— Puede decirse así

Por si quedaban algunas dudas su tripa disipó las que pudieran quedar tras aquel rugido desesperado. Al parecer en aquel hospital descuidaban un poco las raciones, o quizás directamente se habían olvidado de Juro al hacer la ronda.

— Si, mi hermana a veces me trae algo, pero es horrible — dijo, con un suspiro teatral —. Creo que...

Le miré muerto de curiosidad, a ver con qué me salía ahora...

— ¡Barbacoa! — exclamó finalmente —. Carne asada, si. En el hospital no hay de eso ni a tiros. Podemos pasar también por algún lugar donde vendan dangos, si quieres.

Joder, el cabrón no era de antojos baratos precisamente. Pero bueno, un día era un día y en cierto modo estaba en deuda después de lo sucedido en la pelea.

— Vale, que sea un asado, pues. Por cierto, ¿Llevas algo de dinero encima? — esta vez necesitaba una respuesta afirmativa o mi capital en el valle iba a descender en picado — Respecto a lo de los dangos, no te preocupes Jurete...

Saque de mi bolsillo un par de palitos con 3 dangos cada uno los cuales estaban envueltos en un plastiquito.

— Hombre precavido vale por dos

Caminamos al paso de Juro mientras intentaba interceptar algún olor de carne asada. No tardé en hacerlo. Además, podíamos ver un cartel de un local especializado. el sitio estaba tan solo a un par de manzanas de la plaza del hospital así que era perfecto. No había que preocuparse si la comida se alargaba un poco, pues volver no nos tomaría más de un par de minutos o 3.

Una vez dentro, uno de los camareros nos sentó en una de las mesas. Tanto al mesa como las sillas eran de madera. Las sillas contaban con unos almohadones que convertían el lugar en algo bastante cómodo. El camarero nos dejó la carta del local indicando que volvería en un rato para tomar la nota.

— Bueno, veamos que se nos ofrece en este sitio — dije mientras examinaba la carta.

Yota se mostró expectante, y más tarde, receptivo. Aceptó la petición de Juro de ir a comer a un asad, aunque una duda mayor parecía rondarle.

— Vale, que sea un asado, pues. Por cierto, ¿Llevas algo de dinero encima? —

— Claro que llevo, no te haría pagar mi parte — murmuró, rascándose la nuca —. No soy tan cruel.

La verdad es que lo había pensado. Podría haberlo hecho — Yota seguramente se sentiría en deuda por el golpe —, pero era su amigo después de todo. No iba a obligarle a algo así.

Juro sonrió cuando Yota sacó un par de palillos que llevaban su comida favorita, envueltos en un plástico. Debía de haberlo supuesto. Después de todo, él había trabajado con Dangos en su primera misión. No es que le disgustasen — estaban buenos— , pero tampoco entendía el afán que tenía su compañero por ellos.

Finalmente, los dos comenzaron a caminar hacia la zona comercial. Yota se guió por su olfato, cual perro Inuzuka. Juro, en cambio, se fijó en los carteles. Ambos llegaron a la misma conclusión, y se detuvieron en un pequeño local que prometía esa comida. Juro asintió y ambos entraron. Uno de los camareros les arrastró hasta una mesa para ambos genin. Las mesas y las sillas eran de madera, y cada silla se acompañaba de una almohada. Juro se sentó casi sin dificultad

— Bueno, veamos que se nos ofrece en este sitio — dijo Yota, mientras examinaba la carta.

Juro hizo lo mismo. Ojeó las páginas del menú, viendo todo tipo de comidas, deteniendose en la que más le gustó: una imagen de una serie de trozos de carne asados a la brasa.

— Creo que pediré el yakiniku — murmuró Juro, pensativo —, de trozos de ternera. Y quizá un poco de arroz para acompañar. ¿Tú?

— Creo que pediré el yakiniku — murmuró Juro, pensativo —, de trozos de ternera. Y quizá un poco de arroz para acompañar. ¿Tú?

