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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
¿Aburrido de los mismos hoteles de siempre que no ofrecen ninguna experiencia interesante?, ¿cansado de no encontrar un lugar especial para darte un viaje de placer? ¡No te preocupes! El nuevo Resort Frescura de la Laguna te ofrece todo aquello que nunca antes has visto en otro lugar.

Disfruta de una preciosa vista al lago, acompañada de templada neblina aún en las épocas más sofocantes del verano. Un sitio maravilloso y calmado, sede de leyendas fascinantes y con un ambiente totalmente diferente a lo acostumbrado.

La aventura más grande del País del Fuego se encuentra en nuestras puertas. OFERTA ESPECIAL: Por apertura, 50% de descuentos para shinobis, ¡te esperamos!

—Claro que sí campeón...— El joven Isa arrugó el papel y estaba por tirarlo al piso, pero recordó que había que ser ecológico y mejor lo dobló para guardárselo en el bolsillo. Los días de viaje a lo largo del País del Fuego fueron cansados, pero al menos esta vez era libre de cualquier encargo de su padre. "No puedo confiar en que mi padre cumpla su promesa de enseñarme, y hacer encargos de lavar platos o limpiar baños tampoco me ayudará en lo absoluto. Sea lo que sea, supongo que tocará hacer eso que hace la gente... Este, ¿cómo era la palabra?, ¡ah sí!, esfuerzo que le dicen. Sin embargo su voluntad no estaba muy enfocada que se diga, pues en cuanto escuchó la palabra descuento, sentía que la necesidad de vagar le dominaba. Por muy apestoso que fuera el lugar, si era rebajado, no había más pegas.

Desdoblando el pequeño mapa que venía anexado al boletín publicitario, no tardó en llegar al sitio turístico recién montado a la orilla del Lago de los Llantos.

Miró a la derecha, miró a la izquierda, pero en ninguna dirección había rastros de seres vivientes. Sólo estaba el humilde hotel, alumbrado por dos lámparas en su portón, dando la bienvenida al mismo. "Cómo que desentona un poquito..." El paisaje era lúgubre, pues aparte del viento no había siquiera sonidos de animales o algo por el estilo. La fachada y el edificio en general estaban construidos en madera. Se podría decir que casi era posible oler el aroma a nuevo.

Kagetsuna negó con la cabeza y luego dio en largo suspiro, subió por unas cuantas gradas que había y entró al mentado resort.
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#2
Todas las mañanas Tetsuya se levantaba temprano, se duchaba, vestía, desayunaba, revisaba la correspondencia y después se iba a entrenar o a explorar, esa era su rutina estándar. Aquel día, en el buzón encontró un panfleto publicitario, echó un breve vistazo a la publicidad antes de tirarla como es lo habitual, pero en esta ocasión encontró algo emocionante, al parecer eran unos descuentos para un nuevo resort vacacional por lo que en esta ocasión se lo guardó para revisarlo después.

De regreso en su habitación revisó su dinero ahorrado y comprobó que tenía suficiente, hecho eso, preparó una mochila con ropa para tres días. - Bien, me voy de escapada de fin de semana... Un lugar con niebla permanente y humedad... eso tengo que verlo.- Se dijo emocionado mientras terminaba de meter la ropa en la mochila. Una vez cerrada se la puso en la espalda y se marchó de casa no sin antes dejar una nota a sus padres en la que les explicaba que se iba de escapada.

Pasaron varios días y tardó en llegar al lago de los llantos pues como era habitual en el ninja del desierto, se paró en cada lugar medianamente interesante que vio hasta que finalmente llegó a las inmediaciones del lago de los llantos. - Bueno veamos... humedad...- respira hondo para oler. - hay bastante... neblina, suficiente como para ver tanto como un topo... sí creo que estoy cerca del resort... aunque como las instalaciones no sean buenas creo que cerrará tras este fin de semana.- Mencionaba Tetsuya mientras caminaba por el bosque hasta llegar al recinto vacacional, al cual no tardó mucho en llegar.

La cara de decepción era monumental, era tan grande que ni la máscara era suficiente para disimular... «Debería volver a casa y ahorrarme el dinero...» Fue el pensamiento que cruzó su mente al ver todo en madera, pero entonces su lado más pervertido se activó y de solo pensar en que en ese lugar podría haber kunoichis sexis fue suficiente motivación cómo para subir las escalaras e ir directo a la recepción del lugar... «Ya que estoy aquí, debería dar una oportunidad al lugar... aunque no haya casi sol...» Se dijo así mismo para justificarse de forma más noble aunque se quedaba por si había kunoichis atractivas.
Tetsuya Saharu (Tetsu)

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#3
—¡FELICIDADES, DAIGO!

