La rubia no tardó en escupir que a ella le importaba mas bien poco si no le gustaba la técnica de su clan, por no decir que no le importaba una mierda. Su tono sarcástico dio el sentimiento mas que necesario, las palabras comenzaban a caer en saco roto. Pero por si acaso cabía duda, volvió a remarcarlo de nuevo. Parecía que el asunto estaba zanjado, el rostro de la pelirroja sin embargo no mostraba demasiado desagrado a lo comentado.

Pero no, no todo podía quedar así. La rubia era de esas chica a las que le gustaba meter la puntillita de la espada para saber si la cosa estaba ya bien hecha. De nuevo, saltó inquiriendo que menos mal que no había aprendido aún a controlar sistemas nerviosos y cuerpos.

Aiko no pudo evitar una mueca de desacuerdo y quizás algo de confusión, haciendo barrera entre ambos sentimientos, incluso alzó una ceja. ¿De verdad lo decía en serio?

—Ese tipo de habilidades... son las que normalmente tienen una delgada línea que separan a buenos héroes de villanos sin alma...

La pelirroja se encogió de hombros, y dejó caer un leve suspiro. »Solo espero que no te dejes llevar por el mal camino.

Quizás podía expresarlo mas alto, pero raramente mas claro.

-No importa lo que te diga, verdad?- pregunto, por ultima vez, la chica pelirroja estaba completamente segura de que el Clan de la rubia eran unos ladrones de información y no era así...¿espías?...bueno, pero, que ninja en toda su carrera no debió hacer trabajos de espionajes y en ese caso nuestras habilidades con la mente del Clan Yamanaka los convertían en las gentes idóneas para el trabajo.

-Seguirás pensando que somos unos ladrones y violadores de intimidad...probablemente tengas razón...probablemente te equivocas...es un mundo difícil el que vivimos y cada personas desde su lugar tiene razón, pero de algo estoy segura, NADIE en el Clan Yamanaka es un ladrón de secretos- esperaba que lo entendiera esta vez pero a esta altura ya no lo creía -Eso siempre y cuando no sea un interrogatorio- se dijo la rubia en pensamientos, al decir verdad, nunca había tenido este tipo de cuestionamientos éticos por parte de otra persona, era la primer vez que le sucedía a la kunoichi, se sentía raro y en verdad solo quería hablar acerca de como patinaba sobre el agua.

La chica insistió sin insistir, curioso. Tras una breve pausa, asaltó de nuevo a la pelirroja inquiriendo su comprensión, alegando que nadie en el clan Yamanaka era ladrón de secretos, así como que cada cual puede tener un punto de vista diferente en un mundo tan adverso. Razón no le faltaba, pero lo mirases por donde lo mirases, pasear por la mente de otra persona era realmente monstruoso; eso viniendo de una inmortal quizás era hasta mas dantesco.

—Si no necesitas mi aprobación, ¿por qué insistes tanto entonces? ¿No será que algo te dice que lo que dije en parte pueda ser cierto? ¿Acaso todos los Yamanaka son ángeles y santos? No, no lo creo. Igual tu si eres buena persona ahora mismo, pero lo mismo cierto día algún tarado mata a toda tu familia y queda libre... ¿Acaso no removerías mar y tierra para buscar venganza?

Y ahí, quedaba totalmente tirada por los suelos la teoría de la chica, al menos en opinión de la pelirroja. Terminó por encogerse de hombros, y dejar caer un sostenido suspiro. Dejó caer los hombros, y retomó la compostura.

—Personalmente creo que todo es cuestión de situaciones. No puedes convencerme de si son habilidades malvadas o técnicas para nuestro trabajo, para mi salen incluso de ese concepto...

Si de veras no lo quería, sin duda la charla comenzaba a tornarse algo acalorada. Pero no era algo que pudiese evitar, tampoco se lo estaba echando en cara mientras sostenía un kunai. Le estaba dando la oportunidad de defender sus creencias, aunque su perspectiva actual era un muro de hormigón.

