—¡No! No. No es para ahora, ya me imagino que aquí lo tendrás complicado, es para cuando volvamos. Además, no querría echarte trabajo a la espalda, tienes que entrenar y prepararte para tus combates.

—Como quieras, pero que sepas que currar forma parte de mi rutina diaria. Sea forjando armas nuevas o poniendo apunto otras armas, lo hago cada día.

No había que descuidar el cuerpo, ni la mente. Entrenar, ducharse, desayunar, estudiar el maldito manual para manejar el barco, forja, entrenar y a dormir. Por supuesto, con sus correspondientes parones para alimentarse como era debido.

—Y ¿cómo lo lleváis? ¿Estáis entrenando mucho? Yo ahora debería estar haciendo algo de entrenamiento físico, porque mi resistencia seguía a niveles de academia, pero Eri-sensei me ha mandado a descansar.

—¿Eri-san es tu maestra? Pues deberías hacerle caso, es una gran shinobi. Si te dejas guiar por ella, seguro que llegas bien lejos

Yo lo sabía. Eri era una de las shinobis mas confiables de la aldea. Yo confiaba en ella. Y seguro que Datsue también. Si Eri la entrenaba, Hana seria una dura competidora.

—Bueno... Llevo menos de seis meses siendo genin y no he podido combatir nunca con ningún shinobi, que no sea mi maestra claro. Pero Junko-sensei se ha esforzado en entrenarme desde comienzo de año. ¿Y vosotros participasteis en el anterior torneo? De esas aún vivía en Kaze no Kuni pero llegó información incluso hasta allí, ¿esta edición será más calmada?

—Seguro que lo harás bien, ten confianza. Y si necesitas que alguien ponga a punto tus armas, avísame.

Yo tampoco había peleado mucho contra shinobis. Mi madre, los ninjas del copo de nieve y... Ya. De hecho, ahora entrenaba mucho mas con Yuuna que con mi madre, por lo que peleaba mas conta samuráis que contra ninjas. Algo que no pensaba decir en voz alta allí, claro.

—Yo no participe en la anterior, pero viendo como estan las cosas... Me preocupa Kusagakure, seguro que han ordenado a sus ninjas, que si se cruzan con algún Jinchuriki en los emparejamientos, lo maten por "accidente".

A ver, no conocía a la Morikage, pero amenazar a los Jinchuriki y prohibirles la entrada a todo el pais del bosque... Podía entender su odio hacia Juro o Chōmei, pero extenderlo a los demás por que si...

Los Bijuus eran como los humanos, lo había comprobado de primera mano. Cada uno tenia una personalidad y una forma de ser diferente. Kokuō y Gyūki eran diferentes, pero también lo eramos Ayame y yo.

—No se, no confío en que sea más calmado.

—Bueno... Llevo menos de seis meses siendo genin y no he podido combatir nunca con ningún shinobi, que no sea mi maestra claro. Pero Junko-sensei se ha esforzado en entrenarme desde comienzo de año. ¿Y vosotros participasteis en el anterior torneo? De esas aún vivía en Kaze no Kuni pero llegó información incluso hasta allí, ¿esta edición será más calmada?

— Pues estamos igual entonces. Aparte de los entrenamientos en la academia y un pequeño enfrentamiento que me organizó mi sensei, tampoco tengo experiencia en combates de verdad.

Podía ser algo despistada, puede que algo lenta en coger las cosas, pero ahora se estaba centrando en la información que le daban sus compañeros sobre sus habilidades. Hasta el momento era nula. Ni Reiji ni Takumi habían soltado una sola palabra sobre su entrenamiento, ambos se habían ido directos a que no tenían experiencia en combate. Ni una mención a sus individualidades. ¿Era la única tonta que lo iba vociferando? Probablemente.

—Yo no participe en la anterior, pero viendo como estan las cosas... Me preocupa Kusagakure, seguro que han ordenado a sus ninjas, que si se cruzan con algún Jinchuriki en los emparejamientos, lo maten por "accidente".

