El Edificio del Morikage es un gran dojo de varios pisos de altura y uno de los edificios más altos de la aldea. Su arquitectura respeta la temática principal de toda la aldea y está construido de forma tradicional, constituido enteramente por madera y bambú. Sobre la puerta de entrada, corredera, está grabado el símbolo de Kusagakure en grande y en un tono verdoso.

Tras la puerta principal se encuentra la recepción. Como el resto del edificio, el suelo y las paredes también están construidos a base de madera y bambú y la iluminación se consigue a partir de pequeños farolillos que adornan todo el lugar y que se encuentran tanto en la recepción como en los pisos posteriores. Colgando en las paredes, multitud de fotos e imágenes de toda la villa hacen más acogedor el lugar. Un poco hacia la derecha de la recepción se encuentra el mostrador, con varios cajones, un amplio y cómodo escritorio y una silla de madera de un tono más oscuro con un pequeño cojín cubriendo el asiento. A la izquierda del mostrador, varios bancos hechos del mismo material que los demás muebles constituyen el lugar de espera habitual.

Unas escaleras al final de la recepción, y a la derecha del mostrador, conducen hacia los pisos superiores del edificio. En la última planta se encuentra el despacho del Morikage, un lugar amplio y con ventanas correderas que suelen estar siempre abiertas para disfrutar del buen tiempo que suele hacer en Kusagakure. Las paredes que quedan libres están ocultas tras una serie de estanterías con todo tipo de objetos: desde libros y pergaminos, hasta objetos exóticos como macetas llenas de flores extrañas y exuberantes alrededor de las cuales revolotean sin cesar mariposas de vistosos colores. En el centro del despacho se encuentra un escritorio de color claro, hecho de madera, con un sillón de grandes dimensiones que, según todas las personas que han pisado aquel lugar, parece ser el más cómodo de toda la aldea.

Sobre el despacho se encuentra la azotea, lugar al que solo se puede acceder desde el mismo. Un tatami cubierto de grandes dimensiones donde el ya fallecido Moyashi Kenzou disfrutaba practicar y luchar con sus súbditos. Aburame Kintsugi, la actual Morikage, no suele utilizarla de forma tan asidua, y, desde luego, cuando lo hace, es para entrenar en solitario o con su mano derecha: Hana.