Desde aquel lugar uno podía sentirse como un halcón buscando a su presa. precisamente aquel animal eran uno de los principales depredadores de mi nueva familia, todo muy irónico...

Había posado mi trasero sobre la barandilla que protegía a los transeúntes del precipicio, observando la aldea en su día a día. Gente yendo de ahí para allá en las calles de Kusagakure, gente que me miraba raro y alguna anciana sorprendida que me dirigía alguna que otra mirada de confusión al verme enfrentando a la mismísima gravedad y tentando a la suerte.

No estaba haciendo nada especial, solo observar mientras mi cabeza daba vueltas y pensaba un montón de cosas a la vez y ninguna al mismo tiempo. Kumopansa yacía, también observadora, sobre mi cabeza, totalmente aburrida. sus fauces desprendían algún que otro bostezo.

— Oye, colega, esto es demasiado aburrido. Vayamos a hacer algo antes de que me caiga de puro sueño

— Ssssh — la silencié en cuanto rompió el silencio y toda concentración — Disfruta del silencio y de la tranquilidad que ofrece la aldea

La brisa removía mi trenza, la cual daba ligeros golpecitos en mi espalda.

— Pfff

La joven Hyuga se fue alejando de la escalera poco a poco, mientras miraba a su alrededor un tanto confundida. Hecho una mirada a un pequeño recorte de papel que sostenía entre sus manos antes de volver a repasar con la vista todo el lugar. Torció el gesto en una mueca que denotaba una mezcla de disgusto y hartazgo, mientras se rascaba la coronilla "Algo está fallando..." giró sobre si misma y comprobó el cartel que indicaba en la planta que se encontraba


Bajo la vista de nuevo hasta el papel y releyó la dirección en ella escrita


Resopló molesta al cerciorarse de que no había error alguno, estaba en la planta nueve y no había ni rastro de una floristería por allí... de hecho lo único que parecía haber en aquella planta eran cafeterías y locales similares.

"Tiene que haber algún tipo de error..." sin embargo le parecía poco lógico, aquella nota estaba escrita por la propia Sra Kaori y era lógico que la florista estuviese segura de a que local cambiaba su floristería.

Agarró su bufanda suavemente con la mano derecha llevándosela hasta los labios para juguetear con la tela mientras pensaba en que era lo que se le escapaba "¿Por qué tuvo que cambiar la tienda hasta aquí? Con lo cerca que me pillaba antes..." se lamentó la chica mientras volvía a echarle un último vistazo al papel con la anotación


-Mierda...- suspiró molesta

"Quizás lo mejor sea ir planta por planta hasta que la encuentre... que remedio, no pienso volver a casa sin el encargo de la abuela" volvió a otear a su alrededor, había bastante gente de aquí para allá a la suyo: sentados en las terrazas, subiendo o bajando por las escaleras o asomadas al mirador "Podría preguntar..." sin embargo la idea de interactuar con desconocidos no le terminaba de convencer, casi que prefería recorrerse toda la maldita torre antes de tener que pedir ayuda a alguien que no conociera

Casi por obligación sus blancos ojos se detuvieron un instante en un extraño chico que había sentado sobre la valla del mirador, vestía de una manera un tanto peculiar que le recordaba a uno de los comics que tanto le gustaban a un vecino suyo "Anda mira, ese va disfrazado de Spider-Kun" ladeo un poco la cabeza al fijarse que llevaba lo que parecía una bandana en la frente "aunque la verdad es que es bastante malo, ese traje no se parece casi nada"

Era consciente de que Kumopansa era un jodido culo inquieto y que no le agradaba en absoluto aquello. Pero para mi, la meditación era uno de los pequeños placeres de la vida. Uno de aquellos que pocos sabían apreciar. como era el caso de esa jodida ocho patas.

El arácnido soltó un bufido y se dio media vuelta y pude sentir los pequeños saltitos que daba en mi coronilla.

— Por Dios santo, araña de las narices. Esperate 5 minutos y nos vamos

Pero ya no me atendía. De un brinco descendió a tierra firme dejándome atrás con mi meditación.

— ¡Eh, tú, moza! Seguro que contigo me lo paso mejor que con el salao ese

«¿Qué coño? Anda no me jodas..»

La meditación se fue rápidamente a la mierda en cuanto la escuché hablar. Tuve que darme media vuelta...

«Otra vez no..»

Pero sí, lo estaba volviendo a hacer. Era especialista en molestar a la gente y ahora la había tomado con una muchacha de cabellos morados y que lucía un protector de Kusagakure en la frente. Estaba parada, frente a la araña y no me quitaba el ojo de encima. Bajé de la barandilla y la miré avergonzado por mi acompañante arácnido.

— ¡Eh! ¡Estoy aquí! — chillaba la araña, negra como el carbón y tras la omisión empezó a escalar por la pierna de la joven.

