- ¿De verdad llevas tanto tiempo pasando hambre? No es tan difícil encontrar comida por aquí. Hay desde madrigueras de comadrejas hasta aberturas con lagartijas. Además, en tu posición yo no me atrevería a ponerme melindroso con la comida.-

Esta vez fue Ashito quien se sorprendió ¿de verdad decía que se podía conseguir comida fácilmente? Él venía fracasando en eso desde hace dos días, no podía ser que se consiguiera fácilmente, en lo que a él respectaba, era la tarea más difícil a la que se enfrentó.

- No es que me ponga melan, melón, meli-nose que, ¡lo que dijiste!, pero las arañas no me agradan para nada, odio cuando se me acercan, bajo ninguna circunstancia me acercaría a una a propósito.- el Uzureño siguió al mismo paso al Senju, mientras se colocaba nuevamente la chaqueta.

- Pst- Ashito vio como Kagetsuna se detuvo y se agacho rápidamente tomándolo por el cabello para que también se agachara.

- Qu-que sucede- pregunto exaltado el niño de Uzu- Shhhhhhhhh- acallo el ninja de Ame, mientras con su dedo señalaba a un pequeño animal de pelaje marrón que se paseaba por delante de ellos, por suerte, aun no los había detectado.

- No lo espantemos o será imposible seguirle el rastro en medio de tantas piedras, ha de tener su guarida en algún agujero de estas ruinas- Ashito prestaba atención a cada palabra que salía de la boca de Kagetsuna, después de todo, algo tenía que aprender en esta ocasión, ya que él seguiría viajando y el ninja de ame ya no estaría.

El ninja de la espiral ya se había acostumbrado al tono de su adjunto, y aunque inconscientemente, también ya había aceptado el seguir sus órdenes, claro que mientras a él le conviniera hacerlo. Para cumplir con lo que el Senju le pidió, Ashito rápidamente corrió hacia un costado para adherir sus pies a la pared utilizando su chacra, así no tendría ningún problema con patear alguna roca y espantar al mamífero, solo rogaba que nada le quitara la concentración, o no solo espantaría al animal, sino que se añadiría un nuevo golpe a su día.

Kagetsuna alzaba la cabeza para divisar al animalito y luego la bajaba para centrase de nuevo en el hilo que ataba a la shuriken. No quería perder el arma y luego tener que buscarla entre los escombros. A decir verdad no estaba muy seguro de atinar, tenía problemas debido a su discapacidad visual. Como fuese, debía intentarlo. Confiaba en Ashito como plan de contingencia, pero si fallaba ambos se quedarían sin almuerzo.

"Concéntrate, vamos, concéntrate."

Su propio orgullo como ninja estaba en juego, pues si fallaba en una situación de poco riesgo podía ir olvidándose de salir bien librado en un combate de verdad. Así, con esa idea en mente, esperó a que el de Uzu se posicionara correctamente. Su único ojo se afiló y clavó la vista en el alargado mamífero. Salió de golpe de su escondite y lanzó la shuriken contra el animal que inmediatamente reaccionó a su presencia.

—¡Veeeeeeeeeeeeeee!— Exclamó de inmediato a su compañero.

El arma pasó a la par del animal, lastimándole parte de su cuerpecito pero sin incrustarse en él. La estrella se fue de largo, cayendo quién sabe donde, pero al menos seguía atada por el alambre. No hace falta decir que el animal chilló y empezó a corretear para huir, pero la herida le impedía moverse tan rápido como quisiera. Además, estaba dejando un visible rastro de sangre.

Ahora le correspondía al de Uzu completar el encargo.

Con mucho cuidado, el peliazabache logro llegar hasta el otro lado sin llamar la atención del animal, muy lentamente se interpuso entre la salida y el mamífero, paso a paso, cuidando cada centímetro que se movia.