— Bueno, no conozco en persona a Ayame-san, pero si alguno se cruza con Datsue... Creo que el problema lo va a tener el kusajin en cuestión. Aunque tienes razón, yo ya les dije a Datsue y Eri que tuviesen cuidado a la hora de combatir. Espero que me hagan caso y todo esto no acabe en una guerra. Sinceramente, no sé en qué piensa Kusagakure, pero si han llegado tan lejos como para romper la alianza... No sé con qué pueden salir ahora... — la joven soltó un largo suspiro para después dar un sorbo a su té.

—No se, no confío en que sea más calmado.

— Por desgracia, yo tampoco.

—Seguro que lo harás bien, ten confianza. Y si necesitas que alguien ponga a punto tus armas, avísame.

—Bueno, mi arma es una marioneta, no se si has trabajado antes con ellas. —Trabajar con marionetas era complicado si no las conocías bien, sus mecanismos han de estar pulidos a la perfección para que su funcionamiento sea el más óptimo.

—Yo no participe en la anterior, pero viendo como estan las cosas... Me preocupa Kusagakure, seguro que han ordenado a sus ninjas, que si se cruzan con algún Jinchuriki en los emparejamientos, lo maten por "accidente".

—Bueno, no conozco en persona a Ayame-san, pero si alguno se cruza con Datsue... Creo que el problema lo va a tener el kusajin en cuestión. Aunque tienes razón, yo ya les dije a Datsue y Eri que tuviesen cuidado a la hora de combatir. Espero que me hagan caso y todo esto no acabe en una guerra. Sinceramente, no sé en qué piensa Kusagakure, pero si han llegado tan lejos como para romper la alianza... No sé con qué pueden salir ahora...

—P-pero... ¿Kusagakure puede llegar a esos extremos? Oí que habían roto la alianza por la muerte de su kage a manos de su jinchūriki, pero no me imaginaba que pudieran llegar a esos extremos... Encima en medio de un torneo supuestamente "amistoso". ¿No tendrán valor de intentar matar a nuestros jinchūriki? Lo que menos me apetece sería entrar en una guerra. —Lo que le faltaba, huir de las guerras del País del Viento y acabar metido en una entre Aldeas, encima como soldado.

—No se, no confío en que sea más calmado..

—Por desgracia, yo tampoco.

—Si la cosa está así rezo porque no me toque combatir con nadie de la Hierba.

Marionetas. Había escuchado que había ninjas que las usaban como armas, pero yo jamás había tocado una. Ni fabricado, ni modificado, ni arreglado. Por lo general, había oído que eran los propios marionetistas quien ponían a punto sus marionetas.

—Pues no, la verdad que nunca he tocado una marioneta, pero si lleva armas incorporadas o algo, puedo hacerme cargo de ellas, arreglarlas si se rompen o afilarlas si dejan de cortar.

No creía que se dedicaran a dar puñetazos con las marionetas ¿No? Tendrían que tener mas cosas. Aunque tampoco quería profundizar mucho en el tema, si era su forma de pelear, quizás prefería ocultarla.

—La verdad, si son capaces de romper una alianza en los tiempos que corren, también lo son para declarar una guerra. Quizás están convencidos de que ellos solos son mas fuertes que el resto.

¿Pero que más daba si peleabas con un Kusajin? Era la manera mas sencilla de demostrarle a la Morikage que se equivocaba, que sus ninjas por si solos no eran mas fuertes que la alianza.

—De todas formas, si no eres Jinchuriki, no tienes que preocuparte, no querran tu cabeza. Solo irán a por Datsue y Ayame.

—Bueno, mi arma es una marioneta, no se si has trabajado antes con ellas.

Bien, algo de información. Hana no había visto a un marionetista luchar en toda su vida, así que esa información igual valía de absolutamente nada. Tampoco sabía si iba a ver combatir a Takumi en caso de que no le tocase, así que llegaría a una pelea contra él con exactamente la misma preparación que tenía ahora sobre marionetas, ninguna.

