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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
"No pus, esto sí que es interesante"

El joven Senju contemplaba con curiosidad aquellas pertubadoras figuras en los muros, las cuales hubiesen despertado el temor entre la gente medianamente precavida. Pero él era distinto, lo normal le solía causar la misma emoción que ver un caracol subir una pared. El abandono había dado paso al musgo y a la vegetación, las cuales ocultaban bajo su manto los horribles grabados que ahí se encontraban. Eran ese tipo de rarezas las que le fascinaban, lo misterioso. No sabía distinguir que eran, no parecían pinturas sobre oni comunes, pues en ellas los grabados eran de seres causando tormento en el mundo mortal, cuando los onis eran entes que castigaban en los infiernos.

Había una muy grande, la cual era una extraña bestia que parecía tener tres rostros en su cabeza, con ocho ojos como los de una araña, así como colmillos que sobresalían de su mandíbula, mordiendo lo que aparentemente era un bebe sacrificado. Mientras en cada una de las palmas de las manos de sus cuatro brazos sujetaba aparentemente un tipo de fruta. Ahora bien, ¿qué demonios hacía el joven Isa en un lugar cómo ese?

Escaquearse de las labores del equipo no era tarea fácil, pero de alguna manera logró convencer a su padre para lo mandara a traer un encargo a la ciudad de Tane-shigai y le pasara una nota a su sensei. Eran algunos viejos rollos, nada más. No era ni quiera el inicio del viaje, de hecho, ya estaba regresando con los escritos cuando a su paso por la Ribera Norte escuchó los rumores de la existencia de las ruinas. Así pues, ya podría inventarse algún pretextillo para excusarse por la tardanza, tenía que verlo por sus propios ojos.

"Por alguna razón siento que este sitio no debería ser así. Antes, esto era otra cosa... Joder, que me estoy sugestionando yo solo."
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#2
- Aahh...tengo hambre...tengo hambre

Su fatiga era notablemente visible, nunca había salido de Uzushiogakure desde que llego a esta, sin embargo más de un mes separaba su partida de este momento, claramente desconocía la magnitud de Onindo, esto afecto no solo su estado físico sino también su estado de ánimo, parecía un zombi, literalmente, ya que no tomaba un baño desde hace bastante, y tampoco había comido desde hace dos días, su apariencia dejaba que desear, aunque no era su culpa, no había dado con ningún pueblo desde hacía varios días, definitivamente sus habilidades para sobrevivir en el bosque eran nulas, de hecho había intentado pescar, aunque el resultado fue desastroso, termino sobre el tronco de un árbol flotando sobre la superficie del agua, rodeado de lo que él creía que eran pirañas, también intento cazar algún roedor con trampas, pero tampoco le fue muy bien, acabo no solo con mordidas de inocentes ardillas, sino que también tenía dos senbons clavadas en la espalda y una perdida por algún lado del bosque, o eso pensaba ya que la llevaba de arito en su oreja, aunque nunca lo noto.

- Espero nunca tener que volver hacer un viaje de esta distancia- su voz se oía demasiado fatigada - La próxima traeré a Sakura, con ella no me aburriría ni un segundo, el viaje sería mucho más tolerable y ella sabría donde conseguir comida-.

No hacía mucho desde su pasada por el límite entre el país de la tierra y el país del bosque, su paso era lento y monótono, hasta una tortuga podría competirle a esa velocidad, pero algo llamo su atención, a lo lejos podía ver unas edificaciones bastante deterioradas, el abandono y la poca concurrencia al lugar se hacían notar, mostrando una imagen no muy atractiva del lugar, no estaba entre sus planes el explorar, de hecho nunca le gusto hacerlo, pero el aburrimiento estaba acabándolo y si no encontraba una actividad que no sea caminar, terminaría por volverse loco, además solo estaba a unos cuantos pasos, ni siquiera tenía que salirse de su ruta.

***

Muchos grabados extraños adornaban el lugar, aunque no podía notarse mucho debido al musgo y otras cosas de las que Ashito ignoraba su existencia, intento limpiar un poco uno de los tallados, pasando su mano sobre el mismo repetidas veces.

- ¿Qué es esto? - interrogaba al muro que tenía en frente<< ¿Por qué dibujarían monstruos en una pared?, es una completa idiotez, ni siquiera se ve bien >> pensó el niño ignorante del sitio en que se encontraba.

