16/08/2019, 14:22
(Última modificación: 13/02/2020, 16:28 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.)
Tomo en el cual se narran las vivencias de la joven Sagisō Ranko y su interacción con su familia.
—Puedes ir a explorar el mundo a como le dijiste a... ahm... un pajarito, solo si logras escapar de mí. Ahora ve a tu cuarto y prepara tus cosas. Veremos si estás lista.
Ranko asintió. Con paso lento pero firme, fue a su habitación, se cambió a su típico atuendo de combate y empacó todo lo que consideró necesario en una gran mochila. Casi en modo automático, se vio en el umbral de su recámara. Su corazón le latía incansablemente de la emoción. No se dio cuenta de que no había ningún sirviente ese día en la casa, por orden de Komachi. Tuvo entonces una idea. No tenía por qué regresar al área de entrenamiento, con su madre. ¡Podría escabullirse de una vez por la puerta principal y estaría consiguiendo el permiso!
Con el máximo silencio que pudo, y sin voltear atrás, fue hasta la parte delantera de la casa y abrió la puerta.
—Oh, creíste que no pensaría en esto, ¿verdad? —Su madre estaba ya bloqueando la entrada. Antes de que Ranko pudiese responder, la mujer le lanzó un rodillazo a la cara. La joven apenas y pudo esquivarlo saltando hacia atrás.
Komachi arremetió de nuevo. Parecía un fantasma, no solo por sus movimientos elegantes y veloces, sino que el kimono púrpura holgado que usaba ondeaba de manera espectral a cada paso. A Ranko le costaba esquivar las patadas y embistes de la mujer, quien parecía estarse conteniendo y divirtiendo a la vez. Es más: los golpes no alcanzaban a conectar con nada, de manera que nada en el pasillo se vio afectado de milagro. Ranko regresó al área de entrenamiento. Era un patio amplio y sin techo. Podría utilizarlo para escapar si encontraba una apertura.
Sin embargo, su madre también la estaba esperando allí.
"¿¡Eh!? ¡Era un clon de sombras!" pensó Ranko. Pero no dudó, se lanzó hacia la mujer que tenía enfrente con una patada.
—¡Dynamic Entry!
—Oh, demasiado básico.
Como si apartase la rama de una planta de ornato, Komachi tomó su pipa kiseru, imbuyéndola de su gran fuerza, y la usó para apartar la patada de su hija. Ranko pasó entonces por su lado, para caer luego al suelo del área de entrenamiento. La pelirroja no perdió tiempo y avanzó hacia Ranko.
—¿Qué pasa si te encuentras con alguien más fuerte que tú en el camino? —Saltó y asestó una patada descendente que golpeó el suelo, pues su hija había retrocedido —. A) Te enfrentas a esa persona y usas cada gramo de tu ser para superarte —Otro salto con patada descendente, pero esta vez la encadenó con un rodillazo que, a diferencia de los otros dos movimientos, sí conectó —. O B) Huyes. ¿Qué será, Ran-chan?
La chica de la trenza retrocedió, con los brazos contra el estómago. Pero no cayó de rodillas. Alzó la vista, como si tirara del cielo para levantarse, y se colocó en posición.
—Me enfrentaré a esa persona —El peso de su equipaje la ralentizaba, pero pensó que, si lo dejaba, tendría un retraso importante al conseguir alguna apertura, por lo que decidió conservarlo a la espalda —. ¡Y la venceré!
Komachi previó cada una de las patadas de Ranko, cada uno de sus pasos y cada uno de sus bloqueos. Si la chica evadía alguno de los golpes de su madre, era porque ésta así lo permitía. La mujer usaba su pipa para desviar uno que otro golpe, haciéndolo ver tan fácil, o haciéndola ver tan débil. Eventualmente, Ranko comenzó a sentirse cansada. Su velocidad disminuyó poco a poco y sus golpes perdieron fuerza.
—¿Cómo la vencerás? —Komachi no había soltado su pipa en ningún momento, y ahora fumaba un poco de ella —. Dime, ¿Cómo?
—Yo… yo…
—¡Dime!
Una patada más al estómago de Ranko, un avance y otra patada más a su mentón fueron suficientes para derribarla. La chica ya sangraba, amén de tener varios raspones.
—Entonces no es la respuesta correcta. De nuevo, ¿Qué pasa si te encuentras a alguien más fuerte que tú en el camino?
—L-lo… lo enfrento… —Ranko se incorporó, sentándose en el suelo. Pensó un momento.
