Era una mañana fresca en Kusagakure, la helada que había pintado el pasto de un blanco débil, poco a poco iba desapareciendo mientras se asomaban los rayos de sol matinales. Algunos pájaros cantaban cerca de la ventana de la casa de Fujui, pero revolotearon espantados por gritos provenientes de la vivienda y emprendieron vuelo alejándose.

- No pienso ir a esa fiesta y menos acompañado de una enfermera, ¿Qué pensaran de mí? ¡Lárguense! Ya he tomado una decisión.

- Pero señor, sus hermanos han pedido que asista.

- ¡Mis hermanos saben dónde vivo! ¡Si tienen tantas ganas de verme que vengan!

Senju Fujui era un viejo de aproximadamente 80 años, ninja ya jubilado, pasaba el tiempo en el frente de su casa fumando cigarros y echando fuera de su jardín a todo ser vivo que se le acercara. En el correr del año había cambiado de enfermera cinco veces, fuere porque estaba desconforme con ellas o estas mismas renunciaban al no soportar al viejo áspero, gruñón e intransigente.

El veterano había sido invitado como todos los años a la fiesta familiar de la familia Senju. Pero no quería ir, le hería el orgullo de guerrero imbatible que siempre lo trataran como a un niño y que sus familiares lo vieran con aquellos ojos, como quien ve a un perro agonizando en la calle. Para peor, odiaba que le preguntaran sobre su salud o el popular “¿Por qué no dejas de fumar?” era algo que simplemente le irritaba. Así que este año, si esas eran las condiciones prefería que lo borraran de la lista.

Entre sus caprichos, se le ocurrió que podría ir solo, lo que se le negó rotundamente, pero pudieron negociar de enviar dos ninjas “bajo su mandato” a acompañarlo. El viejo con su honor restaurado aceptó y se comenzaron los trámites.

Por lo siguiente se ha decidido (ya que el abuelo quiere ir solo) que dos genin irrelevantes del clan lo acompañen y cuiden de él hasta que llegue a la fiesta.
La familia Senju envió la siguiente carta los shinobis elegidos:

—Shinji ¿quien es Senju Fujui?— Pregunto Mitsuo a su hermano mientras leía la carta que encontró en su casa después de volver de un día de entrenamiento y al ver que su padre no se encontraba en casa decidió recurrir a su hermano.

—Si mal no recuerdo es un viejo decrepito que alguna vez fue shinobi... ¿Por que lo preguntas?—

—Me llego una carta de la mesa consejera del clan que dice que debo de reunirme en su casa.—

Sin nada más que decirle Shinji se fue riéndose sin decirle nada más a Mitsuo, el cual no entendía el por que de la risa de su hermano pero esto simplemente le daba un mal augurio de lo que podía pasar. Pero a pesar de esto estaba obligado a ir ya que básicamente era una orden o misión del clan por lo que no ir no es una opción.


A la mañana siguiente Mitsuo se levanta más temprano de lo usual, se despertó tres horas antes de la hora asignada aunque durmió bien la ansiedad que le generaba su primera misión para el clan no lo dejo dormir más de lo suficiente. Intento calmarse y mentalizarse durante el desayuno pero de poco sirvió hacerlo.

El Senju preparo una mochila de cuero negro donde guarda la carta y par de cosas más ya que no sabia que le esperaba. Partió temprano hacia su destino, de hecho demasiado temprano ya que había llegado con veinte minutos de antelación por lo que decidió quedar cerca de la casa de Fujui intentando matar ese tiempo libre caminando por los alrededores de la cuadra.

Geki se había levantado dos horas antes de la misión, no estaba muy apurado, se vistió lento y comió despacio. El Senju sabía que la casa donde se tenía que dirigir era cerca de la suya y podía tomarse su tiempo en ir. Nunca la había visitado, es más, sólo un par de veces había tenido la oportunidad de pasar por en frente de la misma, volviendo de misiones o de recorridas, pero jamás supo quién vivía ahí hasta la carta que recibió ayer.

También era la primera vez que le llegaban indicaciones de su propio clan, que poco sabía de él, no mucho más de lo que le contaban en su infancia o de la boca de las personas cuando mencionaba que su nombre era Senju Geki. Una vez escuchó a una personas hablando de un Senju que trabajaba en el edificio del Kage, pero no más que eso.

