—Oye... Estaba pensando...—Sí vas a realizar esa técnica con para comunicarte... ¿Me dejarías ver una vez la hayas hecho? Digo, sé que es delicado ver las técnicas secretas de otros clanes, pero es que me parece totalmente increíble eso que dices que puedes hacer.—

—Es obvio que la respuesta es no, solo necesito mis tecnicas para verlos o hablar con ellos, pero mi naturaleza me permite escucharlos.

Ninguna de los dos cosaa era cierta, pero claro, ya que estabamos jugando a las mentiras, lo ideal era seguir hasta el final. Ese era un juego en el que no pensaba perder, no contra ese chico, o lo que fuese en realidad. Mientras él siguiera mantenienso su mentira, así lo haria yo. Pero las cosas se iban a poner interesantes.

—Por cierto, estás nervioso porque sientes algún mal augurio o similar? Es que te ves un poco tenso, o incómodo mejor dicho.

—Mi espiritu guardián dice que, el espiritu que gruñe y que se niega a hablar flota a tu alrededor, eso solo significa una cosa, es el espiritu de alguien a quien as matado o que ha muerto por tu culpa, por algo que tu hiciste alguien murio y ahora su espiritu se ha pegado a ti y grita. Por eso pense que te habías tirado para suicidarte.

El problema de las mentiras es que, a veces, la bola de nieve se hacia tan grande que eea imposible pararla, y esa bola acababa por atropellarte. Pero si él podia hacerlo, yo también.

—No pienso bajar la guardia hasta que digas la verdad, un espiritu como ese no es una broma.

Pero sí una mentira, aunque si servia para sacarle la verdad...

Y aunque sabía lo que estaba por venir, aún así me atreví a preguntar, la negativa del chico fue rotunda.

—Es obvio que la respuesta es no, solo necesito mis tecnicas para verlos o hablar con ellos, pero mi naturaleza me permite escucharlos.

No obstante, Reiji no mostraba cautela en cuanto a revelar algunos detalles de su clan, o de sus habilidades, que aún me parecían bastante peculiares. No obstante, lo que ocurrió luego me tomó por sorpresa...

—Mi espiritu guardián dice que, el espiritu que gruñe y que se niega a hablar flota a tu alrededor, eso solo significa una cosa, es el espiritu de alguien a quien as matado o que ha muerto por tu culpa, por algo que tu hiciste alguien murio y ahora su espiritu se ha pegado a ti y grita. Por eso pense que te habías tirado para suicidarte.

Sonreí y entonces entendí que podía tratarse de pura palabrería por parte del shinobi del espiral. —Parece que vas a tener que seguir practicando, no he matado a nadie ni nadie ha muerto por mi culpa.— Sentencié rápidamente con voz seria.

Pero Sasaki se mantenía firme, quería saber un no se qué, siguió insistiendo: —No pienso bajar la guardia hasta que digas la verdad, un espiritu como ese no es una broma.

—No sé que quieres averiguar, lo que sí sé es que no me vas a engañar con esto.— Me levanté y le di la espalda mientras me alejaba, no obstante, miraba de reojo disimuladamente por sí el ninja intentaba algún movimiento inusual.

—Parece que vas a tener que seguir practicando, no he matado a nadie ni nadie ha muerto por mi culpa.—

Había cierto momento en que la bolas de nieve se hacían tan grandes que no había forma de detenerlas. En mi caso, ese era el momento. Y en esas circunstancias solo existían dos opciones. La primera era dejarse atropellar por la bola de nieve y darse por vencido. La segunda opción era subirse en la bola de nieve, mantener el equilibrio, y esperar a que se estrellase contra otra cosa. Pero había que tomar una decisión, aunque realmente me importaba poco o nada lo que pensara aquel extraño de cuerpo sobrehumano.