El moreno al parecer se había decidido, puede que en parte para no hacer esperar demasiado a su hambriento estomago. Yo tenía mis dudas todavía. Unos trozos de yakiniku eran siempre una gran opción pero entonces vi que tenían yakitori y unas brochetas de pollo siempre eran más que bien recibidas. Estaba decidido.

— Creo que yo voy a decantarme por los yakitori. Sí, un poco de arroz estaría bien, parece buena idea

Ambos cerramos la carta para que el camarero viese que estábamos más que decididos y no tardo en aparecer el muchacho que nos había asignado la mesa previamente.

— ¿Qué será entonces?

— Yo tomaré unas brochetas de yakitori acompañadas con un poco de arroz

— ¿Y tú muchacho, qué vas a tomar?

El hombre esperaba que Juro le dijese lo que iba a tomar con la libretita en la mano mientras apuntaba mis yakitori.

Yota, sin embargo, pareció decantarse por los yakitori: unas brochetas asadas de pollo. También pareció mostrarse de acuerdo con su idea del arroz.

— Eso también esta bien — admitió Juro, aunque solo a medias. Nunca le había atraído demasiado la brocheta.

En cuanto cerraron las cartas, el camarero apareció por la mesa, preguntando por su pedido. Yota no tardó en hacer su petición, diciendo exactamente lo que le había dicho a él. Después de anotarla, el camarero se giró hacia Juro.

— ¿Y tú muchacho, qué vas a tomar?

— Unos trozos de yakiniku, por favor. De ternera — especificó, con seguridad —. También quiero un poco de arroz para acompañarlo.

El camarero lo anotó todo, para luego marcharse con el pedido. Su estomago volvió a rugir. Solo esperó que no tardasen demasiado en atenderles con la comida. Tras irse, los dos genin volvieron a quedar solos durante unos segundos, creando un pequeño silencio.

— ¿Has visto a Sora-sensei desde la última vez? — se atrevió a preguntar, para sacar un tema de converesación.

Juro tampoco cambió de opinión, seguía firme en sus yakiniku de ternera. Una vez con todo anotado el camarero se retiró, era el turno de que los cocineros hicieran su parte.

— ¿Has visto a Sora-sensei desde la última vez?

— Qué va, esperaba que viniese. La verdad es que me iría bien una ronda de consejitos de acara a la próxima ronda...

Estaba deseando que sora obtuviese un permiso como cuando nos vino a ver después del entrenamiento con Juro. Aquello también me hizo acordarme de Izumi, ¿Cómo le estaría yendo? Desde que salimos de Kusagakure que no la vi lo cual era ciertamente extraño.

— Pero bueno, no sé si a ti te pasa lo mismo pero siento que este torneo me está fortaleciendo mucho — mi rostro yacía pensativo — La técnica que use en nuestra pelea, por ejemplo. Nunca antes la había usado y fue realmente efectiva y poderosa aunque tengo alguna técnica más que tengo que probar

Sí, no podía salir de aquel lugar sin haber probado los efectos destructores del chidori. Una técnica con tanta fama tenía que ser realmente poderosa. quizás en la pelea de la tercera ronda tendría mi oportunidad.

— Qué va, esperaba que viniese. La verdad es que me iría bien una ronda de consejitos de acara a la próxima ronda...

— Ya veo...

Juro se decepcionó un poco al escuchar a Yota. Al parecer, él tampoco sabía nada de Sora-sensei desde la última vez que la vieron, hacía dos semanas, cuando les pillo entrenando y les dio comida. Había sido hasta gracioso. Realmente quería que apareciese. Él también quería algún consejo, aunque hubiese terminado el combate. Algún consejo para su vida ninja a partir de ahora.

« Ella también opinara sobre nuestros combate »

Quizá era como las invocaciones y con reunirse los dos era suficiente para que apareciese. Deseó que así fuese, pero deseó aún más que trajeran la comida pronto. Su estómago rugía.