- ¡¡Aahh!!- se escuchó el grito del Uzureño, cuando un arácnido del tamaño de su mano, le recorrió la misma causando una sensación bastante espeluznante en todo su cuerpo mientras limpiaba los exóticos grabados.
Verás

La gente vive su vida ligada a lo que ellos mismos creen que es correcto y cierto, asi es como definen su realidad, pero, ¿que significa estar en lo correcto o en lo cierto?, son solo conceptos vagos, su realidad puede ser tan solo un espejismo.
Victoria

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#3
"Parece que los que construyeron este sitio solían adorar a estos seres, pero no creo que estos templos hayan pertenecido a ninguna cultura en específico. No existen más ruinas en los alrededores ni vestigios en los pueblos cercanos que den la pauta a ser descendientes de los que edificaron las ruinas. Quizás era el sitio de reunión de alguna secta en específico, pues no es normal que alguien rinda tributo a seres tan monstruosos como estos."

Estaba sacando teorías varias, más no disponía de medios ni de tiempo para analizarlas como se debía. De por sí el extraño ambiente no le favorecía, tenía un extraño aroma a humedad, aunque lo que a él realmente le molestaba era el calor del sitio. No estaba acostumbrado al veraniego clima del País del Bosque.

Hasta ese momento, lo que menos se esperaba era tener compañía.

- ¡¡Aahh!!-

Se sobresaltó por el sonido, tratando de identificar de donde procedía el mismo. Su cabeza empezó a maquinar: si había gritos, había peligro. Por lo que de intentar ir a ayudar debía ir con cautela, kunai en mano de ser necesario. Así, corrió y saltó entre los escombros lo más rápido que pudo. Se detuvo en cuanto divisó a un niño que ahí se encontraba, de cabellos negros y de cuerpo un tanto rellenito. Si bien le identificó como la víctima del caso, al mirar a los alrededores no pudo ver realmente la causa de su malestar.

—Oye niño, ¿que te pasa?— Dijo mientras guardaba su kunai.

Al acercarse pudo percatarse de la bandana en su cinturón, identificándole como shinobi de la Espiral. Aunque también, al observar mejor se dió cuenta de la jodida araña tamaño familiar que tenía encima. Quizás se trataba de una tarántula o similar.

—Ah, que mierda.— Exclamó al ver la razón de los gritos. Si bien era menos riesgo del que esperaba, tampoco podía dejarlo pasar por alto. —No te alteres, no vaya a ser que sea venenosa y te muerda. Yo la espanto— Le ofreció.

En caso de que el otro chico aceptara, trataría de tomar al arácnido por la parte trasera y retirarlo con suavidad. Sólo si se daba la oportunidad claro.
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#4
Apenas pudo sentir al arácnido recorrer su brazo, comenzó a sacudirlo a tal velocidad que casi se despegaba del suelo, pudo sentir a alguien acercarse, pero no le intereso en lo más mínimo, tenía un asunto más importante justo en su espalda, y no me refiero a los senbons, corría de un lado a otro tratando de quitarse a la “pequeña” peluda de ocho patas.

- Oye niño, ¿Qué te pasa?- expreso el ninja de Ame a la vez que colocaba su kunai de nuevo donde este estaba.

El Uzureño no pudo ignorar la presencia del joven, sobretodo porque la apariencia del mismo llamaba mucho su atención, nunca había visto a alguien con el cabello de dos distintos colores, eso demostraba la corta experiencia que tenía fuera de Uzushio, sin contar el parche que cubría su ojo, no sabía que pensar, ¿se lo había puesto solo por ponérselo? o de verdad había un ojo sin ojo debajo, cuestiones que recorrieron la mente del niño en centésimas de segundos, ya que solo fue un instante en el que giro su vista hacia el ninja, para luego dedicarle su respuesta mientras aun corría de un lado a otro.

- ¡¡¡Tengo algo en mi espalda, quítalo, quítalo!!!- Ashito no le temía a la mordedura de la araña, es solo que no podía aguantarse esa sensación, no le gustaba para nada, lo hacía temblar involuntariamente y ese cosquilleo en todo el cuerpo era muy molesto, además de que nunca le habían agradado ni las arañas más pequeñas.

