Akame siguio insistiendo. En que usara su tecnica. Pero daygo al contrario seguia oponiendose a esto. Y diciendole como eran las cosas, asi que kisho se decidio a aclarar cual era el problema.



• No se que piensan ellos pero no soy un idiota, yo soy el mejor.

Entonces se preparo kisho coloco las manos en posicion como quien va a hacer un jutsu y las piernas rigidas y separadas, la mirada hacia a akame, y un suspiro y antes de empezar contesto la pregunta de daigo.

• El problema es que igual que los jutsus que nesecitan chacra, asi mismo yo para hacer algo nesecito ryoos, pero descuiden por ser ustedes buenos shinobis obedientes les voy a cobrar solo 100 ryoos por ninja.

"Este Akame... Quiere aprovecharse de la ignorancia de este tipo..." Pensé al ver como le animaba a utilizar la técnica. "Eso quiere decir que aún no conoce el funcionamiento del byakugan, sí lo supiera se volvería mucho más poderoso, el conocimiento es poder".

Tuve un par de minutos de alivio cuando Kisho optó por ponerles trabas al proceso de búsqueda y Daigo fue el único se encargó de preguntar al respecto, revelando la verdadera intención del Hyuuga...

"¿En serio quiere cobrar 100 ryous por persona?" Nada más escuchar la solicitud me causó gracia. ¿Quién caería en reverenda estafa? Sí lo que esperaba Uchiha era conocer a pelo el ojo blanco de aquella forma dudaba mucho que llegase a enterarse de algo...

"¿Será que ese par le pagará?" Miré a los hermanos Inuzuka.

Ambos Inuzuka se miraron al escuchar la propuesta de Kisho. Se quedaron sin palabras por un segundo, de nuevo tuvieron que buscar confrontar sus miradas para hablar entre ellos, algo que sin duda el resto ni podía entender. Tras verse el uno al otro, volvieron la mirada a Kisho, y no pudieron evitar estallar en una carcajada tan sincera como una bofetada con la mano abierta. Sin duda alguna, el Hyuuga les había tomado bien el pelo, pero bien de bien.

—Jajajajaja... éste tío es la polla... jajajajajaja.... 100 ryos por persona dice... jajajajajajaja... —ambos Inuzuka se retorcían en el suelo de risa. Tanto era así, que hasta las lágrimas le saltaron de los ojos. Todo ésto era surrealista, sin sentido... o con demasiado sentido.

«Oye, oye, oye... ¿será que éste tipo nos ha traído hasta aquí con esa publicidad engañosa solo para estafarnos con ese truquito del byakuga? naaah, imposible... éste tipo está mas ido que una regadera... 100 ryos por persona por enseñarnos como usa una técnica... jajajaja... ¡que puto crack!»

—¡Hay! ¡que me da algo...! jajajajajaja

No, aún no podía siquiera controlar la risa.

—¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJA!!

Ni escudriñando catorce millones de posibles futuros con el don divino de la premonición podría Akame haber visto lo que el llamado Hyuuga Kisho iba a contestarles. Porque, pese a su apariencia debilucha y su forma un tanto rara de hablar de sí mismo en tercera persona, el kusajin iba a demostrarles a todos los presentes que tenía una cualidad muy importante y rara en un ninja; la de sorprender.

Los ojos del jōnin se abrieron de par en par, como sendas farolas de aceite, cuando aquel genin les dijo que para hacer funcionar su Byakugan necesitaría cobrarles una pequeña cuota. «Hijoputa», pensó Akame, no sin cierta guasa, y acto seguido rompió a reír al mismo tiempo que lo hacía Etsu.

Akame prolongó sus carcajadas, no tan estruendosas como las del Inuzuka pero sí igualmente sinceras, hasta que por fin se detuvo.

—¡Tienes pelotas, Kisho-san! Me gusta eso —admitió, propinándole una fuerte palmada en el hombro al Hyuuga—. Ay, ay... —volvió a carcajearse—. La puta madre, esto ha sido demasiado bueno.

El Uchiha se limpió una lagrimilla solitaria que le había salido en el ojo derecho y recobró la compostura. Entonces, adoptando un semblante más serio, comentó con aire indiferente.

—Pasa y resulta que ahora creo que has sido tú el que nos ha traído hasta aquí —el jōnin se llevó una mano al mentón, pensativo—. ¿Quizás el truco te funciona con los civiles, que no tienen ni idea de lo que es el chakra, o el Byakugan?

