—Todo el mundo dice que daría su vida por los demás, pero a la hora de la verdad, es más complicado que eso —comento Yuuna tras dar la espalda al oceano—. El miedo, el instinto de supervivencia... puede superar hasta a los más preparados. Nunca sabes cómo actuarás hasta que no estés en esa situación.

Yo no tenia este tipo de experiencia. No había salido más allá de las puertas de la aldea nunca. Los mas cercano a un conflicto fue cuando las otras aldeas ninja intentaron atacarnos. No sabía como reaccionaria ante una situación así.

»Yo quise hacerlo. Quise lanzarme frente a ese hombre y evitar que matara a mi padre. Pero las piernas me fallaron. Su presencia...

»Su presencia era aterradora. Como si... fuera un demonio, más que un humano. —Debia ser doloroso perder a alguien, pero mas doloroso aún debía ser perderlo sin poder mover un músculo para evitarlo. Ese era uno de mis mayores miedos.—. Y te diría que me arrepiento de no haberlo hecho... pero sé que hubiéramos muerto los dos.

—Tienes razón. Es muy fácil hablar sin la experiencia, pero para mi es un sentimiento. Quizás si me viera en esa situación tampoco sería capaz de moverme, al fin y al cabo, ¿Que puede hacer alguien como yo?—Un chico normal, de capacidades normales y con mas habilidad para forjar una espada que para blandirla. —Eso es lo que habría dicho cuando abandoné mi bandana, pero ahora, y aún sin haber vivido esa situación, solo me queda seguir entrenando y hacerme mas fuerte, para cuando se dé esa situación poder vencer al miedo.

También me giré. No solía pararme a pensar en lo que hacia o decía, quizás era mi peor defecto, y otra vez volví a hablar sin pensar.

—¿Sabes? Para ser un demonio, cometió el error humano de dejarse llevar por su ego. ¿Por que dejas viva a la familia de la persona que vas a matar, sabiendo que, algún día, pueden levantar las armas en busca de venganza? Solo puede ser por ego, por que cree que nadie le superará o sera mas fuerte que él. Por que cree que es el mejor, y después de verle en acción nadie levantara la mano para combatirle.

»Puede que otros piensen diferente, pero después de verte en acción, te veo como una gran aliada o una enemigo verdaderamente temible. Quizás hoy no estés preparada, quizás mañana tampoco ¿Pero quien sabe el futuro? Si hoy eres así de fuerte ¿Cuanto lo seras dentro de dos meses o un año?

» Créeme cuando te digo, que, por poderoso que sea, y sin conocerle, ahora mismo no me gustaría estar en el pellejo del tio qué asesino a tu padre.

Creerse la gran cosa y subestimar a tu enemigo por pensar que jamas podría superarte podía costarle la vida al guerrero mas experto. Era el peor error que alguien podia cometer por que era un error que valía una vida.

No es que estuviera intentando animarla ni nada por el estilo. Como siempre, todo aquello solo me salió del alma y sin pensar en el efecto que podían tener aquellas palabras.

—Tienes razón. Es muy fácil hablar sin la experiencia, pero para mi es un sentimiento. Quizás si me viera en esa situación tampoco sería capaz de moverme, al fin y al cabo, ¿Que puede hacer alguien como yo?—Un chico normal, de capacidades normales y con mas habilidad para forjar una espada que para blandirla. —Eso es lo que habría dicho cuando abandoné mi bandana, pero ahora, y aún sin haber vivido esa situación, solo me queda seguir entrenando y hacerme mas fuerte, para cuando se dé esa situación poder vencer al miedo.

—Bueno, yo creo que ya eres fuerte —sonrió Yuuna.

—¿Sabes? Para ser un demonio, cometió el error humano de dejarse llevar por su ego. ¿Por que dejas viva a la familia de la persona que vas a matar, sabiendo que, algún día, pueden levantar las armas en busca de venganza? Solo puede ser por ego, por que cree que nadie le superará o sera mas fuerte que él. Por que cree que es el mejor, y después de verle en acción nadie levantara la mano para combatirle.