- Ah, que mierda- Exclamo el Senju cuando logro divisar al arácnido- No te alteres, no vaya a ser que sea venenosa y te muerda. Yo la espanto- acoto el mismo tratando de calmar al ninja del país del remolino, aunque no estaba logrando un gran resultado ya que el peliazabache seguía berrinchando sin parar.

Al final el Uzureño opto por arrojarse de espalda al suelo, lo que causo que el arácnido saltase en dirección al ninja de Amegakure.

Lo que Ashito no pensó, fue que aun tenia los senbons incrustados en su espalda, por lo que no tardo en lanzar su grito apenas toco el suelo, por suerte pudo girar colocando su brazo sobre el piso, aunque las agujas se incrustaron aún más en el revés de su cuerpo, tampoco se introdujeron demasiado.

El ninja se quedó sobre el suelo boca abajo, no tenía los ánimos como para ponerse de pie.
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#5
Nop, las cosas nunca podían ser a su manera. El destino siempre se ensañaba en llevarle la contraria, y la gente también. Aparentemente su intento por calmarle no tuvo efecto, de hecho, casi que tuvo el efecto contrario, puesto el de los ojos claros optó por tumbarse al suelo. Lo peor del caso es que la araña terminó por salir volando justo a la cara del pelimorado.

—¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHH!!!— Gritó al sentir durante unos instantes al animal en su cara. Curioso, ahora era él quién había entrado en pánico.

Retrocedió varios pasos como si eso fuera a alejarla, sintiendo como las ocho peludas patas del animal se subían hasta su coronilla. Víctima del miedo, tomó a la araña con la mano y la lanzó lo más lejos que pudo. —ME LLEVA LA QUE ME TRAJO— El tímido arácnido cayó con suavidad, lléndose a esconder debajo de las piedras. Por alguna razón sentía que había sufrido un dejavú, pues creía recordar que antes ya había tenido que pelear con algún animalejo que le caía encima, más no recordaba donde ni cuando. Igual eso era lo que menos le interesaba en esos momentos, ahora respiraba agitado, tratando de recuperarse del susto.

—¡Te dije que no te alteraras!— Le dijo alterado, vaya ironía. —¿Huh? Eso...— Al verlo tirado en el suelo pudo percatarse de las agujas clavadas en su espalda, devolviéndole su seriedad al darse cuenta de que el de Uzu había sido probablemente víctima de un ataque. —¿Quién te hizo esto?— Exigió saber.

Kagetsuna caminó hasta donde se encontraba el niño, agachándose para examinarlo mejor. No se había dado cuenta antes de lo demacrado que lucía, además que por el fuerte aroma que despedía probablemente llevaba un buen tiempo sin ducharse. Simplemente no le entraba en la cabeza como un shinobi podía caer en tales condiciones.

—Escúchame, debo quitarte las senbons de la espalda o podrían infectarse de forma peligrosa.— No se necesitaba ser muy listo para saber eso. —Va a doler, pero es urgente retirarlas ¿me entiendes?— Le dijo más de forma imperativa que interrogativa —Ya luego me explicas como demonios terminaste en tal estado.

No es que estuviese realmente preocupado por él, pero el sentido común le decía que al ver a alguien en tal forma debía echarle una mano. Además, se trataba de un compañero de oficio de una nación aliada, era un protocolo mínimo.
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#6
-¡¡¡AAAAAAAAAAHHHHH!!!-.

El grito del joven se escuchó bastante fuerte, bueno, después de todo la pequeña peluda fue a parar justo en su cara, aunque no reaccionó como el Uzureño pensaba, como si fuera un capricho del destino, el joven Senju hizo casi exactamente lo mismo que el peliazabache, aunque en menor magnitud, la cosa era que no conservo la calma como el mismo había recomendado, rápidamente se quitó al arácnido, lanzándola como pudo, lo más lejos posible.

- Te dije que no te alteraras- reclamo exaltado el ninja de Ame.

- ¿Qué? Pero si acabas de hacer exactamente lo mismo- expreso en tono de reproche- Aahh, que mierda, esto sí que duele aahh-.

- ¿Quién te hizo esto?- pregunto en un tono serio, como si hubiera olvidado el incidente de la araña.

- Creo que la maldita, me pico tres veces, dos en la espalda y una en la oreja- respondió el joven, llevando su mano hacia donde sentía ese punzante dolor.

- Q…qu…¡¡Qué demonios es esto!!-.

