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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Aquel tipo, flacucho y con cara de muermo había no solo ignorado a la pelimorada, si no que la había reprendido y tras esto ignorado para seguir con sus proclamas pacifistas... encima estaba bloqueándole el paso a la Uchiha

—Te...— comenzó la pequeñaja que apretaba los puños con toda la fuerza que podía —lo... ¡ADVERTÍ!— sin pensárselo ni siquiera un instante, sin ni siquiera dudarlo y ante la atónita mirada de todos los que la rodeaban. Tomoe saltó en dirección al tipo que emitía las soflamas, mientras volaba pudo escuchar claramente la voz del chico extraño del tejado que la llamaba

—¡Tomoe-chan!—

Pero ya nada podía detenerla, había muchas cosas que la sacaban de sus casillas para que mentir... pero que un debilucho, pacifista y con un estúpido cartel le faltase el respeto debía de estar en su top 3 de cosas que más odiaba.

La chica cargó en el aire una patada con giro, que descerrajaría en la cara de aquel tipo sin ningún atisbo de piedad. En sus ojos, el sharingan brillaría, avivado por la furia y las ganas de reventar a todos y cada uno de aquellos estúpidos. A pesar de su pequeña estatura, una golpe de aquella cría era algo a tener en cuenta pues su fuerza se equiparaba a la de shinobis varios años mayores que ella. Aquella patada, si impactaba, bastaría para mandar a ese tío al reino de morfeo de vacaciones al menos un rato
#17
La fórmula del desastre estaba lista para estallar: Una ciudad, una gran concentración de gente y dos genins extranjeros. El detonante fue el sorpresivo ataque que le fue propinado al probre cuatrojos que terminó en el suelo y con algo de sangre en el rostro tras recibir la patada de la kunoichi en miniatura. El resto de los presentes voltearon de inmediato y se asustaron al notar la placa metálica bajo el pelo de la pequeña.

—¡Nos atacan ninjas! ¡NOS ATACAN NINJAS!— Clamó a toda voz una mujer mientras señalaba con su dedo a la cara de la pelimorada —¡AHHHH!— Chilló de forma aguda la mujer, espantada por los ahora ojos carmesí de la niña.

Pronto el caos se encendió como la pólvora y tanto manifestantes como transeúntes se amotinaron tratando de escapar del supuesto ataque ninja hacia los protestantes. La gente empezó a correr en todas direcciones mientras se empujaban los unos a los otros, buscando salidas hacia las avenidas y callejones que daban a la calzada.

"¿¡Porqué a mí!?"

El Takanashi se las apañaba para pasar en medio de la gente, tratando de llegar a donde estaba la pelimorada. Aquello no era su problema, la que inició la trifulca fue la pequeña y no él. Sin embargo no podía desentenderse del asunto, su código le obligaba a hacer algo al respecto aunque seguramente el más perjudicado luego de eso sería él.

"Además si la dejo sola seguramente la situación empeore"

Dió un salto alto para evadir a parte de la turba y caer cerca de la pequeña.

—¿¡Te das cuenta de lo que has hecho!?— Le recriminaría sin pensarlo —Tenemos que irnos AHORA si no queremos que las autoridades nos atrapen— Advirtió mientras intentaba tomarla de la muñeca por la fuerza.
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~Ausente los fines de semana~
#18
El empeine de Tomoe se hundió en el rostro del tipo de las gafas, propinándole un fuerte golpe que dio como resultado el derribo de este. La pelimorada no pudo evitar sentir una enorme satisfacción al derribar a aquel inútil pacifista, aunque la situación no se desarrolló como ella esperaba.

—¡Nos atacan ninjas! ¡NOS ATACAN NINJAS!—

Tras aquel gritó desgarrador, todo se convirtió en un caos a su alrededores. La gente comenzó a gritar y a correr de un sitio a otro sin sentido alguno, se chocaban, aplastaban o incluso golpeaban para poder abandonar lugar... La pequeña shinobi se quedó allí de pie, contemplando aquella escena tan grotesca... tan denigrante para la raza humana... para ella. No pudo evitar sentir asco, todos los que allí estaban se comportaban como cucarachas a las que acababan de descubrir detrás de la nevera.

