Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
¿Por qué viajar de Amegakure al País del Fuego solo para tomar un baño...? No. No estaba solo tomando un baño. Akasha había decidido tomarse una semana de vacaciones para pensar. Desde siempre había estado entrenando fuerte para cumplir con su venganza. Se envolvió tanto en cumplir con esa meta, que olvidó darse un poco de amor a sí misma. Ya no tenía pasatiempos y solo vivía para darle fin a esos malditos degenerados que acabaron con su tribu. Sin embargo, Akasha se dió cuenta del "error" que estaba cometiendo. No estaba disfrutando de la vida. Así que por el momento puso un pare en su objetivo para poder refrescar su mente y seguir entrenando más descansada. No quería tener un desgaste físico y que después eso le pagara las consecuencias.
Pero no todo serían vacaciones color de rosa. La kunoichi había viajado a esa aldea con una misión de la que nadie sabía, ni si quiera Yui, la Kage de su aldea: Akasha quería buscar algúna pista de los malditos que dieron fin a su vida. Quería saber si escuchaba o daba con ellos de alguna u otra manera. Quizás esos desgraciados estuvieran haciéndo destrozos en otros países. Era imposible que la tierra se los hubiera tragado así sin mas. Y jamás aceptaría el hecho de que otra persona diera fin a la vida de esos delincuentes. Eso era trabajo para la dama de la oscuridad.
Era de noche en el País del Fuego, y la jóven de cabellos azabache había decidido que era hora de darse un baño lejos de la comunidad, allá en la naturaleza donde nadie la interrumpiera. Esta vez la fémina traía puesto un elegante kimono de color negro, con bordes dorados, y en la espalda un diseño de dragón chino del mismo color secundario.
Observó a su alrededor y no vió a nadie. Una leve neblina se asomaba sobre el lago, que lo único que le iluminaba era la luz de la luna llena que en ocasiones se escondía detrás de las nubes. Como si el lugar fuera suyo, la jóven kunoichi desamarró sus vestimentas y las dejó caer al suelo, al lado de su mochila que estaba debajo de un árbol en las cercanías de la orilla del lago. Llevó su mano a los broches de su cabello y los removió para dejar que sus cabellos azabache cayeran por su piel, cubriendo sus pechos, pero pinchando sobre sus cabellos el adorno en forma de flor dorada.
Caminó con elegancia hacia el lago y sumergió sus pies en las cálidas aguas. Se cruzó de brazos para mirar la luna llena y dar un suspiro pesado, liberando el stress y relajando su cuerpo para disfrutar del momento. Se adentró hacia las claras aguas, dejándose llevar por el llamado de la madre naturaleza, y allí sumergió su cuerpo hasta la cintura. Tomaba agua con las manos para pasarla por su cuerpo, con movimientos suaves, tan solo disfrutando del momento, a espaldas de la orilla. Su larga y fina cabellera no dejaba que vieran la cicatriz que había en su espalda.
De momento no traía la bandana de su aldea visible. La había guardado en el pequeño apartamento que alquiló, pero sus objetos ninja estaban dentro de la mochila. Por ahora solo quería descansar.
Si bien podrían haber un sin fin de razones que me llevaran a abandonar la seguridad de la aldea, en este caso mi razón había sido bastante simple, curiosidad, que iba de la mano por el deseo de conseguir mas experiencia, no solo bastaba con conocer las calles de la aldea y poder moverme por las mismas con soltura, en algún punto tendría que salir, y era mejor temprano que tarde, claro que mi presupuesto no me permitía estar fuera por mucho tiempo, pero era mejor, tampoco me interesaba pasar mas tiempo fuera del necesario "Es una linda noche"
Esta vez llevaba el atuendo de siempre, con un ligero cambio, el color, todo era completamente negro. Habia salido de la posada esa noche para visitar el lago, hacia algo de frió y había bruma en los alrededores, sobre todo en la isla en el centro del lago "Quizá vaya a ver ese lugar mas tarde" Inconscientemente pose la mano sobre el abanico a mis espaldas al pensar aquello, mire a los alrededores y no percibí a nadie mas, no era bueno bajar la guardia en un lugar solitario como ese.
