—Esta bien...

Suspiré rindiéndome. Tenia razón, podía llamar a Ayame y preguntarle, y podían acabar iendo los dos juntos a suicidarse. Quizás callarme era peor que hablar. O quizás no. Quizás estaba a punto de meter la pata hasta el fondo.

—Kokuō nos hablo sobre donde se escondían Kurama y su ejercito. También sobre un humano que podía tener mas información al respecto.

Y Hanabi tenia que saberlo. Era una información importantísima, sobre todo ahora que heramos conscientes de que de verdad tenia un ejercito de ninjas entrenados. No gennin cualesquiera encontrados por la calle, no. Ninjas entrenados.

—Se que puedes obtener la localización exacta llamando a Ayame, pero creo que es mejor que no lo hagas, estarás tentando a ir allí y liarte a Bijuudamas.

Y no lo decía solo por Datsue. Si Shukaku le guardaba el el mismo rencor o más que Kokuō, seguro que quería ir a conseguir la cabeza de su hermano. Pero como le dije a Ayame, no se le puede matar, volvería a la vida mas cabreado, y no se le puede sellar, alguien ansioso de poder acabaría por liberarlo y condenaría a Oonindo. Seria como dejarles el apocalipsis encerrado en una botella a nuestros descendientes.

—Tiene un ejército de verdad, no hablo solo de los generales, que ya os costó derrotar solo a uno. Hablo de ninjas bien entrenados. Le corté el brazo a uno, y no solo supero el dolor para seguir luchando, si no que ademas fue capaz de hacer sellos con una sola mano.

»No ha recogido a gente de la calle. A sumado a sus filas a guerreros bien entrenados. Ir allí a liarte a Bijuudamas seria como suicidarte.

«¿Qué coño…? ¡¿Qué coño…?!» Datsue se mordió el labio inferior y refrenó su ansia por soltar exabruptos y preguntar, sabiendo que acabaría enterándose de más cosas si no interrumpía a Reiji. Pero, ¡es que aquello era demasiado! ¡Sabían del paradero de Kurama! Aquella era una información de máxima urgencia. ¡Tenían que comunicárselo cuanto antes a los Kages de la Alianza Tormenta-Espiral para trazar un plan de ataque!

Pero pese a que le dejó seguir hablando, Reiji no contó mucho más. Lo único en lo que insistía era en que no quería revelarle la dirección exacta porque temía que fuese a liarse a bijūdamas contra Kurama y su ejército.

Fue entonces cuando se dio cuenta. Antaño, hacía no tantos años, hablaba mucho de boca pero a la hora de la verdad siempre se escondía tras la sombra de alguien más grande y más fuerte. Siempre liándola, llamándose el intrépido, pero cuando llegaba la hora de las tortas se cobijaba tras la espalda de Akame. O de Kaido, en Isla Monotonía. O de tantos otros. ¿Acaso las mentiras sobre sí mismo habían sido tan buenas que ahora sus compañeros de verdad creían que estaba enamorado de las misiones suicidas? ¿O era que la mentira se había convertido en verdad? Él era un Uchiha, después de todo, y los Uchihas son capaces de convertir la ilusión en realidad.

Negó con la cabeza. No importaba. Lo que tenía claro es que apreciaba demasiado su pellejo como para hacer lo que sugería Reiji.

—Claro que no voy a hacerlo, Reiji, coño. Lo que hay que trazar es un plan de ataque. Todos juntos. ¡En equipo! Tenemos que contarle esto a Hanabi cuanto antes. —Ya estaban tardando, de hecho—. ¿Y dónde dices que está? Aunque no me digas su posición exacta, podrías darme una aproximación para que me haga una idea. El país donde reside, al menos.

«El País del Rayo, de la Tierra o del Viento. Apuesto a que es uno de esos tres».

—Lo se, por eso he insistido tanto en que tenía que saberlo, se que soy un novato, pero aún así entiendo la importancia de este tipo de información.

Si, solo un gennin. En realidad Datsue había podido, en todo momento, obtener la información con solo dar una orden. Por que, a pasar de todo, aun estaba en lo mas bajo de la cadena de mando. Si, había crecido, había aprendido, me había fortalecido. Pero aún no era nada.

