N-no, no me duele. Gracias. contestó el calvo a su última pregunta

—Genial— Izumi se levanto como un resorte —Ya no eres mi problema, suerte— se ajustó los guantes antes de asegurar los amarres de su katana

"Parece que nos han dado por muertos" levantó la mirada hacia el filo del cañón y pudo comprobar que ya no había nadie allí arriba

¿Qué ha pasado?- a pesar de que el chico se había limpiado la cara, Izumi no le reconoció

—Aunque te lo dijera no ibas a creerme, así que tan sólo alégrate de seguir vivo— contestó la pelirosa que ya había terminado de atar las ligas de cuero de su arma a su cintura —Hasta la vista...— la chica giró sobre si misma para comenzar a caminar en la dirección que seguía antes de todo el entuerto, ahora ya no tenía a los pobres buhoneros para seguirles la pista. Aunque con un poco de suerte y una buena caminata, seguramente terminaría llegando a Yachi o al menos con algún rastro de civilización... sí es que había algo de eso en aquellas tierras

Para cuando recupero la vista de la situacion, Karamaru solo pudo ver una mujer con melena violeta, y vestida con tonos de verde, dandole la espalda. Estuvo quieta unos segundos y luego comenzo a caminar mientras el calvo trataba de entender un poco la situacion y la frialdad en la actitud de aquella mujer tras lo sucedido.

"No se contento de estar vivo estoy, pero...."

Pero el problema era saber donde estaban. Con una leve mirada al cielo se podia dar cuenta que habia llegado al fondo del precipicio, pero no sabia como volver, no sabia como encontrar su camino a Yachi todavia.

HEY- el calvo se levanto de golpe y sacudio su mano en el aire mientras trotaba a la posicion de la mujer.

¿Como salgo de aca? Lo sabes, ¿Verdad?

Karamaru habia tomado el hombro de la mujer, para tratar de frenarla aun si no quisiera. No lo hacia de malo o para tratar de forzarla, simplemente le parecia la mejor idea que le de un poco de atencion y respondiera sus preguntas.

HEY- la pelirosa no se detuvo ante la llamada de atención del chico. No estaba herido, así que no tenía ninguna razón para detenerse ¿Como salgo de aca? Lo sabes, ¿Verdad?

—Pues tienes dos formas...— comenzó Izumi a responder, sin embargo nada más notar la mano del chico en el hombro se detuvo. En un rápido movimiento llevó su mano izquierda hasta agarrar la muñeca del calvo, a la vez que daba un paso hacia atrás para meter su hombro bajo el sobaco del muchacho, dar un fuerte tirón, cargarlo sobre su espalda y finalmente lanzarlo de espaldas contra el suelo ayudándose se su pierna derecha en una clásica maniobra de judo

—Vuelve a ponerme la mano encima y no tendrás que preocuparte de como salir de aquí— le retorció el brazo en señal de advertencia antes de soltárselo de mala manera —¿entendido?— le dedicó una furibunda mirada antes de continuar su camino

"Si no fuese por la promesa que le hice a la abuela... esto de ser médico es una mierda"

Esperaba una respuesta amable, recibió de todo menos de eso. No pudo llegar a pensar que estaba sucediendo que ya se encontraba en el suelo nuevamente con la muñeca apretujada por las duras manos de la mujer. En tan solo segundos sus pies se despegaron del piso, colgó en la espalda de la muchacha y golpeó su espalda contra la tierra. Un movimiento que Karamaru conocía, y que había aplicado ya algunas veces.

«Qué carácter mujer, pero suéltame por favor»

¿Entendido?

S-si, si...- y el apretón desapareció, pero Karamaru se levantó rápidamente.

Ahora caminaba de espaldas, siguiendo el ritmo que marcaba la pelirosa con una mirada seria.

B-bue-bueno, pero me podrías decir como salir, ¿No?

—Qué tampoco quiero caminar eternamente, me perdí un poco el camino nada más.- dejó soltar una risa nerviosa mientras que se pasaba la mano por la nuca una y otra vez.

Tras dejar bien claro a aquel tipo que empezaba a sonarle de algo quién mandaba allí, la chica planeaba marcharse tranquilamente sin volver a cruzar una palabra con aquel pesado. Sin embargo, el calvo parecía tener otros planes y en ellos debía de incluirse un punto concreto que debía rezar algo así como: Molestar a Sanshouo Izumi o perder un brazo

B-bue-bueno, pero me podrías decir como salir, ¿No? el chico camianba ahora a su par, de espaldas con los brazos cruzados tras su nuca —Qué tampoco quiero caminar eternamente, me perdí un poco el camino nada más.- dejó escapar una sonrisilla nerviosa, que encendió una pequeña bombilla en la mente de la chica

"Esa estúpida risa... la he escuchado antes" la kunoichi se detuvo un momento para quedarse mirando fijamente al chico que tenía ahora delante "Me suena de algo... ¿pero de qué?"

—¿Nos conocemos de algo?— preguntó molesta, el rostro de aquel tipo le sonaba de algo y no de algo bueno precisamente.