"Así que esta es la verdadera cara de la gente..." paseo su mirada de un sitio a otro, como si todo aquel alboroto no tuviese nada que ver con ella

—¿¡Te das cuenta de lo que has hecho!?— Le recriminaría sin pensarlo —Tenemos que irnos AHORA si no queremos que las autoridades nos atrapen—

—¡Yo no he hecho nada!— la joven se retiró a la vez que se volteaba para encarar al chico —Lo que estás viendo ahora es la verdadera cara de la gente... ¡no son más que cobardes!— se quedó mirando al chico —¿Las autoridades? ¿Crees que por una patada a un estúpido pacifista nos van a detener?— se burló del de Takigakure—
#19
Loa aleredores de la calzada eran un completo caos, pero la pelimorada estaba ahí parada como sí nada, como observando una simple película mientras el motín tenía lugar. Incluso se podía ver ya a algunos tantos uniformados intentando apaciguar a la gente con resultados infructuosos.

"Por las cejas de Yubiwa"

La niña se volteó y el Takanashi no supo que le sorprendió más: Si aquellos ojos rojos o lo que acababa de decir. Reconoció fácilmente aquel doujutsu, pues sus portadores por lo general se hacían recordar por las buenas o por las malas. Casi siempre que se topaba con un Uchiha la actitud de estos resultaba bastante extraña, tenía fuertes razones para creer que todos los de ese clan estaban trastornados.

—Hablas como si no supieras que golpear civiles es ilegal— Respondió molesto. Aquel amotinamiento rebasó su límite de paciencia —Te advertí que si seguías con esa actitud no te iba a ayudar. Así que me largo, con permiso— Hizo una reverencia para despedirse y luego se dió la vuelta para irse del sitio.

Simplemente se echó a saltar rápidamente para perderse entre los edificios. Si le seguían o no le daba igual. Por primera vez en su vida iba a dejar a alguien vendido a su suerte, sin importarle que fuera una niña pequeña. De por sí se había tomado demasiada molestia en ir a una parte de la ciudad totalmente contraria a su destino, pero él no era mandadero de nadie para tolerar que lo tratarán así. Lo que pasara ahora con Tomoe no era su problema, si bien hacer eso iba en contra de casi todos sus principios creía que hasta para ser amable había un límite. Talvez se arrepentiría luego o talvez no, no lo sabía.
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~Ausente los fines de semana~
#20
—Hablas como si no supieras que golpear civiles es ilegal— Respondió molesto. Aquel amotinamiento rebasó su límite de paciencia —Te advertí que si seguías con esa actitud no te iba a ayudar. Así que me largo, con permiso— Hizo una reverencia para despedirse para luego darse la vuelta e irse del sitio.

La joven observó como se largaba el chico a toda velocidad —Cómo si me importase una mi..— notó como la agarraban de la parte superior de su camiseta por la espalda y la levantaban como si se tratase de un gatillo

—A tí puede que te importe una mierda...— Tomoe giró la cabeza lentamente al escuchar la voz que le era tan familiar —Sin embargo, a mi no jovencita—

—Esto...— la chica puso cara de circunstancias mientras buscaba una excusa convincente —puedo explicarlo...— un potente capón arrancó todos sus pensamientos

—Te he dicho mil veces que no puedes ir golpeando a la gente— Koji la soltó dejándola caer al suelo

Tomoe pegó un importante culetazo, había que tener en cuenta que la cabeza de su senpai estaba separada del suelo por más de un metro ochenta, aún así le dolía más la cabeza que el culo

—Has liado una buena en un momento...— el pelirrojo miró a su alrededor preocupado —Eres un grano en el culo, y de los gordos me atrevería a decir— dejó escapar un suspiro —Aunque la culpa en el fondo es nuestra...— torció el gesto al recordar el tipo de crianza que le habían dado a la chiquilla —Yo arreglaré esto, ve y pídele disculpas a ese chico que te estaba ayudando—

—Pero..— intentó replicar la joven mientras se levantaba, cuyos ojos ya habían vuelto a la normalidad