—Es mucho peor de lo que crees Datsue, su escondite. Cuando la Arashikage lo sepa... Probablemente insista en erredaciralo, por que... Kurama se esconde en el pais de la tormenta. Pero sabes de sobra que no estamos preparados. No tenemos a Juro, y Gyūki insistió en que teníamos que luchar todos. Todos juntos.

Por que si en un edificio faltaba una viga, el edificio se venía abajo. Por que si te saltabas un paso forjando una espada, la hoja podía no durar más de un golpe. Por que en un puzzle, si faltaba una pieza...

—Os habeis enfrentado a uno solo de los generales, sabeis la fuerza que tienen. Gyūki peleo contra Kurama Junto a nada menos que el propio líder de los samuráis, alguien que debía estar al nivel de un Kage. Y perdió. No estamos preparados para derrotarlo.

Y lo que era peor...

—Y si se entera que sabemos ésto, puede hacer dos cosas. Cambiar su escondite o adelantar sus planes y salir a la luz, destruyendonos a todos a su paso.

Ademas, estaba la misma cuestion que le había planteado a Ayame.

—Te haré una pregunta que parece muy sencilla. ¿Qué harás cuando lo derrotes? Si lo matas, reaparecerá, más fuerte, con mas odio. Si lo encierras, alguien ansioso de poder lo liberará en el futuro, les estaremos dejando a nuestros descendientes la destrucción del mundo encerrada en una botella que cualquiera podría abrir en cualquier momento. Dime, ¿Como haces frente a algo así?

—Es mucho peor de lo que crees Datsue, su escondite. Cuando la Arashikage lo sepa... Probablemente insista en erredaciralo, por que... Kurama se esconde en el pais de la tormenta. Pero sabes de sobra que no estamos preparados. No tenemos a Juro, y Gyūki insistió en que teníamos que luchar todos. Todos juntos.


«Shukaku, por favor te lo pido… No montes una de las tuyas».

—Os habeis enfrentado a UNO SOLO de los generales, sabeis la fuerza que tienen. Gyūki peleo contra Kurama junto a nada menos que el PROPIO LÍDER DE LOS SAMURÁIS… Y perdió. NO ESTAMOS PREPARADOS PARA DERROTARLO.

Las palabras de Reiji sonaban extrañas en su cabeza. Era capaz de discernir por sus labios que estaba manteniendo siempre el mismo tono, pero en su mente algunas resonaban con mucha más fuerza que otras, eclipsando incluso frases enteras.

No, no en su mente, sino…

—Y si se entera que sabemos ésto, puede adelantar sus planes y salir a la luz, DESTRUYÉNDONOS A TODOS A SU PASO. DIME. ¿CÓMO HACES FRENTE A ALGO ASI?

—¡ESCÚCHAME BIEN MALDITO INSECTO!

… sino en la de Shukaku. Que no solo había tomado control del cuerpo de Datsue, sino que había transformado uno de sus brazos en uno gigantesco de arena, que aplastó a Reiji contra el cerezo en el que se apoyaba dejándole tan solo la cabeza libre.

«¡Shukaku! ¡Espera!»

—¡PRIMERO DE TODO, AL DESIERTO NO SE LE PUEDE DESTRUIR! ¡PORQUE EL DESIERTO SE ALIMENTA DE LA DESTRUCCIÓN! ¡CRECE DE LA MUERTE Y LA DEVASTACIÓN! ¡¿COMPRENDES?! ¡¡SEGUNDO!! —La garra de arena apretó un poco más—¡¡NO VUELVAS A COMPARAR A MI HIJO CON UN PUTO ESMIRRIADO QUE SU MEJOR ATAQUE ERA CLAVARTE UNA AGUJA EN EL PECHO!! ¡¡MI HIJO SE CEPILLÓ LOS DIENTES CON TU KAGE Y LUEGO TUVO TIEMPO DE CONVERTIR EN PAPILLA PARA ANCIANOS A UNO DE ESOS GENERALES QUE TANTO TEMES!! ¡¡¡Y TERCERO!!! ¡¡¡YO TE DIRÉ CÓMO HACES FRENTE A ALGO ASÍ!!! ¡¡¡ARRANCANDO CADA UNA DE SUS COLAS Y COLGÁNDOLAS DEL ÁRBOL MÁS ALTO DE CADA PUTO PAÍS DE ŌNINDO!!! ¡¡¡PORQUE ESO ES LO QUE HACEMOS!!! ¡¡¡JIAJIAJIAJIAJIAJIAJIA!!!