-Y tu no? - repregunto la rubia, luego de escuchar lase payasadas que Aiko decía acerca del Clan de la kunoichi de cabellos dorados -No darías vuelta cada roca buscando al que haga lo mismo con la tuya?- un sentimiento que no había sentido antes comenzaba a quemar le por dentro.

-Te había hablado porque lo que hacías era bonito no para que juzgaras mi Clan, no eres nadie para hacerlo...quien te crees que eres? - increpó a la pelirroja quien ya había oído suficiente como para retirarse de allí, había oído suficiente ataque gratuito hacia su clan a manos de una "nadie"

Cuando la pelirroja le escupió la pregunta de si no usaría para mal sus habilidades en una situación de venganza, la chica contestó devolviendo la pregunta. La había sacado en parte de sus casillas, pues se tomó la pregunta realmente a lo personal; algo bastante alejado de lo que la pelirroja había pretendido en primera instancia. Y de nuevo, tergiversó el sentido de la pregunta para devolverla hacia la mayor. Ésta, arqueó una ceja, aunque intentó evitar mueca alguna de desacuerdo.

—No iban por ahí los tiros, Reika. La cosa es que afirmas que el clan está lleno de buenas personas incapaces de hacer una mala acción, sea cual sea, y tu misma has demostrado que no a base de palabras. Entonces, tu misma estás afirmando que en cualquier momento esas habilidades pueden ser usadas para dar información a un enemigo de nuestra aldea, para robar secretos, o a saber qué otras cosas mas.

Y muy para su pesar, la conversación no hacía mas que tomar más y mas calidez, y no expresamente en el buen sentido de la palabra. La rubia increpó que solo le había "hablado" para decirle que sus movimientos eran bonitos, no para que criticase a su clan. De hecho, hizo hincapié en que no era nadie para juzgar a su clan, cosa que ya había hecho reiteradamente.

—Bueno... en algo llevas razón. Lo que hacía era bonito. —Golpeó la chica con palabras, dando a entender que el resto de lo dicho por la otra chica era incorrecto. —Mejor dejemos el tema, porque no saldrás bien parada. Tengamos una agradable tarde... no estoy aquí por y para darte mil argumentos del porqué esas habilidades son realmente un problema para todos.

Ante todo, intentó mantener un tono agradable. Obviamente, no iba a achantarse de esa pequeñaja, pero tampoco tenía motivos para montar un numerito.

-Haz lo que se te antoje, aunque no te guste lo que mi Clan hace allá tu, a Arashikage-sama le somos útiles y lo seguiremos siendo...ademas, Arashikage-sama tiene seguramente a todos bien vigilados- dijo la rubia, mientras seguía su camino retirándose de aquella playa ya había tubo bastante por un día, pero ahora tenía claro que quería en un futuro próximo: ser seleccionada para ser parte de la fuerza ANBU de Amegakure, solo debía mejorar unos cuantos aspectos de si misma y obviamente ganar experiencia...-Nos volveremos a encontrar Aiko-san- dijo una vez mas en la mente de la pelirroja mientras se retiraba de forma definitiva de aquel espacio.

La chica de cabellera rubia lanzó de nuevo un comentario casi sarcástico, puesto que pese a afirmar que no le importaba la opinión de la pelirroja, ahí seguía, insistiendo. Fuese como fuese, la pelirroja ya tenía opinión acerca del tema, y difícilmente la haría cambiar con argumentos tan escuetos como esos. Parecía estar llegando la conversación a una especie de final, puesto que mas allá solo encontrarían los puños. Efectivamente, Reika también lo podía oler en el aire. Pero ésta tomó la última palabra, bueno... pensamiento. Lanzó de nuevo un mensaje a la mente de la kunoichi de cabellera fogosa, diciendo que se volverían a encontrar.

«Seguramente, pero esperemos que sea en las mismas filas militantes...»

Pensó la chica, dando a la rubia una respuesta inmediata y desafiante. Para nada iba a quedarse calladita, ni hablar del peluquín. Tomó media vuelta, canalizó chakra bajo sus pies, y de nuevo se lanzó a andar sobre el agua. Los primeros fueron pasos, luego ya a los pocos de éstos, lanzó algún que otro deslizamiento; aún no lo dominaba del todo.