— Pero bueno, no sé si a ti te pasa lo mismo pero siento que este torneo me está fortaleciendo mucho — mi rostro yacía pensativo — La técnica que use en nuestra pelea, por ejemplo. Nunca antes la había usado y fue realmente efectiva y poderosa aunque tengo alguna técnica más que tengo que probar

Juro se llevó una mano al costado, donde había recibido la herida, de forma inconsciente.

— Pues claro. He recibido experiencia de combate de primera mano. Casi no me lo creí cuando pasé la primera ronda; mi rival fue duro — admitió Juro, recordando a Rain y a su extraña técnica con la katana —. Tambien pude probar a Gen y alguno de mis venenos. Ahora sé que mis creaciones funcionan bien. Ha sido un gran experiencia como shinobi.

Gen había sido destruido en la primera pelea y inutilizado en la segunda, pero se había lucido. También había envenenado a Rain sin piedad, a Yota en el combate del entrenamiento.

— Tus técnicas son muy poderosas — admitió Juro —, pero no te confíes para la siguiente ronda. No me malinterpretes, conmigo funcionaron muy bien — dijo, tocándose otra vez la zona herida —. Pero sí tu rival es más rápido que tú...podrías tener problemas.

Exceptuando el perro hecho de raiton, Juro había visto que el resto de sus técnicas que había hecho con él se basaban en acercarse y golpear. Supuso que Yota tenía más, pero aún así, si hubiese sido capaz de esquivarle...

— Pues claro. He recibido experiencia de combate de primera mano. Casi no me lo creí cuando pasé la primera ronda; mi rival fue duro — admitió Juro, recordando a Rain y a su extraña técnica con la katana —. Tambien pude probar a Gen y alguno de mis venenos. Ahora sé que mis creaciones funcionan bien. Ha sido un gran experiencia como shinobi.

— Tus técnicas son muy poderosas — admitió Juro —, pero no te confíes para la siguiente ronda. No me malinterpretes, conmigo funcionaron muy bien — dijo, tocándose otra vez la zona herida —. Pero sí tu rival es más rápido que tú...podrías tener problemas.

— No... Si no estoy nada confiado — afirmé de forma rotunda — De hecho estoy un poco a acojonado.. quiero decir, ¿Recuerdas nuestra pelea antes de la primera ronda? Perdí. Me ganaste y tuve la fortuna de ganarte en el torneo. Pero... si te gane en segunda ronda... ¿Qué clase de rival me saldrá en tercera? Debo prepararme mucho

Y aquellos, señores, era una verdad como un maldito templo. Había pocas probabilidades de salir victorioso en el próximo combate. Obviamente lo daría todo, había una promesa de por medio y no me apetecía decepcionar a Juro incumpliendola, pero debía ser realista y admitir que sería muy complicado.

Mientras tanto la comida llegó. Olía absolutamente genial y ahí tenía mis brochetas, doraditas, y al lado un buen plato de arroz.

— Bueno, menuda pinta tiene esto, Jurete

Sin embargo, lo que encontró al mirar los ojos de Yota no fue la soberbía ni la valentía que normalmente le caracterizaba, sino la incertidumbre.

— No... Si no estoy nada confiado. De hecho estoy un poco a acojonado.. quiero decir, ¿Recuerdas nuestra pelea antes de la primera ronda? Perdí. Me ganaste y tuve la fortuna de ganarte en el torneo. Pero... si te gane en segunda ronda... ¿Qué clase de rival me saldrá en tercera? Debo prepararme mucho

Juro estuvo a punto de objetar que la única razón por la que le ganó fue porque utilizó venenos, y que en el torneo no tuvo ocasión. Aun así, decidió callarse: cualquier baza era válida en una pelea real, dejando a un lado el ninjutsu y el honor.

« Supongo que esto es un empate entonces »

— Alguien preparado y fuerte — admitió Juro. No tenía sentido mentir: no había posibilidad de que hubiese alguno "fácil"—. Por eso debes sobreponerte a él y ser listo. Con ese poder tuyo, una buena jugada te llevaría a la victoria.