La risa sádica de Shukaku se prolongó por unos eternos segundos más y, entonces, Datsue recobró el control. Sus ojos volvieron a ser oscuros, la arena que recubría su cuerpo se desvaneció en el aire, y sus pulmones se llenaron de oxígeno como si hubiese estado aguantando la respiración todo aquel tiempo.

Miró a Reiji, como tratando de decir: perdón. Pero ni siquiera él, con toda la labia del mundo, era capaz de disuadir a Shukaku cuando este creía que se le faltaba al respeto.

—¡ESCÚCHAME BIEN MALDITO INSECTO!

Datsue se había transformado, y un brazo de arena me apretaba con fuerza contra el cerezo en el que hacia un segundo había estado sentado tranquilamente.

Era fuerte, eso sin duda. Y su voz era aterradora. Pero no sentía la misma presión en el ambiente que sentí cuando Kokuō partió un árbol por la mitad de un coletazo, cabreada al enterarse de que su hermano pretendía encerrar a quienes se le opusieran. O era menos poderoso, o se estaba conteniendo, o Datsue lo estaba conteniendo.

De cualquier modo, aunque forcejeara, no parecía que pudiera escapar de ahí por mi mismo, estaba claro que la fuerza de un Bijuu era muy superior a la mia, aunque yo también podía tenerla...

—¡PRIMERO DE TODO, AL DESIERTO NO SE LE PUEDE DESTRUIR! ¡PORQUE EL DESIERTO SE ALIMENTA DE LA DESTRUCCIÓN! ¡CRECE DE LA MUERTE Y LA DEVASTACIÓN! ¡¿COMPRENDES?! ¡¡SEGUNDO!! —La presión de la arena se hizo mas fuerte, pero estaba seguro de que si usaba el poder de Gyūki, podría librarme. Pero no me lo había dado para enfrentarme a sus hermanos, me lo había dado para unirlos y convencerlos de que lucharemos todos juntos. Usarlo en ese momento, sería desperdiciarlo. A no ser que quisiera matarme, entonces ni lo dudaría.—¡¡NO VUELVAS A COMPARAR A MI HIJO CON UN PUTO ESMIRRIADO QUE SU MEJOR ATAQUE ERA CLAVARTE UNA AGUJA EN EL PECHO!! ¡¡MI HIJO SE CEPILLÓ LOS DIENTES CON TU KAGE Y LUEGO TUVO TIEMPO DE CONVERTIR EN PAPILLA PARA ANCIANOS A UNO DE ESOS GENERALES QUE TANTO TEMES!! ¡¡¡Y TERCERO!!! ¡¡¡YO TE DIRÉ CÓMO HACES FRENTE A ALGO ASÍ!!! ¡¡¡ARRANCANDO CADA UNA DE SUS COLAS Y COLGÁNDOLAS DEL ÁRBOL MÁS ALTO DE CADA PUTO PAÍS DE ŌNINDO!!! ¡¡¡PORQUE ESO ES LO QUE HACEMOS!!! ¡¡¡JIAJIAJIAJIAJIAJIAJIA!!!

Su hijo necesito la ayuda de otras tres personas para poder derrotar a uno solo de los generales, pero igual decirlo en voz alta, empeoraba la situación. E insistía. Matar a Kuramara no era derrotarlo, era solo atrasar sus planes. ¿Pero para que seguir? ¿Acaso iba a conseguir algo discutiendo con Shukaku excepto cabrearlo más?

Tenía que haberme callo. Tenia que haber dicho aquella información solo con Hanabi delante.

—No voy a permitir que los esfuerzos de Gyūki acaben por los suelos. — Dije mirando a Datsue mientras apretaba con fuerza la vaina de la espada en mi mano. Pero no me estaba dirigiendo él. —Aunque me gane tu odio y quieras matarme, no os diré donde se esconde Kurama. Se lo diré solo y únicamente a Hanabi. Si queréis la información, pedidsela a Ayame y a Kokuō.