—No sé que quieres averiguar, lo que sí sé es que no me vas a engañar con esto.—

— Realmente me importa poco o nada que me creas o no, ni siquiera sé si volveré a cruzarme contigo nunca mas, pero te voy a decir una cosa, no hace falta ser consciente de ello para que alguien muera por tus actos, una madre que muere por dar a luz a su hijo, el niño no tiene por que saber qué pasó si su padre no le cuenta nada, una chico que decidió no acompañar a su amigo a su casa, por que vivía en la otra dirección, nunca volvió a ver a su amigo, y sus padres le dijeron que se había ido a vivir lejos. Como esos, hay cientos de ejemplos. No se cual es tu caso, y puedes seguir viviendo creyendo que soy un mentiroso, la verdad es que no me importa nada. Yo no tengo ningún motivo para mentirte, ni siquiera te conozco.

Si, había decidido montarme en la bola de nieve y que se estampara contra otros. Es cierto que tenia riesgos, pues podías caerte de la gran bola de nieve y cuanto mas creciera antes de chocar, mas difícil seria manejarla. Pero vamos, que como le había dicho a el mismo en su cara, me creyera o no, me daba igual. Seguramente no le vería la cara nunca mas.

Cuando comenzó a hablar me detuve a escuchar lo que tenía que decir, a lo mejor se retractaba, soltaba lo que realmente quería o simplemente soltaba alguna otra babosada más...

— Realmente me importa poco o nada que me creas o no, ni siquiera sé si volveré a cruzarme contigo nunca mas, pero te voy a decir una cosa, no hace falta ser consciente de ello para que alguien muera por tus actos, una madre que muere por dar a luz a su hijo, el niño no tiene por que saber qué pasó si su padre no le cuenta nada, una chico que decidió no acompañar a su amigo a su casa, por que vivía en la otra dirección, nunca volvió a ver a su amigo, y sus padres le dijeron que se había ido a vivir lejos. Como esos, hay cientos de ejemplos. No se cual es tu caso, y puedes seguir viviendo creyendo que soy un mentiroso, la verdad es que no me importa nada. Yo no tengo ningún motivo para mentirte, ni siquiera te conozco.

Le encare viendole directamente a los ojos. —¿Y de ser así qué cambiaría saberlo? Sí no soy consciente de ello, sí no me acuerdo, no sucedió.— Sentencié un tanto irritado por el asunto.

¿Por qué me irritaba? Pues porque era huérfano, no conocí a mis verdaderos padres, la única persona que me había acompañado hasta ahora como amigo estaba viva, mi hermano, no me importaba mucho más...

—¿Y ahora qué? ¿Me vas a decir que eso va a poner un peso milenario sobre mis hombros? ¿Que tendré decadas de mala suerte? ¿O que la muerte esta acechándome a la vuelta de la esquina?— Dije con el mismo tono, previendo lo que él y todos los charlatanes pudieran decir.

—¿Y de ser así qué cambiaría saberlo? Sí no soy consciente de ello, sí no me acuerdo, no sucedió.—

—¿Pero que clase de patético argumento es ese? ¿Si matara a mi padre e hiciese que alguien me borrara la memoria, como no me acuerdo, entonces yo no seria un asesino? ¿Como lo he olvidado, como no me acuerdo, entonces nunca habría matado a mi padre? Mira, tio, yo no nunca destaque por ser el mas listo de mi clase, mienteté a ti mismo todo lo que quieras, a mi me da lo mismo. Me has preguntado por mis habilidades, te he contestado. Me has preguntado por que estaba receloso de ti, y te he contestado. Me he limitado a responderte mientras que tu te has dedicado a llamarme mentiroso de mala manera.

Y él tenia razón, pero aquello no lo había empezado yo, el primer mentiroso era Keisuke, yo solo le seguía el juego, pero parecía que no le había sentado muy bien. Pero como todo lo relacionado a ese chico, ya me daba lo mismo. Quien se pica ajos come.

—¿Y ahora qué? ¿Me vas a decir que eso va a poner un peso milenario sobre mis hombros? ¿Que tendré decadas de mala suerte? ¿O que la muerte esta acechándome a la vuelta de la esquina?—

—No. No voy a decirte nada, ¿Para que? ¿Para que me acuses de mentiroso?, ademas, que me da igual lo que te pase, me da igual si tienes años de mala suerte, me da igual si la muerte te acecha a la vuelta de la esquina, yo hablo con los espíritus, no leo el futuro ni esas mierdas, y si pudiera hacerlo, no lo haría contigo, por que tu futuro me da absolutamente igual.

