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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
La multitud me adora.

Mi baile es elegante, mis pasos precisos, mis movimientos gráciles. Soy inigualable. Ni siquiera la hermosa figura negra que es mi compañera, mi sombra, me alcanza.

Por supuesto, ningún humano se me equipara, porque yo no soy humana.

Termino mi danza y me inclino ante el público. El aplauso es atronador, y sonrío al escuchar los vítores.

Me aman.


Al alzarme, no hay nadie. Qué hermoso sería, ¿No? Pero aquel lugar estaba vacío. Todavía me estaba acostumbrando a la aldea, y explorar algunos lugares me parecía emocionante. El estadio de bambú se me hacía hermoso, y era fácil imaginar a una audiencia llenándolo y vitoreando. ¿Y los Kusajin lo usaban para entrenar combate? Qué mal uso de instalaciones teatrales. Porque eso era, ¿No? En realidad no sabía, era mi impresión.

Agité el brazo y Suiken se sacudió como un latigazo en cámara lenta. Aquella masa negra brillaba tan hermosamente ante la luz de media mañana, flotando cerca de mí con chispas rosas y violetas. ¿Qué mejor compañera de baile que aquella seda metálica, que aquella versión líquida de mí misma?

Gracias, gracias a todos. —dije a mi audiencia imaginaria, con una reverencia más.
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#2
Pronto iba a partir para realizar aquella misión de Yachi. Parecía algo realmente importante y no dejaba de ser realmente peculiar y curioso que hubieran pedido auxilio a Kusagakure y Uzushiogakure además de Amegakure, puesto que, en principio con pedir la ayuda de Amegakure, al estar en el País de la Tormenta hubiera sido suficiente.

Después conectaría con mi entrenamiento en la cueva de la Kyodaigumo en la cueva en la que vivian las arañas, por allá por las montañas nevadas del Valle Aodori. sin lugar a dudas, una localización que suponía un regalo para la vista. Por tanto, solo me quedaba disfrutar aquella última tarde de Kusagakure, pues iba a pasarme una buena temporada fuera.

Estaba en las gradas del estadio de la aldea. Sentada y con la mente en blanco, dejando que la brisa acariciase mis mejillas. Al contrario de lo que aquella chica pudiese haber pensado, no estaba sola allí y la verdad es que resultaba divertido verla como si estuviese haciendo una gran función para un estadio abarrotado de gente.
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Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
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#3
Hacía unos días que lo llevaba pensando, desde que Kinumi le había devuelto su libreta, una libreta llena de dibujos y nombres épicos para un héroe, para él.

Pero esos dibujos y notas solo eran algo que había hecho hace tiempo, ahora no significaba nada, especialmente desde que abandonó la idea de convertirse en un héroe. Pero aún así hacía varias semanas que se había atrapado a sí mismo forjando misma armadura con la que había soñado años atrás.

¿Por qué?

Hacía unos días que lo llevaba pensado, y no lo sabía. No lo sabía cuando envolvió un casco en una capa roja, y no lo sabía cuando metió ambos en una mochila y se dirigió al Estadio de Bambú, sabiendo que nadie estaría allí a esa hora.

Lo que no sabía es que alguien había tenido esa misma idea.

— Oh, hola, no sabía que alguien había reservado el sitio. —Dijo, al encontrarse a una chica agradeciendo a un público imaginario—. ¿Ensayando?
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#4
Una voz me hizo voltear: un chico pelirrojo que se me acercaba para preguntarme si había reservado el sitio.

¿Reservar? Oh… ¿Hay que hacer eso?

Incliné la cabeza, pensativa. Claro. Un lugar así de grande y bonito no podía ser para todos, ¿o sí? Tal vez deberían de poner a un guardia que cuide los permisos y eso… Hice un gesto y concentré mi chakra en Suiken. Casi al instante, la masa de metal líquido me envolvió y se transformó en un vestido largo y esponjado, como el de la historia de aquella niña que fue a un mundo maravilloso a través del agujero de un conejo blanco. Hice una reverencia al chico, flexionando las rodillas levemente, a como había visto las doncellas hacían en los mangas.

Kūran Meme —Presumí mi nombre, orgullosa, como si fuese el más alto de los títulos. Al erguirme, di un par de vueltas para alejarme de el recién llegado —. No ensayaba, sólo… pasaba el rato. Disculpa. ¿Necesitas el lugar?

