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Umikiba Kaido · 27/01/2019, 23:30

Kaido, no obstante, no quedó del todo satisfecho. No porque el dinero no le pareciera suficiente, sino porque no estaba tan de acuerdo con la distribución sugerida por Comadreja.

—Serán séis de los grandes, pues —y cuando pareció haber zanjado el tema, añadió—. distribuidos apropiadamente —que no equitativamente—. según las responsabilidades de cada uno en éste importante encargo.

Miró a Comadreja, sonriente.

«Oh, pequeño avaro hijo de la gran puta. ¿Crees que te vas a llevar una tajada como la nuestra?»

Luego a Takuya. Agachó el cuello con gracia marina.

—Tendrá noticias nuestras muy pronto. Hasta entonces, Gabbra-sama.

Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la salida. Quería tener un cara a cara con Comadreja. Aún había mucho de lo qué hablar.

**Uchiha Datsue** · 28/01/2019, 01:50

Reverencias por doquier. Sonrisas tan grandes como falsas. El sonido de una puerta al cerrarse.

—¿Qué significa esto, Kaido? —soltó Comadreja en el pasillo, sin poder contenerse—. ¿Es que vas a joderme? ¿Después de facilitarte el contacto y todo lo que hice por ti?

No le había gustado nada eso de distribuir la pasta apropiadamente. Los negocios o se hacían bien o no se hacían.

Umikiba Kaido · 28/01/2019, 02:15

¿Todo lo que hizo por él?

¡¿Todo lo que hizo por él?!

¡Bam! le sostuvo del cuello con una fuerza abismal y le obligó a chocar contra la pared. Daba la sensación de que los pies le levitaban. También de que el brazo que le sostenía había crecido antinaturalmente. ¿Pero qué no era antinatural para un ninja, a los ojos de un maldito carroñero?

—Escúchame, amigo. Si realmente estuviese en mis planes joderte, estarías ahora mismo pudriéndote en alguna duna con escarabajos alimentándose de tus carnes —le bajó y aflojó el agarre de su brazo, aunque no retiró la mano del todo—. pero sigues aquí. Participaste en la reunión. Y cuando ésto termine podrás irte a tu casa con buena pasta en el bolsillo. Así que dime, ¿en qué parte es la que te jodo? ¿o es que vas a entrar tú a la Prisión del Yermo, eh?

Si fuese así, Kaido estaba dispuesto a darle los séis mil ryo. Pero él ya sabía la respuesta.

**Uchiha Datsue** · 28/01/2019, 02:28

Muñeca rio, en una carcajada aguda, ante la cara de espanto que puso Comadreja al ser estampado contra la pared, casi sin aire para respirar. Luego, Kaido aflojó el agarre. A Comadreja se le notaba asustado, pero también con una gran determinación.

—No, no voy a entrar. Pero voy a ser el que te ayude a salir. —Y eso, era tanto o más importante—. ¿Vas a conseguir tú los planos de la prisión? ¿Vas a saber a qué puerta llamar para sobornar a un guardia? ¿Sabes cómo llevar preso a Razaro por todo el jodido desierto sin llamar la atención? Porque si es así, vale, estoy de acuerdo. Pero sino, quiero mi parte equitativa. ¡No putas migajas! —exclamó, sin poder contenerse. Si él no hubiese estado allí, ¡ni siquiera habrían conseguida tan buena oferta! No era justo…

¡No era justo!

—En serio, Kaido —Muñeca empezaba a hartarse de verdad—. ¡Déjame matarle!

Umikiba Kaido · 28/01/2019, 02:41

Los ojos de Kaido, a veces pequeños, se inflaron como un globo. Estaban hinchados de ira. ¿La determinación de Comadreja? nada que ver con la suya. Alzó el puño y voló hasta el rostro de Comadreja.

Era su hora de morir...

... y sin embargo

¡Proush! la piedra de la pared se rompió como el cristal ante la fuerza del agua comprimida.

Kaido sonrió y le dio dos palmaditas en la cara luego de que el brazo se le desinflara.

—No, Muñeca-chan, él tiene razón —concedió—. estoy seguro de que Dragón Rojo sabrá entender el sacrificio de este hombre y pagará como su labor le merece. Ahora lo entiendo.

Le soltó, dejándole caer al suelo. Entonces se dio la vuelta y miró a Masumi. ¿Qué veía ella en sus ojos? una idea. Una realización. Un desenlace. A ellos, volviendo sanos y salvos de la Prisión del Yermo. Ellos, cobrando el dinero. A Comadreja, esperando recibir su pasta. A Comadreja, muriendo víctima de su avaricia.

—No te habrás meado encima, ¿no? ... vámonos, tenemos un plan que discutir.

**Uchiha Datsue** · 28/01/2019, 03:15

Una semana más tarde…

Comadreja, Kaido y Muñeca se encontraban en la habitación de un hostal, llamado El Oasis. Se veía el manto nocturno, lleno de estrellas, por la ventana, y las temperaturas habían bajado en picado. El fuego de la chimenea, del primer piso, hacía que el calor subiese por la columna que tenían en una pared y les diese cierto calor.

