14/05/2016, 17:10
Mitsuki se afanaba por localizar en el viejo esqueleto de aquel molino, la figura de la pequeña Ortensia. Sin embargo, parecía que el animal se había introducido entre los restos del viejo tejado, lo que dificultaba bastante localizarla. Lejos de ser ese el último problema de la peliblanca, su compañera hasta aquel momento parecía haberse cansado de perseguir al pájaro y se alejaba de allí, no sin antes maldecir.
Por su parte, Oda había comenzado a escalar por el exterior de la estructura para tratar de llegar hasta donde se encontraba el animal. Su habilidad de escalada no era precisamente lo que se podía calificar como buena, pues en cada agarre parecía estar apunto de caerse. Eso sí, la determinación que demostraba aquel hombre era sin duda digna de admirar... pero también era cierto de que era aún más preocupante que admirable pues la altura del edificio era considerable
La de Kusabi por su parte no sabía muy bien que hacer, Noemi se alejaba enfadada, Oda escalava temerariamente y ella estaba en medio de aquello. Si se quedaba a vigilar al hombre-topo se quedaría sola en aquella aventura y la rubia vagaría sin rumbo hasta que encontrase la ruta para volver a su tierra, si trataba de convencer a la kunoichi de que regresase... Oda podría caerse y hacerse mucho daño en los mejores casos.
En aquella situación, no pudo evitar resoplar un tanto agobiada. No sabía muy bien como había derivado todo aquello en esa situación, pero lo peor es que no sabía muy bien como lograr que volviese a estar bajo control. No quería quedarse sola siguiendo a Oda por toda la Planicie del Silencio a Fujiin sabrá donde...
No tendría mucho tiempo para decidir sobre los problemas actuales cuando un sonido extraño comenzó a escucharse en la lejanía, concretamente en la dirección en la que la rubia se alejaba. Mitsuki giró la cabeza pero no pudo ver de donde provenía pues parecía venir desde justo detrás de la loma que la joven kunoichi comenzaba a subir.
Nunca habia escuchado nada parecido, pero parecían muchas cosas pesas corriendo juntas a toda velocidad.
—¿Qué es eso?— la chica lanzó la pregunta más para sí que para cualquiera de sus dos "compañeros", mientras volvía la mirada hacia la dirección en la que Noemi se alejaba
Por su parte, Oda había comenzado a escalar por el exterior de la estructura para tratar de llegar hasta donde se encontraba el animal. Su habilidad de escalada no era precisamente lo que se podía calificar como buena, pues en cada agarre parecía estar apunto de caerse. Eso sí, la determinación que demostraba aquel hombre era sin duda digna de admirar... pero también era cierto de que era aún más preocupante que admirable pues la altura del edificio era considerable
La de Kusabi por su parte no sabía muy bien que hacer, Noemi se alejaba enfadada, Oda escalava temerariamente y ella estaba en medio de aquello. Si se quedaba a vigilar al hombre-topo se quedaría sola en aquella aventura y la rubia vagaría sin rumbo hasta que encontrase la ruta para volver a su tierra, si trataba de convencer a la kunoichi de que regresase... Oda podría caerse y hacerse mucho daño en los mejores casos.
En aquella situación, no pudo evitar resoplar un tanto agobiada. No sabía muy bien como había derivado todo aquello en esa situación, pero lo peor es que no sabía muy bien como lograr que volviese a estar bajo control. No quería quedarse sola siguiendo a Oda por toda la Planicie del Silencio a Fujiin sabrá donde...
No tendría mucho tiempo para decidir sobre los problemas actuales cuando un sonido extraño comenzó a escucharse en la lejanía, concretamente en la dirección en la que la rubia se alejaba. Mitsuki giró la cabeza pero no pudo ver de donde provenía pues parecía venir desde justo detrás de la loma que la joven kunoichi comenzaba a subir.
Nunca habia escuchado nada parecido, pero parecían muchas cosas pesas corriendo juntas a toda velocidad.
—¿Qué es eso?— la chica lanzó la pregunta más para sí que para cualquiera de sus dos "compañeros", mientras volvía la mirada hacia la dirección en la que Noemi se alejaba