Aquella mañana Rin se despertó antes de lo normal, quedandose remoloneando en su habitación. Aunque empezó a rozar el medio dia, nadie fue a obligarla a levantarse, seguramente porque llevaba ya dos días siendo productiva y o estaba descansando de ello o simplemente la misión de aquel día era aquella mañana. Finalmente cuando se levantó, se puso algo de ropa más cómoda, y bajo al restaurante a ver a sus padres que empezaban a prepararlo ya todo.

Le pidió que le prepararan un par de bentos para ella para el día siguiente, porque iría al estadio a entrenar un poco. Aquello les sorprendió ligeramente, pero no le discutieron mas allá de preguntarle con algo de curiosidad. Después, cuando tuvieron un momento libre, Rin les pregunto sobre primeros auxilios, ya que había comprado uno con lo que gano de la misión, explicandoles un poco lo ocurrido durante la del otro día. Fue relativamente fácil, pues más bien lo que estaba era recordando conceptos que ya le fueron explicados, pero que simplemente ni recordaba.

A la mañana siguiente, relativamente temprano, Rin se levantó y tomó la comida que le habían preparado para ir hasta el estadio. Tenía entendido que allí había de vez en cuando gente entrenando, así que por observar un poco y pensar en que podía hacer ella, era un plan algo sencillo pero que no perdía nada por intentar. Se sentó en una de las gradas, dejando su bandolera y fijándose un poco en la gente que estaba ya allí entrenando.

En el gran estadio había un par de kunoichis entrenando. Una de ellas era pelirroja, de ese tono concreto de las Uzumaki, y la otra tenía una larga melena gris recogida al final con una goma. Ambas vestían indumentaria shinobi habitual.

La del pelo gris parecía sacarle edad a la Uzumaki, que tendria dos o tres años menos que Rin. No era una recien graduada, pero seguía siendo una Genin, mientras que la otra tenía una insignia de Chunin.

— ¡No vale de nada entrenar si solo esquivas! — protestó la pelirroja.

— Te he dicho que entrenariamos de verdad si me dabas un golpe limpio y has dicho que chupado. Y lo único que estás mordiendo es el polvo. — se burló un poco la peligris

Entre la variopinta gente, Rin pudo ver a dos kunoichis entrenando que parecían cercanas a su edad. Quedarse allí todo el día, sentada mirando al resto, tampoco iba a hacer que aprendiera por estar cerca mediante ósmosis; aunque tenía buena vista, y eso podría ayudarla a aprender algunos movimientos, pero si era de cerca sería aún más sencillo. Rin se levantó entonces, y camino hasta ellas, levantando una mano ligeramente para saludarlas cuando estuviera lo suficientemente cerca y una se fijara en ella, aunque la otra la llevaba metida en el bolsillo de la chaqueta.

— Holiwi, ¿tenéis sitio para una más? Venía a entrenar, pero estoy más sola que al una, y luchar contra tus propios clones es un poco aburrido al ser simplemente sombras intangibles — añadió con una leve sonrisa, volviendo a meter la mano en su otro bolsillo mientras hablaba.

La peligris finalmente dejó de esquivar a la pelirroja, deteniendo su patada alta con la mano y estirando para hacerla perder el equilibrio y que cayese al suelo. Entonces se giró a Rin como si no pasase nada.

— Oh, buenos dias. Claro, unete, ¿eres nueva? Podeis intentar un dos contra uno. Me llamo Kiriko, pero me llaman Kiki. Y la que está rezongando en el suelo es Sanae.

— Te voy a dar yo a ti rezongar. — protesto mientras intentaba un barrido desde el suelo que era esquivado por Kiki con facilidad.

Rin se fijó en los movimientos de ambas; claramente la tal Kiriko la superaba con creces en el combate. ¿Pero tan buena era como para poder con dos a la vez?

— ¿Nada de técnicas? ¿Solo combate cuerpo a cuerpo? — Preguntó mientras se quitaba la bandolera colocándola a un lado. — Porque más allá de algo de katon, no me apaño muy bien.

Tras ello, tomó de la propia mochila un par de vendas. Tan pronto como se quitara los mitones, empezaría a enredar sus brazos en estas, mostrando algunas heridas de cortes en los dedos de las manos por error.

— Está prohibido usar técnicas si no es un combate oficial desde que unos locos destruyeron medio estadio en una pelea de "entrenamiento". Además, entonces no tendríais ninguna oportunidad. — dijo con una sonrisa

— Eh, yo no he pedido ningún relevo. — protestó la Uzumaki levantandose del suelo

Rin se extrañó un poco ante aquellas palabras y preguntó con algo de curiosidad mientras terminaba de atar sus vendas.