Había dos camas, una para Kaido y otra para Comadreja. Muñeca dormía en otra habitación —había sido muy tajante durante todo el viaje con Kaido: jamás compartía la habitación con nadie—. Comadreja, que acababa de llegar, se quitó los zapatos y se sentó en el colchón, con las piernas cruzadas.

Los pies le apestaban.

—Bien, bien. Tengo nuevas, muchachos. Un antiguo preso, que ha tenido la amabilidad de contarme cómo funciona la prisión. Se despachó a gusto, el cabrón. La comida, una mierda. La dieta básica está formada por insectos, tíos. ¡Insectos! —Solo de imaginarse un cuenco de ellos le daban ganas de vomitar—. Al entrar te obligan a desnudarte y te dan una buena inspección para evitar que lleves nada, luego te dan ropa de preso y te meten en una especie de sala gigantesca que básicamente sirve de dormitorio. Literas dobles o en el puto suelo, si hace falta. Aquello es un caos. Y siempre esposados.

»Para los presos más peligrosos, no obstante, los llevan a un piso inferior. Ah, ¿os dije que la cárcel era subterránea? Pues ya lo sabéis. En este piso inferior, llamémosle menos dos, hay celdas como dios manda. Todas ellas con sellos supresores de chakra. Cada vez que sales de la celda, te obligan antes a colocarte las esposas. Hay un comedor y poco más.

»Luego, en el piso menos tres… No tengo ni puta idea. Me dijo que había otro piso inferior, pero que ninguno que bajaba hasta allí volvía. Y ni los guardias comprados dirían mierda sobre el tema.

Umikiba Kaido · 28/01/2019, 03:43

Aislado del hedor que despedían los pies de la rata, del frío y de todo lo que pudiera distraerle, Kaido sopesaba la información que le soltaba Comadreja con toda su atención, mientras se hacía una idea mental de lo que podía ser la prisión del Yermo, a raíz de las declaraciones del ex-preso. Una cárcel subterránea —no podía esperar menos, tratándose de aquel país—. que tenía tres niveles, cada uno preparado adecuadamente para distintas clase de cautivos. El primero, para los ladronzuelos de poca monta. El segundo, para usuarios del chakra que optaran por el camino de las fechorías. El tercero...

«Ahí debe estar él»

¿Cómo es que Kyutsuki no le había dicho nada de eso?

—Por la información de Takuya, Razaro ha de estar en el primer nivel —ya iba haciéndose la idea de que tendrían que sumergirse a lo más profundo de la prisión, primero que nada; y de salida recoger al ladronzuelo. Miró a Muñeca—. habrá que pillarlo de subida, después de... —torció la mirada hasta Comadreja—. ¿qué más?

**Uchiha Datsue** · 29/01/2019, 01:53

Comadreja carraspeó, mientras tiraba del cuello de su camisa para que le entrase algo de aire.

—Qué… ¿más? Pu-pues… Pues no mucho más, la verdad. El tío me dice que es imposible escapar de allí. Y que tienen a shinobis vigilando la entrada. No estamos hablando de una prisión cualquiera, después de todo. ¿Cuál es tu plan? ¿Cómo tienes pensado hacerlo? Si me das un camino por el que tirar podré serte más útil —dijo, pues se había limitado a preguntar lo genérico, sin tener ninguna idea en mente.

Umikiba Kaido · 2/02/2019, 06:25

¿Que cómo tenía pensado hacerlo?

—Necesitamos conocer a fondo la rutina de al menos dos guardias del turno nocturno preferiblemente. Si podemos corromperlos por unas cuántas monedas, bien, sino; los lapidamos en alguna duna y tomamos su lugar con el henge. También tendríamos que tener a un tercero que pueda facilitarnos una salida rápida si se llega a alborotar el avispero —y por lo que sabía de su objetivo, era probable que así fuera—. luego está el tema de la prisión. Esos planos de los que tanto te jactaste para reclamar tu pasta, ¿dónde están? es una puta prioridad conocer con exactitud como movernos ahí dentro. Qué pasillos evitar. Cuáles son las rutas de vigilancia. Los cambios de guardia y sus horarios. Dónde enfocan los esfuerzos para proteger cuáles pisos y celdas. Oh, y esa jodida cárcel debe tener a un director. Tienes que averiguar quién es y si es más accesible suplantarlo a él que a un par de guardias comunes y corrientes.

Eran ideas aisladas. Nada concreto. Y, desde luego, quedaba muchos cabos que ir atando. Sobre todo el cómo iban a huir del País una vez finalizado el trabajo.

**Uchiha Datsue** · 2/02/2019, 15:15

Comadreja pidió a Kaido que se callase a mitad de camino, sacando una pequeña libretita de la mesilla de noche y un lápiz. Ahora sí, empezó a apuntar las muchas y variadas peticiones de Kaido sobre el papel. Sus cejas iban alzándose cada vez más y más.