Continué caminando cerca de la orilla por algunos minutos mas, hasta que pude divisar una silueta en el agua "¿Esta tomando un baño?..." No le di mucha importancia hasta que estuve a algunos metros de distancia, fue cuando note que se trataba de una chica y que ademas de eso, estaba desnuda -¿No crees que es peligroso estar sola a esta hora?- Le mencione con una expresión neutra, claro que ese mismo comentario podria aplicarse a mi persona, pero de momento, llevaba mi banda de shinobi alrededor de mi cuello, así que al menos era capaz de defenderme contra personas comunes.
Llevaba sus manos por su cuerpo lavándolo y arrepintiéndose de no haber traído consigo algún jabón o enjuague para el cabello. Llegó a sumergirse por completo y a salir a superficie para terminar de bañarse. Ya se daría un mejor baño en el pequeño apartamento. Aunque comenzaba a arrepentirse un poco de haber gastado un poco más de lo que debía en sus ahorros. Tendría que trabajar más duro cuando llegara a la aldea para poder conseguir de vuelta el dinero que gastó. Era un poco problemático. Quizás tendría que sacrificar una semana de buena comida, por haberse pasado de la raya.
Nuevamente volvió a relajarse. Tenía ganas de flotar en el lago. De momento tan solo escuchaba los grillos y otros animales nocturnos cantar una sinfonía en la noche. Trataba de mantener su mente en blanco para no pensar en el pasado o en el futuro. Solo disfrutaba a solas... O bueno, eso creía. Porque pronto una voz le interrumpió su silencio, haciéndole una pregunta que no era tan... de la importancia ajena.
Sonrió por lo bajo y se quedó de espaldas limpiándo sus orejas, arreglándo sus cabellos, como si no le hubiera escuchado. Se estaba tomando su tiempo. Giró lentamente, con aquella sonrisa leve aun en su rostro, quedando de frente a él, con sus largos mechones bajando por su cuerpo y tapando parte de su desnudez. Si, era peligroso. Pero ella ya estaba acostumbrada al peligro. Había vivido un sin fin de cosas; Había besado a la mismísima muerte y estaba ahí, viva. Quizás estaba sobrestimando su suerte, o quizás estaba pidiendo a gritos que la mataran.
-¿Por qué deberíamos temer a la noche? ¿Por qué limitarnos a disfrutar el día? - Hizo aquellas preguntas con un tono de voz calmado. Quería hacerlo pensar. Liberarlo de ataduras mentales, o eso fue lo que pensó, pero no podía juzgarlo tan rápido. Extendió su mano hacia al frente, para ser más precisos, hacia él, en señal de invitación. Las cálidas aguas bajaban de su mano y regresaban a su hogar.
-A veces la noche es tu amiga. - Mencionó con un tono de voz tranquilo, refiriéndose a que en el mismísimo día podían haber peores peligros que en la noche. -Acompáñame a tomar un baño y hablemos un rato, que no muerdo.- Dejó salir una leve risa de sus labios. Nada malicioso, solo una risa divertida. Discimuladamente le había observado de arriba a abajo, las vestimentas y ese gran abaníco que traía a sus espaldas, buscando a ver si traía consigo alguna otra arma oculta. ¿Traía una bandana en el cuello...? Pero no lograba ver de que aldea era, dada la distancia. -Quizás y usted podría protegerme, oficial.
Su mano siguió extendida en señal de invitación. Si la rechazaba: Bajaría su mano y seguiría con el baño. Si se acercaba, le tomaría la mano y lo ayudaría a meterse. Él podría hasta seguirlo de largo y ella se quedaría en el lago sin ningún problema.
Al parecer no le sorprendió, asusto, ni se avergonzó de estar en esa situación, menos que eso, parecía estar muy cómoda, lo que en cierta forma era preocupante "Quizá sea una chica peligrosa" Gire para observar los alrededores mientras que ella parecía ignorarme, lo único fuera de lo normal era una mochila al pie de un árbol, junto a lo que parecían ser las vestimentas de la chica "Repasemos, una chica algo atractiva, desnuda en un lugar solitario, a mitad de la noche..." Si, no podía evitar pensar que aquello era algún tipo de trampa.