Se encargó de su té mientras los chicos hablaban de armas y marionetas.

—P-pero... ¿Kusagakure puede llegar a esos extremos? Oí que habían roto la alianza por la muerte de su kage a manos de su jinchūriki, pero no me imaginaba que pudieran llegar a esos extremos... Encima en medio de un torneo supuestamente "amistoso". ¿No tendrán valor de intentar matar a nuestros jinchūriki? Lo que menos me apetece sería entrar en una guerra.

—La verdad, si son capaces de romper una alianza en los tiempos que corren, también lo son para declarar una guerra. Quizás están convencidos de que ellos solos son mas fuertes que el resto.

— En mi opinion, sin saber absolutamente nada más que lo que nos han dicho porque no he hablado con ningún kusajin del tema, creo que su kage está dolida, y ya. No creo que sean tan ciegos de creerse más poderosos que Amegakure y Uzushiogakure juntas. Se están dejando llevar por lo que les pasó con su jinchuriki, cuando todos sabemos que está esa posibilidad de que los jinchurikis pierdan un poco el control. Me alegro de que Datsue y Ayame puedan ver sus bijuus con otros ojos ahora, pero igual el de Kusagakure no ha tenido tanta suerte.

Solo salir de la academia le dieron el amable consejo de que se olvidase de todo aquello de que los bijuus eran malos. Ya, bueno, tampoco podían pensar que todas esas bestias eran santas, igual que el Kyubi estaba causando estragos, igual tenía bijuus apoyandole e igual el que mató a Kenzou era uno de ellos. Aunque igual no era la más indicada para señalar a jinchurikis que matan kages y decir que son mala gente, teniendo a Datsue entre su corta lista de conocidos.

—De todas formas, si no eres Jinchuriki, no tienes que preocuparte, no querran tu cabeza. Solo irán a por Datsue y Ayame.

— Concuerdo con Reiji, al fin y al cabo, a su kage lo mató un jinchuriki de su propia villa, es ese dolor el que está causando todo esto. Lo mejor será respetar sus decisiones y no torcer más el asunto. Espero que en cuanto surja un enemigo común, las tres villas se unan de nuevo.

Pero no tenía mucha confianza en ello, solo un poco de fe.

—Pues no, la verdad que nunca he tocado una marioneta, pero si lleva armas incorporadas o algo, puedo hacerme cargo de ellas, arreglarlas si se rompen o afilarlas si dejan de cortar.

—Te pasaré las cuchillas que lleva para que les des un repaso, ya las afilé antes de venir pero lo mejor será que alguien con más mano que yo las revise.

No estaba de más saber que uno de sus compañeros era herrero, para futuros artilugios o marionetas muy probablemente acudiría a él.

—La verdad, si son capaces de romper una alianza en los tiempos que corren, también lo son para declarar una guerra. Quizás están convencidos de que ellos solos son mas fuertes que el resto.

—En mi opinion, sin saber absolutamente nada más que lo que nos han dicho porque no he hablado con ningún kusajin del tema, creo que su kage está dolida, y ya. No creo que sean tan ciegos de creerse más poderosos que Amegakure y Uzushiogakure juntas. Se están dejando llevar por lo que les pasó con su jinchuriki, cuando todos sabemos que está esa posibilidad de que los jinchurikis pierdan un poco el control. Me alegro de que Datsue y Ayame puedan ver sus bijuus con otros ojos ahora —«¿Cómo?» —, pero igual el de Kusagakure no ha tenido tanta suerte.

Lo que dijo la rubia le dejó un poco descolocado, vale que necesitáramos a los jinchūriki para hacer frente a enemigos poderosos, pero no sabía si tomarnos muchas libertades con los Bijūs era una buena opción.

—E-espera un momento... ¿Has dicho "ver a sus Bijūs con buenos ojos"? —No entendía ese concepto. —¿Es eso posible?

—De todas formas, si no eres Jinchuriki, no tienes que preocuparte, no querrán tu cabeza. Solo irán a por Datsue y Ayame.