"¿No es correcto? Entonces… ¿Hay que huir? La condición era escapar de ella, pero… ¿Cómo? ¿Cómo escapo de un límite que no puedo romper? ¿Acaso madre quería que…? Pensé que había que enfrentar todos los riesgos y peligros ¡Eso hacen los héroes! Pero tal parece que… Tal parece que no es del todo cierto..."
—Y… y analizo cómo superarlo. —Ranko alzó la vista hacia su madre. Sin embargo, algo más allá captó su atención. En el borde del muro del área de entrenamiento, se podía ver algún mechón pelirrojo, como de alguien que intenta no ser visto y falla por poco "O como alguien que espera…"
—Muy bien, Ran-chan. Ésa suena más a respuesta correcta. ¿Y después de eso?
Komachi dio unos pasos hacia ella, pero Ranko se puso de pie, adolorida, y retrocedió lo mismo.
—N-no hay nada malo en huir, ¿Cierto? Por eso es una opción.
—Interesante conclusión. Uno suele luchar para sobrevivir o defenderse. Pero todo tiene un límite. No es lo mismo intentar usar un cuchillo para cortar un arbusto que usarlo para intentar talar un árbol. Si reconoces que no puedes sobrepasar algo, lo sensato es alejarse del combate. Por eso mi condición fue escapar, no vencer.
—Ya… ya entiendo. Por eso… ¡Por eso utilizaré mi nuevo jutsu! —Ranko alzó la voz a como pocas veces lo hacía. Komachi se sorprendió y se detuvo de golpe. La chica hizo un sello y gritó —. ¡Jutsu Secreto: Arte Ninja de Invocación!
—¿Qué? ¿Cómo…? —Pero un estruendo detrás de ella la interrumpió. Un estruendo seguido del trino de mil pájaros.
—¡Chidori!
Al voltearse, Komachi vio a su otra hija, Kuumi, saltando hacia ella con su mano derecha envuelta en chakra relámpago. Aunque intentó detenerlo con su siniestra, el jutsu se enterró de lleno en su pecho. Komachi entonces se convirtió en una roca, la cual estalló en pedacitos ante el poder de la pelirroja menor.
—Bien, nunca dije que no pudieras recibir ayuda, así que lo consideraré legal. —Komachi se había apartado del par gracias a su Kawarimi no jutsu, pero ahora se les acercaba de nuevo.
Ranko se sintió llena de energía otra vez, como si Kuumi le transfiriese todos sus ánimos.
—¿Lista, Ran-chan? ¿Quieres usar eso? —Kuumi se tronó los dedos de ambas manos para luego ponerse en posición de combate.
—Sí. Kuu-chan.
—¡Hermoso! ¡Vamos, chicas!
Komachi saltó, pero las manos de Kuumi fueron casi tan rápidas como ella.
—¡Raiton: Kangehika!
Una descarga de potentes relámpagos surgió de las manos de Kuumi, pero no se dirigieron a Komachi, sino al suelo justo delante de ella, lo que levantó una buena cantidad de arena y gravilla. La mujer, usuaria de Fūton, soltó un fortísimo respiro, apartando la nube de polvo con suma sencillez. Pero ahora solo vio a Kuumi. Ranko caería encima de ella, lista para asestarle una fuerte patada en la cabeza. Pero la jōnin mostró su nivel, interrumpiendo su carrera en un instante para dar un salto lateral, saliendo de la trayectoria de Ranko.
Kuumi continuó el ataque con un salto y dos patadas aéreas. Komachi bloqueó ambas con la pipa kiseru, imbuyéndola de chakra. Cuando intentó contraatacar, Kuumi se alejó de un salto mientras hacía sellos y agitaba su mano hacia adelante.
—¡Chidori senbon! —Una ráfaga de agujas eléctricas se desplegó en su dirección, pero la jōnin pudo evadirla de un salto vertical muy potente.
—Renkūdan. —Aún en el aire, la mujer disparó una fuerte bala de aire comprimido hacia su hija. Antes de que llegara, se había levantado un muro de tierra de la nada. En su superficie se podía apreciar el emblema de la familia Sagisō —. Oh, eso me gusta.
La técnica de Fūton partió a la mitad el muro, autoría de Ranko, quien ahora corría hacia su derecha. Kuumi, al mismo tiempo, intentaba rodearla por su izquierda.
—Podrían trabajar un poquito más en su estrategia, chicas.
