No hacia mucho de mi graduacion como Genin y aun no habia hecho nada con mi nueva vida como ninja, de hecho, me gradué de pura suerte teniendo en cuenta de que mis golpes de Taijutsu son lamentables «Eso lo de estudiar por demas me daba buenas calificaciones, pero en cuerpo a cuerpo soy un desastre» me digo siempre a mi misma, pero toda la pinta de nerd que mostraba decia que seguiria haciendo lo contrario «Al menos sabes usar bien armas y tambien lanzar» era mi excusa perfecta para seguir como venia, aunque estaba claro que no era lo mejor para mi carrera.

Ya estaba parada en la zona de combates de la academia, pero no habia nadie desocupado como para ayudarle a entrenar un poco el tema del cuerpo a cuerpo, algo amistoso, nada de sacarse los ojos entre compatriotas, algunas personas no lo veian asi...sobretodo los que aun se estan entrenando y estan en la mismisima mierda...como yo por ejemplo

— Me haces dañooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo. — Desde lejos se podía escuchar replicar a una joven.

— Da gracias a que soy yo.

— ¿¡Y exactamente porque tengo que hacerlo!? ¡¡Me vas a arrancar el pelo de cuajo!!

Ryuko entró dando vueltas por el suelo, y momentos después lo hizo la figura de un esbelto hombre. Se trataba de su maestro Oda, su rostro ya de por si intimidaba, pero ademas, estaba enfadado.

— ¿¡Que te tengo dicho!? ¡¡Ni se te ocurra volver a responderme así!! ¡Hace unos años no eras tan protestona! ¡Y ahora ponte a entrenar mientras yo voy a hacer unos recados! — Acto seguido, chasqueó los dedos y el hombre mayor se deshizo en miles de cuervos.

— Joder... Pero que miedo da cuando se enfada... — Ryuko se abrazó así misma, como si acabase de hablar con la mismísima Muerte. A sabiendas de que lo que le esperaría en casa seria mucho peor e intimidada por su maestro, Ryuko se hecho una mano a la cintura, mirando de reojo su bokken. — Supongo que tiene razón...

Mientras buscaba alguien desocupado con quien poder entrenarme un poco el Taijutsu, cosa que parecía ser mas que difícil el día de hoy, fui testestigo de una escena bastante dura. Se trataba de un padre (imaginaba yo que sería su padre) llevando prácticamente a rastras a su hija para que se pusiera a entrenar «Tampoco es para tanto» me dije para mis adentros.

Entonces el hombre se esfumó revelando de que en realidad se trataba de alguna técnica de clonacion, yo decidí acercarme a la chica, quizá el entrenar nos sirviera a ambas

-Esto...disculpa...¿Estás bien?- le pregunté a la kunoichi recién llegada -¿Te quería preguntar si podríamos entrenar juntas?¿que te parece?- le dije al final y recordé que me faltó lo más importante

-Oh...Lo siento...olvidé presentarme, soy Senju Shijima- dijo cordialmente su nombre haciendo una reverencia a la Uchiha.

Aunque no hubiera estado absorta en sus pensamientos, tampoco se hubiera percatado de la persona que se le acercaba.

— Esto...disculpa...¿Estás bien? — una suave voz preguntaba a Ryuko.

— O-Oh... D-Disculpa. Si, estoy bien, no es nada. — Pese a que el golpe había sido sonoro y su entrada también fue notoria, Ryuko negó el hecho de cualquier dolor existente; aunque seguramente de haberlo habido, tampoco lo hubiera afirmado. — Mi maestro puede ser algo brusco, pero supongo que me lo merecía por haber vuelto ha evadir las clases de esgrima. — respondió terminando con una suave risa.

— ¿Te quería preguntar si podríamos entrenar juntas? ¿Que te parece? — su voz era suave y melodiosa, tendría seguramente la misma edad que Ryuko ya que compartía una complexión y altura similar. Su pelo a diferencia del de Ryuko, era largo con un tono marrón, pero compartían un color de ojos muy similar.

— De acuerdo, aprovechare para hacer lo que debí haber hecho esta mañana. — Su amabilidad convencieron a Ryuko sin mucho problema, que acepto con la esperanza de contentar a Oda. Ademas, un poco de entrenamiento no le vendría mal, llevaba un tiempo dedicándose a holgazanear.

Ryuko se apoyó en su propio bokken a modo de bastón para reincorporarse del suelo, y posteriormente comenzó a rotar su brazo derecho apoyando la mano izquierda en el hombro, soltando un suave gruñido en seña de molestia.

— Oh...Lo siento...olvidé presentarme, soy Senju Shijima. — dijo haciendo una reverencia y cortando sus estiramientos.

— ¡No te preocupes no pasa nada! Me llamo Ryuko, encantada, Shijima. — Esbozó una sincera y cálida sonrisa. — Dime ¿que te apetecería hacer? — Arqueó la cabeza a los lados contemplando el lugar, era bastante espacioso pese a estar dentro del edificio, por lo que seguramente no tendrían muchos problemas a la hora del movimiento.

— O-Oh... D-Disculpa. Si, estoy bien, no es nada. — Respondio la chica luego de lmi pregunta — Mi maestro puede ser algo brusco, pero supongo que me lo merecía por haber vuelto ha evadir las clases de esgrima. — «¿Algo brusco?» me dije a mi misma en pensamientos luego de haber sido testigo de aquella forma de traer a su alumna a entrenar

— De acuerdo, aprovechare para hacer lo que debí haber hecho esta mañana. — responderia a mi pregunta de entrenar juntas, a lo que esboce una pequeña sonrisa amable. y ayude a ponerse de pie mientras que con la mano desocupada se ayudaba a ponerse de pie con el bokken

— ¡No te preocupes no pasa nada! Me llamo Ryuko, encantada, Shijima. — Esbozó una sincera y cálida sonrisa. — Dime ¿que te apetecería hacer? — Arqueó la cabeza a los lados contemplando el lugar, era bastante espacioso pese a estar dentro del edificio, por lo que seguramente no tendrían muchos problemas a la hora del movimiento.