Yume decidió despertar aquella mañana a su hijo de la manera más ruidosa posible. Felicitándolo sin compasión ni aviso previo a primera hora.

Era tan temprano que casi parecía premeditado y todo que intentara, junto a su padre, provocarle una especie de mini ataque al corazón a Daigo y hacer que se levantara de golpe...

¡BAM! ¡PLOF!

...o que lo intentara, porque apenas su cabeza abandonó su almohada, se encontró con la de su padre en un fuerte cabezazo que lo olbigó a volver a recostarse, adolorido.

—Aaaah... ¿qué sucede?

Yume rio.

¿Qué pasa? ¿El golpe te ha hecho olvidar que día es hoy?

Daigo miró a su padre, confundido.

—Feliz cumpleaños, Daigo. Tenemos algo para ti.

•••

Ya había pasado casi una semana desde entonces y Daigo se hayaba lejos de casa, pues a sus padres no les habían pasado por alto las ganas que tenía el peliverde de viajar y lo enviaron junto a un boletín, un mapa y dinero suficiente que habían ahorrado a lo largo del año para esta ocasión.

Supongo que este es el lugar... gracias por darme la oportunidad de venir.

El chico cerró los ojos un par de segundos para agradecer a sus padres una vez más antes de entrar al edificio.
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¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!

Team pescado.


Canal 5 con Uzumaki Eri hasta verano del 222.
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#4
Adentro era igual que por fuera, es decir, de madera y con estilo sencillo.

Pese a la humildad del lugar, el ambiente era bastante agradable. Había decorados con cuadros pintados a mano, los cuales evocaban distintos paisajes del País del Fuego. El ambiente estaba aromatizado con inciensos relajantes de dulce olor, incluso era posible ver algunas macetas con plantas tropicales traídas del País de la Hierba. La iluminación no era muy lujosa, sólo eran algunas lámparas con armazón metálico que colgaban del techo. No era un lugar pretencioso, sino que más bien aspiraba a ser un ambiente familiar y acogedor para todos aquellos que quisieran visitarlo.

El mueble de la recepción estaba precedido por un tapete circular con colores vivos, a los lados de la misma había una mesita de vidrio con tocones de madera que fungían cómo improvisadas sillas. Detrás del mueble atendía una muchacha joven, vestida con un uniforme sencillo y no muy maquillada.

Todo era muy amigable a tal, sin contar con la ausencia total de ruido. Era muy lindo, pero algo no terminaba de convencer al tuerto. "Cómo que faltaría algo de música para animar el ambiente." El de cabellos bicolor inspeccionó cada rincón del lugar. Mientras oteaba, otro par de shinobis iban entrando al lugar. "Bueno, no seré la única alma en pena que duerma aquí." meditó.

—!Bienvenidos!— Se escuchó la voz de un hombre hacer eco en el sitio. No pasaron ni dos segundos cuando un hombre se asomó detrás de una cortina. —Mi nombre es Madarame Miyagi, gerente del resort Frescura de la Laguna— Era un hombre joven vestido con un tacuche negro, siendo de este mismo color sus ojos y su cabello. —Esperamos que su visita sea agradable. Acá mi querida Yurisa estará encantada de ayudarles en lo que necesiten— El hombre presentó a la muchacha mientras ella sonreía y saludaba con la mano desde atrás.

El Senju volteó a ver a los dos recién llegados. El que tenía la bandana en el brazo era de Kusagakure, pero el otro no le quedaba muy claro debido a que el pelo no ayudaba a distinguir el símbolo precisamente. Podría pensar incluso que venían juntos, pero prefería ahorrarse los análisis para cosas más importantes.
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~Ausente los fines de semana~
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#5
«uhm... es acogedor... lo prejuzgué, tanto tiempo en uzushiogakure me ha hecho alguien comodón... decidido, como penitencia me iré al desierto un mes... pero después de disfrutar de estas vacaciones...» Pensaba el chico mientras observaba la recepción. Era evidente que no era el único cliente del lugar. Al poco apareció un hombre que dio la bienvenida y acto seguido cedió todo el trabajo a una joven.

