Como había hecho con mí espada hacia un rato, Daruu puso a flotar a su alrededor un montón de pequeñas agujas. Pero había tres diferencias con respecto ala situación anterior.

A: Esas agujas no eran de acero, pero seguro que dolían igual , B: Ni de coña podía repetir la misma escena contra tantas agujas. Y por ultimo, si todo eso me golpeaba...

—¡¡Senbonjutsu: Amedama Shigure!!

Siempre había pensado algo sobre lo de gritar las técnicas en voz alta. ¿Y si el rival la conocía? Le estabas anunciando lo que ibas a hacer. Era como decirle: "Eh, oye, te voy a atacar por abajo, pero no lo esquives ¿Vale?"

Yo no la conocía. Pero ver las agujas flotando en aire y luego viniendo hacía mi...

Sólo podía hacer una cosa y era salir de allí por patas. Si, esa técnica me dejaba el cuerpo echo polvo, por que yo aún era débil. Pero era mi única escapatoria. Y por suerte... Solo tenia un sello.

Corrí a mi izquierda y formule dicho sello, lo que acelero visiblemente mi cuerpo, y que a demás, aproveche para subirme de un salto.

—Uff... Muy peligroso... Muy cerca.

Si, si. Eso me hubiera matado casi seguro. Pero no era momento el momento de quejarse. Era el momento de actuar de nuevo. Menos chachara inutil. Mas acción.

Correria por la barandilla en dirección a Daruu, hasta alcanzar su posición mas o menos. Si hubiera estado loco o hubiese sabido usar Fuuton, hubiese saltado hacia arriba y luego atacado hacia abajo. Pero esquivar algo en el aire era una locura. Mucho peligro.

No. En vez de eso hice un salto lateral, y mientras lo hacía, gire la hoja de la espada mientras utilizaba mi chakra para reflejar los rayos de sol del atardecer.

Y no solo por eso. Sino por que apunte al cuello con la hoja de la espada. Un golpe mortal.

Era lo malo de las espadas. En combate cuerpo a cuerpo eran un arma mortal y peligrosa. Tanto en un combate amistoso como peleando contra un enemigo.

Pero yo no aspiraba a matar al Jounin de otra aldea. Ni siquiera a derrotarlo. Por eso no solo había girado la espada para reflejar el sol, si no también para golpear en el cuello con la parte roma en vez de con el filo.

Daruu registró con toda claridad el movimiento ultrarrápido de Reiji, que no era lo suficiente veloz como para engañar a su Byakugan, e incluso, sospechaba Daruu, ni a sus ojos de shinobi común. Al menos, sí lo fue para esquivar su técnica. El espadachín corrió por la barandilla haciendo gala de una destreza poco común, y luego se lanzó a por Daruu con una treta de última hora: reflejó los rayos del sol para cegarle. Qué hijos de puta, claro, como él veía más que todo el mundo, pues toma rayitos. Toma hikaridama. Todos igual. Pero Daruu tenía formas de reaccionar rápido e hizo lo primero que se le ocurrió. Puso ambos antebrazos en forma de cruz y los giró, materializando una cúpula de chakra en espiral que bloqueó el filo del muchacho el tiempo suficiente para que Daruu se repusiera del ataque. Luego, dio un paso hacia atrás formulando una rápida serie de sellos. Buey, Jabalí, Caballo, Palmada.

¡Uzushiogakure! Reiji había vuelto a Uzushiogakure, ¿pero cómo? Se encontraba en el puerto, aunque su barco, el Mil y un mares, no estaba atracado. Tampoco había nadie allí. De pronto, Reiji sintió que los brazos le temblaban. Sujetaban con fuerza su katana, pero no le respondían. Tampoco lo hacían las piernas, firmemente clavadas en el suelo. Entonces, los brazos se movieron solos. Pusieron frente a su cara la parte roma de su espada y... ¡Placa!, se dio un tortazo a sí mismo con el metal.

De pronto, estaba de vuelta en el puente, con Daruu, quien movió la palma de la mano hacia él. Una onda de energía sacudió al muchacho y lo mandó volando por encima de la barandilla, buscando darle un buen chapuzón.

¿ El puerto de uzushio? ¿Como carajos había llegado allí? Si estaba peleando con un chico de ame en el puente de un lago del valle de los Dojos. Y lo ultimo que había sucedido es que mi espada había sido bloqueada.

Pero lo mas importante, lo mas impactante, lo peor de todo era que, a pesar de ser el puerto de Uzushio, allí no estaba mi barco. ¿Donde diablos estaba? ¿Quien había tenido la desfachatez de llevarselo? Como lo encontrase...

Pero cuando quise moverme... Nada. Mis piernas no se movían. Mis brazos se movían, solos. Apuntaron con la espada hacía delante, pero allí no había nadie. Lo peor... Lo peor fue que no dí un tajo hacía delante no. Lo peor fue que me dí un golpe en toda la cara con la parte roma de la espada.