— ¿Destrozaron el estadio? ¿Qué hicieron? — Miró a sus alrededores posteriormente, dándose cuenta de que lo que decía Kiriko era cierto. — ¿Y dónde vas a entrenar entonces si usas técnicas? Supongo que la gente especializada en genjutsus estarán realmente encantados con eso.

— La mayor parte a arenas privadas hechas especialmente para que no haya nada que destrozar o directamente al Valle de los Dojos. Pero saber contenerse es parte del entrenamiento. — dijo alzando el indice como si acabase de impartir sabiduria milenaria.

La Uzumaki se había cruzado de brazos, esperando a que acabasen para ver si entrenaban o no.

— El valle de los Dojos... — Murmuró ligeramente, llevándose una mano a la barbilla y desviando la mirada hacia el suelo.

Una arena privada escapaba de sus posibilidades, pero el Valle de los Dojos... Había oído hablar bastante de él, incluso del incidente que ocurrió hace tiempo. Podría intentar también allí probar suerte, ya que el abanico de posibilidades sería increíblemente más amplio si aquí había esas restricciones. Pero tardaría bastante en llegar, incluso utilizando el tren, y lo suyo sería quedarse un tiempo en aquel lugar dado ese esfuerzo. ¿Pero como haría para pagarse el hospedaje? Joder, cuanto más imposible le parecía, más ganas tenía ahora de ir.

Rin meditó sobre sus palabras un rato, arrugando algo el gesto cuando llegó a la conclusión de que no tendría para pagar ese sitio. Terminó de asegurar sus vendas y se puso en posición de combate.

— ¿Un dos contra uno entonces, no? Esto va a estar tirado — añadió.

— Oho, me gusta esa confianza, pero no os llevará lejos. — dijo para después saltar hacia atrás.

Para cuando volviese a tocar el suelo sus ojos serían más animalescos, sus uñas parecían pequeñas garras e incluso su pelo de habia erizado un poco.

— ¡Eh! Eso es trampa.

— Solo es un henge para verme más amenazadora. — mintió claramente. — Si os da miedo, podéis retiraros. — se mofó encogiendose de hombros

Rin se sorprendió ante ello, abandonando ligeramente la posición de combate.

— ¿Solo un henge? Oh, definitivamente me tienes que enseñar a hacer eso — dijo con una ligera sonrisa victoriosa, lanzándose al combate acto seguido.

Buscó empezar con un puñetazo directo contra su pecho, estirando al máximo su brazo izquierdo al hacerlo.

Kiriko se tuvo que contener una risa al ver que Rin realmente se había creido lo del Henge. Kiki resopló y tardó en ir tras Rin por estar contestandole airada.

— ¡Claro que no es un henge! Ha usado una tecnica Inuzuka para mejorar sus sentidos, idiota.

Como había hecho hasta el momento, Kiriko se mantuvo a la defensiva. Desvió el golpe de Rin sin ningún problema y luego esquivo una patada alta de Kiki sin demasiado esfuerzo.

— Si atacais una detrás de la otra no llegareis a nada. Trabajo en equipo. — explicó con un tono algo más agudo a causa de la transformación.

— ¿¡Ah!? ¡¿En serio?! — Giró momentáneamente la cabeza hacia la Uzumaki al escuchar sus palabras.

Volvería entonces a centrar su atención en la chica, debatiéndose momentáneamente que hacer. ¿No se supone que no valían jutsus? Si era un Henge nada más, pues no importaría. Rin tampoco es que tuviera un gran repertorio de técnicas a mano, pero menos daba una piedra. Buscaría de nuevo recortar las distancias, esta vez dándole una patada baja utilizando sus propias manos para apoyarse en el suelo. Aprovecharía entonces el impulso del barrido para girar sobre si misma y darle una segunda patada con esa misma pierna esta vez algo más elevada.

Kiriko reconoció el movimiento de inmediato y simplemente se echó hacia atrás. La que no lo reconoció fue Kiki, que tuvo que apartarse para no llevarse un poco de fuego amigo.

— ¡Eh! Controlate, que yo también estoy aquí. — protestó ante la falta de comunicación con Rin.

— Vaya, vaya, si parece que algo sabes. A diferencia de tu compañera.

— ¡Ya te dije que no sabía hacer técnicas de Taijutsu!

— Me dijiste, literalmente, que no necesitabas técnicas de Taijutsu porque eras más rapida y diestra que las demás.

— ¡Eso claramente no te incluía a ti! ¡Me sacas un porrón de años! Abusona.

Rin se apartó un poco, chasqueando la lengua y mirando a la pelirroja un poco decidida, ya que se estaba empezando a meter en el combate y tomarselo más en serio.

— Pues no te pongas en medio; usa los ojos, fijate en sus movimientos o algo, joder — frunció el ceño para volver a fijarse en Kiriko.

Volvió a recortar la distancia con rapidez, buscando darle ahora dos puñetazos rápidos para rematar con un rodillazo.