— Concuerdo con Reiji, al fin y al cabo, a su kage lo mató un jinchuriki de su propia villa, es ese dolor el que está causando todo esto. Lo mejor será respetar sus decisiones y no torcer más el asunto. Espero que en cuanto surja un enemigo común, las tres villas se unan de nuevo.

—Recemos para que sus decisiones no impliquen declarar una guerra. —Dijo mirando fijamente a su taza de té.

Ojalá hubiera una solución más sencilla a este conflicto diplomático, una guerra con Bijūs de por medio no podía salir bien para ninguno de los dos bandos.

—Me parece que hay pocas cosas imposibles en el mundo en el que vivimos, y desde luego ver con buenos ojos a los bijuus no es imposible.

En fin, es cierto que la historia, contada desde el punto de vista de los humanos, ponía a los Bijuus como monstruos de chakra sin razonamiento que aparecían y destruían todo a su paso.

Vale. En cierto modo eran gigantes y poderosos, y podían destruir todo a su paso si querían. Pero razonar, razonaban. Pensar, pensaban. Sentir, sentían. A parte de su aspecto ¿Que los diferenciaba de nosotros? ¿El poder? Seguro que había humanos que eran tan fuertes como un bijuu.

—Cada uno tiene su forma de ser y su personalidad, como nosotros, es difícil de creer, lo se, pero es así. —Es lo normal, la palabra de un herrero contra años de enseñanza y libros de historia. —Puede que el bijuu que capturaron los de Kusagakure tuviese una personalidad horrible, y por eso matase a su Kage. O simplemente fue una venganza por encerrarlo.

Imaginate. Te meten en una celda y tiran la llave al mar. Por lo visto, si te haces amigo del carcelero, te ponen un balcón al que puedes salir a echar un vistazo, pero estas atrapado ahí para siempre. Es normal estar cabreado con la persona que te ha encerrado allí

Es cierto que la venganza no justifica lo que hizo. Y que por supuesto, la venganza trae mas venganza, pues esa fue la reacción de Kintsugi. Un ciclo sin fin, teniendo en cuenta que los Bijuus podían revivir. Pero claro, ¿Que culpa tenían el resto de Bijuus?

—Pero todo eso a nosotros no nos tiene que preocupar, mientras no hagamos nada que ofenda a ninguno de los lideres, podemos estar tranquilos, solo se fijaran en nuestra fuerza y ya esta.

Aunque probablemente, los mejores espectáculos, los dieran los ninjas que tenían más rango.

—Cada uno tiene su forma de ser y su personalidad, como nosotros, es difícil de creer, lo se, pero es así. Puede que el bijuu que capturaron los de Kusagakure tuviese una personalidad horrible, y por eso matase a su Kage. O simplemente fue una venganza por encerrarlo.

Todo aquel tema era algo bastante más pesado de lo que Reiji lo estaba haciendo parecer. Hana no era especialmente devota de encerrar bijuus, es que se hacía por una razón.

— Aunque fuese cierto que cada bijuu tiene su forma de ser, no se puede negar que una pataleta suya podría destruir medio Onindo antes de que pudiésemos frenarlo. Entiendo que los jinchurikis puedan acabar teniendo una relación de amistad con el bijuu, pero... siguen siendo los seres más poderosos del mundo. Y su jefe, o por lo menos, el más fuerte de ellos, está intentando destruir todo lo que tenemos. Sinceramente, prefiero mantenerlos vigilados. Más con lo que acaba de pasar en Kusagakure.

Reiji parecía muy a favor de aquello a pesar de no ser él mismo un jinchuriki. No podía entender como tenía aquella opinión tan a favor de ellos. Por lo que respectaba a los bijuus, sí, igual mantenerlos encerrados para siempre era demasiado, tanto para los monstruos como para sus guardianes, pero por lo que respectaba el aquí y ahora, mejor así que buscando una posible alianza con el Kyubi.

