dijo a Reika que yacía escalones abajo, pensó en que quizás debería de empujarla y la tortuga haría el resto puesto que no creía en otros métodos, como observo con la otra tortuga.

Tendré que empujarla para que pueda bajar,¿ pero luego como la subiré? Es más complejo de lo que parecer. — Dicho eso trato de empujar a tortuga fijándose que si podía moverla hacia el borde, si el animalejo se resguardara dentro de su caparazón la empujaría lo suficiente como para que cayera y así poder avanzar.

Tened cuidado, va la segunda…creo. — Dijo dándose el aviso antes de ejecutar la acción.
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#30
Antes de que el genin pudiese comenzar a empujar a la segunda tortuga que estaba casi al borde de ser convertida en puré, uno de los vecinos salió por una chirriosa y antigua puerta, horrorizándose ante lo que tenía ante sus ojos.

¿Pero qué estás haciendo? —preguntó con el ceño fruncido y la vena de la frente hinchada —. ¡Vas a hacer daño a la pobre Kame!

La persona en cuestión era un hombre fornido, de pelo oscuro y corto y una barba que parecía asomar de tres días sin afeitarse. Sus ropas eran algo ajustadas, pero lo suficiente holgadas para poder moverse con facilidad. Sus ojos, verdosos; miraban con censura al Hyuuga.

Imagino que estáis aquí por mi vecina... Esta chica, no puede estarse quieta ni con una pierna rota... —suspiró el hombre —. Trae, yo las bajaré hasta el portal, vosotros esperadme allí, y llevaros a Iku —ordenó mientras tomaba con ambas manos el caparazón de la rezagada —. ¡Venga, que es para hoy!

El vecino de la encargada de la misión comenzó a bajar las escaleras a paso despacio, intentando que la tortuga no recibiese ningún daño mientras esperaba que los genin esperasen abajo y poder comenzar con su misión lo más pronto posible.


Reika, tienes 30 de fuerza; Hazegawa, tu tienes 15, si hubierais cogido ambos a la tortuga sumabais 45... Tened en cuenta los stats para la próxima vez.
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