Entornó un poco los ojos, tratando de ubicarlo... pero de momento no lo lograba

Sí Karamaru seguía caminando un poco más de espaldas acabaría tropezando con una pierda

La mujer se detuvo y lo mismo hizo Karamaru. No sabía si sus palabras habían penetrado en su intensa actitud para bien o para mal, pero al menos logró que detenga su paso que denotaba ignorancia. No quería hablar mucho, tampoco le interesaba forjar una amistad o incluso conocer a esa persona, tan solo quería volver a su camino y encontrar Yachi de una vez por todas.

¿Nos conocemos de algo?

No lo creo, Habaki Karamaru, un placer.- mayor sonrisa en su rostro y se giró para poder darle la mano en gesto de presentación. Y bien que lo había hecho, porque unos pasos más y tuvo que esquivar una piedra que, de haber estado dado vuelta no hubiese visto, y que hacía que se pregunte porque ni siquiera intentó avisarle sobre ella aquella mujer.

«¿La conoceré de algún lado? La verdad que no me suena para nada...»

Se había encontrado con mucha gente en sus viajes por Onindo, pero estaba casi seguro que esa persona no había sido una de ellas. "Una de las privilegiadas" solía bromear el calvo para divertirse un poco.

No lo creo, Habaki Karamaru, un placer.- de nuevo mostró aquella sonrisa que le ponía de los nervios, pues le recordaba a algo o alguien. El chico tendió la mano con la intención de que la pelirosa se la estrechase, pero nada más lejos.

Izumi apartó la mano con un manotazo del dorso de su mano derecha —Te he advertido una vez— le reprendió antes de volver a caminar a paso rápido en la misma dirección que seguía hace un momento, con la esperanza de que aquel pesado desistiera en su actitud

"Estoy seguro de que le conozco de algo" la chica seguía dándole vueltas, no sabía muy bien de que pero le conocía "¿Dónde demonios lo he visto antes?" bufó molesta por su falta de memoria, aunque bien era cierto de que el calvo tenía un careto del montón "Hay tantos insulsos como él que es difícil recordarlos todos"

Negó con la cabeza "¡Qué importa! ¡Qué le den!" desistió de su intento por recordar, ahora solo le interesaba llegar a Yachi cuanto antes y apartarse de aquella lluvia que comenzaba a calar en su ropa sin piedad ninguna. Ahora que no tenía la protección del chubasquero se sentía bastante incómoda, con la vestimenta pegada al cuerpo y alguna que otra racha de viento que le hacia sentir algo de frío a pesar de estar a principios de verano "Maldita lluvia..."

El calvo perdió el seguimiento de la mujer al quedarse varios segundos quieto pensando en la negación del saludo. Un golpe recibió en su mano que él había ofrecido amablemente para saludar. Esa mujer parecía imposible, tanto como una que recordaba muy levemente. Una persona de la que solo se acordaba su mal encuentro por su fea y seria y soberbia actitud.

«Así ni modo...»

Dio algunos pasos siguiendo a la mujer, pero aún retrasado. Su mente discutía consigo mismo hasta que al final llegó a un acuerdo, a una pregunta que convencía a las dos partes de aquel debate interno.

No voy a seguirte todo el día- casi gritó- ¿Tienes pensado ayudarme o no?

—Porque seguiré mi propio camino.

No había caso en ser reiterativo cuando alguien negaba tantas veces. Él había puesto su parte, pero si la pelirosa no lo hacía, ese sería el fin de su raro encuentro.

El chico no se rendía, ahora la seguía desde la distancia como si de su sombra se tratase "Que cruz..." dejó escapar un suspiro casi de desesperación, ya no sabía que hacer para que la dejasen en paz

No voy a seguirte todo el día ¿Tienes pensado ayudarme o no? Porque seguiré mi propio camino.

"¿Su propio camino?" la chica se detuvo de nuevo para volver a girarse y encarar al calvo "Este es capaz de seguirme hasta Yachi..."

—Está bien, está bien— respondió la joven un poco harta de toda la situación —Yachi queda justo hacia el lado contrario- dijo señalando hacia delante, a la espalda de Karamaru —¿Contento?— se dio la vuelta de nuevo para comenzar a caminar en la dirección correcta, mientras enviaba al de ame en la dirección contraria

"El fin justifica los medios... y más en estos casos" no pudo evitar esbozar una sonrisilla

El calvo no iba a discutir, tampoco esa mujer se merecía que le ruegen de rodillas, pero su sonrisa y mirada daban a entender de sobra que se estaba dando cuenta de lo que quería. Lo quería mandar a cualquier otro lado que no sea cerca de ella, y la realidad era que lo único importante era salir de aquel cañon en el que se encontraban. No importaba para que lado fuese, subida debería de encontrar igual.

Muy bien, chau.

Agitó la mano en un gesto de saludo y se dio media vuelta y comenzó a caminar en sentido contrario al de la muchacha. Solo esperaba no encontrarse con el caballo muerto y destrozado en su caminata a Yachi. Porque después de todo en algún momento debía de llegar, tampoco podía estar tan lejos.

«Nunca entenderé a las personas así, que poco les gusta la amistad y la buen trato....»

Karamaru solo esperaba no cruzarse con mucha gente como esa mujer en su vida.