Exclamo el Uzureño muy sorprendido, al perecer aún no se había dado cuenta de lo que llevaba hace un par de horas en su espalda.

- Escúchame, debo quitarte las senbons de la espalda o podrían infectarse de forma peligrosa- explico el ninja examinando al niño sobre el suelo.

- Espera, espera, eso… ¿va a doler mucho?- interrogo el del país de la espiral con una notable aprensión a la idea.

- Va a doler, pero es urgente retirarlas ¿me entiendes?- respondió sin dar opción a una respuesta negativa- Ya luego me explicas como demonios terminaste en ese estado-.

El peliazabache aunque reacio a la idea de sentir dolor, sabía que su acompañante llevaba mucha razón- Esta bien, pero hazlo despacio, así no sentiré tanto el dolor- expreso el joven Uzureño sentándose sobre el mismo lugar en que se encontraba, lo sensato sería retirar las agujas lo más rápido posible, aunque la cabeza de Ashito estaba aún lejos de lo que uno consideraría sensato.
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#7
"¿De verdad no se había dado cuenta de que llevaba las agujas clavadas?"

La ineptitud del otro genin alcanzaba niveles estratosféricos, suficientes para que el joven Isa lo colocase como el número uno en su lista imaginaria de despistados. Claro, si la tuviese. Como fuese, incluso empezaba a creer que la bandana podía ser falsa. Es que no se tragaba que un shinobi fuese tan distraído como para llegar a esos extremos. Por alguna u otra razón, siempre terminaba ayudando a esa clase de gente en los lugares más insospechados.

—Respira hondo que ahí voy.— Le recomendó. Recordó que cuando iba al médico por X o Y razón, las enfermeras solían decir que inhalara y exhalara profundo a la hora de sacar las jeringas, por lo que consideró oportuno el usar el mismo método para ayudar al de cabellos negros.

Tomó la senbon como mejor pudo, pues ya estaba ensartada profundamente y no había mucho de donde agarrarla. Poco a poco, la sacaría con la mayor delicadeza posible con tal de no incomodar al de Uzu. Se lamentaba por no tener algo de agua o alcohol cerca para desinfectarle la herida, iba a ser problemático si agarraba un tétano por estar en un lugar tan inmundo como esas ruinas. Total, lo mejor era concentrarse en sacar las benditas agujas de su espalda, una por una, leeeentamente, hasta que la última estuviese fuera. En caso de que el chico chillara, pues igual seguiría, era necesario.

—Fuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhh.— Sería lo único que opinaría al respecto.

»Ahora si dime, ¿cómo te llamas y cómo terminaste aquí?

Kagetsuna quizás tenía muchas más preguntas que hacerle, demasiadas en realidad. Más, aquellas dos, de ser contestadas correctamente le ahorrarían un gran interrogatorio. Eso sí, dependía en gran manera de la lucidez del otro. Lucidez que brillaba por su ausencia.
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#8
La cara del ninja de Ame dejo bien en claro su sorpresa por el despiste del Uzureño, eso pudo notarlo incluso el más despistado de Uzushio.

- Respira hondo que ahí voy- expreso el joven para comenzar a extraer las agujas de su espalda, no dolió tanto como creí, eso le hubiera gustado pensar al peliazabache, con cada milímetro que la aguja se movia dentro de él, un intenso dolor la acompañaba, y con el dolor, también los bruscos movimientos y quejidos del atendido, que imposibilitaban una sencilla extracción de las senbons.

Al final, después de varios minutos de estar concentrado en quedarse inmóvil, aunque dicha concentración no tuvo efecto alguno, Kagetsuna por fin había logrado extraer las senbons de su espalda, un gran suspiro se escuchó por parte de ambos, esta vez el Uzureño ni siquiera pensó en arrojarse de espalda, ya que un continuo dolor en la misma le recordaba el no hacerlo, así que decidió lanzarse de cara hacia el suelo, claro que freno su caída con sus manos, para no agregar a la lista de hoy, otro golpe estúpido, ahora no solo sus ánimos estaban por el piso.

- Ahora si dime, ¿Cómo te llamas y como terminaste aquí?-

Hubo un pequeño silencio después de la pregunta del Senju, claro que Ashito estaba pensando en una excusa, ya había quedado lo suficientemente mal con la escena de hace un instante, y si le decía que su estado era debido a unos pequeños roedores salvajes, creería que no es apto para llamarse shinobi.