Cerca de la hora tomó su mochila cargada de pocas cosas simplemente las necesarias, salió de su casa y se dirigió a destino.
Llegando, observó a un joven caminando cerca de la residencia donde iba a empezar la misión, podría ser el compañero que la carta también estaba referida o podría ser un ninja cualquiera de la calle, pero fuere cierto o no, lo orientaría para encontrar la casa. No porque Geki no supiera cuál era, pero le gustaba corroborar su información con alguien más siempre que podía, a veces aportaban puntos de vista que él no los consideraba en un principio.

- ¡Hey tú!

Pronunció en voz alta para que lo escuchara mientras se iba acercando al otro muchacho.

- ¿Puedes ayudarme? estoy buscando la casa de Fujui, Senju Fujui.

Seguía diciendo con voz elevada sin esperar a terminar los metros que los separaban. Levanto su brazo izquierdo con idea de formar una especie de saludo, pero no pudo abrir la mano ya que sostenía la carta de la misión Senju, pero seguro que eso llamaría la atención del otro.

Mientras el genin se encontraba absorto en sus pensamientos cuando alguien que se encontraba un poco lejos le hablo, después de que llamara la atención de Mitsuo, esa persona pregunto por la casa de Senju Fujui, ademas esa persona era un chico de cabellera gris, algo mas bajo que el genin. El chico se acercaba a Mitsuo con su mano izquierda en alto y una carta en ella.

«Supongo que el también viene por la citación... ¿cuantas personas más habrán sido convocados?»

—La casa de Fujui es esa de ahí— El Senju señalo la casa de Fujui. —Supongo que tu también recibiste una carta de la mesa del consejera del clan y también he de suponer que eres un genin o ¿me equivoco?— Dijo Mitsuo mientras se apoyaba sobre un muro —¿Tienes idea de para que nos han llamado?... Oh perdona no me he presentado soy Senju Mitsuo—

El genin solo intentaba matar el tiempo y recabar un poco de información si era posible, haciéndole cualquier tipo de pregunta que a aquel chico que se le ocurriese en el momento aunque la hora de la convocación estaba a punto de llegar.

- Un gusto Mitsuo! Contestó el joven ninja luego de escuchar al muchacho presentarse, al parecer ese iba a ser su compañero. Geki se relajo un poco e imitó la acción del genin apoyándose también él en el muro, guardo la carta cuidadosamente entre sus ropajes y se reincorporó - Mmm, si te soy sincero no lo sé. La carta no daba mucha información. El senju llevó su mano a la pera y volvió sus ojos hacia arriba como si estuviera pensando en algo. El día anterior se le habían ocurrido unas cuantas teorías sobre la situación, pero al final no comentó nada. - Tú ¿Qué opn.... El genin se vio interrumpido por una voz gruesa y gastada.

- ¡Ya era hora de qué llegaran! el abuelo está inquieto, será mejor que se muevan.

Al principio Geki observó todos los lugares posibles de dónde podía provenir la voz, pero no consiguió determinar la dirección de la misma. Tal control para esconder el chakra sólo podía ser manejado por un ninja experto. Los camuflajes de estos eran muy buenos, el asunto se tornaba serio. Una gota de sudor corrió por el contorno de su cara y se desprendió en la pera. ¿A qué lo estaban llamando? No poder identificar esa voz gruesa y contundente lo ponía nervioso, era la mismísima de un general.

- ¿Qué les pasa? vamos que no tengo todo el día.

Volvió a decir la voz, que esta vez se escucho mucho más cercana a la de los dos sejus. Geki bajo la mirada intentando ubicar de nuevo el autor del imperativo monologo, pero solo vio un perrito de la raza Pug con un pañuelo verde. Lo observó detenidamente mientras seguía impávido. Parecía viejo, de una cara inexpresiva y claramente sus ojos no apuntaban en el mismo sentido.

- ¿Están sordos? ¿Quieren que informe de esto a la familia o qué? wouf! Resongó el perrito terminando con un ladrido y frunciendo el ceño.