—No hay peros que valgan, Tomoe— el muchacho le revolvió los cabellos a la chica

—Está bien...— contestó la chica que se apartó un tanto molesta, para acto seguido salir corriendo en la dirección en la que el chico se había marchado

"Maldito Koji... ese tipo se merecía una buena páliza..." la joven decidió que lo más productivo sería seguir exactamente los pasos del chico, así que se encaramó al tejado para tratar de alcanzarlo "¿No más armas...?" la joven apretó los puños con fuerza mientras aumentaba su velocidad todo lo que podía "que estupidez..."
#21
El espadachín avanzó entre calles y avenidas alejándose lo más que pudo de la zona del conflicto. Una vez estuvo lo suficientemente lejos se permitió asomarse desde un callejón y tratar de ver donde rayos había terminado. Sacó el folleto del morral y pudo darse cuenta que ahora estaba en el centro de la ciudad, donde había bastantes atajos a cualquier zona periférica de ahí.

"Ni modo, a buscar"

Tras caminar un rato llegaría a una plaza donde estaban varios puestos dondé vendían armamento. En condiciones normales se hubiera quedado embelasado viendo cada pieza, pero en esos instantes aún tenía un mal sabor de boca por lo que sucedió en la protesta.

"Después de lo ocurrido seguramente el movimiento tomará más fuerza, no sería de extrañar que tomen el incidente como una prueba de que están en lo correcto. Es el pretexto perfecto"

Meditaba sobre las posibilidades mientras vagaba por la plaza, con una mirada nostálgica que se reflejaba en los aceros de las hojas de espadas y demás armas. No tenía prisa, nunca la había tenido desde que llegó ahí.
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#22
Aquel chico, a parte de ser un estirado, era bastante rápido "Normal... con las patas tan largas que tiene" la pelimorada corría por el borde de los tejados para poder observar la calle, pero no había rastro del de Taki y eso que la manera de vestir le hacía falta de reconocer en la distancia "No sé siquiera por que lo estoy buscando..." la joven se detuvo al llegar al final de un tejado a dos aguas que daba a una enorme plaza "Mhmm podría decirle que me disculpe... y Koji nunca sabría si es verdad" pasó su mano sobre el chichón que le había dejado el último capón que le acababan de propinar "No... creo que sea mi mejor idea..." aprovechó para rastrear la zona con la mirada tratando de encontrar al chico pero aquella plaza estaba totalmente abarrotada.

El lugar estaba ocupado por varios puestos de gran tamaño, donde los mercaderes exponían sus mejores productos para tratar de convencer a los clientes de que los necesitaban. Encontrar a alguien vestido de manera mundana allí hubiera sido misión imposible pero por suerte su presa esta vez era alguien que llamaba la atención. No tardó mucho en divisar aquel extraño hoiri negro y hakama blanca, además de una abundante melena acompañada por una altura respetable.

"Lo encontré..." la joven le siguió con la mirada mientras el chico avanzaba lentamente entre la marabunta "No entiendo por qué me tengo que disculpar con él..." torció el gesto a la vez que chasqueaba la lengua mostrando su descontento "pero una orden es una orden..." Tomoe rodeó la plaza hasta llegar al tejado más cercano al lugar donde el de ojos dispares observaba un puesto "Allá vamos" de un saltó cayó sobre un tejadito intermedio para después caer al suelo quedando en dirección al chico.

Avanzó esquivando a los transeúntes hasta llegar a donde se encontraba el chico, le agarró el hakama para tirar y llamar su atención

—Largilucho, lo siento— fue lo que dijo, en eso era lo que consistía pedir perdón ¿no? pues eso, misión cumplida. Ahora solo quedaba esperar una respuesta afirmativa por parte del chico y todo estaría correcto.

"Ahora dirá "No pasa nada" y yo podré irme a buscar ese maldito almacén además de decirle a Koji que cumplí su misión"
#23
Como cosa rara, nuestro héroe se había quedado perdido en sus pensamientos, algo poco frecuente en él. Se quedó observando los puestos entre la muchedumbre. Pero las armas no eran lo que le habían distraído, sino que reflexionaba sobre cómo se daban las situaciones cada que conocía a alguien.