Kagetsuna se preparó también sin hacer ningún ruido, y rápidamente lanzo su shuriken hacia el objetivo, la pequeña estrella siguió su recorrido cortando el aire, hasta que se detuvo impactando contra el suelo y rebotando hacia los escombros, pero el lanzamiento, aunque no fue perfecto, logro traspasar parte del cuerpo del animalito.

- ¡Siii!- exclamo el Uzureño al ver que la shuriken daño su futuro almuerzo- Eres genial- vocifero antes de notar que, aunque la pequeña bola peluda estaba malherida, no fue suficiente para inmovilizarla.

- ¡Veeeeeeeeeee! expreso de un grito el Senju, a lo que Ashito reacciono de inmediato, el animal corría como podía hacia su dirección, marcando con su sangre el camino recorrido, por lo que ahora todo dependía de él, y no dejaría que esta vez se le escapara de las manos.

- Ahora voy a atraparte- el Uzureño avanzo rápidamente hacia su almuerzo, ya no cuidaba sus pasos, ni vigilaba el no hacer ruido, todo iba según lo planeado, hasta que… una roca no muy firme se cruzó en su camino, al hacer contacto con el pie del Kurusu la misma se partió haciendo caer al quien la había pisado, Ashito pudo ver como el pequeño mamífero cruzaba por su costado.

- No, no, no, no huiras de mí, no esta vez- mientras aun caía, doblo su torso estirando su mano lo más que podía, y con lo último de sus dedos logro atrapar la pequeña patita del animal, aunque el mismo no se quedó quieto mientras lo sujetaban, rápidamente se giró asestando una gran mordida a su victimario.

- ¡Ahhhh! Porque demonios todas estas cosas solo me suceden a mí- aguantando el dolor en su mano, siguió sujetando su presa, y rápidamente y con fuerza la lanzo hacia donde se encontraba su acompañante- Sujétala rápido- exclamo mientras sujetaba su nueva herida, al parecer no había una actividad en la que no recibiera algún daño.

—¡Es mío! ¡Lo tengo! ¡Es mío— Exclamó exaltado al atrapar a la comadreja entre sus brazos. —Condenado roedor—. Sabía que no era un roedor, pero esa palabra sonaba más normal que "mústelido", así que optó por ella. De por sí el animal empezó a retorcerse, pero Kagetsuna optó por agarrarla del pellejo de la nuca para evitar ser mordido al igual que el genin de Uzushiogakure.

"¿Dónde habrá caído mi Shuriken? Meh, ya la busco luego."

El animal era de tamaño mediano, fácilmente podrían comerlo entre los dos. Pero antes de pensar siquiera en cocinarlo aún quedaba un pequeño pendiente: sacrificarlo.

El Senju no dudó en dirigirse hacía una de las rocas inclinadas, colocando al animal contra la misma pero sin soltarlo. El mamífero seguía chillando y revolcándose, aunque se notaba que su forcejeo no era efectivo. Su otra mano entonces sacó un kunai de su portaobjetos, el cual alzó lentamente, siendo su filo iluminado por la poca luz que se filtraba entre los agujeros y las ramas de las ruinas.

—Lo siento amiguito, así son las cosas—. Y sin más su kunai se dirigió a toda velocidad hasta el cuello del animal, buscando degollarlo lo más rápido posible.

- ¡Siii!- exclamo nuevamente emocionado el ninja, tras dos días de no haber hecho un bocado de nada, por fin podría volver a comer algo, aunque notaba que ese pequeño animal probablemente no sería suficiente, de por sí, sin estar hambriento él podía comerse el doble de eso, por lo tanto, talvez terminaría quedándose también con la parte de Kagetsuna, aunque tendría que buscar la forma de hacerlo.

<< Como demonios voy a hacer para quedarme con su parte, mmm…que puedo hacer, talvez tendríamos que buscar otro>>

El ninja de Ame tomo al animal del pellejo para dirigirse hacia una roca oprimiendo al mamífero contra ella, para luego sacar un kunai de su portaobjetos.

- Lo siento amiguito, así son las cosas.