Y a pesar de mis preocupaciones, de verdad estaba considerando el unirme a ella en el lago cuando me lo propuso "Quizá me acaben matando por esto, pero que diablos" Con calma me quite las sandalias, dejándolas en el lugar, saque el abanico de mi espalda y lo coloque en el suelo con cuidado. Desabroche mis pantalones y los deje caer hasta que quitármelos de encima, sin embargo, tome el porta objetos y lo enganche a mi brazo izquierdo, no tenia intención de estar completamente desnudo ni desarmado -Esta bien-
La calma de aquel lugar se vio perturbada por breves instantes cuando la cadena que unía el abanico a mi espalda cayo sobre el suelo, a la vez que avance hacia el lago, adentrándome en el mismo hasta que el agua llego a mi cintura -Es algo agradable- Lo era, pero me había arrepentido de inmediato, aunque supuse que ya no había marcha atrás. La única precaución que quedaba por tomar era mantener a un par de metros de ella, habiendo ignorado ya su mano extendida.
Seguía sonriendo. Quizás era su carisma, su sinceridad o su belleza, pero la mayoría de las veces conseguía lo que quería. Había conseguido hecharle un vistazo al cuerpo semi-desnudo del contrario. Extraño fue que se quitara los pantalones y esa preciada arma, pero no la camiseta. ¿Por qué razón? A saber. Al ver que no tomó su mano decidió bajar el brazo y seguir hechándose agua por el cuerpo, respetando el espacio ajeno. -Hubieras entrado completamente desnudo, vamos. No seas tan tímido. ¿O me hará compartir calor corporal con usted por un leve resfrío? - Dejó salir una leve risilla por ese comentario.
Dejó que él se pusiera cómodo dentro del agua para hacer su siguiente pregunta. -La soledad a veces marchita una flor, pero muchas veces le enseña a resistir la tormenta. Es agradable tener algo de compañía, muchacho. Dime... - La pelinegra clavó su mirada oscura y vacía en los fríos orbes azules del contrario. -¿Con quién tengo el placer de compartir este cálido baño?
Aunque la pelinegra interrumpió sus posibles palabras antes de que este pudiera decir algo. -Oh, que mal educada soy. - Le sonrió con ternura. -Me llamo Akasha. Akasha Del Valle... - Mintió un poquito para no revelar información sobre su apellido. De hacerlo era posible que él conociera su Clan, y si era un enemigo eso sería muy peligroso. Ya que lo tenía más cerca observó de reojo la bandana contraria para asegurarse de que era una cinta ninja y... Demonios, si lo era. Y de un país contrario. Lo que significaba que tenía que caminar un poquito más para volver a verlo... Si se le hacía interesante, claro. Akasha no discriminaba por ser de tierras lejanas. ~ Tehehehe.
-¿Entonces, pequeño pervertido? - Siguió mirándole a los ojos sin dejar de sonreír. -¿Aceptaste mi oferta para protegerme, o para verme más de cerca...? - A la pelinegra le gustaba molestar a las personas y quería ver si lograba hacer que su nuevo compañero se sonrojara un poco por su comentario. El chico había hablado antes de peligros, pero quizás y hasta él mismo fuera el lobo. -¿No crees que es peligroso que estemos a solas a esta hora...? ♥ - Y para hacerlo más descarado, la pelinegra le devolvió al joven la misma pregunta que él le había hecho antes, pero con cierto aire de picardía.
-Simplemente me siento mas cómodo de esta manera- Supuse que en ese punto estaba de mas el señalar que su comportamiento podría ser peligroso, así como sus comentarios, era trabajo de sus padres "Aunque yo no tengo padres..." Era trabajo de su familia el enseñarle a ser prudente, o lo aprendería ella misma, o quien sabe, quizá ella estaba bien y yo me estaba metiendo donde no debía. Tome algo de agua para refrescar mi rostro y mojar mi cabello de forma leve.