Las hermanas se lanzaron al mismo tiempo, listas para golpear a su madre, pero ésta, sin pensarlo mucho, giró para contraatacar, lanzando una patada y un puñetazo a ambos lados. Pero éstos no golpearon. En su lugar, las hermanas se deshicieron en sendas nubecillas translúcidas.
—Oh, no.
Cuando volteó hacia el muro semidestruido, a su lado vio a Ranko acostada boca arriba, apoyada en sus codos, con las piernas retraídas hacia su cuerpo. Kuumi parecía estar en cuclillas sobre las plantas de su hermana, con chakra eléctrico formándose de nuevo en su mano.
—¡KuuRan Fukugi: Todō
Kodan!
Ranko dio una patada doble con toda su fuerza a la vez que Kuumi saltaba enérgicamente. Habían bautizado a esa técnica como Movimiento Combinado KuuRan: Catapulta de Conejo, Bala de Tigre, un nombre que les tomó tres días enteros idear. Si bien Ranko no era capaz de lanzar a alguien por los aires, el impulso de ambas logró que Kuumi volara velozmente hacia Komachi, quien apenas y pudo reaccionar.
Komachi, con una enorme sonrisa, soltó su pipa y, concentrando toda su fuerza, asió a Kuumi de la muñeca, justo antes que su Raiton la alcanzara. La energía del ataque fue tal que no pudo detenerla, sino que la desvió, y tuvo que lanzar a su hija contra el suelo del patio de entrenamiento. La mujer se volteó rápidamente para encarar a su otra hija, pero se detuvo en seco.
Ranko ya no estaba.
—Oh, chica lista…
—Je… Funcionó a la perfección, ¿no? —Kuumi se ponía de pie con dificultad —. Ran-chan no es rápida, y supuse que esto te distraería.
Komachi revoloteó el cabello de Kuumi, soltando una carcajada.
—Estoy realmente orgullosa de ustedes. Algunos dicen que el momento en el que uno se siente más fuerte es cuando pide ayuda. Me alegra tanto que ustedes dos entiendan eso.
Kuumi se inflamó de autoestima.
—Y ahora Ran-chan irá a…
—Ella lo decidirá. Ahora sé una buena chica y recoge mi pipa.
A finales del año 218, Ranko viajó hasta el Valle de Unraikyo y se enfrentó a King Rōga en un combate amistoso. Antes de partir, su madre le regaló una wakizashi, bautizada por la joven como Higanbana. Además, su madre le dio una condición especial para poder dejarla ir. Ésta es la historia de cómo Ranko obtuvo tal permiso.
—Puedes ir a explorar el mundo a como le dijiste a... ahm... un pajarito, solo si logras escapar de mí. Ahora ve a tu cuarto y prepara tus cosas. Veremos si estás lista.
Ranko asintió. Con paso lento pero firme, fue a su habitación, se cambió a su típico atuendo de combate y empacó todo lo que consideró necesario en una gran mochila. Casi en modo automático, se vio en el umbral de su recámara. Su corazón le latía incansablemente de la emoción. No se dio cuenta de que no había ningún sirviente ese día en la casa, por orden de Komachi. Tuvo entonces una idea. No tenía por qué regresar al área de entrenamiento, con su madre. ¡Podría escabullirse de una vez por la puerta principal y estaría consiguiendo el permiso!
Con el máximo silencio que pudo, y sin voltear atrás, fue hasta la parte delantera de la casa y abrió la puerta.
—Oh, creíste que no pensaría en esto, ¿verdad? —Su madre estaba ya bloqueando la entrada. Antes de que Ranko pudiese responder, la mujer le lanzó un rodillazo a la cara. La joven apenas y pudo esquivarlo saltando hacia atrás.
Komachi arremetió de nuevo. Parecía un fantasma, no solo por sus movimientos elegantes y veloces, sino que el kimono púrpura holgado que usaba ondeaba de manera espectral a cada paso. A Ranko le costaba esquivar las patadas y embistes de la mujer, quien parecía estarse conteniendo y divirtiendo a la vez. Es más: los golpes no alcanzaban a conectar con nada, de manera que nada en el pasillo se vio afectado de milagro. Ranko regresó al área de entrenamiento. Era un patio amplio y sin techo. Podría utilizarlo para escapar si encontraba una apertura.
Sin embargo, su madre también la estaba esperando allí.
"¿¡Eh!? ¡Era un clon de sombras!" pensó Ranko. Pero no dudó, se lanzó hacia la mujer que tenía enfrente con una patada.
—¡Dynamic Entry!