En medio de su conversación, llegó un camarero con su comida. Depositó un plato con las brochetas de Yota y otro cargado de arroz. Para Juro, otro bol lleno de arroz y un plato lleno de trozos perfectamente cortados de carne sin hacer. Al otro, una pequeña asadora rectangular, ya preparada para hacer su función.

— Bueno, menuda pinta tiene esto, Jurete

— ¡Si! — exclamó, con una sonrisa de genuina felicidad —. Me pregunto si estará tan buena como la de Kusagakure. ¡Sora-sensei ya nos enseñó a ahogar las penas en un buen asado!

El chico recordó el día de su primer entrenamiento. Cuando terminó, los tres se marcharon a tomar un asado. No era muy diferente en esta ocasión, solo que estaban solamente Yota y él. Era la comida posterior a un buen esfuerzo de lucha, en este caso, su combate.

Juro depositó unos trozos de carne en el asador. Estos comenzaron a hacerse. Mientras, se conformó con tomar un poco de arroz.

— Alguien preparado y fuerte — admitió Juro. No tenía sentido mentir: no había posibilidad de que hubiese alguno "fácil"—. Por eso debes sobreponerte a él y ser listo. Con ese poder tuyo, una buena jugada te llevaría a la victoria.

— Exacto — Juro lo captó al vuelo prácticamente, llegando exactamente a la misma conclusión que había llegado yo — Por eso debo entrenar duro y prepararme a conciencia. En parte por eso digo que Sora-sensei me sería de gran ayuda. Quizás una técnica nueva y poderosa podría decantar la pelea a mi favor. Pero... lo que hice contra ti pude hacerlo porque me diste la oportunidad, gasto mucho chakra con eso y debo estar completamente seguro antes de lanzarme de ese modo

Aún recordaba como me faltaba el aire después de usar la combinación del sunshin y el codazo eléctrico. en aquel momento me sentí completamente agotado prácticamente debido a la gran cantidad de chakra necesaria, en mayor parte por la técnica eléctrica.

Pero la comida había llegado y sus aromas cautivaron a ambos gennins, los cuales estaban dispuestos a devorar aquella suculenta carne. Pero antes, Juro tenía que pasarlo por el fuego. Bendita suerte la mía que podía ahorrarme aquel paso y eso hice al llevarme un trozo de pollo directo a la boca.

— ¡Si! — exclamó, con una sonrisa de genuina felicidad —. Me pregunto si estará tan buena como la de Kusagakure. ¡Sora-sensei ya nos enseñó a ahogar las penas en un buen asado!

— Hostia, es verdad. Eso estuvo bastante bien. Aún recuerdo la cara de palo de Izumi. No sé de donde habrá sacado tanta mala leche...

Juro escuchó las palabras de Yota con suma atención. Le explicó que por eso mismo necesitaba entrenamiento y el tutelaje de alguien como su sensei le sería de mucha ayuda. También que la maniobra que empleó contra él fue muy arriesgada y que fue porque él mismo se expuso y demas chorradas.

Aunque su convicción le hizo sonreír, no pudo evitar poner los ojos en blanco.

« ¿Tiene que recordarme cada cinco minutos que tomé una mala decisión? »

El olor de la comida a la brasa pronto disipó su malestar y nubló su juicio. El arroz por sí solo era seco, pero el olor de la carne ya le inspiraba. Yota, por otra parte, empezó fuerte y mordió la brocheta con ahínco. Juro sintió un poco de envidia, pero el olor de la carne lo tenía demasiado embelesado.

Cuando estuvo listo, mordió el primer trozo con un poco de arroz. Delicioso.

— Hostia, es verdad. Eso estuvo bastante bien. Aún recuerdo la cara de palo de Izumi. No sé de donde habrá sacado tanta mala leche...

Juro soltó una carcajada.

— Es cierto. Os llevabais como el perro y el gato. Que recuerdos — murmuró, para sí —. Pensaba que os ibais a matar en alguna misión...

