Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El Examen de Chunin, el tema del momento, toda la villa estaba patas arriba desde el mismo anuncio del evento. Olvidate de que llegasen los amenios o los kuseños, ¡desde el mismisimo anuncio! Que si ahora vamos a poner cincuenta puestos más de comida en el Jardín de los Cerezos, otros cincuenta de souvenirs, no vaya a ser que uno de esos extranjeros que viene aquí a tirar a su hijo al examen se vaya sin un bonito pin de un cerezo.
Pero no solo eran los comercios los que se habían vuelto locos, de repente, todo el mundo quería pintar la fachada de su casa, no vaya a ser que vengan los kuseños, QUE VIVEN EN LA PUTA JUNGLA, y vayan a ver que en Uzushiogakure tenemos un par de fachadas manchadas. O los amenios, QUE VIVEN EN LA PUTA LLUVIA CONSTANTE, y vean que una fachada está descolorida. Y los ninjas, bueno, de repente a todo el mundo le había dado por dejarse la piel entrenando. Casualmente ahora que acababa de empezar el examen.
¿Donde estaba yo mientras el mundo se volvía loco? Tumbado bajo la sombra de un cerezo esperando a Eri para hablar de la primera prueba, dado que yo no la había hecho y ahora tenía curiosidad. No había sido fácil explicarle a mis padres que no iba a presentarme al examen. Ellos habían asumido que sí iba a hacerlo, vete tú a saber por qué. Pero yo no me sentía preparado para ese rollo de mandar, apenas me hacía caso mi perro, iba a ponerme yo a riesgo de tener que dar ordenes a nadie, quita quita.
Además que la villa no podía estar mejor representada, con Eri y Datsue yo solo iba a bajar el nivel, más razones para no presentarme.
Stuffy estaba acompañándome en mi arduo trabajo, tumbado panza arriba apoyado en una de las raíces del árbol.
Eri caminaba lentamente por el camino del Jardín, admirando la belleza del lugar y la tranquilidad que lo envolvía, aún sabiendo que había más turistas en Uzushiogakure por esas fechas. Había decidido vestirse de forma más fresca, aún con su cabello recogido en un moño; por ello llevaba una túnica de manga corta y unas mallas cortas, además de llevar la bandana anudada al cuello.
Encontró a Nabi y a Stuffy bajo la sombra de un cerezo, y tomó esa dirección.
—Hola —saludó, mientras tomaba asiento a la derecha del Inuzuka solo para acariciar la panza de Stuffy —. Aún sigo sin saber por qué no te presentaste con nosotros, además, creo que solo Datsue subirá a Chuunin... —mencionó, algo alicaída.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
El Senju caminaba a paso lento, apoyado en su muleta para no caer. En los últimos días aquella tristeza inicial que se había apoderado de él al no poder participar en los exámenes había ido desapareciendo, en gran parte gracias a su tía Akiko, que le había apoyado desde el primer momento y, al fin y al cabo, no era más que un examen que en algún momento del futuro tendría que repetirse.
«Ya pero...»
Sabía que se estaba quedando atrás, pero aquello solo lo animaba a esforzarse una vez estuviera recuperado para estar al 100% y seguir mejorando.
Mientras caminaba por el Jardín de los Cerezos, bajo un árbol vio a Eri, la chica con la que había entrenado para prepararse para el examen, y a otro chico más al que no conocía y decidió acercarse.
—¡Hola Eri! — Saludó animado con la mano que tenía libre mientras cargaba todo su peso en la muleta. —¡Ah y hola! Soy Senju Riko, encantado. — Se presentó mirando entonces al otro muchacho que estaba tumbado, junto a un can que, de ser una persona podría considerarse algo emo.
—Hola. Aún sigo sin saber por qué no te presentaste con nosotros, además, creo que solo Datsue subirá a Chuunin...
La pelirroja se lanzó a por Stuffy, que se dejó hacer sin dar más muestras de que le gustase que dejarse hacer. Como buen caballero que soy, me senté también para que no pareciese que sudaba de ella.
— Cuando asciendas a Chunnin mandaras sobre los genins y tal, así que alguien tiene que quedarse atrás para ser mandado. Además, ese no es mi rollo, el poder y todo eso, seguro que acababa matando a alguien sin querer, o queriendo.
En ese momento vi a un chico en muletas acercarse, vamos, parecía que se acercaba a nosotros, tenía una bandana así que podía ser que se acercase a nosotros. Pero yo no conocía a ningún tullido.
—¡Hola Eri!¡Ah y hola! Soy Senju Riko, encantado.
Justo entonces recordé que había oído rumores de que había un genin que tampoco se presentaba a pesar de poder hacerlo sobrado. No sabía por qué no se presentaba hasta ahora.
— Inuzuka Nabi, encantado, y él es Stuffemo.
El can solo bufó en respuesta mientras le señalaba. Le hizo un gesto a Riko de que se sentase delante de Eri y de mi.