Estuve a punto de decirle mi nombre cuando ella señalo su supuesta falta de educación, algo que que usualmente yo solía olvidar, pues poco interés tenia en los modales si no se trataba de algún superior -Mi nombre es Aoshin Hamada- Solo era una desconocida en medio de la noche y aun tenia mis reservas, así que no me esforzaría mucho en recordar su nombre, tampoco era bueno para ello. Claro que no pude evitar mirarla con mas atención cuando me llamo pervertido, quizá no debía sorprenderme por eso ni por la pregunta que hizo después -Podría decirse que acepte por ambas razones- Claro que no me refería a verla de la forma en la que ella pensaba, simplemente tenia curiosidad acerca de su comportamiento despreocupado.
Por pequeños instantes dudaba de sus razones para actuar de aquella manera, pero de momento mi conclusión era que eso no importaba, solo me enfocaría en estar alerta hasta que ella terminara su baño -Si me parece algo peligroso, pero no tanto como para preocuparme demasiado-
Así que él se sentía más cómodo de esa manera. Era bastante extraño entrar a un lago y quitarse los pantalones pero no la camisa. En serio, el idiota se iba a resfriar, pero bueno, era su problema. Quizás y él si quería algo de calor corporal. Si llegaban a tener "ese" tipo de contacto -refiriéndonos al calor corporal, no al sexo-, lo complacería y cuando él estuviera durmiendo, le robaría ese extraño objeto que trajo en su espaldas y lo vendería. Podría sacar una buena suma de dinero para sobrevivir por el lado. Aunque ella ya estaba un poco ajena al estilo de vida que tuvo en las Tierras Nevadas. Desde que entró a Amegakure pudo estabilizar un poco su vida gracias a la ayuda que le ofrecieron, pero Akasha todavía estaba un poco mala mañosa -refiriéndonos a robarle y/o tomarle el pelo a quienes no conocía y que parecían ser personas malas.-
Suspiró internamente y calmó sus pensamientos. Su Gobierno estúpido ya tenía algo de tensión con los idiotas de Uzu, ¿para qué buscar conflictos con un idiota de Kusa? "Le hubiera sacado una gran suma de dinero a ese objeto..." - Pensó con resignación mirando de reojo al abanico, pero volviéndo su atención a él. Fue cuando entraron en la plática sobre las presentaciones y demás.
Notó que puso su atención en ella cuando le llamó pervertido. Quizás se sintió ofendido, o quizás lo era. Y... Su respuesta... "¿En serio un pervertido lo estaría diciéndo a viva voz...? No. Si quisiera abusar de mi ya lo hubiera hecho."
El muchacho tenía que tener los c*j*nes bien puestos. A él le parecía peligroso el lugar y aun así no se preocupaba demasiado, y a la misma vez se metía a bañar con una extraña, algo desarmado. Es como si estuviera jugando con el peligro, o restándole importancia. Akasha suspiró al escuchar su respuesta, pero decidió empezar a caminar hacia él, a paso lento para que no fuera a asustarse. Quería hacerlo sentir en confianza. No quitaba su mirada de los ojos contrarios, y tampoco dejaba de sonreír. La luz de la luna acariciaba el hermoso cuerpo de la mujer.
Llegó frente a él, invadiendo un poco su espacio personal. -Ahora soy yo quien tiene algo de frío. - Acercó sus labios a los del pelinegro. -¿Quieres abrigarme? - Quería ver su reacción. ¿Algún indicio de sonrojo? ¿Alguna vergüenza? ¿Timidez? ¿Nervios? ¿Solo le seguiría la corriente a ver que pasaba...? ¿Quién era la persona que tenía frente a ella? Solo se podía conocer realmente a una persona si la llevabas al límite de una necesidad biológica, o al límite de estar entre la vida y la muerte. ¿Y él era...?
"Hablando en serio. ¿Qué se sentirá...?"
Un chorro de agua saldría a presión del lago y le caería justo en plena cara a Aoshin. Un momento de intimidad con una extraña había sido interrumpido por aquel gesto. Si él se había calentado, si se había puesto nervioso, si no había sentido nada, poco importaba comparado con lo que le había pasado ahora, y es que la Nara había apretado el puño a nivel del agua para poder tirárle con el chorro de agua en la cara, en un gesto infantil, pero divertido. Su niña interna había salido.