«Que sean ellas las que os manden a la muerte» . Que no pese sobre mis hombros mandar al traste todo por lo que se había esforzado Gyūki. Ni todos sus sacrificios.

Evidentemente que shukaku podía matarme, y Datsue, si quisiera, también. Pero no pensaba quedarme de brazos cruzados, escondido en una esquina. Gyūki se había arriesgado a quedar encerrado en una vasija dios sabe donde para poder trasmitir el mensaje. No, no podía dejar que se suicidaran para demostrar que tenían la cola mas grande de Oonindo. Eso no pesaría sobre mis hombros.

Datsue tomó aire muy lentamente y lo dejó escapar por la nariz.

—Reiji, compañero. Yo te pedí el país en el que estaba, y me lo diste. No te pedí nada más. Si de verdad quisiera saber la dirección exacta te lo ordenaría —que para algo era Jōnin—, primero con la voz, y luego con los ojos. —Y sino era con lo primero, definitivamente con lo segundo cantaría—. Pero ya te dije que no voy a hacer nada por mi cuenta.

Por mucho que Shukaku se empeñase. Hacía tiempo que Datsue había decidido confiar plenamente en Hanabi. Y la decisión de cómo enfocar aquella jugosa información le correspondía a él, y solo a él.


«Precisamente por eso, Shukaku, no la olvido. Hanabi nos llevará a la victoria. Lo sé. No tengo la más mínima duda. Si no confías en él para eso… al menos, confía en mí. Confía en mi criterio para esto».

—Pero dime, Reiji. ¿Qué plan tenéis Gyūki y tú para acabar definitivamente con Kurama? Si le matamos, revivirá. Si le sellamos, podrían liberarle. ¿Cuál es vuestro plan, entonces? —dijo, devolviéndosela. Sabía que no había respondido a aquella pregunta, pero el Uchiha quería saber primero la opinión de Reiji.

—Reiji, compañero. Yo te pedí el país en el que estaba, y me lo diste. No te pedí nada más. Si de verdad quisiera saber la dirección exacta te lo ordenaría —Y probablemente me hubiera cortado la lengua antes que contestarle. Aunque quizás creciera de nuevo con los poderes de Gyūki. No lo sabía, pero prefería no tener que experimentarlo —, primero con la voz, y luego con los ojos. —Lo segundo, no lo entendí. Pero algo me decia, que como lo de la lengua tampoco quería experimentarlo.—. Pero ya te dije que no voy a hacer nada por mi cuenta.

De él podia creer esas palabras, pero Shukaku parecía querer saltar al cuello de Kurama cuanto antes, y como ya había mencionado, demostrar que el tenia la cola mas grande de Oonindo.

—Pero dime, Reiji. ¿Qué plan tenéis Gyūki y tú para acabar definitivamente con Kurama? Si le matamos, revivirá. Si le sellamos, podrían liberarle. ¿Cuál es vuestro plan, entonces?

Parecía que había escuchado esa parte. Aunque yo no estaba conforme con la respuesta de shukaku. No creía que arrancarle las colas fuera a ser de otra cosa que para matarlo.

—No nos cuentes como una pareja como tu y Shukaku. —Dije haciendo referencia a como había descrito él lo que se sentía. —No se que planea Gyūki, y yo solo soy un mensajero, un gennin al que le han pedido la misión de rango D de repartie la correspondencia, solo que los receptores parecen ser bastante peligrosos, al parecer resulta divertido asustar al mensajero.

Por que Shukaku no había sido el primero en tomarla conmigo. A ver, no es que que kokuō quisiera matarme a mi concretamente, o tal vez si, no estaba en su mente, pero quería pensar que solo estaba expulsando su rabia.

—Pero tiene que saber algo que no contó, si quiere reunir a todos los bijuus y humanos para pelear contra Kurama, es por que tiene un plan para pararle los pies. Ademas, dijo algo de buscar un compañero, por que no podía luchar en su forma de Bijuu, lo que me lleva a pensar de nuevo, que tiene un plan.