Y entonces... Entonces estaba de nuevo en el puente, pero era demasiado para reaccionar a los extraños golpes de Taijutsu de Daruu. Y menudo golpe. Por que me mandó volando por encima de la barandilla unos cuantos metros.

Di un par de volteretas por encima de la superficie del agua. Mientras acumulaba chakra en el cuerpo para no hundirme en el lago. Me repuse cuando logré frenar.

Tenia la ropa empapada, pero... ¿Que mas daba? Aún tenía fuerzas pa seguir peleando. Además. Yo era un espadachín. Podía permitirme el lujo de no usar chakra.

Sin embargo... Sonreí y guarde a Tsubame en su sitio. Aún tenía que probrar ESA técnica.

Corrí por encima del agua en dirección a Daruu y salte sobre la barandilla. Algunos habrían pensado que la usaría para saltar hacia arriba y luego caer sobre Daruu. ¿Pero no he mencionado antes que es muy difícil esquivar cosas en el aire? Seria de locos.

No. En vez de eso aproveché la barandilla para impulsarme en linea recta hacia él mientras acumulaba chakra en mi mano.

Si, era una técnica un poco bestia, y podía ser mortal. Pero en vez de apuntar hacia su pecho con la punta de los dedos para atravesarle, apunte con la palma de mi mano, como los golpes que había utilizado el contra mi.

Seguramente y con el chakra que me quedaba, era la ultima oportunidad que tenia para golpearlo aunque fuera una sola vez.

Reiji se vio sorprendido por el Hakke Kushō del Hyūga, y se vio aterrizando en la superficie del lago dando varias volterestas. Frenó y flotó con la ayuda del chakra, sonrió, y guardó su espada en la vaina. Daruu alzó una ceja y se puso en guardia. El espadachín corrió por la superficie y saltó una vez más sobre la barandilla. Pero en lugar de dar un nuevo bote, cargó una gran cantidad de chakra Raiton en una mano. «La técnica de Eri», reconoció el amejin, quien la había visto hacía lo que parecía mucho tiempo ahora.

Sasaki se impulsó hacia él con la velocidad del rayo que caracterizaba al Chidori. No obstante, para Daruu fue como si el muchacho se moviera a cámara lenta.


Daruu ladeó su cuerpo en el sentido contrario de las agujas del reloj utilizando su pierna derecha como pivote. La mano de Reiji pasó al lado suyo, y el Hyūga tomó el antebrazo del muchacho con la mano derecha. La mano izquierda formó una aguja con los dedos índice y corazón y se clavó en la muñeca del uzujin. El chakra de Daruu cerró el tenketsu que permitía el paso del chakra Raiton de Reiji para formar el Chidori, y el jutsu desaparició. Con la ayuda de su propio torso, y asiendo firmemente el brazo neutralizado por la muñeca y por el codo, Daruu levantó al genin y le volteó por encima de su hombro, arrojándolo al suelo con fuerza en una llave. Luego, retrocedió un par de pasos.

—Demasiado lento.

Estaba clarísimo que me enfrentaba a alguien que era muy superior a mí en muchos a aspectos. Pero pese a todo, estaba contento. ¿Por que? Hacia unos meses no hubiese sido capaz de realizar ni la mitad de lo que había hecho ese día.

Si. No había acertado ni una sola vez. Pero era por la diferencia de experiencia. Ya no era por que no sabia hacer nada mas que mover una espada en el aire. Pese a todo estaba satisfecho con mi desarrollo.

No me queda mucho mas por hacer, había gastado prácticamente todo mi chakra. Bueno, eso no era del todo verdad, tenia aún un montón de chakra de Gyūki, pero no era chakra que pudiera gastar para un combate amistoso.

—Ufff, los jounin estáis a otro nivel.

Tenia los brazos y las piernas estiradas, estaba tomando aire y de paso relajando los músculos. No quedaba mucho mas por hacer. Yo no tenia mas "trucos", solo me quedaba la espada. Y tras el primer movimiento había quedado claro que, eso no iba a funcionar.

—Algún día, quizás...

Pero mi objetivo no era solo aprender a enfrentarme a otros shinobi. En el futuro tendría que enfrentarme a los samuráis para recuperar a la madre de Yuuna. Y además, enfrentarme a ellos sin matarlos.

Aún estaba verde, pero ahora si que notaba la mejora. Ahora no me sentía un inútil.

Y los dos supieron que el combate había acabado. Tal y como el mismo Reiji reconoció, la diferencia de nivel entre ellos era extremadamente grande.

—Bueno, no te sientas demasiado mal contigo mismo —dijo Daruu—. Es probable que te acabes de enfrentar con uno de los ninjas más poderoso de toda Amegakure. —No lo dijo por fardar. A Daruu no le gustaba fardar. Eran, simplemente, datos objetivos. Se había medido innumerables veces con objetivos peligrosísimos. Y tenía la vista puesta en el horizonte. El último, un General de Kurama, aunque no consideraría nunca aquél mérito como suyo, considerando que lo habían derrotado entre cuatro. Pero aquella montaña de las Náyades...—. No hace mucho, tuve que enfrentarme a uno de esos Generales de Kurama junto a tu Uzukage. ¿Cómo está Hanabi, se ha recuperado de sus heridas? —preguntó, de buena fe.