El Hyuga pareció prepararse para algo grande, con las piernas ríigidas y efectuando un sello manual Kisho hizo ver que estaba a punto de activar una técnica.

"No irá a hacerlo, ¿verdad?"

El chico tardó unos cortos segundos en responder a Daigo, pero cuando lo hizo le demostró que todavía podía soprender aún más y que nada era lo que se esperaba.

"Necesita... ¿dinero?"

Tanto Etsu como su gemelo y Akame se echaron a reír mientras enseguida, mientras Daigo por su parte no pudo evitar sonreír mientras contenía la risa. Kisho no podía ir en serio. No había manera de que aquello pudiera ir en serio.

Pero Akame parecía tener otra opinión al respecto. Parecía sospechar que el Hyuga no solo hablaba en serio, sino que ya había planeado todo esto.

"Imposible, un shinobi de Kusagakure no Sato jamás haria eso".

Quiso confiar en su compañero de aldea a pesar de las diferencias, así que se acercó un poco a él y Akame.

—Quiero creer que lo que dice no es cierto, Kisho-san. ¿Que tal si lo demuestras de alguna manera y salimos todos de dudas?

Tan solo esperaba que su compañero tuviera alguna clase de prueba.

Cuando los gemelos comenzaron a reirse, kisho se empezo a enfurecerce, no dejaba de miralos y decirles.

--Ustedes dos par de gemelos mudos no saben hablar mucho pero si saben reirse. Dejen de reirse o me vere obligado a usar mi biakugan gratis pero para matarlos.

Despues senti esa palmada de akame, y como el tambien decidia reirse, cosa que me enojaba mas todavia.

Entonces akame le hizo una pregunta muy fuerte. Y el gennin respondio.

--Yo no e hecho nada jounin pervertido, pero tu que eres un jounin tal vez tienes una mision pervertida de engañar ninjas aqui o tenderles trampas.

Ademas y si soy yo que crees que puedes venir aqui a intimidarme, por que eres jounin, yo no te tengo miedo y no te me acerques tanto que me sigue dando la idea de que tu y esos gemelos ivan a hacer su trio gay.

Enontces daigo le hizo también una pregunta que kisho respondio.

--¿Daigo como te atreves a dudar de un hermano de aldea?.

Yo no he planeado esto pero si ustedes creen que yo lo he planeado no me queda mas que demostrarselo a la fuerza, ya veran vengan, pero primero creo que voy a acabar con los gemelos mudos de la risa, akame dejame acabarlos y despues volvere por ty, daigo esto se va a poner feo mejor vete y no interrumpas, ve y diles a todos en la aldea de kusagakure que puede haber una triple guerra por que creo que estos 3 no viven mas.

Entonces me alejo de los 4 y me preparo para el combate.

Cuando los gemelos empezaron a reírse del rubio, éste claramente se enfadó. Parecía que no entendía el chiste que él mismo había contado, o simplemente no estaba al tanto de que lo había dicho. Fuese como fuese, no tardó en bramar al Inuzuka y su can una amenaza. Al parecer no dudaría en usar su Byakugan de manera totalmente gratuita para matar al par de Inuzukas.

Quizás la reacción de los rasta no fue la mejor. Pues, en cuanto Kisho se rebotó enfadado, no pudieron si no reír aún mas. Les faltaba el aliento. Reían y golpeaban el suelo carentes de posibilidad de parar de reír. Para ellos, Kisho no era peor que un buen humorista de televisión. O bien lo era, o simplemente se había escapado de algún centro psicológico cercano... no era una opción muy descabellada ésta segunda.

Akame, que trató el gesto del Byakugan como Etsu había llegado a rozar en pensamientos, no titubeó en preguntarle de manera directa si no tenía nada que ver. Kisho, aparentemente indignado, no solo lo llamó pervertido, si no que también lo amenazó. Además, insistió en que éste se alejase de él, pues no tenía dudas de que Akame y los Inuzuka iban a hacer alguna especie de orgía. Sin duda, los pajaritos que rondaban por su cabeza habían de ser al menos dragones...

No solo desafiaba a un par de genin Inuzuka, si no que desafiaba a un jounin de otra aldea. El chico estaba realmente mal de la cabeza. Estaba casi seguro.

No falto de confianza, Daigo tampoco tardó en dudar de Kisho. A éste el rubio no le respondió de mala manera, aunque bien era cierto que tampoco de buena. Alzó de nuevo la voz para recriminar a los allí presente que haría ver su inocencia a base de fuerza. Tenía tanto sentido como lamer un charco para saber a qué sabe el mar.