Recordar sus andanzas le ponía melancólico. ¿Cuánto tiempo llevaban en los dojos? No había sido tanto, pero sentía como si un muro se hubiese alzado entre sus relaciones cotidianas. En aquel lugar estaba solo y alejado de su familia y de sus conocidos más cercanos. Solo recordar la villa le puso nostálgico.

— Espero que Izumi este bien tras su derrota en la primera ronda. Ya sabes lo orgullosa que es — mencionó, con aire deprimente —. No se mucho del resto de participantes de Kusagakure caídos, la verdad. Pero fue una masacre. Llegar solo dos a la segunda ronda...

Por lo visto a Jurete le pareció divertido lo que dije acerca de Izumi e incluso le despertó un secreto que se tenía guardado para él mismo.

— Es cierto. Os llevabais como el perro y el gato. Que recuerdos — murmuró, para sí —. Pensaba que os ibais a matar en alguna misión...

Debo reconocer que yo también lo pensé en alguna ocasión pero al final era como aquel dicho "perro ladrador, poco mordedor", es decir, a fin de cuentas formábamos un equipo, cuando estuviéramos e apuros, todos arrimaríamos un poco el codo con tal de protegernos el uno al otro y cumplir con el objetivo de la misión que estuviéramos haciendo. Bueno, al menos por mi parte.

— Espero que Izumi este bien tras su derrota en la primera ronda. Ya sabes lo orgullosa que es — mencionó, con aire deprimente —. No se mucho del resto de participantes de Kusagakure caídos, la verdad. Pero fue una masacre. Llegar solo dos a la segunda ronda...

— Sí.. Ojala esté bien. Ahora que lo dices, coincidí con un chico, un tal Daigo. Cayó ante un tal Daruu, de Amegakure. Por lo visto luchó bien, pero el amejin debió hacerlo mejor aunque el chico de la lluvia se llevo unos buenos golpes, me lo crucé esta misma semana y llevaba todo el cuerpo vendado. Supongo que no tuvo suerte

Seguí comiendo alternando el pollo y el arroz. Todo estaba delicioso pero pronto la comida se terminaría, al igual que la de mi interlocutor. Pronto tendríamos que volver al hospital. Como se diesen cuenta de que no estaba, se liaría una buena.

Yota compartía los pensamientos de Juro en cuanto a todo lo sucedido. Dirigió un último recuerdo a su compañera de equipo, para centrarse en lo que le decían.

— Sí.. Ojala esté bien. Ahora que lo dices, coincidí con un chico, un tal Daigo. Cayó ante un tal Daruu, de Amegakure. Por lo visto luchó bien, pero el amejin debió hacerlo mejor aunque el chico de la lluvia se llevo unos buenos golpes, me lo crucé esta misma semana y llevaba todo el cuerpo vendado. Supongo que no tuvo suerte

— No conozco a ninguno — admitió Juro —. - Pero me alegra oír que dio pelea. Me gustaría encontrármelo por aquí.

Hablaba del tal Daigo, claro. Trató de conservar ese nombre en su memoria. Un aliado de Kusagakure siempre era algo a tener en cuenta. Juro trató de recordar también toda la gente que había conocido en el torneo, y la importancia que podría tener para Yota. Aun desconociendo quien había pasado — las noticias aún no habían llegado hasta él y tampoco iba a preguntar — podría darle algun detalle.

— La verdad es que antes de venir aquí, no conocí a muchos ninjas extranjeros, pero al estar mezclados... — murmuró —.- De Uzushiogakure conocí a un tal Uchiha Akame. Era un tipo serio, analítico, pero se le veía fuerte, y no solo por su apellido. Me perturbó un poco. Ten cuidado si te llega a tocar con él; escuché que pasó a la segunda ronda. También a un tipo de pelo rubio llamado Nabi. Si lo ves, ten cuidado con él; esta un poco ido de la cabeza. Pero suele ser buena gente.

Se abstuvo de mencionar a Eri, puesto que ya sabía que había caído en primera ronda. No estaba ahí para hablarle de sus amistades personales, después de todo.