Ante mis ojos eramos los únicos tres en el sitio: el chico, yo y Suiken. ¿Que si tengo que contarla como persona? Bueno, yo no soy una persona y me cuento. ¿Por qué no a mi compañera también?
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#5
Mientras aquella muchacha terminaba con su numerito y previsiblemente, sin tener en cuenta de que la grada no estaba vacía, hizo acto de presencia un tercer invitado inesperado, al menos para mí. Puede que para la chica no fuese así en vistas de que parecían tener buen rollo. Lo cierto es que yo no tenía vistos ni al uno ni al otro.

A la chica se la veía bastante coqueta, como si creyese ser una especie de super estrella del espectáculo. El muchacho pelirrojo no parecía destacar en casi nada a simple vista. Podría dar el pego, incluso, comoe studiante de la academia ninja de la aldea.

Pero había llegado el momento de romper mi silencio. aplaudí, di unas cuantas palmadas y me esforcé por que fueron lo más sonoras posible.


— ¿Qué coño haces? Si ha sido un coñazo... — dijo Kumopansa que me miraba desde su asiento con una cierta confusión.

— Vamos, vamos, no seas tan criticona
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#6
—¿Reservar? Oh… ¿Hay que hacer eso?

— ... ¿sí?

Toshio se cruzó de brazos y ladeó la cabeza. No es que la chica hubiera tenido la misma idea de colarse en el estadio. ¡Es que ni siquiera sabía que debía reservarlo en primer lugar!

Eso le resultó extraño, pues cualquier kusajin debería saber cómo funciona el estadio, pero más extraño le resultó ver como la chica, con un movimiento de su mano, provocó que un material extraño se arremolinara alrededor suyo para crear un vestida.

¿Que para qué hizo todo eso? Pues... para presentarse, aparentemente, y no de cualquier manera. La chica presumió su nombre con orgullo antes de alejarse del Kurogane dando un par de vueltas.

— Kurogane Toshio. —Respondió el herrero, apuntándose al pecho con el mismo orgullo—. Un placer, Meme-chan.

Antes de que pudiera añadir nada más, los chicos fueron interrumpidos por un aplauso desde las gradas.

«¡Mierda!» Pensó el chico, seguro de que lo habían pillado.

Pero no, no lo habían hecho, o eso pensaba, pues la persona que estaba aplaudiendo no era ningún guardia, sino una persona muy, muy difícil de confundir.

— Parece que tenemos público. —Comentó.

Esa persona era Sasagani Yota, el genin que había insultado la imagen de Moyashi Kenzou frente a todo el mundo.
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#7
Oh —suspiré, frunciendo los labios. Entonces tenía que reservar el estadio de bambú si quería usarlo. Entendido. ¿Tendría algún costo? Bah, ya preguntaría luego. O le preguntaría a onee-sama. No, no quisiera molestarla —. Lo siento. Hay muchas cosas nuevas para mí en este hermoso lugar. Es todo un gusto, Kurogane-san.

Me alegró que aquel chico me regresara los respetos. ¡Es lo mínimo que se puede esperar, y a su vez es de lo mejor! Le regalé una sonrisa, pero no pudimos seguir con el intercambio, pues hubo ruido desde las gradas.

¡Aplausos, sí! ¡Qué lindo sonaron los aplausos! Algo solitarios pero emotivos. ¡Me emocionó imaginar cómo se escucharía todo el estadio lleno de ellos!

Quien había aplaudido era un chico de piel morena y cabellos rubios. ¿Desde cuándo había estado allí? ¿Acababa de llegar? No, si aplaudió… ¿Es porque me vio bailar? ¡Oh, cielos, mi primer admirador! No, calma… Tal vez es sólo un conocedor de artes… O sólo un ninja curioso. Ésta es una aldea ninja, por supuesto, no es de sorprender que uno sea sigiloso. ¿No?

Me giré hacia él y le dediqué un saludo similar al que le había dado a Kurogane Toshio.