"No puede ser que tenga tan mala suerte que siempre me tope a algún amargado o a un insolente"

Era demasiado frecuente que se topase con la gente de peor carácter posible, eso o su idea de como eran las personas estaba errada. Quizás lo normal era que la gente fuera egoísta y malhumorada, fuese como fuese se le empezaba a hacer tedioso tener que soportar injurias a cada rato. Tal vez él mismo no lo notaba, pero poco a poco se había vuelto una persona bastante desconfiada. Pronto un pequeño jalón en sus ropas le hizo dejar de filosofar introspectivamente, volteó por reflejo hacia abajo para darse cuenta de que la niña pelimorada lo había seguido hasta ahí para según ella, disculparse.

"Me pide perdón y me insulta en la misma frase, nuevo récord"

El Takanashi dudaba que fuera una disculpa sincera, para sentir culpa había que mostrar empatía con el agraviado y la Uchiha no le había mostrado la más mínima seña de ello. Lo primero que se le ocurrió es que lo hacía por conveniencia, pues él poseía el mapa que ella necesitaba para llegar a su destino. Pero el pelinegro ya no quería más incovenientes, debía despachar a la niña para que le dejara en paz.

—Está bien— Respondió serio, aceptando la floja disculpa de la kunoichi aunque en el fondo no se la había terminado de tragar —Es más, te daré esto— Sacó de su morral el folleto y arrancó el mapa con cuidado de no dañarlo para dárselo a la pequeña —Ya me compraré otro— Le explico para que no se preocupara, aunque seguramente fuese algo innecesario pues probablemente a la niña no le importaba en lo absoluto.

Podían pasar dos cosas: o se iba tranquila o se las arreglaba para maltratarlo una vez más antes de largarse. Tatsuya creía más en la segunda, pues Tomoe ya le había dejado una imagen bastaante negativa al espadachín con su actitud.
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#24
—Está bien— contestó el chico ante la "disculpa" de la pelimorada que clavaba sus violaceos ojillos directamente en los del chico —Es más, te daré esto— no sólo había aceptado la disculpa de la pequeña si no que ante su atenta mirada, separaba el mapa con cuidado del resto de la revistilla que tenía para ofrecérselo a la pequeñaja —Ya me compraré otro— le tendió el mapa a Tomoe que lo tomó con ambas manos para después quedarse callada mirando el mapa fijamente

"Así que para esto sirven las disculpas..." la chica nunca se hubiese esperado que como resultado de aquellas palabras hubiese obtenido un regalo, el segundo que recibía en su vida "Me ha dado un mapa... tengo un mapa..." Tomoe no daba crédito a lo sucedido, una persona que se había enfadado con ella hasta el punto de abandonarla... con solo una palabra acababa de regalarle un mapa "Me gusta cuando me regalan cosas, se siente bien..." la vida de la de Amegakure no había sido nunca un camino de rosas, de hecho lo único que solían darle son golpes y pastillas. Cuando conoció a Koji, este le regaló una muñeca de trapo que guardaba en su apartamento... y ahora acababa de recibir su segundo regalo: Un mapa.

La pelimorada levantó la mirada lentamente hasta volver a encontrar la del muchacho de nuevo "Me ha regalado un mapa..." en su mente surgieron las palabras que Koji tras regalarle la muñeca "Es cierto..."

—Gra..gracias— apoyó el mapa sobre su pecho para poder realizar una pequeña reverencia sin poner en riesgo el objeto, para una vez recuperada volver a extender el mapa y seguir gobernándolo en silencio

"Me gusta mi mapa"
#25
—De... ¿nada?

Contra todas sus apuestas una tercera acción que no estaba contemplada entre sus planes salió a relucir. La pequeña aceptó el trozo de papel con una expresión que se le hizo de lo más extraña al espadachín, incluso agradeció por el obsequio. El Takanashi no podía creer que esa niña malcriada había agradecido, aunque luego la Uchiha se quedó parada ahí contemplándolo como si el dichoso mapa fuera el trofeo mas grande al que pudiera haber aspirado.