—¿Pero que clase de patético argumento es ese? ¿Si matara a mi padre e hiciese que alguien me borrara la memoria, como no me acuerdo, entonces yo no seria un asesino? ¿Como lo he olvidado, como no me acuerdo, entonces nunca habría matado a mi padre? Mira, tio, yo no nunca destaque por ser el mas listo de mi clase, mienteté a ti mismo todo lo que quieras, a mi me da lo mismo. Me has preguntado por mis habilidades, te he contestado. Me has preguntado por que estaba receloso de ti, y te he contestado. Me he limitado a responderte mientras que tu te has dedicado a llamarme mentiroso de mala manera.

Reiji no dudó en repicar también, expuso un argumento tras otro y mientras más lo decía más gracia me hacía, sonreí demostrando una mueca de burla, recordé una conversación que mantuve con Akame en la cual defendiamos puntos distintos, y esta se me hacía muy similar.

—Eres un ninja, ¿no?— Dije seriamente y un poco más tajante. —Nosotros somos preparados para acabar con vida de las personas, para hacer el trabajo sucio y demás cosas que imagino sabrás.— Ahora era mi turno para replicar. —¿Y tú quieres que yo me afliga por una muerte hipotética?— Di un paso hacia él. — ¿Por alguien que no conocí?— Di otro más. —¿Por algo que ni siquiera sé si realmente ocurrió?— Y recorté un poco más el espacio que nos separaba.

—Por favor! Inventate algo mejor, tu juego de palabras no sirve conmigo.— Mantuve un vinculo visual directo. —Y no, no creo en nada de lo que me dices.— Dije cortante.

Di la vuelta y comencé a caminar nuevamente alejándome de él, esta vez un poco más rápido, no tenía porqué seguir tolerando su actitud. Al igual que la vez anterior me mantuve atento a un posible ataque a traición o cualquier otro movimiento misterioso y que llamase mi atención.

—No. No voy a decirte nada, ¿Para que? ¿Para que me acuses de mentiroso?, ademas, que me da igual lo que te pase, me da igual si tienes años de mala suerte, me da igual si la muerte te acecha a la vuelta de la esquina, yo hablo con los espíritus, no leo el futuro ni esas mierdas, y si pudiera hacerlo, no lo haría contigo, por que tu futuro me da absolutamente igual.

—Es el colmo que lo anden tratando a uno como un mentiroso, ¿qué se ha creído? ¿Qué ando buscando que me borren la memoria con cada metida de pata que hacía?— Murmuré irritado por el simple hecho de que un extraño considerase eso sin siquiera conocerme.

Dejé que se marchara. Aquella conversación no habia tenido sentido desde un principio. Mentiras en ambas direcciones y un tio que se cabreaba por que le reapondias a sus preguntas. Ademas, no me importaba, el tio no me importaba en lo absoluto.

Yo hice lo mismo que él. Me di media vuelta, aunque siempre atento a que pudiese atacarme por la espalda, y me marche en dirección a mi casa. Había hecho todo ese viaje para nada. Para absolutamente nada.

Yo había salido de casa en busca de... No se, tal vez inspiración, tal vez un haz de luz que hiciera brillar la bombilla de mi cabecita. Pero es que ese tio ni siquiera me habia dejado tiempo para mi mismo, para pensar en mis cosas. Entonces ¿De que narices habia servido todo aquél viaje? Yo seguia con la misma falta de conocimiento que antes.

De nada, por que, ni había ganado un amigo, ni habia ganado un enemigo. Bueno, eso ultimo tal vez si. Tampoco le había hecho nada como para generar enemistad, pero claro, tal y como se tomaba las cosas aquél chico, nunca se sabia. En fin, que me iba de allí con las manos y la mente tan vacias como las había llevado.