Luego de finalizar esas palabras, el filo del arma cortó su cuello acabando con la agonía del animalito que luego de recibir el corte, cesó su lucha por librarse de Kagetsuna, la sangre comenzó a circular atreves de su cuerpo manchando la mano del Isa.

Ashito no pudo soportar mucho tiempo la mirada, y la aparto, si bien sabía que la carne provenía de los animales, no se imaginaba que fuera tan cruel y frio ver cómo eran asesinados, él había sido testigo de una muerte en vivo y en directo, incluso había empuñado el metal para acabar con vidas, pero nunca había visto a alguien retorcerse de esa forma para librarse de su destino, eso lo hizo trizas en su interior, sabiendo que no había nada que hacer, era necesario, si es que quería sobrevivir.

- Ehh… ¿no tendríamos que conseguir otro? Digo, talvez no sea suficiente. expreso aun con la vista apartada- Bueno, yo no he comido en dos días, así que...

No esperaba mancharse tanto al matarlo, pero al menos acabó con el sufrimiento de animal con facilidad. Decidió sacar su cantimplora de nuevo para lavarse las manos a la vez que escuchaba la exigencia de más alimento por parte del Uzureño.

—¿Tan glotón eres?— Alzó la ceja viendo a Ashito, aunque era razonable considerando el tiempo de ayuno que llevaba ya. —Está bien, está bien. Buscaremos otro, sólo trata de no comer hasta el hartazgo. Ingerir mucho de golpe cuando has pasado bastante tiempo con el estómago vacío también puede ser perjudicial.

Entre tanto caminó buscando el alambre que había atado previamente a su arma. Según él sólo era de jalar para sacarla, pero cuando lo tomó y tiró se percató de que este se había tensado ante la fuerza ejercida.

—Ay no... Lo que faltaba— Lanzó el cuerpecillo del animal al distraído pelinegro. —Sujétalo un rato, que mi shuriken se ha atorado.— Exclamó mientras se agachaba tratando de ver entre los escombros. Tuvo que extender su brazo para meterlo entre las piedras e intentar alcanzarla, pero su extremidad no daba hasta dónde se encontraba la estrella. —Me lleva la que me trajo...— Se levantó frustrado.

»Cómo que todas formas tendremos que ir por la otra presa primero. Aunque debemos esconder este primero para que no estorbe.

Después de una leve recriminación por la propuesta del Uzureño, el joven ninja accedió a su pedido, comprendiendo el estado de Ashito.

Solo unos segundos después, tenso un hilo apenas perceptible para el ninja de Uzu<< ¿Para qué tirará de ese hilo? >> pensó realmente confundido, ya que él no había visto a Kagetsuna atar el hilo a la shuriken.

- Ay no… Lo que faltaba- se quejó el tuerto mientras lanzaba el pequeño animal sin vida a un Ashito que no estaba prestando demasiada atención, por lo que el cadáver se topó de frente contra la cara del peliazabache.

- ¡Ahh! Qué demonios- exclamo siendo sacado de sus pensamientos por la comadreja que ahora era sostenida por las manos del Kurusu, el mismo se calmó un poco cuando el Isa explico la razón por la que sostenía un mamífero sin vida.

Luego de algunos minutos de intentar retirar la shuriken de los escombros, el ninja pareció haberse rendido poniéndose pie.

- Cómo que todas formas tendremos que ir por la otra presa primero. Aunque debemos esconder este primero para que no estorbe.

Al oír las indicaciones de su acompañante, Ashito rápidamente coloco al animal sobre el suelo para luego taparlo con algunos escombros.

- Listo, ahora a buscar otro- exclamo el peliazabache mientras se ponía de pie, para luego adelantarse en la dirección en la que habían visto al primer mamífero y dar una media vuelta hacia Kagetsuna.

- Eh, Kagetsuna-san, ¿en donde encontraremos otro de esos?- indago señalando el lugar donde había escondido su futuro almuerzo.