—Pero todo eso a nosotros no nos tiene que preocupar, mientras no hagamos nada que ofenda a ninguno de los lideres, podemos estar tranquilos, solo se fijaran en nuestra fuerza y ya esta.

— Dudo que nadie haga nada para ofender a su propio kage, lo importante es que recordéis que esto es solo un torneo, nada de jugarse la vida ahí fuera. Intentad hacer un buen combate sin pasaros de imprudentes.

Ya se lo había dicho a Eri y Datsue, que eran los poderosos, ahora tocaba hacerlo con los menos poderosos y más desconocidos. Lo último que quería era volver a Uzushiogakure dejando a alguien atrás.

—Cada uno tiene su forma de ser y su personalidad, como nosotros, es difícil de creer, lo se, pero es así. Puede que el bijuu que capturaron los de Kusagakure tuviese una personalidad horrible, y por eso matase a su Kage. O simplemente fue una venganza por encerrarlo.

Takumi le escuchaba atentamente, las historias que le habían llegado de los bijūs eran completamente diferentes a lo que su compañero decía... ¿Personalidad una de aquellas bestias? Le sonaba raro, pero no estaba de más escuchar a gente con más experiencia que él en ese tema.

—Aunque fuese cierto que cada bijuu tiene su forma de ser, no se puede negar que una pataleta suya podría destruir medio Onindo antes de que pudiésemos frenarlo. Entiendo que los jinchurikis puedan acabar teniendo una relación de amistad con el bijuu, pero... siguen siendo los seres más poderosos del mundo. Y su jefe, o por lo menos, el más fuerte de ellos, está intentando destruir todo lo que tenemos. Sinceramente, prefiero mantenerlos vigilados. Más con lo que acaba de pasar en Kusagakure.

—Estoy con Hana, son una ayuda inestimable en estos momentos pero han de estar vigilados. Nunca sabes cuando se pueden volver en tu contra... —Dijo para luego seguir bebiendo té.

Nunca se habría imaginado tener esta conversación, hablar sobre la posibilidad de ver a los bijūs como otra persona más. Eso se anteponía a las historias que su hermano mayor le contaba cuando era pequeño, en las cuales aquellos entes no eran más que masas de chakra que buscaban la destrucción de Ōnindo. Y no le desagradaba del todo abrirse a aquellas miras, siempre se había planteado un mundo en el que toda injusticia fuera erradicada, pero nunca se había planteado de que manera encajaban los bijūs. «Puede ser interesante... Le tengo que dar una vuelta a todo eso.»

—Pero todo eso a nosotros no nos tiene que preocupar, mientras no hagamos nada que ofenda a ninguno de los lideres, podemos estar tranquilos, solo se fijaran en nuestra fuerza y ya esta.

—Dudo que nadie haga nada para ofender a su propio kage, lo importante es que recordéis que esto es solo un torneo, nada de jugarse la vida ahí fuera. Intentad hacer un buen combate sin pasaros de imprudentes.

—Sería un suicidio que cualquiera del torneo ofendiera a uno de los Kages, o peor, a algún Daimyō... Aunque sea únicamente un torneo tenemos que dar lo mejor de nosotros, sin llegar a morirnos, pero dándolo todo.

Si, bueno. Era normal que lo vieran así. Así se lo habían enseñado. Y la verdad es que no podía negarse que fuese peligrosos, y que un bijuu cabreado... Bueno, pero es que un Kage cabreado también podía arrasar con una ciudad si era lo suficientemente poderoso. La diferencia solo era el tamaño. Mas difícil de ver, más difícil de acertar.

Pero claro, hasta que no conocieran a uno... Claro que no todos los Bijuu tenían que ser tan majos como Gyūki, tan serios y formales como kokuō o tan malvados como Kurama. Aún así, mi misión no era cambiarle la mentalidad a todo el mundo. Cuando los bijuus nos salvasen de Kurama, ya les verían con otros ojos.

—No creo que nadie se exceda hasta el punto de quedar al borde de la muerte solo para ganar. Quizás el mayor problema es contenerse para no matar a tu oponente.