- Gracias por ayudarme, mi nombre es Kurusu Ashito, soy un genin de Uzushiogakure- luego de esas palabras se quedó callado y pensando en una excusa creíble- Eh… eh…-pero por más que pensaba y pensaba, no se le venía nada a la mente, habían pasado ya unas decenas de segundos y ya se estaba poniendo algo incómodo.

- Eh… ¡Me atacaron unos bandidos!- exclamo con un dedo arriba, denotando que se le acababa de ocurrir, sin contar, que él no sabía que llevaba las senbons en su espalda, derrumbando por completo esa excusa.

Luego de unos instantes, el Uzureño se cansó de pensar, así que decidió confesar- Ahh, está bien, te dire como creo que sucedió, quise poner una trampa para conseguir algo de comida, pero por cosas del destino, alrededor de unas 12 ardillas me atacaron, mi portaobjetos se cayó, y no sé cómo ni cuándo se me clavaron los senbons- claro que el ninja lo resumió lo más que pudo, aunque era imposible no quedar mal después de eso.
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#9
Existen dos clases de mentirosos: los buenos y los malos. Aunque cabía destacar que en la mayoría de los casos el joven Isa no solía tragarse esas cosas por experto o inexperto que fuese su estafador. Es más, a veces ni se creía el asunto aunque fuesen verdad. Kagetsuna se sentó enfrente del chico. Su semblante no cambió de expresión en ningún momento, simplemente se cruzó de brazos y mantuvo la postura firme mientras el tal Ashito trataba de engatusarlo. Al final de cuentas, el propio genin de la espiral terminó confesando su teoría de cómo pudieron darse las cosas. Que si bien también era una excusa estúpida, al ver lo atolondrado que resultaba el Senju se lo tomó como totalmente verosímil.

—Me imagino. Aunque, parece que no me escuchaste del todo bien cuando te hice las preguntas.— Fue lo único que dijo mientras asentía con la cabeza. —Falta que me digas el motivo por el cúal terminaste en estas ruinas del País del Bosque.

Eso era lo que de verdad le interesaba, además que él mismo había obviado la parte de su presentación propia como medida estratégica. Consideraba que no había nada mejor que analizar a un interlocutor sin soltar demasiada información. Sus simples comentarios estaban hechos para desviar e interrogar al shinobi de la otra aldea.

"Aunque este niño no parece ser apto para salir ni a la esquina de su casa. Digo, se nota que necesita supervisión. Quizás se perdió siguiendo un camino en línea recta por no fijarse en el mapa. Lo creo capaz. La la, quizás pueda manipularle para que cante un poquito más."
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#10
La verdad era que realmente Ashito había confundido las palabras “aquí” y “así”, ya que lo que Kagetsuna había preguntado, no cuadraba con la respuesta que se le había proporcionado.

- Me imagino. Aunque parece que no me escuchaste del todo bien cuando te hice las preguntas- el Uzureño no entendía a lo que se refería con esa frase, y podía verse reflejado en su rostro- Falta que me digas el motivo por el cual terminaste en estas ruinas del País del Bosque-.

Ahí fue cuando el peliazabache comprendió a lo que se refería su acompañante con la frase antes mencionada, había oído mal al ninja, ni siquiera hacía falta que le dijera lo de las ardillas, aun así, al Senju no pareció importarle mucho la pequeña historia del Kurusu.

- Ahh, eso, solo estoy dirigiéndome a Kusagakure, estas ruinas estaban en mi camino, y cualquier cosa era mejor que tener que seguir sin nada que hacer, así que decidí explorarlas- respondió con una sonrisa el joven de Uzushio a la interrogante, el respondería sin siquiera pensar cualquier pregunta que le hicieran, mientras conociera la respuesta, y nunca se daría cuenta de si están o no manipulándolo, ya que nunca desconfiaría de alguien que acaba de brindarle su ayuda, a pesar de las incontables veces que le dijeron que no debía de confiar en desconocidos, además de que su propia hermana 5 años menor podía manipularlo como quería, por lo que hacer tal acto en Ashito no era algo muy complicado.

- ¿Y tú, que haces en un lugar como este? Emm… disculpa, no se tu nombre- pregunto sin ningún motivo oculto, solo por saber, después de todo él ya se había presentado.