Mientras esto sucedía se fijó en un chico de cabello de cabellos verdes que acababa de entrar en la recepción, el cual parecía una persona normal, y además era un ninja de kusagakure. «Nunca había visto a un ninja de Kusagakure... me despierta la curiosidad... ¿será especialista en algo? Curioso, curioso...» Para no ser descortes dejó de mirar al chico pues no estaba bien mirar fijamente a un desconocido. Al retirar su mirad hacia otra zona de la habitación, pudo observar a un chico de cabellos oscuros color púrpura que portaba en su brazo el símbolo de amegakure, sin embargo, cuando se giró y dejó su cara visible a los ojos del ninja del desierto sintió como se le erizaba la piel y contuvo una exclamación. «¡Pirataaa! Es un pirata tuerto de un ojo... ¿tendrá barco, pata de palo y un loro? No sabía que en amegakure también hubiese pirati-ninjas... ¿debería hablar con él? nah, mejor no, si es un pirata seguro que es borde...» Pensó Tetsuya a la vez que trataba de disimular su curiosidad al ver que estaba rodeado de individuos tan exóticos.

Para distraerse y centrarse caminó hacia Yurisa para solicitar una habitación. - ¡Hola! Me llamo Saharu Tetsuya, venía para disfrutar del complejo, traigo un descuento.- La joven respondió amablemente recogió el descuento, cobró al joven y le indicó cual sería la habitación y donde estaba. - Gracias.- Respondió Saharu y echó a caminar a la vez que miraba de reojo a sus dos objetivos... « Ninja de Kusagakure... Pirata... nos veremos pronto...» Pensaba mientras caminaba.
Tetsuya Saharu (Tetsu)

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#6
En cuanto Daigo entró al local se encontró exactamente con lo que se imaginaba: un humilde y sencillo edificio de madera. Aún así aquello no conseguía más que hacer sentir al chico como en casa.

El lugar era silencioso y estaba bien decorado, con algunos cuadros por aquí y por allá, un par de plantas y un aroma precioso que consiguió relajar al chico apenas entró al local.

—!Bienvenidos!

Se escuchó la boz de un hombre que hizo a Daigo caer en cuenta de que no era la única persona en el lugar. También habían otros dos chicos que llegaron antes que él, y que probablemente también eran ninja aprovechando la oferta.

A todo esto... ¿por qué una oferta solo para ninjas?

—Mi nombre es Madarame Miyagi, gerente del resort Frescura de la Laguna. Esperamos que su visita sea agradable. Acá mi querida Yurisa estará encantada de ayudarles en lo que necesiten.

Detrás del hombre, Daigo pudo ver a una chica saludar.

El peliverde decidió esperar a que sean los otros dos shinobi quienes den el primer paso, pues él había sido el último en llegar y pensaba que debía de esperar su turno.

— ¡Hola! Me llamo Saharu Tetsuya, venía para disfrutar del complejo, traigo un descuento.

Uno de los dos chicos, concretamente el que iba completamente tapado, fue el primero en actuar.

¿Solo somos nosotros tres? Parece que hemos sido los primeros en llegar...

Se mantuvo viendo su alrededor con curiosidad mientras esperaba a que ambos sh¡nobi tomaran una habitación.
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#7
El hotel estaba dividido en dos plantas: la primer dónde había un gran salón, un comedor y el resto eran posiblemente las instalaciones para el personal del hotel. El segundo nivel era dónde se encontraban las habitaciones para los huéspedes, a las cuales se accedía subiendo por unas escaleras de madera, cuyos barandales estaban tallados a mano y daban una impresión elegante. Cuando Tetsuya subiese por las mismas, se toparía con un gran corredor, con las distintas puertas numeradas de cada habitación. Sin embargo, podría notar algo extraño en el fondo.

Una silueta era visible, vestido con un sombrero y una gabardina negra. Era un hombre de gran estatura, llegando al metro con noventa. Se encontraba de cara a la pared, sin mover ningún sólo músculo. Incluso ante el ruido de los pasos del genin de Uzushio, el sujeto no se movió de su lugar.

Entre tanto, el joven Isa se encogió de hombros y decidió pedir su habitación. No estaba muy interesado en el asunto, ya que él realmente había llegado sólo de paso al lugar. "Tuve suerte de encontrarme el panfleto tirado en el piso, me ahorró el acampar a la intemperie. Sin embargo no me late que haya tan poca gente por aquí." En cuanto tuviese las llaves de la habitación, el de cabellos bicolor subiría por las gradas, para toparse con la escena correspondiente.
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