Me alegra que le haya gustado mi baile, aunque fuese algo improvisado, señor —dije, alzando la voz —. Aunque hubiese deseado tener algo mejor preparado antes de presentarme ante alguien.
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#8
Aquel aplauso terminó por surtir efecto e inmediatamente tanto el chico como la chica se dieron cuenta de mi presencia. Fue ella la que parecía más interesada en mis aplausos y no solo se giró hacia mí, sino que también me dio las gracias o algo así de ver que me había gustado su numerito.

Me alegra que le haya gustado mi baile, aunque fuese algo improvisado, señor —dije, alzando la voz —. Aunque hubiese deseado tener algo mejor preparado antes de presentarme ante alguien.

— ¿Señor? — preguntó Kumopansa con un tono de incredulidad antes de explotar en una risotada.

Suspiré. En fin, estaba claro que no me conocía demasiado aquella muchacha. O igual era aquel chaleco lo que me convertía en un 'señor'... En cualquier caso empezamos a bajar hasta la zona del escenario donde estaban ambos chicos.

— Yota, Yota, me llamo Sasagani Yota, nada de señor, solo soy un chūnin de la aldea. La verdad es que no ha estado nada mal el número de antes

Kumopansa carraspeó.

— Y yo Kumopansa. Ah, y antes de que pregunteis, no soy ninguna mascota, yo también soy una kunoichi o algo así

— Bueno, ¿y vosotros sois...? Creo que no hemos tenido el gusto de poder conocernos antes

Tenía especial curiosidad en aquella cosa que la chica usaba a modo de chaqueta. Tenía un aspecto que me resultaba bastante familiar. puede incluso que lo hubiese visto antes hace unos cuantos años.
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#9
«¿Señor? ¡A mí hasta me habla de tú!»

El herrero se cruzó de brazos, ligeramente molesto, mientras el Sasagani y su compañera bajaban hasta la zona del escenario donde se encontraban los chicos. A medida que el joven se acercaba, una cosa empezó a hacérsele muy obvia a Toshio.

«Ese chaleco...» cuando se presentó, Yota confirmó las sospechas del chico. «Yo también debería tener uno». Al darse cuenta de lo que estaba pensando, el joven ahuyentó rápidamente esos sentimientos de envidia.

La verdad es que el Kurogane ya había escuchado hablar un poco de Sasagani Yota, pero después de lo que escuchó que sucedió en la primera ronda del torneo, casi se le había olvidado que era uno de los genin más talentosos de su generación.

Incluso tenía una compañera arácnida, que se presentó como Kumopansa.

— Kurogane Toshio, genin. —Se presentó el chico ante su nuevo senpai—. Felicidades por el ascenso.
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#10
¡Oh, si era Sasagani Yota! Ahm… ¿Sasagani? ¿Yota? Como fuese, era un chūnin. Ésos eran ninjas de nivel medio ¿no? Bueno, lo importante era que a Sasagani Yota (Me suena familiar…) le había gustado mi baile improvisado, lo que me hizo sonreír mucho. Le dediqué otro saludo flexionando las rodillas y tomando los bordes de mi vestido metálico.

Me alegra mucho que le haya encantado, señor- Digo. Sasagani-san. Yota-san.

El chico pelirrojo se presentó también, al decir Yota que no nos conocía, y lo felicitó por su ascenso. ¡Oh, es que acababa de ascender, entonces! ¿De dónde lo conocía? Y de repente, la criatura que el rubio llevaba encima habló. ¡Ah, una araña parlanchina! ¡Qué increíble!

¡Oh, una araña mágica! ¡Mucho gusto, Kumopansa-san! ¡Totalmente encantada! —repetí mi saludo para con el arácnido —. Yo soy Kūran Meme. Recientemente fui adoptada por la familia Sagisō, por eso este lugar se me hace maravillosamente nuevo. Y…

Algo cruzó mi mente. Incliné la cabeza mientras la voz de un hombre resonaba en mi habitación del hospital hacía ya tiempo, entrevistándome:

”La sobreviviente fue rescatada en una misión por los genin Sagisō Ranko y Sasagani Yota…”

Y tú me conoces, Sasagani Yota-san. Y conoces a Ranko-oneesama. —Le sonreí con tranquilidad.
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#11
— Kurogane Toshio, genin. —Se presentó el chico ante su nuevo senpai—. Felicidades por el ascenso.

— Un gusto, camarada — dije chocando el puño con el ya presentado Toshio.

Luego llegaron las sorpresas.


