Los rumores volaron como las hojas en otoño, “el joven que había desafiado a los ninjas” eso había repercutido en muchas familias dedicadas al oficio, como era posible que alguien sin absolutamente ninguna formación shinobi podía ganarle en algún aspecto a alguien que dedica su vida a ello, no podía permitirse, y el clan Akaki no había quedado apartado de esas familias, aunque solo las que no contaban con mucha influencia se dejaban llevar por lo oído, una clan importante jamás se molestaría en intervenir por algo como eso.

- Pa-padre…eh…yo…eh…creo que, que no es necesario enviar a alguien, e-es un asunto sin mu-mucha importancia, y…

El joven intento replicar la decisión tomada por su padre, su clan no había visto necesario intervenir en el asunto, pero su padre si, él era un hombre de mucho orgullo, y que un niño así desafié a su profesión le parecía un insulto, y no dejaría las cosas así, más que un asunto del clan, Tanaka lo consideraba algo personal, además de que le brindaría más experiencia a su hijo.

- Silencio…, no importa lo que consideres, necesitas más experiencia, y esta oportunidad es bastante buena, no solo vas a demostrarle a ese tonto su error, vas a demostrarme a mi cuanto has crecido ¿entendido?- voz firme, cuerpo recto y vocabulario perfecto, era la clara imagen del clan, no por nada estaba siendo considerado para entrar en el consejo.

- S-si- respuesta dudosa, vos temblorosa y cuerpo relajado, era completamente opuesto a la figura que el clan quería mostrar, por lo que no estaban muy contentos con su promesa, no dejaba de dar decepción tras decepción.

- Haru, ya te lo he dicho muchas veces… CUERPO RECTO Y VOZ FIRME- exclamo el mayor con su ceño fruncido y un tono claramente más alto.

- S-sí, l-lo siento- expreso en un tono más alto pero igual de inseguro, el suspiro de su padre no tardó en hacerse oír, acompañado por el movimiento de su mano cubriendo su rostro…Decepción.

<< Tsk… otra vez ¿cuantas veces fueron hoy?, porque demonios no puedo hacer que se sienta orgulloso al menos una vez, mierda>>

En lo único que pensó durante todo el camino, que es lo que debía hacer para cambiar, necesitaba un giro en su personalidad, pero eso no vendría solo por pensarlo, tenía que actuar, arriesgarse, y por sobre todo dejar de ser tan cobarde.

Varios días de viaje fue lo siguiente, se aseguró de llevar todo lo necesario para el camino, sería un recorrido bastante largo y no siempre encontraría un lugar donde pasar la noche o comprar comida, por lo que en su espalda cargaba una enorme mochila de viaje donde llevaba todo lo necesario.

Tanzaku Gai, la capital del país del fuego, era el hogar de quien había desafiado su profesión, una enorme muralla rodeaba la ciudad, y unos amenazantes guardias, armados y protegidos por una armadura parecida a las armaduras medievales inglesas, custodiaban las puertas e inspeccionaban a todo aquel que intentara ingresar a la capital, aunque con la autorización de algún Kage, el proceso se resumía a mostrar el documento con el respectivo sello para entrar.

El lugar estaba plagado de gente, apenas se podía caminar por las calles, incluso en el atardecer, los puestos se mantenían vendiendo constantemente y las personas parecían no frenar el ritmo en ningún momento.

Haru recorrió las congestionadas calles de Tanzaku, hasta que poco a poco el número de personas iba disminuyendo, al igual que las casas comenzaban a verse más deterioradas, lentamente iba entrando en la zona menos concurrida de la capital, al mismo tiempo que el sol comenzaba a ocultarse, ahí fue donde lo vio, un pequeño anuncio escrito a mano sobre la pared, la prueba de la veracidad de los rumores.


- Ya veo, así que hay más de un punto, está bastante organizado para tratarse de un ladronzuelo, y al parecer tiene mucha confianza en su habilidad para huir- se dijo a si mismo sobándose la barbilla.