»Puede que otros piensen diferente, pero después de verte en acción, te veo como una gran aliada o una enemigo verdaderamente temible. Quizás hoy no estés preparada, quizás mañana tampoco ¿Pero quien sabe el futuro? Si hoy eres así de fuerte ¿Cuanto lo seras dentro de dos meses o un año?

» Créeme cuando te digo, que, por poderoso que sea, y sin conocerle, ahora mismo no me gustaría estar en el pellejo del tio qué asesino a tu padre.

Esta vez, fue una sonrisa triste. Pero amable.

—Bueno... —Yuuna negó con la cabeza—. Yo no busco la venganza. Sólo quería advertir a los ninjas. Y dejar claro de qué posición nos encontramos los samurai.

»No, no busco la venganza. Pero mi padre murió defendiendo sus ideales. Los samurai defenderemos su legado.

La muchacha se dio la vuelta y volvió a apoyarse en la barandilla.

—¿Cómo es eso de que no sabes usar Ninjutsu? ¿No eres un ninja?

—Bueno... —Dijo negando con la cabeza—. Yo no busco la venganza. Sólo quería advertir a los ninjas. Y dejar claro de qué posición nos encontramos los samurai.

»No, no busco la venganza. Pero mi padre murió defendiendo sus ideales. Los samurai defenderemos su legado.

Eso era verdadera fortaleza mental. Si alguien viniera a mi casa, y asesinara a mi padre, dejándome vivo, no tendría suficientes lugares en el mundo para esconderse. Me haría mas fuerte, lo buscaría, y clavaria su cabeza en una de las espadas de mi padre.

—¿Cómo es eso de que no sabes usar Ninjutsu? ¿No eres un ninja?

Una pregunta esperada salio de sus labios tras darse la vuelta y volver a ponerse de cara al océano.

Miré al cielo antes de contestarle.

—Solo soy un ninja si entendemos "Ninja" como soldado de una aldea oculta. Si entendemos la palabra como practicante del arte del ninjutsu, entonces solo soy un herrero con una espada.

El hecho de llevar la bandana hacia entender que era mas bien lo primero. No claro, para mis antiguos compañeros de clase, que nunca me habían considerado shinobi.

—El porque... Sigue siendo un misterio incluso para mí. Ni los mejores médicos supieron decírmelo. No tarde mucho tiempo en darme cuenta que buscar respuestas en vez de avanzar solo era una perdida de tiempo. Fue mejor aceptarlo y seguir hacia delante.

A veces era mejor ser un herrero que cargaba una espada, otras veces la envidia me superaba. El camino hasta donde me encontraba no había sido fácil, y por algún motivo sentía que nunca lo seria.

—No fue nada sencillo, y muchas veces pensé en mandarlo todo bien lejos y ser solo un simple herrero junto a mi padre, pero aquí estoy.

Yuuna rio.

—¡Ja! ¿Los mejores médicos? ¿"Soldado de una aldea oculta"? —Yuuna se dio la vuelta, encarándole, y se acercó a Reiji. Le puso una mano en el centro del pecho—. Lo importante está aquí, Sasaki Reiji. Los samurai solemos decir que no es la habilidad con la espada lo que te hace samurai sino tu forma de ver la vida y tu forma de actuar. Si actúas como un shinobi, eres un shinobi.

»Por otra parte, ¿no sabes hacer técnicas ninja o no sabes utilizar el chakra? Son dos cosas muy distintas. Verás... —Yuuna dio un paso hacia atrás y desenvainó a Tamashigiri. La hoja fue recubierta de un manto fantasmal de color plateado—. Los samurai no necesitamos sellos ni fórmulas complicadas para utilizarlo. ¿De veras no puedes adaptarte? El Shinobi Espadachín suena bastante bien, ¿eh?

—¡Ja! ¿Los mejores médicos? ¿"Soldado de una aldea oculta"?

Yuuna se dio la vuelta tras reirse, se puso frente a mí y se acerco. Se acerco demasiado. Luego puso una mano sobre mi pecho. Demasiada cercanía. Si no estaba sudando por fuera, lo estaba haciendo por dentro. Aquello era como lo de la loca aquella de la Heladería. Demasiado cerca.