-Hehe... ¡Hahahahaahahahahaha! - Y empezó a reír mientras le señalaba. -¡Tu cara...! ¡Tu cara...! ¡Hahahahahahahaha! - Y ahora estaba chapoteando con la mano derecha sobre el agua, sin poder aguantar la risa. -¡Tienes que haberte visto! ¡Tienes cara de palo, hahahahahahaha! - Y llevó sus manos sobre sus ojos para limpiar las lágrimas que salían de estos a causa de la risa. Le estaba empezando a doler el estómago de tanto reír. -¡Venga, oh, gran ninja! - Lo decía por la bandana en su cuello. Vamos, no había que ser un genio para saber que era un ninja. -¡Quita esa cara de palo, y diviértete! - Lo tacleó por el pecho para caer al agua junto a él.
Quería mantener la distancia, pero ella se fue acercando lentamente y al estar frente a mi, a una distancia peligrosa (por muchas razones) hizo aquella declaración y pedido inusual, aunque con lo demostrado con anterioridad no era la mayor sorpresa del mundo, sin embargo si me vi tentado por algunos segundos, observe sus ojos negros como la noche y sus labios ta cercanos, pero cerré los ojos y descarte la idea -Si ya...- Antes de poder decir otra cosa ella me arrojo agua a la cara, por suerte tenia los ojos cerrados pero fue un tanto incomodo, ya que no quería mojarme mas de lo necesario. Me aleje lentamente mientras ella se burlaba y salte del agua cuando ella intento taclearme, dejando que se zambullera sola ¿venganza? mas bien un feliz accidente -Si ya tienes frió quizá sea hora de terminar con el baño- Mencione ya de pie sobre la superficie del agua, tras lo cual di otro salto, esta vez hacia tierra firme, junto a las cosas que había dejado.
Habia sido un rato interesante, pero ya había tenido suficiente imprudencia, era mejor no seguir estando en una posición peligrosa. Fue en ese momento que pude escuchar algo ¿la chica estaba llorando? "No lo creo" Observe a la pelinegra por un momento, descartandola, con dificultad podía percibirlo, pero sin lugar a dudas era el llanto de una niña -¿También lo escuchas?- Mencione mientras me despojaba de la ropa mojada, osea, me desnudaría de la cintura hacia abajo -Tengo la impresión de que viene de la isla- No tarde en volver a vestirme y acomodar mi equipo como estaba antes, dejando mi ropa interior mojada a un lado.
Habia escuchado algunos rumores sobre ciertos misterios que rondaban aquel lugar, pero nunca pensé que fuera algo real, tampoco creía en fantasmas ni cosas así, pero tenia curiosidad -Tu deberías irte ya- Mencione colgando mi ropa interior de un árbol cercano, el mismo donde la chica había dejado su ropa con anterioridad -Yo veré de donde proviene ese ruido- Si, de momento para mi era un ruido, nada mas, quizá el viento y mi percepción me jugaban en contra, pero tenia que comprobarlo.
Parece ser que el destino no estaba a su favor. No esta vez. Porque cuando embistió al chico éste decidió saltar, dejándo que ella se fuera de cara contra el agua y terminara hundida. Vale, esa parte no había sido tan graciosa como pensaba. Salió a la superficie tosiendo un pocoy mirándo al jóven que ya se regresando a tierra firme. -Grrrrr... - Le gruñó un poco. -¡Aguafiestas! - Le reclamó con el puñito en lo alto, para pasar a suspirar y preocuparse de sí misma. Parece que él no tenía ganas de jugar, así que lo dejaría así y planearía volver a su vida normal, denuevo, en soledad.
Al parecer cada cual seguiría su camino. Akasha se dió la vuelta y se quedó en el agua, girándose boca arriba para flotar y mirar la luna llena en tranquilidad. Sin embargo, la pelinegra escuchó algo a la lejanía. Era el llanto de una niña. "Ah..." - Poco o nada le importaba. Quizás la niña estaba siendo regañada por su madre. Ella no era un héroe de la justicia para ir a salvar a cuanto niño llorara. -¿También lo escuchas?-Lo escucho.-Tengo la impresión de que viene de la isla.-¿Y qué tiene? - Preguntó despreocupada. -Solo es una niña llorando. La estarán regañando. - Mencionó nuevamente sin interés alguno por ir a ver que pasaba. Total, muchos niños lloraban a diario y nadie iba a ver que les pasaba.