— De Amegakure, se de una chica muy extraña... era pelirroja, y podía sacar papeles de su cuerpo. Seguro que has oído hablar de ella. Va diciendo por ahí que es inmortal. Yo mismo vi como sanaba una herida por arte de magia — terminó de relatar. Otra persona que había pasado, según creía él — En general, hay mucha variedad, pero siento no poder decirte mucho más.

Entonces Juro empezó a hacer una análisis de los combatientes que estarían en la tercera ronda. Hablaba de Uchiha Akame, el moreno aquel del barco en las islas del País de los Remolinos, tampoco es que supiese mucho de él. Es más, apenas sabía nada más allá de que era shinobi del Remolino. Un tal Nabi con el que nunca me había cruzado. Por parte de Amegakure hablaba de una chica pelirroja que podía sacar papeles de su propio cuerpo. La verdad es que había habilidades muy raras por Oonindo, ¿qué daño podrían hacer unos inocentes papeles? Pero bueno si había llegado tan lejos estaba claro que algo podían hacer...

Yo por mi parte ya estaba devorando el último trozo de pollo. el arroz ya se había acabado.

— Gracias por los consejos, Jurete. con Akame ya he coincidido fuera de aquí. Los demás que has dicho no los conozco. Iré con cuidado, no te preocupes. Si te dje que llegaré a la final es que llegaré a la final

Por ahora debíamos ir pensando en largarnos de aquel asador y volver al hospital antes de que diesen al muchacho por muerto o desaparecido.

— Y bueno, no es que quiera meter prisa, pero deberíamos ir pensando en volver... Como algún médico vaya a tu habitación y solo se encuentre con Gen igual se lleva un buen susto

Mientras lo contaba, devoró sin piedad todos los trozos de carne, los cuales ya estaban en su punto. El bol de arroz disminuyó a una distancia alarmante, al igual que los trozos de carne en el asador.

— Gracias por los consejos, Jurete. con Akame ya he coincidido fuera de aquí. Los demás que has dicho no los conozco. Iré con cuidado, no te preocupes. Si te dje que llegaré a la final es que llegaré a la final

Juro sonrió. Por unos momentos, se preguntó cuanto hacía que le llamaba por aquel curioso apodo. Mucho tiempo, supuso. Nunca nadie le había llamado así.

— Está bien, pero no te mates intentándolo. No me voy a enfadar, pase lo que pase.

Se tomó el último trozo de carne. Realmente se encontraba de mucho mejor humor que antes. Su herida se curaría y Juro estaría mucho mejor en unas semanas. Solo esperaba que Yota no hiciese estupideces y no le pasase nada peor.

— Y bueno, no es que quiera meter prisa, pero deberíamos ir pensando en volver... Como algún médico vaya a tu habitación y solo se encuentre con Gen igual se lleva un buen susto

— Si, lo sé — admitió. Era consciente de que Yota también se la cargaría por su deseo imprudente —. Ya terminé con esto, paguemos y volvamos cuanto antes. La maniobra de sustitución no funcionará mucho tiempo.

— Si, lo sé — admitió. Era consciente de que Yota también se la cargaría por su deseo imprudente —. Ya terminé con esto, paguemos y volvamos cuanto antes. La maniobra de sustitución no funcionará mucho tiempo.

— Perfecto, perfecto. En marcha entonces. Espero que puedas moverte bien con la panza llena

Reí ante la supuesta broma aunque sirvió para recordarle que llevaba una buena herida que sanar en las costillas. Nos levantamos de nuestros cómodos asientos, dejando los platos completamente vacíos en la mesa y fuimos directamente a pagar por la deliciosa comida que nos habían servido. No era la pizza del otro día con Daruu pero oye, seguía siendo carne fresca y asada.

De nuevo en la calle nos dimos prisa por recorrer las pocas manzanas que nos separaban de la plaza del hospital.

— Bueeeno, ya estamos aquí de vuelta. Pronto saldrás de este lugar y podrás hacer lo que sea que suelas hacer con Gen — volví a reír.

Era como si la carne me hubiese despertado el gen de la risa. O quizás fuese aquel arroz...