—Lo importante está aquí, Sasaki Reiji. Los samurai solemos decir que no es la habilidad con la espada lo que te hace samurai sino tu forma de ver la vida y tu forma de actuar. Si actúas como un shinobi, eres un shinobi.

¿Actuar como ellos? ¿Despreciado a todos aquellos que no tengan la misma capacidad que yo? ¿Riéndome de aquellos que no son capaces de lograr lo mismo que yo? Jamás.

»Por otra parte, ¿no sabes hacer técnicas ninja o no sabes utilizar el chakra? Son dos cosas muy distintas. Verás... —La samurai dio un paso hacia atrás y desenvainó su espada.Pese a todo, me quede bastante mas tranquilo. La hoja de la espada se cubrió con un brillo plateado. No me serprendio del todo, yo era capaz de hacer algo similar —. Los samurai no necesitamos sellos ni fórmulas complicadas para utilizarlo. ¿De veras no puedes adaptarte? El Shinobi Espadachín suena bastante bien, ¿eh?

Me reí. No de ella. Solo de la sugerencia que dió.

—Antes has dicho que si actúas como un shinobi entonces eres un shinobi. Me niego a despreciar a alguien solo por que no es capaz de hacer algo que se supone que todos deberían poder hacer. Me niego a reírme de alguien o humillarlo por las cosas que no puede hacer. Me niego a aprovechar el alboroto de una batalla para atacar un hospital lleno de heridos y personas indefensas. Eso son los shinobis que conozco.

»No le guardo rencor a ninguno, pero yo no soy igual que esa gente. Mi corazón es el de un guerrero, él de un espachin y el de un herrero. Y aunque soy leal a Uzushiogakure, yo no sigo el camino del ninja, tengo el mío propio.

Desenvaine a Tsubame y la puse a la altura de la espada de Yuuna, sin que los filos de las espadas se tocaran. Entonces deje que mi chakra fluyera por la hoja, la cual se iluminaria con un destello azulado gracias a la electricidad que ahora recorría su filo. Sonreí.

—Espero que esto conteste a tu primera pregunta. Un herrero tampoco necesita sellos ni fórmulas complicadas para utilizar el chakra. El Shinobi Espadachín suena bastante bien, pero no va conmigo.

Yuuna se encogió de hombros. No entendía que había querido decir con lo del ataque al hospital. No tenía demasiado interés en ahondar en ello. No obstante...

—Todo el mundo tiene enemigos. ¿Eran tus amigos los que atacaban el hospital? Tengo entendido que en Uzushiogakure presumen de ser ninjas honorables. No creo que eso haya cambiado, a juzgar por el poco tiempo que he podido estar con vosotros dos —dijo. Dirigió la mirada hacia la espada de Reiji—. Vuestra forma de manipular el chakra es inconfundible. Eso es una técnica ninja. —Yuuna desactivó el flujo de chakra y enfundó la espada. Volvió a encogerse de hombros y se dio la vuelta, apoyándose de nuevo en la barandilla—. Di lo que quieras. Para mí, alguien que vive en una aldea ninja y lucha por una aldea ninja es un shinobi. Supongo que hay muchos tipos de shinobi.

Suspiró.

—Hay algo mágico y precioso en los amaneceres, ¿no crees? La gente que no madruga se pierde esto. Qué pena.

—Todo el mundo tiene enemigos. ¿Eran tus amigos los que atacaban el hospital?

¿Amigos? Más bien lo que se suponía que debían ser aliados, gente en la que se debía confiar. Gente en la que se confiaba lo suficiente como para permitirles entrar en la aldea. Y ¿Como pagaban esa confianza? Atacando por la espalda.

—Tengo entendido que en Uzushiogakure presumen de ser ninjas honorables. No creo que eso haya cambiado, a juzgar por el poco tiempo que he podido estar con vosotros dos

—A veces, lo que parece una buena manzana cuando la miras, descubres que está llena de gusanos tras el primer bocado. No niego que haya ninjas honorables, pero yo no conozco los suficientes.

Katsudon, Hanbi, Datsue... La lista del lado bueno era lo suficientemente corta para contarla con los dedos de las manos, pero la otra lista era demasiado larga como para recordar los nombres. O mejor dicho, no quería recordarlos.