A diferencia de Aoshin, Akasha no había escuchado rumores sobre el lugar. Había llegado ahí a informarse sobre los criminales, pero no se dió el lujo de investigar ese lago en específico. Jamás hubiera pensado que un lago tan común tuviera una leyenda urbana. -Tu deberías irte ya.-Yo llegué aquí primero. Vete tu si tanto te molesta mi presencia. - Mencionó, nuevamente, despreocupada, observándo la luna y relajándo su cuerpo.
-Yo veré de donde proviene ese ruido. - No podía creer lo que estaba escuchando. Akasha se puso de pie sobre el lago y giró para ver al ninja extranjero. -¿En serio? ¡Pero te digo que solo es una niña llorando! ¡Ya se le pasará! ¡Si en media hora continúa llorando, vamos! - Negó con la cabeza sin poder creerlo y caminó hasta salir del lago, con el agua chorreando por su cuerpo desnudo. -¡Aaagh! ¡No puedo creerlo! - Buscó una toalla dentro de su mochila para secar su cuerpo y sus cabellos. -Tanto alboroto por una niña, en serio. - Secado su cuerpo, pasó la toalla alrededor de sus cabellos y tomó su kimono para ponerlo sobre su cuerpo, pero todavía estaba abierto. Ella aún se encontraba a medio vestir.
-Te acompañaré y verás que no es nada. Pero para evitar que te fractures el pie o alguna estupidez... Señor Héroe. - Le dijo esto último con algo de cinismo. -Alguien tendrá que cuidar sus espaldas si es que lo que está llorando en realidad es el bebé de un Monstruo Defome simulando la voz de una niña inocente. ¡Hahahahaha!- Claro, eso último lo había dicho ignorante de la leyenda del lugar. Pero sería el colmo si él llegara solo al lugar y las cosas no eran como parecían. Después de todo, desde lo lejos, la isla se veía tenebrosa. Lo ideal para tender una trampa.
Claro que para Akasha no se veía tan tenebrosa. A ella le gustaba ese tipo de lugares que se vieran tenebrosos. Quizás por eso estaba tan calmada a diferencia de una persona normal, como Aoshin. Le daba igual si una niña estaba en un lugar así. Para ella: Sus padres pudieron haber tenido una travesía familiar a esa isla, en algún botecito chucho, y ahora estaban tratando de regresar a la casa, pero la niña hizo algo malo y estaba llorando porque le regañaron. O quizás se estravió. Ya la encontrarían. Quizás estaba siendo muy positiva o calmada. Ajena a la empatía, a la situación. No entendía esos sentimientos por tratar de poner un bloqueo, quien sabe. Por eso no estaba tan afanada en ir a hechar un vistazo al lugar, y entre otras cosas que pasaban por su mente.
Esa lógica era un poco diferente a la mía, no imaginaba a una niña llorando en una isla tenebrosa a esas horas de la noche... Momento, eso no se escuchaba bien, quise decir que para empezar, una niña no habría ido a dicho lugar, ademas de que difícilmente podría haber cruzado el lago nadando, tampoco le eria sencillo conseguir un bote, en cualquier caso su ausencia seria notada, por esas razones no iria por creer que fuese una niña, era curiosidad por saber lo que hacia ese ruido.
-Si vas a acompañarme apresúrate- Mantuve la mirada fija sobre ella, mientras que ella salia del agua, secaba su cuerpo y se vestía "Espero que no me llame pervertido de nuevo... Aunque admito que no es nada fea" No estaba seguro de como ella haría para llegar a la isla, pero siendo lógicos podía imaginar tres posibilidades -Oye ¿exactamente como planeas seguirme el ritmo?- Claro que no quería equivocarme haciendo una insinuación errónea, pero por su personalidad, quizá esperaba que yo la llevara sobre mi espalda, quizá sabia donde conseguir un bote o quizá porque ella también podía caminar sobre el agua, eso ultimo implicaría que también era un ninja, otra razón para no preocuparse por tomar un baño sola a esas horas.