— Siéntate, Riko, y cuéntanos como estas viviendo el mundo del espectador. ¿A que es apasionante?
— Cuando asciendas a Chunnin mandaras sobre los genins y tal, así que alguien tiene que quedarse atrás para ser mandado. Además, ese no es mi rollo, el poder y todo eso, seguro que acababa matando a alguien sin querer, o queriendo.
—Yo tampoco quiero abusar de mi supuesto poder, ¿sabes? —le reprochó ella, aún acariciando a Stuffy —. Además, tampoco voy a matar a nadie si no es necesario.
Pero la conversación se vio interrumpida por Riko, aquel chico con el que había peleado una vez, sin embargo algo raro ocurría con su pierna, pues llevaba una muleta para sujetarse.
—¡Hola Eri! —saludó el muchacho moviendo su mano libre, ella le sonrió de vuelta —¡Ah y hola! Soy Senju Riko, encantado.
—¡Hola Riko! —saludó ella, bastante alegre de verle —. ¿Qué te ha ocurrido? —preguntó, señalando su pierna.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100
El primero en contestarle fue el muchacho, que al parecer era también el dueño de aquel perro que yacía junto a ellos.
— Inuzuka Nabi, encantado, y él es Stuffemo.
Riko sonrió, el nombre del perro le hacía gracia y, dado la apariencia que tenía le iba que ni pintado. Entonces fue el turno de Eri que le preguntó acerca de lo que le había ocurrido en la pierna y el peliblanco se llevó la mano libre a la nuca, con una sonrisa algo avergonzada.
—Bueno... Fue en un entrenamiento, perdí el apoyo y bueno... — Explicó mientras hacía caso a Nabi y se sentaba frente a ellos. —Bueno, apasionante, apasionante... tampoco. — Rió. —Pero bueno, habrá más opciones para presentarse.
Entonces se quedó mirando un instante al perro, dudando si acariciarlo o no, pero finalmente pensó que no sería mala idea, por lo que le acercó la mano lentamente y le acariciaría por la zona del cuello si éste se lo permitía.
—¿Y vosotros qué tal? ¿Os habéis presentado al examen? — Preguntó curioso, aunque sabía que Eri si lo habría hecho.
La historia de Riko sobre su lesión no iba a ganar ningún premio, eso sí estaba seguro. Tampoco parecía muy preocupado con el tema, y eso que hay que ser torpe para dejarte una pierna inservible en un entrenamiento, a saber qué estaría intentando hacer el loco.
—¿Y vosotros qué tal? ¿Os habéis presentado al examen? —
— Verás, Riko, hay dos tipos de personas en este mundo, las que me conocen y son imparciales, y, por lo tanto, desaconsejarían a cualquier kage de Onindo que yo pueda ostentar poder sobre nadie. Y las que me conocen pero son parciales que te cagas, esas quieren que me presente al Chunin, barra el suelo con todos esos amenios y kuseños y me asciendan directamente a Jounin. Yo soy más del primer grupo.
Mejor explicado, imposible.
Mientras, Stuffy se dejaba hacer. Para él todos esos humanos que le acariciaban solo porque era peludo y hermoso eran su harem personal.
—Bueno... Fue en un entrenamiento, perdí el apoyo y bueno... Bueno, apasionante, apasionante... tampoco. Pero bueno, habrá más opciones para presentarse.
—Oh, vaya, lo siento mucho... —se disculpó ella, claramente apenada por ver como aquel chico que había soñado con lo mismo que ella se quedaba atrás, siendo bastante capaz de lograrlo —. No te preocupes, Riko-san, la próxima vez lograrás apuntarte y sacarás la mejor nota. —Animó la pelirroja, sonriendo.
—¿Y vosotros qué tal? ¿Os habéis presentado al examen?
Prefirió esperar a que Nabi contestase, pero claro, nunca sabes por donde te puede salir el Inuzuka, si bien no era muy bueno entre la gente y bastante impopular, ya que no era tomado en serio, tenía un don para hacer que sus palabras sonasen bien en su boca, aunque solo en la suya, y teniendo en cuenta que nadie le hacía caso... En fin, que era un caso perdido.
— Verás, Riko, hay dos tipos de personas en este mundo, las que me conocen y son imparciales, y, por lo tanto, desaconsejarían a cualquier kage de Onindo que yo pueda ostentar poder sobre nadie. Y las que me conocen pero son parciales que te cagas, esas quieren que me presente al Chunin, barra el suelo con todos esos amenios y kuseños y me asciendan directamente a Jounin. Yo soy más del primer grupo.
Eri rodó los ojos.
—Yo sí me he apuntado, logré realizar la primera prueba hace unos días... —comentó, un poco nerviosa.
—Grupo 5: Eri, Daigo, (Invierno, 220), Poder 60
—Grupo 10: Eri, Daruu y Yota, (Otoño, 220), Poder 60
—Grupo ???: Eri, Datsue, Reiji y Hanabi, (Invierno, 220), Poder 100