—Vuestra forma de manipular el chakra es inconfundible. Eso es una técnica ninja.

Dijo mirando el filo relampagueante de mi espada. Si, era una técnica ninja, la única o de las pocas que podía hacer. Ella desactivo su chakra y guardo su espada, yo la imité.

—Manipular el chakra es lo único que puedo hacer. Como un ninja, como un samurái, como un herrero, da igual. Yo no es que no quiera o no sepa hacer formulas y sellos complicados, es que no puedo hacerlo. Sin mas.

—Di lo que quieras. Para mí, alguien que vive en una aldea ninja y lucha por una aldea ninja es un shinobi. Supongo que hay muchos tipos de shinobi.

Hacia un rato se había reído cuando había dicho que un ninja era un soldado de una villa oculta. Ahora, de otra forma, ella estaba diciendo exactamente lo mismo. Era un Ninja por que luchaba por una aldea ninja.

—Hay algo mágico y precioso en los amaneceres, ¿no crees? La gente que no madruga se pierde esto. Qué pena.

—Quizás. Madrugo para encerrarme en un dojo a entrenar, es la primera vez que me paro a observar el amanecer.

Dije tras girarme y quedarme de nuevo mirando hacia el mar.

—¿La primera? —Yuuna parecía sorprendida—. Entonces es mejor que te lo tomes con un poco de calma. A veces experiencias cómo estás ayudan a templar el alma más que una dura sesión de entrenamiento.

La mujer tomó aire y lo dejó volar al mar lentamente, cerrando los ojos y disfrutando del momento.

—Ahhhh... buenos días. —La voz de Katsudon les sorprendió a ambos por la espalda. Era increíble que una persona tan gorda pudiera ser tan sigilosa.

—¿La primera?

Podía entender su sorpresa, pero el día tenia unas horas limitadas, y hasta donde mi conocimiento alcanzaba, el tiempo era un bien irrecuperable. No me había parado nunca, por que necesitaba exprimir el tiempo al máximo.

—Entonces es mejor que te lo tomes con un poco de calma. A veces experiencias cómo estás ayudan a templar el alma más que una dura sesión de entrenamiento.

Observe el cielo. ¿Templar él alma? Yo no estaba seguro, en mi corazón sentía que mi alma ya estaba forjada, como el acero de mis espadas. Quizás, como siempre, estaba equivocado, pero era algo tan típico que no le di mas vueltas.

—Ahhhh... buenos días.

Todavía me sorprendía el siglo de Katsudon. Su voz me sacó de mis pensamientos. ¿Como alguien que roncaba así podía moverse sin hacer ruido?

—Buenos días. ¿Ya has desayunado?

Por que yo no. Y al verle, por algún motivo, solo pude pensar en comida.

—No, no lo he hecho, la verdad es que se me acabó la comida —rio el hombretón, acariciándose la nuca—. Y como tuvimos tanta prisa por encontrar un barco, no se nos ocurrió a ninguno de los tres que tendríamos que haber comprado algo. —Katsudon se acercó. Esta vez, su semblante era totalmente serio—. De modo que decidí preguntar a algún marinero. No abrían sus camarotes. Supuse que estarían fuera. Pero no he visto a ninguno. —Miró a la cabina. Era difícil de decir, porque el sol reflejaba en el cristal, pero no se veía a nadie a cargo del timón—. No pretendo asustaros, pero aquí hay algo que me huele mal.

Yuuna se adelantó. Pasó al lado de Katsudon y se cubrió la frente para taparse del sol.

—No veo a nadie al mando, y la cubierta estaba vacía desde esta mañana —dijo—. ¿Estás seguro de que no están durmiendo?

—¿Y el capitán, o algún navegante? No sé, he aporreado bien fuerte varias puertas y nadie contestaba.