«Éste tipo está como una regadera...»

Tras ello, solicitó a Daigo ayuda para que anunciase en Kusagakure el posible comienzo de una guerra a tres bandos, porque según afirmaba de allí no iban a salir con vida ni los Inuzuka ni el jounin... «pero como una puta regadera...» el rasta no tuvo mas opción que reincorporarse, viendo que Kisho tomaba un poco de distancia y alzaba la guardia.

Se secó las lágrimas de los ojos —Kisho, ¿te has tomado hoy la medicación?

¿Qué otra cosa podía hacer? ésto no era serio, para nada era serio. Kisho estaba mal de la cabeza, o si no... ¿qué otra explicación había?

Mis ojos seguían fijos en el par de Inuzukas, no obstante, lejos de acertar en lo que pensaba, el dúo estalló en carcajadas que seguramente se habrían escuchado en Tane-Shigai, no era sabio para saber la broma de Kisho rompió las barreras de lo esperado...

El segundo en reaccionar fue Akame, avivando la situación y con el motivo suficiente para echarle la culpa al Hyuuga, es que sí era como decía Uchiha, todo encajaba a la perfección, quería timar a las personas incultas, nobles e ingenuas, pero este día su treta no le saldría, no hasta que demostrase su inocencia, cosa que el pelinegro no tardó en exigir, sino la sentencia estaba dictada.

Ahora fue Daigo quien sugirió al alborotador manifestar su doujutsu, después de todo era la única manera de solventar la situación y quedar bien parado de todo aquel enredo y dejar en una mejor posición a su aldea. Todo se estaba torciendo grotescamente para los ninjas de Kusagakure, y al parecer el peliverde era el único que se daba cuenta de ello, porque después de todo sí al jounin le daba por reportar la situación sobre el fraudulento actuar por parte de Kisho... Sí eso sería un gran rayon para el mandato del actual Morikage.

"Tendrá que entregar su placa y quedará inhabilitado para siempre, su byakugan no le salvará de esto..."

Y por si las cosas no podían empeorar al Hyuuga se le ocurrió de acusar a Uchiha Akame de pervertido y homosexual, así como lanzó una amenaza a los gemelos, incluso aseguró que acabaría con los tres ninjas.

"¿Qué le pasa a este sujeto? ¿Realmente está loco?"

No pude sentir un poco de satisfacción al saber que no fui el único en pensar que a él le faltaba un tornillo, solo que yo lo pensé y Etsu lo expresó... Grave error, seguramente la batalla daría inicio.

La sensación de que aquel tipo era o bien un genio o bien un loco se fue acrecentando conforme la escena se desarrollaba. Akame había cesado sus risas y observaba a Kisho con atención —aun sin perder de vista a los otros dos—, como si estuviese viendo a un ciervo tratar de comerse a un lobo. Cuando el Hyuuga amenazó a sus dos compañeros gemelos, Akame no pudo evitar alzar una ceja inquisitiva.

«¿De verdad va a pelear contra un compañero de Aldea?»

El llamado Etsu —el único de los hermanos que parecía consciente de la situación— replicó con una frase que de seguro Kisho no se tomaría a bien. «Después de todo, este chico parece completamente desbocado», se dijo el Uchiha.

Akame se encontró tranquilo pese a que la situación parecía tensarse por momentos. El rojo del Sharingan se manifestó en sus ojos, que recorrieron la escena analizando a cada uno de los presentes; Daigo, Kisho, Etsu y...

«Vaya, esto sí que es interesante», pensó el jōnin al ver de verdad a Akane.

—Meh —bufó el Uchiha, desactivando su Dōjutsu—. Kisho-san, todavía necesitas entrenar mucho más antes de hacer semejantes amenazas... Ahora mismo eres el más débil de todos los que estamos aquí.

El Hyūga no tardó en responder con agresividad a las risas de los gemelos Inuzuka.

"Es una alivio que no les haga pagar por la paliza", se burló en sus adentros, pues sabía que no era del todo buena idea decir lo que pensaba y calentar aún más la situación.

Entonces el chico continuó su amenaza a todo el mundo, advirtiéndoles de que les iba a demostrar su inocencia a la fuerza. Por suerte para el peliverde el no estaría dentro de aquella "triple guerra". Por lo visto Kisho le había perdonado la vida para que vaya a la aldea para dar la noticia.

"¡Qué suerte!, parece que me va a dejar vivir..." pensó con ironía.