—Oh, demasiado básico.
Como si apartase la rama de una planta de ornato, Komachi tomó su pipa kiseru, imbuyéndola de su gran fuerza, y la usó para apartar la patada de su hija. Ranko pasó entonces por su lado, para caer luego al suelo del área de entrenamiento. La pelirroja no perdió tiempo y avanzó hacia Ranko.
—¿Qué pasa si te encuentras con alguien más fuerte que tú en el camino? —Saltó y asestó una patada descendente que golpeó el suelo, pues su hija había retrocedido —. A) Te enfrentas a esa persona y usas cada gramo de tu ser para superarte —Otro salto con patada descendente, pero esta vez la encadenó con un rodillazo que, a diferencia de los otros dos movimientos, sí conectó —. O B) Huyes. ¿Qué será, Ran-chan?
La chica de la trenza retrocedió, con los brazos contra el estómago. Pero no cayó de rodillas. Alzó la vista, como si tirara del cielo para levantarse, y se colocó en posición.
—Me enfrentaré a esa persona —El peso de su equipaje la ralentizaba, pero pensó que, si lo dejaba, tendría un retraso importante al conseguir alguna apertura, por lo que decidió conservarlo a la espalda —. ¡Y la venceré!
Komachi previó cada una de las patadas de Ranko, cada uno de sus pasos y cada uno de sus bloqueos. Si la chica evadía alguno de los golpes de su madre, era porque ésta así lo permitía. La mujer usaba su pipa para desviar uno que otro golpe, haciéndolo ver tan fácil, o haciéndola ver tan débil. Eventualmente, Ranko comenzó a sentirse cansada. Su velocidad disminuyó poco a poco y sus golpes perdieron fuerza.
—¿Cómo la vencerás? —Komachi no había soltado su pipa en ningún momento, y ahora fumaba un poco de ella —. Dime, ¿Cómo?
—Yo… yo…
—¡Dime!
Una patada más al estómago de Ranko, un avance y otra patada más a su mentón fueron suficientes para derribarla. La chica ya sangraba, amén de tener varios raspones.
—Entonces no es la respuesta correcta. De nuevo, ¿Qué pasa si te encuentras a alguien más fuerte que tú en el camino?
—L-lo… lo enfrento… —Ranko se incorporó, sentándose en el suelo. Pensó un momento.
"¿No es correcto? Entonces… ¿Hay que huir? La condición era escapar de ella, pero… ¿Cómo? ¿Cómo escapo de un límite que no puedo romper? ¿Acaso madre quería que…? Pensé que había que enfrentar todos los riesgos y peligros ¡Eso hacen los héroes! Pero tal parece que… Tal parece que no es del todo cierto..."
—Y… y analizo cómo superarlo. —Ranko alzó la vista hacia su madre. Sin embargo, algo más allá captó su atención. En el borde del muro del área de entrenamiento, se podía ver algún mechón pelirrojo, como de alguien que intenta no ser visto y falla por poco "O como alguien que espera…"
—Muy bien, Ran-chan. Ésa suena más a respuesta correcta. ¿Y después de eso?
Komachi dio unos pasos hacia ella, pero Ranko se puso de pie, adolorida, y retrocedió lo mismo.
—N-no hay nada malo en huir, ¿Cierto? Por eso es una opción.
—Interesante conclusión. Uno suele luchar para sobrevivir o defenderse. Pero todo tiene un límite. No es lo mismo intentar usar un cuchillo para cortar un arbusto que usarlo para intentar talar un árbol. Si reconoces que no puedes sobrepasar algo, lo sensato es alejarse del combate. Por eso mi condición fue escapar, no vencer.
—Ya… ya entiendo. Por eso… ¡Por eso utilizaré mi nuevo jutsu! —Ranko alzó la voz a como pocas veces lo hacía. Komachi se sorprendió y se detuvo de golpe. La chica hizo un sello y gritó —. ¡Jutsu Secreto: Arte Ninja de Invocación!
—¿Qué? ¿Cómo…? —Pero un estruendo detrás de ella la interrumpió. Un estruendo seguido del trino de mil pájaros.
—¡Chidori!
Al voltearse, Komachi vio a su otra hija, Kuumi, saltando hacia ella con su mano derecha envuelta en chakra relámpago. Aunque intentó detenerlo con su siniestra, el jutsu se enterró de lleno en su pecho. Komachi entonces se convirtió en una roca, la cual estalló en pedacitos ante el poder de la pelirroja menor.
