Taeko es una chica de complexión media-delgada, con 1,57 metros de altura y 52 kilogramos de peso. A pesar de que ha entrenado duro y puede sostener largos periodos de actividad constante, nunca desarrolló mucho músculo. A simple vista pudiese parecer una debilucha (aunque no está muy lejos de ello). Su cabello, blanco con un toque de plateado, es en su mayoría corto, a excepción de una larga cola que le llega hasta la cadera; es ligeramente ondulado y enmarca su rostro con elegantes mechones curvos. Su piel es pálida y sus ojos tienen un suave tizne color lavanda. Es diestra.

Es bastante linda. Su mirada carece de la intensidad de un guerrero, pero desborda dulzura y compasión. Su rostro tiene un aura de delicadeza y suavidad, y siempre tiene una expresión relajada o una sonrisa en sus labios. Su porte y sus movimientos son elegantes, pero firmes. Aunque aún se está desarrollando, su figura femenina ya se nota con facilidad.

Usualmente viste una blusa sencilla color rosa claro, debajo de un hanfu de color violeta y estampado floral. Las mangas del hanfu no son tan anchas como de costumbre, y el largo de la prenda le llega hasta medio muslo. Lo usa con un grueso obi negro que le cubre casi hasta la base del pecho. Viste también un pantalón negro, suelto y cómodo que le permite el movimiento; lo suele ajustar del tobillo a media pantorrilla con cintas color púrpura opaco. En lugar de las típicas sandalias ninja, Taeko usa zapatos de tela reforzada de diseño sencillos. Tienen la misma resistencia que las sandalias, pero se le hacen más cómodos. Al frente de su obi y mezclado entre la tela, en su vientre, porta su bandana de Kusagakure. Lleva su portaobjetos ajustado al obi, a la derecha, y le cae ligeramente sobre la cadera.

Como prendas de elección cuando no está ejerciendo su labor ninja, suele escoger blusas holgadas, de botones y de colores bonitos y suaves; faldas largas, o vestidos sencillos que le lleguen hasta la pantorrilla. No suele llevar ornamentos en el cabello, aparte de dos broches a juego (por lo general, con forma de flor) : uno en el inicio de la cola y otro al final. Siempre ata su cola con cintas de colores suaves. Es común que lleve una pequeña libreta y un carboncillo, metidos en un pliegue de su obi, por si necesita comunicarse por escrito.

Taeko es muda de nacimiento. Sólo puede producir chillidos o gruñidos, pero a ella no le gusta cómo suena, así que ya ni siquiera intenta hablar. Es bastante humilde, noble y bien portada, además de cálida y comprensiva. Incapaz de hablar, se dedicó a escuchar a otros, lo que la hizo muy servicial. Cree firmemente en el hacer de lo correcto, en que todos son capaces de actuar con bien, y que siempre se puede aplicar la justicia.

Su madre no quería que Taeko se volviera una shinobi, pero la joven tenía la idea de que para defender a aquellos que lo necesitasen, debía estar preparada. Sin embargo, ella está consciente de la naturaleza violenta de los ninja. Es inteligente y muy analítica cuando necesita serlo. En la batalla se enfoca a derribar a su oponente, y toma posiciones defensivas. Evita en la medida de lo posible lastimar de gravedad al rival. Prefiere misiones de reconocimiento o espionaje, que no necesiten de sangre para cumplirse.

Siempre tiene en mente a los que le importan, y les regalará una sonrisa sin dudarlo. Le apasiona la caligrafía japonesa, y en los viajes largos suele llevar un pergamino, pinceles y tinta para escribir en ratos libres. Su letra es pulcra y elegante. Le gustan los postres, así como las sopas con hierbas aromáticas. Adora de sobremanera la música y a los cantantes, y a veces se pregunta cómo sonaría su voz si pudiese cantar. Aunque conoce lenguaje de señas, prefiere no usarlo, pues no quiere que alguien se moleste por hacerle aprender algo que sllo usarán con ella. Además, le es fácil expresarse con gestos y ademanes, aunque cuenta con su fiel libretita para salir de aprietos y malentendidos. Nunca se molesta si alguien tarda en comprenderle, pues está consciente de que no es común tratar con alguien de su condición. Es bastante imaginativa y, cuando se lo puede permitir, recrea situaciones irreales o improbables en su cabeza. Suele escribir todo lo que puede, ya sean datos que se le hagan curiosos o informacin sobre conocidos.

Su único objetivo a largo plazo es hacer de su Aldea un mejor lugar, y hacer más felices a todas las personas que pueda. Eso y cuidar de su madre.

¤ La naturaleza te lo da (Gratis)
“Apuesto a que lo sientes. El viento al correr, el susurro de las árboles. El verde de las hojas saludándote. Si no, no desesperes. Pasa más tiempo con la tierra y ella se volverá tu amiga”

¤ Atractivo natural (coste de 1 punto)
“N-no, es en serio. No es para tanto. Vas a hacerme sonrojar. Yo solo trato de ser amable con todos, y que todos se lleven mejor… ¿P-por qué me miras así?”

¤ Sentido agudo del oído (coste de 1 punto)
“Nunca pude escucharme a mí misma, y no, no es una lástima. Hay tantos trinos y cantos que sentir. ¿Por qué habría de entristecerme no poder escuchar solo uno más? Ahora, silencio, que el sinsonte está en medio de un recital.”

¤ Artefacto (coste de 3 puntos) : Sagin, arena de plata
“ ‘Es muy valiosa. Para mí, para nosotras. La tendrás a su tiempo.’ me dijo mi madre. Me esforzaré para controlarla, algún día. Y no será lo que los asesinos de mi padre querían. La tomaré y portaré como un estandarte de la armonía, para proteger lo que deba ser protegido.”

¤ Compasión (otorga 1 punto)
“¿Cómo esperas que todo mejore si no se le da a la gente una segunda oportunidad? ¿Un nuevo día para arrepentirse y reivindicarse? No. Descansa, levántate cuando puedas y vive bien.”

¤ Obsesión con el canto (otorga 2 puntos)
Taeko adora de sobremanera la buena música, y se obsesiona con las voces de los cantantes. Si escucha a alguien cantar algo que llegue a gustarle, se detendrá para disfrutar de la música a como dé lugar. Se sonrojará por completo y temblará notablemente, extasiada por una especie de placer musical. Si puede, le pedirá a la (o el) cantante que entone una canción más, y otra, y otra. Cuando ya no se pueda seguir escuchando tal voz, Taeko se sentirá ansiosa, y estará distraída, intentando escuchar de nuevo algún canto en la lejanía. Aunque el trino de las aves le encante, tales cantos animales no entran en esta afección. Además, la obsesión de la chica será propiamente con la voz que le guste, no con la persona en sí.
“No, por favor, no te detengas. Tu voz… el vibrar de tu voz… Oh, cielos, qué hermoso… Te lo suplico, una más. Será… será la última. Oh…

¤ Mudo (otorga 3 puntos)
“Solo tú puedes oírme, moderador. ¿Qué obra maestra vamos a rolear hoy?”