"Es, rara"

El de ojos dispares se quedó con cara de tonto sin saber que hacer mientras el resto de la muchedumbre seguía pasando de un lado a otro ignorando la escena que estaba ocurriendo entre los dos shinobis. Aparte de raro, le pareció dulce ver como la pelimorada estaba contemplando aquel misero obsequio.

—Oye Tomoe-chan, ¿estás b...

Hasta que un mercader molesto decidió interrumpir.

—¡Hey! ¡Quiténse de ahí joder! Que estorban el paso carajo— Dijo un viejo de barba abundante que iba jalando una carreta llena de distintos metales.

—Ya hombre, no hace falta insultar— Reaccionó molesto el pelinegro.

Y en ese momento cayó en cuenta de que quizás la kunoichi no se iba a tomar tan bien el asunto. De hecho parecía querer arremeter contra ambos con la mentada carreta.
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#26
La kunoichi seguía totalmente ensimismada observando aquel trozo de papel, ni siquiera se coscó cuando el chico comenzó a formular su pregunta o del mercader que la interrumpió sin demasiados modales. Para Tomoe ahora mismo no había nada más en el mundo que aquel mapa y ella, no prestaba atención a nada más de su entorno. No escuchaba ni los insultos ni el intento de réplica de Tatsuya.

"Me han dado un mapa" repetía en su mente mientras gravaba cada detalle en sus retinas "Están todas las calles de la ciudad... algunas tienen nombres de personas" todo le parecía novedoso, aunque no fuese más que un mapa como cualquier otro a ojos de otra persona, para ella era su mapa "Yo estoy aquí..." siguió con el dedo una recta por el mapa "Aquí le pegue al pacifista estúpido" apreció antes de seguir buscando "Y... aquí está la estación" posó su dedo sobre el lugar "ajá, aquí está el Almacén" no pudo evitar dejar escapar una sonrisilla de alegría "Si compro los materiales, el viejo me mejorará mis armas" la emoción se apoderó de la pequeñaja mientras doblaba el mapa cuidadosamente antes de guardarlo en su portaobjetos como si fuese oro en paño.

Cuando Tomoe regresó al mundo real se encontró así misma frente a un anciano con una carreta que no paraba de gruñir, miró a Tatsuya y luego al viejo "Parece que me he perdido algo" ninguno de los dos parecía estar muy contento

—¿Qué ocurre, Tatsuya-chan?— preguntó la pequeñaja antes de lanzarle una mirada dura y desafiante el viejo al detectar que lo que molestaba al chico era el viejo
#27
La amegakuriense parecía haber vuelto en sí tras ese extraño trance de autorealización tras haber conseguido el susodicho mapa, pero el espadachín no tuvo ni tiempo para explicarle lo que estaba ocurriendo en el lugar pues se vió interrumpido una vez más por el anciano que no le prestó la maás mínima atención a la mirada que la niña le había lanzado.

—¿¡Quieren quitarse de una puta vez!?— Exclamó exasperado el hombre.

Tatsuya apenas si logró dar un par de pasos hacía atrás cuando el anciano decidió no esperar más y les aventó la carreta encima para pasar. Con la muy mala suerte de que terminó empujándola con demasiada fuerza, volteándose con todos los metales y herramientas que llevaba en ella, quedando desperdigadas por el suelo.

—¡Pero miren lo que pasa por su culpa!— Dijo el anciano con ambas manos extendidas enseñando el estropicio que se había hecho en el suelo —Nada de esto pasaría si no hubieran estorbado, ahora ayúdenme a recoger este tiradero— Amenazó a ambos señalándolos con el dedo.

—¿Nandato? Discúlpeme pero esto no es nuestra responsabilidad señor— Respondió tratando de no sonar ofensivo.

En otro momento el lo hubiera ayudado amablemente sin preguntar siquiera, pero la forma agresiva del anciano no le inspiraba confianza. Lo peor es que el resto de gente de la plaza ahora también se estaba incomodando por obstaculizar el paso y de seguir así se armaría un nuevo bochinche en la zona.
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