—Dos… rutinas enteras de dos guardias… —Joder, ¡y luego intentaba quedarse con su parte del pastel! ¡Anda que Comadreja no era parte vital y necesaria en aquella misión! ¡Ja!—. Sabes que eso me llevará su tiempo, ¿no? Yo no tengo la capacidad de duplicarme, como vosotros, los ninjas, y conseguir una rutina entera ya me llevaría su tiempo.

»Un guardia que os de una salida, sí… Ya estaba trabajando en ello. Sobre los planos, podría darte un croqui que me hizo el preso este, pero es una auténtica chapuza. Me gustaría conseguirte los auténticos, a ver si es posible.

—Me aburro —soltó entremedias Muñeca, que sin dar mayor explicación se levantó y se fue.

Comadreja carraspeó.

—Sobre los cambios de guardia y horario. Hay turnos de mañana, de ocho a tres de la tarde. Luego, de tres a diez. Y uno reducido por la noche, donde la vigilancia decae bastante.

»Respecto al director… En realidad, es directora. Nathifa. Pelirroja, rondará los cuarenta, un palillo andante y estricta que te cagas. Sigo trabajando en ello —añadió, consciente de que no era demasiado.

Umikiba Kaido · 2/02/2019, 15:39

—Entonces debemos hacerlo en el turno de la noche —respondió, convencido. Era la franja perfecta no sólo porque decaía la seguridad, sino porque también aumentaba las horas del turno—. ¿Y qué? ¿crees que me voy a quedar aquí sentado mientras tú te ocupas de todo? dime de donde rascar. No podemos perder más tiempo.

Miró hacia el lugar por el que había salido Muñeca.

—Sobre esa tal Nathifa, tengo mis duda. No sé qué tan recomendable sea meter mano a alguien tan importante. ¿Se le ve mucho por la prisión? ¿sería una situación normal, que, hipotéticamente hablando, esa mujer haga el ingreso de algún nuevo preso, peligrosísimo, a mitad de la noche?

**Uchiha Datsue** · 5/02/2019, 18:25

—¿Y qué? ¿crees que me voy a quedar aquí sentado mientras tú te ocupas de todo? dime de donde rascar. No podemos perder más tiempo.

Comadreja rio.

—Ah, Kaido. Lo mejor será que no te metas en medio y molestes, ¿eh? No querremos que una cagada tuya…Vale, vale. Joder. No hace falta ponerse tensos. Pues, ¿por qué no vas a encargarte tú de un guardia? Averiguar sus rutinas, chantajearle, matarle o lo que sea que estés acostumbrado a hacer.

»Hay uno… Bueno, una, llamada Tokore. El tío este del que te hablé, me dijo que ella pasaba buena merca a los presos a cambio de billetes. Dame un día y te consigo su dirección.

Respecto a Nathifa, las dudas afloraron en Kaido.

—Yo creo que no sería una situación normal, no. Ella delega. Aunque si estamos hablando de alguien peligrosísimo… Bueno, quién sabe. Ella tiene mucho poder, allí. No le tose ni Izanami. Si le sale del coño hacer un ingreso en mitad de la noche personalmente, pues lo hace y punto. Los presos no la ven mucho, no —continuó, respondiendo a la otra pregunta—. Aunque dicen… Se rumorea… Se piensa… que suele estar en el piso de abajo del todo.

Umikiba Kaido · 5/02/2019, 18:37

Kaido se vio embelesado por un semblante dubitativo. ¿Por dónde tirar? desde luego que correría menos riesgos de ser increpado —que no descubierto—. si entraba a la prisión como Nathifa, pero iba a ser muy difícil llegar a ella. Además, si se la pasaba en el último piso como decían los rumores...

—Empecemos por Tokore.

**Uchiha Datsue**

Kaido había olfateado sangre, y cuando un tiburón la huele, ya no cambia su rumbo ante nada ni nadie.

Al día siguiente, al mediodía, tras comer, Comadreja cumplió con lo prometido.

—Aquí tienes —dijo, extendiéndole un papelito—. La dirección de Tokore. Tiene un horario variable. Tres días trabaja por las mañanas. Los siguientes tres por las tardes. Los siguientes tres por las noches. Dos días de descanso. Y de vuelta a la faena.

»En sus días de descanso, en ocasiones se la ve por La Playa, un garito de por aquí. Buena música. Alcohol malísimo, pero bueno. Es lo máximo que te puedo decir. Mujer alta, entre la veintena y la treintena, delgada. Cabello negro y corto. No sé más, no sé más.

Umikiba Kaido

La información proporcionada por Comadreja había sido más que suficiente para trazar un plan de acción. ¿Qué iba a hacer entonces el Tiburón?

Pues lo primero fue transformarse en alguien guapo. Alguien que tuviera una sonrisa carismática y los gestos de un casanova. ¿Pero en quién? ¿en quién...?

¡Puff!

Uchiha Datsue —que esa vez, se iba a llamar Shinhou y que tenía algunas modificaciones que le hicieran parecer mayor—. se adentró a La Playa como un turista más. Se acercó hasta la barra, pidió una cerveza y tomó asiento mientras peinaba el panorama con sus ojos de depredador y movía la cabeza al ritmo de la música.