Claro que en cualquier caso, no pensaba llevarla a cuestas. Una vez listo pose mis pies sobre el agua y avance un par de metros antes de volver a girar para ver a la chica "Espero que no sea mas un problema que ayuda"
Se tomaba su tiempo porque sinceramente no le interesaba, como ya había explicado, ayudar a una niña que probablemente estuviese siendo regañada por su familia. Al parecer el ninja extranjero no tenía mucha paciencia. Vamos, ella tenía que prepararse por si en el más remoto de los casos había algún peligro por allá. -Calma. ~ No hay prisa. - Ni que se la fuera a comer algún animal salvaje. Si estaba llorando era porque aún estaba viva o sentía dolor, lo que significaba que todo estaba bien. Era una lógica algo retorcida, pero para ser sinceros, Akasha todavía estaba molesta porque la maldita escuincle interrumpió su baño.
-Oye ¿exactamente como planeas seguirme el ritmo? - La pelinegra dejó salir una leve risilla y tocó con el dedo índice la nariz de su compañero. -Hehehe. ♥ Que inocente. ~ - No le respondió. Simplemente tomó sus pertenencias y las puso sobre su espalda para dirigirse hacia el lago. Esperó que él se adelantara un poco y empezó a caminar sobre el agua hasta detenerse a su lado.
-¿Quieres unas carreritas? - Mencionó con picardía. -El último que llegue a la isla le debe una cena, masajes, y un oral al otro. Espero que no tengas novia. ~ A la cuenta de tres... - Espera, la cena... Pero lo otro... ¿Estaba hablando en serio o qué fue eso? -¡Tres! - La muy tramposa salió corriendo por el agua mientras reía para sí misma por el camino. De por si queria... ¡Tenía que ganar! Necesitaba la cena. No quería seguir gastando dinero.
La niña estaba llorando, no gritando ni gimiendo de forma desgarradora, suponiendo que de verdad fuese una niña, así que la verdad no estaba tan apurado, simplemente no me gustaba tener que esperar a nadie "Una carrera no estaría mal" Serviría para compensar el tiempo perdido, así que tan pronto escuche la señal de salida empece a correr, manteniendome bastante a la par de la chica, quien al parecer era igual de rápida que yo "Esperen un momento..." Fue justo después de empezar que repase sus palabras a detalle y me percate de una de las recompensas que obtendría el ganador.
-¡¿He?!- De inmediato sacudí un poco la cabeza para volver a enfocarme, seguro era una broma o algún truco para desconcentrarme, no tenia qu... Momento ¿pase de correr por recuperar tiempo a hacerlo por ganar la carrera?... "Bueno, no me interesan los supuestos premios, simplemente no la dejare ganarme, seria una molestia que me estuviese pidiendo comida despues" Claro, comida, ignoremos el resto.
"Veamos si esto funciona..." En medio de la carrera di un gran salto hacia adelante, al mismo tiempo gire y forme el sello de carnero con una mano -Fūton: Soyokaze no Jutsu- Justo antes de caer (de nuevo a la par de mi rival) libere un chorro concentrado de aire, seguido de otro, que me impulsaron a 6 metros por delante de la chica, ya que tuve que girar para reanudar la carrera probablemente perdería un par de metros de ventaja, pero con todo seguramente seguiría unos 4 metros por delante de ella. Mientras corría hacia adelante me desviaba hacia un costado, ya había confiado demasiado en ella y sabiendo que era un ninja era mejor ser precavido, por eso me pondría de tal forma que pudiese verla mientras corría.
•PV
90/90
–
•CK
96/120
–
¤ Fūton: Soyokaze no Jutsu ¤ Elemento Viento: Técnica de la Brisa Ligera - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Fūton 20 - Gastos: 12 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Desvía el rumbo en medio del aire - Sellos: Carnero (una mano) - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones:
Desvía al usuario 3 metros de su rumbo en mitad de un salto o una caída, en línea recta.
(Fūton 80) El usuario puede desplazarse parabólicamente.
Escupiendo un fino pero concentrado chorro de aire desde su boca, el usuario es capaz de cambiar la dirección de caída o aterrizaje de un salto en medio del aire a alta velocidad durante distancias cortas. Esto le permite amortiguar caídas o incluso esquivar ataques en pleno vuelo. Esta técnica puede utilizarse sobre el suelo para disipar bombas de humo o nubes de polvo.