—Bueno, no te sientas demasiado mal contigo mismo.Es probable que te acabes de enfrentar con uno de los ninjas más poderoso de toda Amegakure.

—No te preocupes, la verdad es que me he sorprendido a mi mismo, hace unos meses no me creía capaz ni de la mitad de cosas que he hecho hoy.

—No hace mucho, tuve que enfrentarme a uno de esos Generales de Kurama junto a tu Uzukage. ¿Cómo está Hanabi, se ha recuperado de sus heridas?

¡Click!. Ahora si que lo recordaba.

—¡Ya decía yo que me sonaba de algo tu nombre!

Aunque me había estado dando igual todo el rato.

—Hanabi te mencionó cuando fui a preguntarle que tal funcionaba el arma que había hecho para él.

Yo también tenia cosas de las que fardar. Como por ejemplo, justo eso. Que el Uzukage llevara encima un arma hecha por mi. Con ayuda, si. Pero al fin y al cabo yo había trabajado ese metal.

—Estaba un poco magullado la última vez que lo vi, pero bastante bien diría yo.

Al parecer, Reiji conocía a Daruu. Hanabi habló de él en el despacho. ¡Y el tipo le había hecho un arma al Uzukage! Quizás no era tan descabellado que acabase siendo el mejor herrero de Oonindo.

—Pues me alegro que le vaya bien. Creo que me tiene algo de manía, pero es un buen tipo —dijo, tendiéndole la mano para que se levantara—. Vamos, no te vayas a quedar ahí tirado todo el día.

Daruu se rascó la cabeza y miró a sus alrededores.

»Discúlpame un segundo —dijo, y saltó por encima de la barandilla, cayendo al suelo. Se dejó hundir en el agua y buceó hasta encontrarse en la parte inferior del puente. Se mordió el dedo pulgar y dibujo una marca de sangre con el kanji de Caramelo. Un minuto después, volvió a donde se encontraba el espadachín—. Bueno, pues si volvemos a vernos después de un tiempo, estaré deseando luchar contra ti otra vez. Creo que voy a irme por ahí a descansar y luego seguiré entrenando un rato. A ver si me encuentro a alguien de mi villa, que ya he coleccionado un kusajin y un uzujin —rio.

—Pues me alegro que le vaya bien. Creo que me tiene algo de manía, pero es un buen tipo —La verdad es que lo dudaba. ¿Hanabi manía a un tipo que le había ayudado a derrotar a un general? No podía imaginarlo—. Vamos, no te vayas a quedar ahí tirado todo el día.

Acepte su mano. Y me puse en pie. La verdad es que entre la ropa mojada y la suciedad del puente, mi uwagi ya no era de color blanco. Pero que le íbamos a hacer.

—Discúlpame un segundo

No entendí muy bien que estaba haciendo, el tipo se lanzo de golpe bajo el agua y desapareció un rato. Luego volvió a aparecer. ¿Se le habría caído algo en el agua antes? ¿Habría tirado una moneda pidiendo suerte y ahora se arrepentía?

—Bueno, pues si volvemos a vernos después de un tiempo, estaré deseando luchar contra ti otra vez. Creo que voy a irme por ahí a descansar y luego seguiré entrenando un rato. A ver si me encuentro a alguien de mi villa, que ya he coleccionado un kusajin y un uzujin.

—Un placer, Daruu-san. Será un honor volver a pelear contigo otra vez. Y si alguna vez el ninja mas fuerte de Amegakure alcanza el puesto mas alto, y necesita un arma digna de su posición, ya sabe donde puede encontrarla.

Daruu alzó las cejas, sorprendido, y ofreció la mano a Reiji para que se la estrechará.

—Me sorprende tu generosidad, compañero —dijo, sonriendo—. Está bien, ¡pues nos vemos! Que tengas un buen viaje de vuelta a Uzu.

El Hyūga echó a caminar por el puente. Se perdió en el horizonte, alzando la mano para despedirse.

—¡Chao!

Daruu se marchó y al cabo del rato apareció por allí Yuuna. Como era normal, y dado que no habíamos marcado un punto para volver a encontrarnos cuando supiéramos donde pasar la noche y donde entranar, pues había estado todo el rato buscándome.

Pero bueno, al final nos encontramos de nuevo y le conté lo Daruu. Comimos algo y nos pusimos a entrenar. Así fue como recibí la segunda paliza del día. Pero de los errores y las derrotas se aprende mucho más que de la victoria.

Pasamos la noche en una posada del lugar que Yuuna había reservado mientras yo me peleaba con el Amejin. Al día siguiente escogimos los materiales y nos pusimos en camino de nuevo hacia uzushiogakure.

Quizas, algún día, en ese mismo puente, volviera a encontrarme con Daruu. Y quizás, ese día, pudiera enfrentarlo como a un igual. No en rango, yo no aspiraba a ser el mejor ninja, pero si en habilidad y destreza.