-Lo cierto es que se me da muy mal el Taijutsu, y me vendria bien poder entrenarlo un poco, pero si gustas podemos entrenar otras artes tambien ¿que te parece?- le propuse, de hecho, un pequeño combate amistoso vendria bien para conocerse entre compatriotas

— Lo cierto es que se me da muy mal el Taijutsu, y me vendria bien poder entrenarlo un poco, pero si gustas podemos entrenar otras artes tambien ¿que te parece? — respondió Shijima.

— ¿Algo así como un combate? Supongo que podría ser un buen entrenamiento la verdad. — Ryuko se llevo la mano a la barbilla algo pensativa y después miro de reojo su bokken. — La verdad es que a mi me interesaría practicar algo con mi espada. Pero creo que un combate cuerpo a cuerpo es una mejor idea.

Pese a que era una de las cosas que mas le gustaba, apenas había tenido tiempo de poder entrenar el arte de las espadas; Oda le dijo que la ayudaría en ello, pero que todavía necesitaba mas soltura en los combates como para esgrimir un arma. Dio una pequeña palmada ilusionada con una amplia sonrisa, riendo un poco. Estaba completamente emocionada por ello, era su primer combate de entrenamiento que no era parte de la academia; al final, de lo que se estaba escaqueando era de lo que mas ánimos tenia.

—Buenas chicas!— Saludé con ánimos mientras me aproximaba a ellas. — Mi presencia en el área de entrenamiento tendría un propósito. —Me presento, soy Inoue Keisuke, soy un shinobi médico y hoy me encuentro por aquí para socorrer a las personas que se encuentren entrenando y terminen mal heridas.— Justifiqué una vez llegué a su cercanía.

—No sé sí se percataron, pero aparentemente son las únicas por aquí.— Entonces hice un movimiento con mis ojos de observar de arriba a abajo a ambas. — Imagino que empezaran a entrenar, dado que no tienes ningún raspón ni se encuentran agotadas o algo así; por lo que me quedaré a observar su combate.— Concluí mientras me iba al límite del tatami y me sentaba.

"No hay mejor forma de decir que no tengo nada más que hacer"

-Si! Sería un combate amistoso- respondí a Ryuko -Si quieres puedes usarla, no hay problema, Taijutsu es lo que ando floja por eso queria darle mas importancia, pero como digo: podemos usar otras artes también- agregué siempre hablando con el mismo tono amable, lo cierto es que también me daba algo de miedo el hecho de las zurradas que podría darme con ese bokkens.

Fue mientras esperabala respuesta por parte de la Uchiha, cuando llegó un muchacho, un ninja médico al parecer para socorrer a los heridos por pasarse de la raya en sus entrenamientos, sobretodo en una villa como lo es Amegakure -Buenos días Keisuke-San- le salude -Yo soy Shijima, encantada y la verdad es que es una suerte que estés para socorrer gente- «Sobretodo a mi que de seguro saldré rota de esto»

— Podría practicar algo el uso del bokken. El arte de la espada es algo fascinante... — La joven Uchiha se había sumido por un momento en sus pensamientos otra vez mientras Shijima le hablaba, escuchando tan solo un ligero murmuro el la distancia, hasta que una voz ajena la trajo de vuelta a la realidad.

— ¡Buenas chicas! Me presento, soy Inoue Keisuke, soy un shinobi médico y hoy me encuentro por aquí para socorrer a las personas que se encuentren entrenando y terminen mal heridas. — Se trataba de un joven que parecía de nuestra edad, su caballo rojizo resaltaba por encima de todo. Tras eso, se dirigió a salir del área en el que estábamos Shijima y Ryuko. Tal vez hubiera venido con la esperanza de practicar sus dotes medicas, y desde luego, este era el sitio donde mas altercados había; pues a veces las rivalidades podían llegar un poco mas lejos.

— Encantada de conocerte, Keisuke. Sera un placer trabajar con ambos. — respondió con una dulce sonrisa. Pese a que los tres se acercaban entre ellos en edad, ninguno se conocía, algo bastante curioso.

— Supongo que estariamos en distintas clases. También escuche de gente que avanzo saltando cursos... Esa gente debe de ser realmente fascinante...

Con el actual seguro ahora de que no podrián herirse con excesiva gravedad; y si algo se escapaba de unos simples primeros auxilios, Ryuko parecía sentirse con mayor confianza para el entrenamiento.

—Mucho gusto a las dos.— Comenté con una sonrisa. —Y bueno, estoy seguro de que no tendré que utilizar mis habilidades, no te preocupes Shijima.— Aseguré con un tono suave, aunque no estaba cien por ciento seguro, era mejor así.

Entonces caminé hacia la periferia del tatami. —Bien, imagino que empezaran pronto así que les cederé el espacio.— Una vez me encontré en el margen del mismo, me senté y quedé observando a las kunoichis. —Ánimo! Den lo mejor de ustedes.— Expresé sin más.

"Que empiecen de una vez, me aburro" era evidente que la flojera comenzaba a invadirme, mis parpados se volvieron un poco más pesados, tuve que llevar mi siniestra a mi boca para ahogar un gran bostezo y esperar a que no le siguiera otro aún mayor...