Los ninjas utilizaban técnicas muy poderosas, o armas muy peligrosas. Mi caso era más el segundo que el primero. Una espada era capaz de cortarle un brazo a alguien si era lo suficientemente poderosa.

—Sería un suicidio que cualquiera del torneo ofendiera a uno de los Kages, o peor, a algún Daimyō... Aunque sea únicamente un torneo tenemos que dar lo mejor de nosotros, sin llegar a morirnos, pero dándolo todo.

— Bueno, lo cierto es que tengo miedo de ofender a la Morikage de alguna forma, ¿y si me toca contra un kusajin y gano? ¿Y si sin querer lo dejo invalido? Lo último que quiero es ofender a nadie.

Solo le faltaba ganar por alguna magia del destino y que encima la kage de Kusagakure se enfadase con ella y declarase la guerra. Sinceramente, le tenía menos miedo a eso, que a que fuese Datsue el que matase a un kusajin de una patada voladora de jinchuriki metido en los esteroides. Ahí sí que iban todos de cabeza a la guerra.

—No creo que nadie se exceda hasta el punto de quedar al borde de la muerte solo para ganar. Quizás el mayor problema es contenerse para no matar a tu oponente.

— No sé, hay gente muy competitiva por ahí suelta. Pero sí, dudo que nadie en su sano juicio pelee hasta el punto de arriesgarse a heridas graves y a perder la vida. ¿Quien sería tan idiota? Si esto es solo un torneo amistoso.

Lo peor de todo es que lo creía de verdad. Lo de que el torneo era amistoso y lo de que nadie se iba a arriesgar tanto.

—Bueno, lo cierto es que tengo miedo de ofender a la Morikage de alguna forma, ¿y si me toca contra un kusajin y gano? ¿Y si sin querer lo dejo invalido? Lo último que quiero es ofender a nadie.

—Dudo que ofendas a nadie por eso, somos ninjas y al fin y al cabo todos sabemos a lo que nos exponemos en este Torneo. Y por mucho que sea "amistoso" la situación actual no lo es tanto... Esto va a ser una demostración de que lado es más fuerte, si Kusa o la Alianza... Así que tenemos que intentar vencer a todos los kusajins, según los resultados pueden cambiar los apoyos a la situación que estamos viviendo las Villas.

Y pese a que no le gustara nada así era la situación, un tira y afloja entre las potencias enfrentadas tras la ruptura de la Alianza de las Tres Grandes.

—No creo que nadie se exceda hasta el punto de quedar al borde de la muerte solo para ganar. Quizás el mayor problema es contenerse para no matar a tu oponente.

—No sé, hay gente muy competitiva por ahí suelta. Pero sí, dudo que nadie en su sano juicio pelee hasta el punto de arriesgarse a heridas graves y a perder la vida. ¿Quien sería tan idiota? Si esto es solo un torneo amistoso.

—A ver tampoco es por competitividad ni pienso perder la vida, pero yo no voy a dejar de luchar hasta que pierda el conocimiento. Tengo que demostrar a mis maestros que puedo ser un gran shinobi, me tengo que esforzar al máximo.

Ni Itona ni Junko en ningún momento le han exigido nada, pero sentía, sobretodo con el primero, que tenía que demostrar que rescatarle y entrenarle no fue en vano, que todo ese esfuerzo se ha materializado en algo.

—Hombre, si ganas a un kusajin, mas que ofender a alguien, yo creo que honraras a la alianza. Ojala caigan en la primera ronda todos y vean que separarse fue un gran error.

De cualquier modo, no iba a ofender a nadie ganando. Si en el torneo estábamos todos para lo mismo, para ganar. Para demostrar ante todo el mundo quien tenia mas fuerza. Aunque sobretodo, estábamos allí para entretener a los señores feudales.