Rápidamente el rubio se alejó para dar comienzo al combate, pero lejos de sentirse amenazado por Kisho, Daigo observó a los otros tres chicos para ver sus reacciones. No le preocupaba mucho lo que sucediera si el Hyūga peleaba con los Inuzuka, pues eran compañeros de aldea y aquello no debería de acabar en más que una riña, pero si se le ocurría pelear con Akame...

Cuando los ojos del peliverde se cruzaron con los del Uchiha, un sudor frío recorrió su nuca.

"¿Es ese el Dōjutsu de los Uchiha? Esto es malo, muy malo. Tengo que detenerlos antes de que peleen"

Estuvo a punto de dar un paso hacia Kisho, no podía permitir aquella pelea.

—Meh. Kisho-san, todavía necesitas entrenar mucho más antes de hacer semejantes amenazas... Ahora mismo eres el más débil de todos los que estamos aquí.

"¿Su Dōjutsu le permite calcular la fuerza de alguien con la mirada? ¡Mola!" Aquello no le había pasado desapercibido a Daigo

Daigo sonrió aliviado al escuchar aquello, pero no todo estaba hecho, ahora era su turno para calmar a Kisho y evitar que haga una locura.

—Desiste, Kisho-san, esta no es una pelea que valga la pena

Se sentía responsable por lo que llegara a hacer un compañero de aldea, así que para evitarlo se interpuso entre el Hyūga y el resto. Si quería intentar algo raro primero tendría que pasar por él. Tan solo esperaba que nadie tuviera que llegar a ese límite.

Desde mi posición no había mucho que hacer, ni nada bueno que observar, nada que valiera la pena el mantenerme allí.

Uchiha Akame aseveró que el alborotador era el más débil de todos, prácticamente derrumbó toda ilusión de ganar, dejando enterrada toda su confianza, o por lo menos yo me sentiría similar ante aquella declaración por parte de un jounin. Daigo no tardó en manifestarse para intentar calmar las aguas bravas del Hyuuga, quién era el único que se había puesto en guardia, el único que quería iniciar un combate, mientras los otros se reían de él.

"Vaya fiasco..." Me dije, realmente estaba perdiendo el tiempo, me había desviado para nada, tampoco tenía en mente participar en una batalla contra un jounin u otros ninjas de Kusagakure... Por lo que mi tiempo ahí se había agotado.

Me escabullí lentamente sin hacer ningún ruido y luego uní mis manos para desaparecer de aquel lugar en dónde posiblemente hubiera más de un observador como yo, alguien riéndose de la inocencia de los presentes.

Como quien no quiere la cosa y evitando alertar a los kusajines, que de repente se habían quedado absortos mirándose las caras —a excepción de Daigo que, honrosamente, todavía trataba de disuadir a su compañero de provocar a un jounin de otra Aldea—, Akame empezó a retirarse dando sigilosos pasos hacia atrás.

Siguió caminando hacia su espalda, esquivando de tanto en tanto el tronco de algún bambú, hasta que las cuatro figuras de los ninjas de Kusagakure se confundieron con el verde del entorno. Sólo entonces, dio media vuelta y echó a andar hacia Tane-Shigai.

La trifulca estaba mas que mascada. Sin embargo, Daigo y Akame se decidieron por dejar el tema estar. No querían problemas, y mucho menos entre compañeros de aldea. El de Uzu se terminó escabullendo entre la maleza, como toda una eminencia de la materia. Apenas dejó que su presencia marcase la situación... simplemente, desapareció.

Sin duda, fue el primero y el mejor. Dejó de lado al loco, al perro, al casi perro y al tipo de cabellera tipo hortaliza.

«Me cago en diez... éste tipo es de lo que no hay...»

En vez de hacer lo propio, en ésta ocasión Etsu decidió hacer como buen shinobi, y desaparecer también. Poco a poco, con el precedente de Akame, el Inuzuka aprovechó su poca presencia para hacer lo mismo. Con cuidado de no hacer demasiado ruido, se escabulló de todo y todos. Como un buen ninja.

En vista de que su compañero no respondía, Daigo miró a su alrededor para ver que hacía el resto, solo para darse cuenta de que ese resto ya había desaparecido del todo.

"¡Si serán!..." se censuró a sí mismo antes de insultarlos mentalmente.

Suspiró pesado antes de mirar nuevamente a Kisho, suponía que si no había más gente no habrían problemas, ¿verdad?

—Yo también me iré ya, pero no te metas en más líos, ¿vale?

Le advirtió antes de finalmente marcharse como había hecho ya todo el mundo.