—Bien, nunca dije que no pudieras recibir ayuda, así que lo consideraré legal. —Komachi se había apartado del par gracias a su Kawarimi no jutsu, pero ahora se les acercaba de nuevo.
Ranko se sintió llena de energía otra vez, como si Kuumi le transfiriese todos sus ánimos.
—¿Lista, Ran-chan? ¿Quieres usar eso? —Kuumi se tronó los dedos de ambas manos para luego ponerse en posición de combate.
—Sí. Kuu-chan.
—¡Hermoso! ¡Vamos, chicas!
Komachi saltó, pero las manos de Kuumi fueron casi tan rápidas como ella.
—¡Raiton: Kangehika!
Una descarga de potentes relámpagos surgió de las manos de Kuumi, pero no se dirigieron a Komachi, sino al suelo justo delante de ella, lo que levantó una buena cantidad de arena y gravilla. La mujer, usuaria de Fūton, soltó un fortísimo respiro, apartando la nube de polvo con suma sencillez. Pero ahora solo vio a Kuumi. Ranko caería encima de ella, lista para asestarle una fuerte patada en la cabeza. Pero la jōnin mostró su nivel, interrumpiendo su carrera en un instante para dar un salto lateral, saliendo de la trayectoria de Ranko.
Kuumi continuó el ataque con un salto y dos patadas aéreas. Komachi bloqueó ambas con la pipa kiseru, imbuyéndola de chakra. Cuando intentó contraatacar, Kuumi se alejó de un salto mientras hacía sellos y agitaba su mano hacia adelante.
—¡Chidori senbon! —Una ráfaga de agujas eléctricas se desplegó en su dirección, pero la jōnin pudo evadirla de un salto vertical muy potente.
—Renkūdan. —Aún en el aire, la mujer disparó una fuerte bala de aire comprimido hacia su hija. Antes de que llegara, se había levantado un muro de tierra de la nada. En su superficie se podía apreciar el emblema de la familia Sagisō —. Oh, eso me gusta.
La técnica de Fūton partió a la mitad el muro, autoría de Ranko, quien ahora corría hacia su derecha. Kuumi, al mismo tiempo, intentaba rodearla por su izquierda.
—Podrían trabajar un poquito más en su estrategia, chicas.
Las hermanas se lanzaron al mismo tiempo, listas para golpear a su madre, pero ésta, sin pensarlo mucho, giró para contraatacar, lanzando una patada y un puñetazo a ambos lados. Pero éstos no golpearon. En su lugar, las hermanas se deshicieron en sendas nubecillas translúcidas.
—Oh, no.
Cuando volteó hacia el muro semidestruido, a su lado vio a Ranko acostada boca arriba, apoyada en sus codos, con las piernas retraídas hacia su cuerpo. Kuumi parecía estar en cuclillas sobre las plantas de su hermana, con chakra eléctrico formándose de nuevo en su mano.
—¡KuuRan Fukugi: Todō
Kodan!
Ranko dio una patada doble con toda su fuerza a la vez que Kuumi saltaba enérgicamente. Habían bautizado a esa técnica como Movimiento Combinado KuuRan: Catapulta de Conejo, Bala de Tigre, un nombre que les tomó tres días enteros idear. Si bien Ranko no era capaz de lanzar a alguien por los aires, el impulso de ambas logró que Kuumi volara velozmente hacia Komachi, quien apenas y pudo reaccionar.
Komachi, con una enorme sonrisa, soltó su pipa y, concentrando toda su fuerza, asió a Kuumi de la muñeca, justo antes que su Raiton la alcanzara. La energía del ataque fue tal que no pudo detenerla, sino que la desvió, y tuvo que lanzar a su hija contra el suelo del patio de entrenamiento. La mujer se volteó rápidamente para encarar a su otra hija, pero se detuvo en seco.
Ranko ya no estaba.
—Oh, chica lista…
—Je… Funcionó a la perfección, ¿no? —Kuumi se ponía de pie con dificultad —. Ran-chan no es rápida, y supuse que esto te distraería.
Komachi revoloteó el cabello de Kuumi, soltando una carcajada.
—Estoy realmente orgullosa de ustedes. Algunos dicen que el momento en el que uno se siente más fuerte es cuando pide ayuda. Me alegra tanto que ustedes dos entiendan eso.
Kuumi se inflamó de autoestima.
—Y ahora Ran-chan irá a…
—Ella lo decidirá. Ahora sé una buena chica y recoge mi pipa.
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