Off-rol: Perdón por el triste post, es que ahora tengo poco tiempo, y quería responder hoy, así que tuve que escribirlo entre las pausas del trabajo.
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Victoria

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#11

Not problem, no debes preocuparte por la extensión xD

—¿¡Que te dirijes hacia donde!?— No lo preguntaba porque no hubiese escuchado, sino porque le resultaba inverosímil la naturalidad con la que el muchacho lo decía.

Cualquier ninja con algo de sentido común sabía que era imposible ir y entrar a una aldea oculta así como si nada, por algo se les llamaba así. Además, el de propia mano sabía el riesgo que corría mencionar algo como eso. La última vez que bromeó sobre la ubicación de Kusagakure un jounin de la hierba casi lo decapita por el chiste. Si las autoridades habían reaccionado de forma tan exagerada por un chascarrillo no se quería ni imaginar lo que podría pasarle al medio goidito si llegaba a soltar tal cosa enfrente de alguien más.

"No me lo puedo creer, no puede estar hablando en serio."

—Pues, yo me llamo Kagetsuna.— Afirmó a secas, no considerava necesario revelar su apellido por ahora. —Soy ninja de la lluvia.— Tomó la placa para mostrársela al joven y que la viese con claridad antes de seguir hablando. Si bien, tampoco le dijo su rango.

—Oye, ¿sabes siquiera dónde está Kusagakure? Porque estas ruinas parecen estar muy lejos de ahí.— Él tampoco tenía idea de dónde estaba, pero de estarlo seguramente ya les habría caído algún guardia o algo. En todo caso sería un premio si ese chico le revelaba esa información, aunque realmente dudaba poder sacar datos fidedignos del mismo. —Yo la verdad voy de regreso a mi país, tengo un encargo simple que hacer.— Contestar sin responder que le dicen, si el otro joven insitía en conversar pues tendría que ser más tajante en sus respuestas.

No quería aventurarse a preguntar por qué el joven se dirigía a la aldea, pero definitivamente no era normal que alguien de Uzu tuviese asuntos en Kusa. Primero debería ganarse la confianza del otro para hacerle hablar —Ven, necesitas limpiarte.— Le indicó mientras sacaba una pequeña cantimplora del portaobjetos —Si vas a viajar siempre debes llevar agua, tanto para tomar como para casos como este. Vamos quítate la chaqueta, debo asegurarme que quede limpia la herida.— Si bien tenía dobles intenciones con él, no era un total cínico. Hasta cierto punto de verdad quería ayudarle, pero para eso debía tener conocimiento de que había impulsado al niño a emprender tal recorrido.
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#12
Un gran exalto lo hizo saltar en su misma posición, al parecer ir hacia una aldea oculta diferente a la que se pertenece no era algo muy normal, y al adjunto de verdad pareció haberlo sorprendido.

Unos segundos más tarde, el joven del país de la Tormenta pareció haberse calmado, su cara ya no reflejaba los rasgos de sorpresa que tenía hace unos instantes y procedió a responder las interrogantes que había propuesto el Uzureño.

- Pues, yo me llamo Kagetsuna, soy ninja de la lluvia- se presentó enseñando su banda regulatoria, la cual lo identificaba como ninja de Amegakure, a pesar de que no dio su apellido, a Ashito no le pareció un dato relevante, después de todo, solo necesitaba su nombre para saber cómo identificarlo.

- Pues, mucho gusto Kagetsuna- exclamo extendiendo su mano con una sonrisa, como normalmente se presentaba, aunque últimamente, las presentaciones con los que se encontraba, se daban lugar casi cuando se despedían.

-Oye, ¿sabes siquiera donde esta Kusagakure? Porque estas ruinas parecen estar muy lejos de ahí.-

- Eh, está en el País del Bosque, de eso no hay duda, creo…- bromeo el peliazabache lanzando una pequeña carcajada, aunque, no, definitivamente no sabía la ubicación de la aldea oculta entre las hierbas, y aunque la supiera, aun así no sabría cómo llegar, su sentido de la orientación era pésimo, es un milagro que haya podido sobrevivir a más de un mes de viaje.

- No, no conozco su ubicación, pero, podría pedir indicaciones- era claro que desconocía el significado de “aldea oculta”, pero eso no era del todo su culpa, es el sistema quien aprobó el examen de graduación del niño, ni siquiera es capaz de leer y escribir correctamente, como se supone que aprendería algo sobre el sistema de organización de las aldeas ocultas, si, la mayoría de los ninjas lo saben, pero esa mayoría, obtuvieron al menos la mínima calificación en el examen teórico, mientras que Ashito, bueno, él escribió correctamente su nombre y apellido, copiándolo desde su mano, ya que su hermana se lo escribió, pero lo hizo.