¡Oh, una araña mágica! ¡Mucho gusto, Kumopansa-san! ¡Totalmente encantada! —repetí mi saludo para con el arácnido —. Yo soy Kūran Meme. Recientemente fui adoptada por la familia Sagisō, por eso este lugar se me hace maravillosamente nuevo. Y…

— ¡Eso es, mágica! Al fin alguien se para para darse cuenta de mi talento natural

— Lo único que tiene de mágica es que sabe usar el chakra como nosotros, los ninjas... contesté.

Y entonces escuché su vinculo con los Sagisō.


«¿Vive con Ranko-san?»

Y tú me conoces, Sasagani Yota-san. Y conoces a Ranko-oneesama.

— Por supuesto que conozco a Ranko-san, incluso he tenido el gusto de tener una fugaz charla con Komachi, su madre. Pero a ti... contigo no he tenido el gusto hasta la fecha, creo que te equivocas

Sospechaba por donde podían ir los tiros pero me negaba en rotundo, llegué a negarlo con la cabeza ladeandola en un par de ocasiones.

«Acaso es posible que...»
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#12
El Kurogane chocó su puño amistosamente con el del Sasagani, antes de que Meme se presentase con el rubio, esta vez añadiendo además que hacía poco fue adoptada por la familia Sagisō.

«Creo que Tamao me había hablado de esa familia... eso significa que deben ser importantes.

Pero esa no fue la única sorpresa, pues la chica también afirmaba que Yota la conocía tanto a ella como a Ranko, quien ahora debía ser su hermana adoptiva.

El herrero decidió no comentar nada al respecto incluso después de que Yota lo negase en rotundo, pues parecía tratarse de algo personal entre ambos.
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#13
Toshio-san se quedó callado un momento, atent a nuestra platica, y le dediqué una breve mirada antes de regresar mis ojos a Yota y Kumopansa-san.

Ah. Bueno, una araña ninja sigue siendo genial. Yo también soy mágica. —Puse la mano en mi pecho, presumiendo de lo singular que era.

El chuunin araña me dijo que conocía a onee-sama, e incluso a Komachi-san, pero no me recordaba. ¿Ah? ¿Cómo era posible que no me recordase? ¡A mí! Incliné la cabeza un poco hacia la izquierda. Ah, sí. Recuerdo que en el hospital me dijeron que mejoré después de un rato, y que cuando me encontraron me veía muy diferente.

No, no me equivoco. Fui activada cuando onee-sama y Yota me sacaron de aquél oscuro taller. Estoy totalmente agradecida con ambos.

Le regalé una adorable reverencia y luego di unos pequeños aplausos.
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#14
Ah. Bueno, una araña ninja sigue siendo genial. Yo también soy mágica.

— Pues claro que soy genial — dijo Kumopansa dando saltitos sobre mi cabeza — ¿De donde sacas a los kusajin estos? de verdad..

Me encogí de hombros. Empezaba a tener dudas de dónde había salido aquella chica. Pero pronto íbamos a salir de dudas.

No, no me equivoco. Fui activada cuando onee-sama y Yota me sacaron de aquél oscuro taller. Estoy totalmente agradecida con ambos.

Lo peor de todo es que lo soltaba como si nada y hablaba de que había sido activada, como si fuera lo más normal del mundo. ¿Pero a qué se refería con aquel término? Aquello estaba empezando a ser realmente confuso. Pero estaba empezando a atar cabos.

— No puede ser...

— Pues tiene pinta de que si que es, ¿eh?

— T-tu... ¿Taeko-chan?

Sacudí con la cabeza, me resistía a pensar que la muchacha que tenía delante era Taeko, ¿pero entonces quién iba a ser sino? Lo que estaba claro es que hablaba de aquel laboratorio clandestino que descubrimos con Ranko y Sora.
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#15
«¿Mágica? ¿Activada? ¿Taeko?» El chico pestañeó un par de veces, confundido «¿No dijo que se llamaba Meme?»

Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas, y para colmo ni siquiera Yota parecía enterarse del todo de lo que estaba sucediendo.

— ¿A qué te refieres con que fuiste activada? —Preguntó Toshio, casi sin pensarlo.

No pretendía meterse en algo que parecía tan personal ¿pero qué podía hacer? ¡La curiosidad le podía!
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