Además, como bien había señalado Takumi, las cosas podían cambiar según el resultado del torneo. Si Kusagakure quedaba fatal, los países que rodeaban al del bosque, preferirían contratar a los ninjas de la alianza que a los ninjas de la hierba. Y eso era beneficioso para nosotros.

—Entiendo tu punto Tankumi, hemos venido a darlo todo y arrasar con este torneo. Yo tampoco pensaba rendirme a la mínima, pero tampoco hay que perder un brazo o una pierna por ganar, luego no podrás competir en la siguiente ronda, y la victoria no te habrá servido de nada.

Si te hacías una lesión grave para ganar, lo mas probable es que no pudieras competir en la siguiente ronda, o que de hacerlo, no pudieras dar el cien por cien. Había que ir a ganar, si, con todo lo que uno tuviera, si, pero siendo consciente de que ese combate no era el último.

— No he dicho que no vaya a esforzarme contra los kusajines, solo que me preocupa. No sería la primera vez que se dejan llevar y acaban perjudicándonos como con la alianza.

—A ver tampoco es por competitividad ni pienso perder la vida, pero yo no voy a dejar de luchar hasta que pierda el conocimiento. Tengo que demostrar a mis maestros que puedo ser un gran shinobi, me tengo que esforzar al máximo.

Pelear hasta perder el conocimiento. Hana no podía llegar a imaginar por qué necesitaba llegar a tales extremos. Podía entender que quería esforzarse al máximo y darlo todo, pero ¿hasta perder el conocimiento? ¿Qué necesidad hay? ¡Que no están en la guerra! Hay que saber cuando retirarse antes de recibir daños permanentes. Por suerte, Reiji estaba ligeramente más de su lado.

—Entiendo tu punto Takumi, hemos venido a darlo todo y arrasar con este torneo. Yo tampoco pensaba rendirme a la mínima, pero tampoco hay que perder un brazo o una pierna por ganar, luego no podrás competir en la siguiente ronda, y la victoria no te habrá servido de nada.

— Tampoco va de rendirse a la mínima, si no de asumir tan poco riesgo como sea posible. Está claro que algún que otro golpe habrá que aguantar y seguir peleando, pero cuando ya lo has dado todo y estás en las últimas, no vale la pena recibir otro golpe y que sea el último. Hay que ser consciente de los límites que tienes y aceptar que hay gente más fuerte que tú ahí fuera. — podían decir que tenía mentalidad perdedora, pero intentaría volver a casa con todas sus extremidades y con tantos dientes como los que le fuera posible.

—Entiendo tu punto Takumi, hemos venido a darlo todo y arrasar con este torneo. Yo tampoco pensaba rendirme a la mínima, pero tampoco hay que perder un brazo o una pierna por ganar, luego no podrás competir en la siguiente ronda, y la victoria no te habrá servido de nada.

—Tampoco va de rendirse a la mínima, si no de asumir tan poco riesgo como sea posible. Está claro que algún que otro golpe habrá que aguantar y seguir peleando, pero cuando ya lo has dado todo y estás en las últimas, no vale la pena recibir otro golpe y que sea el último. Hay que ser consciente de los límites que tienes y aceptar que hay gente más fuerte que tú ahí fuera.

—Dudo que nadie llegue al extremo de ir a cortar una pierna o un brazo a nadie, hay que estar loco. Además el conflicto que se puede dar si alguien deja tullido a otro participante puede ser grande, ningún Kage se quedaría de brazos cruzados si mutilan a uno de sus participantes. Una cosa es luchar hasta el final y otra es hacerlo sin cabeza.

Pese a que todos quieran ganar y dar lo mejor sería raro llegar a esos extremos. Con un poco de cabeza no tienes por que dejar moribundo a nadie, aunque con el fragor de la batalla siempre puede haber algún susto.

—Y aunque haya gente más fuerte puedes ganar, no hay que dar nada por perdido. Si la otra persona se confía puedes aprovechar eso y sorprenderlo. Por muy fuerte que seas si no luchas con un mínimo de estrategia vas a acabar muerto en nada, sobretodo en nuestra profesión...