En respuesta a la anterior interrogante del Uzureño, el ninja de Ame respondió, que se topó con las ruinas de regreso a su país, algún tipo de encargo tenia, pero eso no era algo de la incumbencia de Ashito, incluso él sabía que las misiones no deben de ser reveladas a nadie hasta acabarlas, aunque su acompañante no había especificado que era una misión, pero entre una misión y un encargo no había mucha diferencia.

Pocos segundos después de finalizar su oración el joven nuevamente le ofreció su ayuda al atolondrado de Uzu- Ven, necesitas limpiarte- de su portaobjetos sacó una pequeña cantimplora con agua- Si vas a viajar siempre debes llevar agua, tanto para tomar como para casos como este. Vamos quítate la chaqueta, debo asegurarme que quede limpia la herida.- en verdad, Ashito nuca dudaría de Kagetsuna, no solo lo ayudaba, también lo aconsejaba, sin duda se estaba ganando su confianza, claro que el peliazabache no conocía de sus dobles intenciones, aunque mucha información no podría sacar de él, no porque tuviera una voluntad de acero, sino, porque él no sabría regresar ni a su propia aldea.

- ¿Porque quieres ayudarme?- indago el peliazabache mientras procedía con la petición de Kagetsuna, no era que desconfiara, ni nada parecido, solo era curiosidad, en todo su viaje, ni siquiera había visto a civiles ayudar a un completo desconocido, menos si el desconocido era un posible enemigo.
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#13
El estrechar la mano no era algo frecuente en él, de hecho ni siquiera solía saludar de ninguna forma, pero igualmente correspondió el apretón. Cabía destacar que no le agradó para nada la broma del Uzushiogakuriense, por lo que le dejó reír sólo mientras el Senju mantenía su cara de odio hacia la humanidad. Ya estaba resignado a que definitivamente no iba a sacar nada de provecho de él.

—No creo que sea algo tan simple como pedir indicaciones, dudo que la gente de este país te lo diga con tanta facilidad—. Si descubrir la localización de una sociedad militar ultra secreta fuese tan sencillo hace mucho que se habrían venido abajo —Menos si eres de otra aldea.— Finalizó.

Se mantenía echando agua poco a poco para remover la sangre, que por suerte no era demasiada. Sería mejor si tuviese un papel o trozo de tela a mano para limpiar con mayor eficacia, pero carecía del mismo. Fue mientras realizaba esta labor que llegó una pregunta que le tomó por sorpresa. —¿Huh? ¿Qué quieres decir?— Por irónico que parezca, el joven Isa tenía grabado en la cabeza que las personas se ayudaban. Era por esa misma razón que confiaba en que su mascarada tendría efecto, sin mencionar que realmente no veía a Ashito como una amenaza. Ahora pensaba si decirle la verdad o usar una mentira piadosa... Para luego rematar y decidirse por la vía de las medias verdades.

—Es lo normal, quiero decir. Te ví en problemas, así que quise echarte una mano. Se supone que eso hacen las personas, ¿no?— No mentía en ese sentido, era de verdad. —Ya casi termino— Anunció mientras le daba una palmada en la herida al pelinegro. —Bien— Exclamó satisfecho mientras se ponía de pie —Ahora toca buscar algo de comer, a ver si así se te quita la mala cara que traes. Además, yo también quería comer algo y ya que estás aquí no tengo nada mejor que hacer.
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#14
El joven Senju le dejo bien claro el asunto de las aldeas ocultas, claramente era imposible llegar a su destino para alguien como él, aunque, tampoco era necesario llegar hasta la aldea oculta, solo necesitaba ubicar una familia, tal vez no sería necesario ingresar a Kusagakure para averiguar su paradero, de cualquier forma, nunca dejaría en segundo plano su búsqueda, era uno de sus mayores objetivos, si es que no era su razón de ser.