De momento la fémina reía por lo bajo y para sí misma por tener un poco de ventaja. Era interesante que su contrincante estuviera a la par con ella, eso quería decir que estaban más o menos al mismo nivel, ¿verdad? Al menos en velocidad. Por el momento ella se sentía orgullosa de llevar esa ventaja, aunque las cosas cambiarían cuando lo viese caer a su lado. Él estaba... ¿¡Qué!? ¿¡Estaba usando Jutsus para .. QUÉ!?
Sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa. ¡Jutsus de viento para tomar ventaja de una pobre e inocente damicela! -¿¡Pero qué...!? - Bien podía usar el Kagemane para ponerse a ventaja, pero eso implicaría a dejar saber sus habilidades por una carrera que no tenía importancia... Tanta importancia... ¡Demonios, no! ¡La comida, no!
Infló las mejillas mientras lo veía... -¡Aoshiiiiiiiin! ¡Desgraciado! - Movía el puño en el aire para que él viera las ganas que tenía de golpearlo. -¡Idiota! ¡N-Necesito esa comida, en serio...! - No era que suplicaba para que la dejara ganar, es que quería que pensara en su presupuesto. Solo siguió corriendo y suspiró. -Yo y mi gran bocota... - Dijo por lo bajo, llevándo su mano sobre su rostro para hacer un facepalm épico por la otra apuesta que hizo. -Espero que lo haya tomado a broma. - Volvió a mencionarse a sí misma entre dientes.
Sonreí levemente ante sus gritos, técnicamente no estaba haciendo trampa, pues jamas fijamos restricciones para la carrera, tenia que admitir que se sentía bien el estar ganando, pero aunque la meta estaba cada vez mas cerca no podía descuidarme, quien sabe lo que podría hacer ella para darle un giro a las cosas, por eso no le quitaba los ojos de encima -Lo lamento, pero si necesitabas la comida pudiste habérmela pedido amablemente, quizá habría sido tan amable como para invitarte- Ciertamente y pese a mi ajustado presupuesto, una comida no me dejaría en la ruina... Quizá.
-Por cierto, si gano tendrás que cumplir con toda la apuesta, no solo la comida- La observe sonriendo ampliamente, de forma burlona, la verdad no me importaba demasiado, hasta estaba considerando el invitarla a comer, simplemente aproveche la oportunidad de molestarla para divertirme un poco, antes de volver al asunto entre manos, los misterioso llantos.
Y ahora se arrepentía de no haber pedido la comida como él lo había sugerido. "Ay, Dios... ¿Por qué...?" - Pensaba con un sentimiento de arrepentimiento dentro de ella. Hasta tuviera lagrimitas en los ojos no ser porque quería seguirse viendo "cool." Debía mantener la elegancia del momento cuando la conoció.
Luego de eso pasó a recordarle lo de la apuesta. La fémina suspiró. Era una mujer de palabra pero... ¿Hasta qué punto? Bien podía usar su carisma e inteligencia para burlar las partes de la apuesta que no eran comida. Es decir, masajes podía darle, aunque se sentiría ridícula. ¡¿P-Pero lo otro!?
"¡Ay, no! ¡Nononononono! ¡No puede ser que mi primera vez se vaya a ir así...!" - Puso sus manos en sus mejillas. -¡Eso fue tu imaginación! ¡Idiota!
Ambos siguieron corriendo hasta que finalmente llegaron a la isla. La fémina llegó con cara de molestia. Se detuvo frente a él y el dió un zape en el hombro. -Si serás... - Dijo por lo bajo, mirándole de igual manera a los ojos. Los sollozos de la niña se hicieron más fuertes. -Tsk... ¿Y esa niña no se calla? Empieza a ser molesto. - Llevó sus manos a sus propios oídos. Si ambos miraban atrás podrían empezar a notar que la neblina evitaba que vieran la orilla del lago donde estaban antes. -¿Qué demonios...? No recordaba que fuese tan espesa. ¡O-Oye...! - Agarró su mano. -¡Solo para asegurarme que no te vayas a perder!