»Y a no ser que esté escondido de alguna manera en su mensaje que solo sepan interpretar sus hermanos, lo siento mucho, pero no tengo ni idea de que es lo que pretende hacer.

Pero confiaba en él. Igual que podía confiar en Hanabi. Pero para saber sus planes, quizás, la primera parte, era hacer que llegase su mensaje a todos los Bijuus que no fuesen Kurama. Y faltaba Chōmei.

Datsue hizo un ademán con la mano, restándole importancia a las primeras palabras de su compatriota.

—Para asustar al mensajero este antes debería sentir miedo. —Y Datsue no había visto miedo en los ojos del espadachín. Solo determinación. Solo confianza—. Así que crees que tiene un plan, ¿hmm? Bueno, eso está bien…

»Porque yo también tengo uno —declaró, con una confianza probablemente exagerada—. Pero prefiero que sea el plan B, un último recurso si todo lo demás no funciona.

—Para asustar al mensajero este antes debería sentir miedo. —Pues claro que tenía miedo. ¿Quien no en mi situación? Otra cosa era dejarlo salir a saludar.—. Así que crees que tiene un plan, ¿hmm? Bueno, eso está bien…

Mas que creerlo, confiaba en que lo tuviera. Quizás ciegamente. Pero aunque seguía teniendo miedo de meter la pata hasta el fondo del agujero, también tenía fe en que alguna de las personas a las que le había dado mi confianza, me echase una mano para poder salir.

»Porque yo también tengo uno —Por favor, otra vez lo de arrancarle las colas no. Eso no tenia pinta de servir de absolutamente nada que no fuese enfadarlo mas.—. Pero prefiero que sea el plan B, un último recurso si todo lo demás no funciona.

—Espero que tu último recurso no sea cargartelo y dejarle el marrón a tus bisnietos cuando reviva, para que no se aburran.

Aunque, en cierto modo, era quizás la mejor manera, pasarle el marrón a las futuras generaciones hasta qué, en algún punto, naciese un genio que diera con la solución para terminar con todo eso.

—En fin, ya que me has dicho que aproveche el momento... ¿Que podían hacer los generales de kurama con su chakra? Ya que mi caso es algo similar...

Siempre venía bien algo de información sobre lo que uno era capaz o no de hacer. Igual no podía hacer lo mismo que ellos, pero nunca se sabía. Y si... ¿Y si la respuesta fuese sí?

Datsue se carcajeó ante la ocurrencia de Reiji.

—Para dejarle el marrón a mis bisnietos primero tendría que tener hijos, algo que no pienso hacer. —¡Él! ¡Hijos! Vaya cosas que tenía el espadachín—. Pero no, no van por ahí los tiros.

Entonces, Reiji le lanzó una pregunta de lo más peculiar.

—Hmm… Pues que yo haya visto, tan solo usan su chakra para ejecutar técnicas propias. Bueno, miento, también podían activar la… llamémosle Capa de Chakra. Bakudan lo hizo, al menos. Se recubren con el chakra del bijū, con ese aspecto que me viste hace un momento, y eso les otorga ciertas habilidades. Mayores reflejos, velocidad, fuerza, poder… Vamos, que es un chute a tu capacidad física.

—Hmm… Pues que yo haya visto, tan solo usan su chakra para ejecutar técnicas propias. Bueno, miento, también podían activar la… llamémosle Capa de Chakra. Bakudan lo hizo, al menos. Se recubren con el chakra del bijū, con ese aspecto que me viste hace un momento, y eso les otorga ciertas habilidades. Mayores reflejos, velocidad, fuerza, poder… Vamos, que es un chute a tu capacidad física.

Básicamente... Igual que yo. Osea, todo aquello que estaba narrando Datsue era literalmente cosas que sabia que podía hacer. Sin ir mas lejos, había usado los tentáculos para salvar a Yuuna de ahogarse. Y si, era cierto que me había sentido mas fuerte y rápido cuando me había recubierto con el chakra del bijuu.