El nuevo compañero del genin el cual no se había presentado aún parecía que tampoco tenia información sobre el por que habían sido convocados en este lugar. Aquel joven se apoyo en el muro al igual que Mitsuo y cuando fue habar una voz lo interrumpió, los dos muchachos miraron un vistazo a su alrededor en búsqueda pero ninguno vio a alguna otra persona.

El individuo detrás de esa voz estaba impaciente para que movieran, esa voz provenía de un pequeño perro con un pañuelo verde lo cual dejo totalmente descolocado en ese momento, Mitsuo simplemente quedo congelado en su posición sin saber como reaccionar.

—En marcha— Dijo Mitsuo a su nuevo camarada luego de unos de percatarse de que era el perro el que hablaba.

«Este debe de ser... debe de ser parte de un pacto, había oído que estos se hacían con criaturas inteligentes pero nunca espere ver uno y mucho menos de que hablara»

Mitsuo se despego de la pared y empezó a seguir al canino, varias preguntas se le venían a la mente del genin sobre el perro por lo que decidió hacérselas. —¿Cual es tu nombre? ¿Eres el animal de pacto de Senju Fujui?—

“En marcha”

El can al escuchar a Mitsuo se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la casa de Fujui pensando que estos estaban listos para la misión. Pero el ruido de sus patitas al caminar se detuvo con otra pregunta de los pequeños senjus. Guardó la lengua que había sacado para refrescarse y en un relamido giró su cabeza hacia los muchachos, la cara de nuevo se le puso seria mientras los ojos hacían un esfuerzo por estacionarse en el cuerpo de los genin. Finalmente, se sentó y se decidió conversar con ellos.

-He servido toda mi vida a la familia Senju. Y mis padres y mis abuelos y mis hermanos. Todas las generaciones de mi familia a todas las generaciones de su familia.

Jadeo un poco y tosió como si quisiera sacar algo de su estomago. Tras una sacudida de cabeza continuó con la explicación.

-Me enviaron para corroborar que este encargo se cumpla, mi nombre es Bosu, pero todos me dicen Jefecito.

Geki observaba al animal y a Mitsuo, se sentía un poco confuso por la situación pero se mantenía en silencio. Aunque había caminado algunos pasos tras sus compañeros ahora estaba quieto, cruzado de brazos en la ronda de los tres.

-El abuelo Fujui es un poco terco, el cree que estamos bajo su mando y así se lo haremos creer. Pero el que pone los puntos sobre las ies aquí soy yo. ¿Entendido? ¿Alguna duda más?

-¿Nos pagaran por esto?

Preguntó un poco tímido Geki, mientras veía el animal volverse a parar con intenciones de hacer los últimos metros que faltaban para llegar a la residencia donde comenzaría el viaje. Este había clavado sus ojos con total seriedad tras una mosca que pasaba, la siguió con la mirada unos segundos hasta que la perdió.

-No te lo haré pagar que es diferente.

Le devolvió seco el perro.

El canino hablo sobre como su familia ha servido por generaciones a los Senju y luego de eso dio su nombre el cual era Bosu, ademas dijo su sobrenombre el cual le pareció gracioso al genin aunque logro contener su risa ya que seria de muy mala educación hacerlo.

Bosu dejo claro que el que manda es él y que que solo finjamos que el viejo tiene el control, ademas de seguirle la corriente.

El otro shinobi hizo una pregunta con respecto al dinero y la respuesta que que recibió fue un contundente no.

«Tenemos que hacer de niñeras y encima hacerlo gratis...»

En un momento Mitsuo se dio cuenta de que no sabia el nombre de su nuevo compañero, no se daba cuenta si el muchacho nunca se presento o pasó de él cuando hablaba, esto ultimo no era usual que le pasara pero puedo pasar.

—Disculpa ¿cual era tu nombre?—

—¿Pues sabes qué? Yo paso. No tengo tiempo para esto, es más me estoy por ir de misión, supongo que tu puedes encargarte solo ¿No?

Geki se volteó hacia el muchacho de cabello marrón y le lanzo una guiñada. Y sin más dio un salto posándose en un cerco a lado de la calle

—Arrivederci. Soltó y desapareció dejándose caer hacia el otro lado.