—No, no lo he hecho, la verdad es que se me acabó la comida —Era totalmente inesperado y sorprendente que alguien como Katsudon no estuviera preparado para una situación alimenticia como aquella.—. Y como tuvimos tanta prisa por encontrar un barco, no se nos ocurrió a ninguno de los tres que tendríamos que haber comprado algo. —Que yo o Yuuna no pensáramos en la comida no me sorprendía, pero que no lo hiciese Katsudon era casi impensable—. De modo que decidí preguntar a algún marinero. No abrían sus camarotes. Supuse que estarían fuera. Pero no he visto a ninguno. —La expresión de Katsudon era bastante mas seria. Normal, el tema era preocupante.—. No pretendo asustaros, pero aquí hay algo que me huele mal.

—No veo a nadie al mando, y la cubierta estaba vacía desde esta mañana —dijo Yuuna tras pasar por delante de Katsudon y ojear el timón—. ¿Estás seguro de que no están durmiendo?

—Si, ¿Estas seguro? Yo les he escuchado roncar cuando me he levantado. El barco no estaba vacío por entonces

—¿Y el capitán, o algún navegante? No sé, he aporreado bien fuerte varias puertas y nadie contestaba.

—O ha pasado algo en el intervalo entre que me he levantado yo y el que te has levantado tu, o duermen muy profundamente. ¿Tu no les has oído roncar? Si la respuesta es no, propongo entrar a las habitaciones a la fuerza, no sea que les haya pasado algo...

Akimichi Katsudon se rascó la barbilla, tomándose un tiempo para pensar detenidamente.

—¿A todos? ¿Tú crees...? —dijo—. Una vez, nos pasó esto en un hotel. Estábamos escoltando a un equipo de fútbol. Y resulta que simplemente estaban dormidos los muy cabrones. —Rio. Pero fue una risa breve—. No obstante, prefiero comprobarlo, sí. Reiji, Yuuna, id a buscar al capitán por la cubierta, en la cabina, donde sea. Yo bajaré a los camarotes y... derribaré alguna puerta. —El hombretón se encogió de hombros, y se alejó a paso ligero bajo cubierta.

—¿A todos? ¿Tú crees...? —No sabia si creer era la palabra correcta, pero estaba seguro de que cosas mas raras pasaban en el mundo shinobi—. Una vez, nos pasó esto en un hotel. Estábamos escoltando a un equipo de fútbol. Y resulta que simplemente estaban dormidos los muy cabrones. —Quizas era el caso, pero si no me había respondido es por qué el no había escuchado los ronquidos.

—No obstante, prefiero comprobarlo, sí. Reiji, Yuuna, id a buscar al capitán por la cubierta, en la cabina, donde sea. Yo bajaré a los camarotes y... derribaré alguna puerta.

—Creo que es mejor que... —Para cuando quise terminar la frase, Katsudon ya se había adentrado en el barco.—En fin... Como nos separemos todos, y me dejeis solo en el barco... Correré desnudo por la cubierta mientras grito obscenidades

Yuuna miró a Reiji, incrédula.

—¿Qué... dices? —Sacudió la cabeza—. Bueno, será mejor que vayamos a mirar, ¿no? ¿Por dónde buscamos primero?

—¿Qué... dices?

Sacudió la cabeza como si se estuviera imaginando la escena.

—Que si se os ocurre dejarme solo en un barco en mitad de la nada, haré locuras. Pero de las no dañinas. Apreció mi vida.

En realidad solo me ponía en la situación en mi cabeza. Una vez llegado el momento, que esperaba que no llegara nunca, ya veríamos si reunía el valor para hacer algo como eso.

— Bueno, será mejor que vayamos a mirar, ¿no? ¿Por dónde buscamos primero?

—Mmm... Hemos estado peleando por aquí y nadie a venido a cotillear o a decirnos nada, creo que deberíamos mirar primero por la otra parte del barco. Todo esto es muy raro... La gente no desparece así como así de un momento a otro y en mitad del mar. No se mucho de ilusiones, pero... ¿Puede ser que estemos los tres juntos dentro de una?

Era la única explicación lógica que se me ocurría para todo aquello. No tenia sentido. Hacia un rato estaban roncando en sus habitaciones. Ahora no queda nadie excepto nosotros. Y nadie había odio ningún ruido. Sobretodo no se había escuchado ningún ruido de nadie saltando al agua.