—Vaya... Entonces es exactamente igual que yo, solo que en vez de un brazo de arena pues tengo tentáculos, bastante útil, la verdad. — Si podía sacar varios, y cada uno podía sostener una espada...mmm... Pero igual seria muy difícil coordinarse, y entrenar con eso era difícil sabiéndo que ese chakra se agotaba. —Ahora que lo pienso, si tu sacas brazos de arena, y yo tengo tentaculos... ¿Que aspecto tiene el chakra de Kurama? ¿Es como un dragón o algo así?

Por que los bijuus que había visto hasta ahora parecían mezclas de animales, como gyūki, cabeza de toro y cuerpo de pulpo. Y Kokuō, que era como un caballo y... No sabría decir el que, pero no tenia cabeza de caballo. Y tampoco había visto a Shukaku, seguro que también era una mezcla de animales, pero a saber. Su brazo no me decía nada.

¿Útil? Útil era una palabra que se quedaba corta. Los brazos de arena podían ser usados como apoyo, para el ataque, para defenderse incluso. ¡Lo tenían todo! Lo que no supo responder, eso sí, fue a la siguiente pregunta de Reiji. ¿Qué aspecto tenía el chakra de Kurama?

—El de un zorro con sífilis. ¡JIA JIA JIA JIA!

Pero ahí estaba Shukaku para sacarles del apuro.

—¿Oye, y qué tal se te da usar el chakra de Gyūki? ¿Lo dominas bien?

—El de un zorro con sífilis. ¡JIA JIA JIA JIA!

—¿Entonces no sois como mezclas de animales? Tanto Gyūki como kokuo parecían híbridos de animales terrestres y acuáticos. En ambos caso ademas...

A ver, si. Un toro y un pulpo. Y un caballo y un... bueno, algo que parecía un pez, si, desde luego tenia cara de pez. De todos modos... Entonces los Generales de Kurama... ¿Podían usar garras de zorro como yo los tentáculos?

—¿Oye, y qué tal se te da usar el chakra de Gyūki? ¿Lo dominas bien?

—Pues eso es difícil de responder. — Dije mientras me cruzaba de brazos pensativo. —No es como si pudiera entrenar, el chakra se va y no se regenera, al contrario que el mío. Pero las tres veces que lo he usado, ha sido como... Como si fuera parte de mi propio chakra, como si mi cuerpo, de forma natural, supiera cómo utilizarlo.

Y todo lo demás se hacía solo. Vamos, no es como si tuviera que concentrar el chakra de gyūki en las heridas para que se curasen, se curaban ellas solitas. Pero tampoco sabría explicar el cómo.

«Seguro que lo dice inocentemente, no os estará comparando con ningún…»

—Eh, eh, ¿sabes qué me pareces tú? Mitad insecto palo, mitad orangután. Lo primero por el palillo que eres y lo segundo no por la cara de orangután que me llevas, no. ¡Sino por tu afición a partir cráneos! ¿O eran cocos? ¡JIA JIA JIA JIA!

Oh, sí. El muy cabrón de Shukaku siempre había sabido dónde hacer daño. Datsue en aquello era un artista, cuando se lo proponía. El Gran Shukaku… El Gran Shukaku sencillamente era el maestro. El sensei de senseis.

—Eh, eh, ¿sabes qué me pareces tú? Mitad insecto palo, mitad orangután. Lo primero por el palillo que eres y lo segundo no por la cara de orangután que me llevas, no. ¡Sino por tu afición a partir cráneos! ¿O eran cocos? ¡JIA JIA JIA JIA!

La verdad es que Kokuō, pese a todo, parecía mucho mas educada que Shukaku. Bueno, parecía... Seguramente lo fuera, por que en lo que respecta a personalidad, Shukaku era un completo imbécil.

Ahora, tampoco pensaba venirme abajo por sus comentarios sobre mi ultimo combate. ¿Querían recordarme por algo que fue un accidente? Que así fuera, quizás así los kusajin se lo pensaban dos veces antes de levantar sus manos contra uzushio.

—Espero que también funcione con Bijuus, seguro que un golpe así le quita toda la tonteria a tu hermano el Zorro con sífilis .

Lamentarme no iba a hacer que lo sucedido cambiase, ni tampoco iba a curar milagrosamente a Kazuma. Lo hecho, hecho estaba. Había que seguir hacía delante, era lo único que podía hacer ahora. Era lo que tenia que hacer ahora.