Por más raro que parezca, a Kagetsuna pareció sorprenderle su última acotación, y excuso su acto como si fuera algo completamente normal, aunque según su propia experiencia, a Ashito no le pareció algo normal, para nada, y menos con la profesión principal de los tres más grandes países, si bien al Uzureño no le pareció que el ninja de Ame fuera una mala persona, a pesar de su rostro de villano, no podía decir lo mismo de todos, es más, solo un pequeño puñado de personas habrían hecho lo que él hizo.

- Bueno, también habría hecho lo mismo, pero no todos piensan igual, llevo más de un mes desde que salí de Uzu, y nunca había visto a nadie ayudar de esta forma, si me falta mucha experiencia, pero, con la poca experiencia que poseo, sé que no es algo normal- expreso el niño, mientras se resentía por el dolor en su espalda.

- Ya casi termino- un segundo después de escuchar esa frase de parte de Kagetsuna una palmada se estrelló justo en la herida de su espalda.

-¡¡¡AAAHH!!! Hijo de… ¿porque hiciste eso?- exclamo algo molesto por el acto del ninja.

- Bien, ahora toca buscar algo de comer, a ver si así se te quita la mala cara que traes, además, yo también quería comer algo y ya que estas aquí no tengo nada mejor que hacer- los ojos de Ashito se iluminaron al escuchar la oración del parchado, la molestia por el golpe había desaparecido, no podía dejar de dar saltitos de felicidad, aunque los mismos cesaron al oír rugir su estómago, el simple hecho de hablar sobre comida, pareció haberlo despertado.

- ¿D-De verdad? Que bien, hace dos días que no como nada, estoy muriendo hambre, solo que, ¿cómo conseguiremos comida en un lugar como este? Debo decir que si quieres comerte a la peluda que me ataco, no creo poder acompañarte-
Verás

La gente vive su vida ligada a lo que ellos mismos creen que es correcto y cierto, asi es como definen su realidad, pero, ¿que significa estar en lo correcto o en lo cierto?, son solo conceptos vagos, su realidad puede ser tan solo un espejismo.
Victoria

- Hablo-

<<Pienso>>



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#15
"Woah..."

Kagetsuna no alcanzaba a comprender cómo es que ese niño llevaba un mes perdido. Cada vez se intensificaba mas y mas su curiosidad por el motivo que tenía el joven de Uzushigakure. Incluso empezaba a preguntarse si ese chico tenía permiso siquiera para salir de su aldea, en todo caso sus propias autoridades podrían llegar a aplicarle una sentencia severa. Algo empezaba a olerle muy mal y no era la falta de baño de Ashito precisamente.

—¿De verdad llevas tanto tiempo pasando hambre?— Eso explicaría en parte su mal aspecto. —No es tan difícil encontrar alimento por aquí. Hay desde madrigueras de comadrejas hasta aberturas con lagartijas. Además, en tu posición yo no me atrevería a ponerme melindroso con la comida.— El colmo de los colmos, si luego se moría por inanición ya no era su culpa. —Andando.— Le ordenó a la vez que le daba la espalda, echándose a caminar a paso lento entre las ruinas.

Kagetsuna empezó a maquinar una forma de hacer que el otro le hablase sobre el porqué de su viaje. A simple vista parecía un niño muy inocente, pero en el fondo sabía que algo no terminaba de encajar, igual, tampoco sabía que era. Quizás si le contase él mismo de sus motivos el otro se sentiría forzado a hablar, total, realmente no era nada oficial ni relevante como para perjudicarle. Eso sería más adelante, por ahora debía centrarse en buscar alguna presa.

—Pst— Kagetsuna se frenó y agachó de pronto. A su vez que tomaba por el pelo al otro niño para intentar obligarlo a hacer lo mismo. —Shhhhhhhhh— Intentó acallarlo mientras señalaba con su dedo a cierto mamífero alargado de pelaje café que correteaba por el sitio. —No lo espantemos o será imposible seguirle el rastro en medio de tantas piedras, ha de tener su guarida en algún agujero de estas ruinas.— Dijo con voz queda mientras sacaba una shuriken y un poco de alambre de su portaobjetos. —Trata de rodearla en silencio, yo lanzaré la shuriken y si fallo te encargarás de estar listo del otro lado para atraparla.— Nuevamente hablaba dando a entender que era una ordenanza y no una petición. Él mismo estaba conciente de sus problemas para apuntar, así que debía confiar en que el de Uzu fuese capaz de cumplir algo tan mínimo como corretear un mustélido.
[Imagen: 7FT8VMk.gif]

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