7/03/2018, 13:19
Dandan Ryuu extendió su brazo y tomó la espada por la empuñadura. Con apenas fuerzas para sostenerla, el brazo temblando como una gelatina, el viejo comerciante asió el arma y la levantó por encima de él, mirando su reflejo en el filo. Una lágrima resbaló por su ojo izquierdo, y luego dibujó una amplia sonrisa, cerrando los ojos.
—Gracias, Reika-san. Puedes... dar por cumplida tu tarea. Y ahora... —El anciano siguió moviendo el brazo en la trayectoria inicial, y le ofreció la espada a su ayudante—. Hereda Escarlata, Yomatsu-kun. Hereda mi espada, mi tienda, mi casa. Eres el hijo que nunca... tuve. Eres... tú... todo... para ti... Está... escrito...
testamento... tienda...
Yomatsu, el ayudante de Dandan Ryuu, se arodilló llorando a lágrima viva y tomó la empuñadura de la katana, incrédulo.
—Pero qué dice... Ryuu-dono...
El monitor del pulso de Ryuu emitió un pitido largo y constante, señalando el fallecimiento del viejo comerciante de armas.
—¡¡RYUU-DONOOOO!!
Yomatsu lloró durante unos minutos. Luego, se limpió las lágrimas con dificultad e hizo una reverencia en dirección a Reika.
—Reika-san. Le agradezco enormemente que consiguiera traer la espada antes de... bueno.
»Ahora, le agradecería que nos dejara a solas... Tengo... mucho en lo que pe-pe-pensar.
—Gracias, Reika-san. Puedes... dar por cumplida tu tarea. Y ahora... —El anciano siguió moviendo el brazo en la trayectoria inicial, y le ofreció la espada a su ayudante—. Hereda Escarlata, Yomatsu-kun. Hereda mi espada, mi tienda, mi casa. Eres el hijo que nunca... tuve. Eres... tú... todo... para ti... Está... escrito...
testamento... tienda...
Yomatsu, el ayudante de Dandan Ryuu, se arodilló llorando a lágrima viva y tomó la empuñadura de la katana, incrédulo.
—Pero qué dice... Ryuu-dono...
El monitor del pulso de Ryuu emitió un pitido largo y constante, señalando el fallecimiento del viejo comerciante de armas.
—¡¡RYUU-DONOOOO!!
Yomatsu lloró durante unos minutos. Luego, se limpió las lágrimas con dificultad e hizo una reverencia en dirección a Reika.
—Reika-san. Le agradezco enormemente que consiguiera traer la espada antes de... bueno.
»Ahora, le agradecería que nos dejara a solas... Tengo... mucho en lo que pe-pe-pensar.