— Esto.. — dije con las mejillas sonrojadas de pura verguenza — disculpala a veces puede ser bastante molesta. Vamos, Kumopansa, baja de ahí

Lo que Yuki había dado por una gorra de un más que dudoso buen gusto, se movió en la cabeza del chico disfrazado de <Spider-Kun>. Y no sólo se movió, si no que salto desde su cabeza al suelo "¿Qué...?" los ojos de la joven se clavaron en aquella criatura que resultó ser una especie de araña bastante crecidita "¿Es de verdad?" aún no estaba muy segura, ¿quién demonios se iba a poner una araña de verdad de sombrero? más de aquel tamaño... y con aquella marca tan poco confiable en el abdomen

Si por la situación no era ya lo suficientemente extraña, el bicho clavó sus ocho ojos en la joven "Me está mirando..." no es que le diesen miedo las arañas, pero su reflejo fue dar un pequeño paso hacia atrás. Era un bicho grande, extraño y potencialmente peligroso.

— ¡Eh, tú, moza! Seguro que contigo me lo paso mejor que con el salao ese

No pudo ocultar su sorpresa ante la voz que parecía provenir del animal que ahora se dirigía hacia ella, cuando quiso darse cuenta estaba comenzando a escalar su pierna mientras el llamaba la atención a la joven que se había quedado atrapada en lo inesperado de la situación — ¡Eh! ¡Estoy aquí! —

Yuki miró hacia abajo, la criatura acababa de agarrarse a su pantorrilla —¡Ah!— el pequeño sobresalto siguió a una patada refleja para zafarse del animal con todas las fuerzas de la pelimorada (que no eran muchas, todo hay que decirlo) Aún así la fuerza suficiente para lanzar el animal contra el chico rubio que trataba de disculparse en aquel momento un tanto avergonzado por la situación.

Sabía que nada iba a detener a Kumopansa. Había encontrado una distracción e iba a agarrarse a ella como si le fuera la vida en ello. Incluso pese al vago intento de la chica después de golpear el aire, las patas del arácnido se agarraron a la pierna de la fémina para poder sostenerse en ella hasta que le dirigí una mirada fulminante.

«Por lo más sagrado, bajate de allí de una puta vez»

Nada, ni siquiera aquella funcionó aquella vez. Mis intentos eran totalmente en vano. Suspiré de nuevo.

— ¡Eh, tía! ¿Estás sorda o qué? ¡Quiero jugar!

Vi que la joven estaba cerca del bloqueo mental. Seguramente debido a que jamás habría visto una araña hablando nuestro propio idioma. No la culpaba, hasta yo flipé cuando lo descubrí.

— Maldita sea, salté de ahí, jodida araña del demonio — alcé la vista hasta que mi mirada se cruzó con la de la pelimorada — oye, oye, ¿Estás bien?

«Esos ojos... ¿También lo tendrá?»

Definitivamente eran los mismos ojos que de los de Amedama Daruu, o por lo menos muy parecidos. ¿Sería aquello también un Byakugan? Realmente asombroso..

El animal consiguió mantenerse adherido a su pierna gracias a la fuerza de sus patas para desgracia de la joven

— ¡Eh, tía! ¿Estás sorda o qué? ¡Quiero jugar!

Volvió a agitar la pierna tratando de librarse de la araña parlanchina —¡Pues yo no quiero! ¡Tengo cosas que hacer!— replicó bastante molesta por la Hyuga pues era incapaz de librarse de aquel bicho —¡Que me sueltes!—

— Maldita sea, salté de ahí, jodida araña del demonio — el chico disfrazado de Spider-kun y supuesto dueño del animal trataba de obligar sin mucho ahínco que su bichejo se separase de la joven

Yuki clavó sus ojos en los del chico

— oye, oye, ¿Estás bien?

—¡Tengo una maldita araña del tamaño de un perro agarrada a mi pierna y encima me está hablando! ¡¿A ti que te parece?!— gruño la joven que ya empezaba a hartarse de la situación

—¡Pues yo no quiero! ¡Tengo cosas que hacer!— su tono de voz ya empezaba a desprender hartazgo [sub]—¡Que me sueltes!—

Aquella chica estaba actuando tal y como Kumopansa deseaba. Ya se había olvidado de lo aburrido de la meditación y estaba disfrutando como nunca con su presa que al parecer era incapaz de zafarse del arácnido. Todo iba a la perfección para el animal. Tan solo tenía claro que debía frenar aquello.

— ¿Ves? ¡Esto sí que es divertido!

La joven clavó su mirada en la mía.

—¡Tengo una maldita araña del tamaño de un perro agarrada a mi pierna y encima me está hablando! ¡¿A ti que te parece?!—

Estaba empezando a ser desagradable, incluso conmigo. Y eso ya no me agradaba ni un pelo.

— Si, ya sé que no solemos escucharles hablar, pero saben hacerlo — de nuevo mi atención se centró en Kumopansa — Ya la has oído, suéltala de una vez o me obligarás...

— No, no, no, noooooooooo. Lo que sea menos eso

Liberó a la muchacha y se acercó hasta mí, escalando por mi perna para luego tomar mi espalda y asomarse por el hombro mientras emitía un bufido.

— Buena chica, Kumopansa, buena chica...

Volví a cruzar mi mirada con la de la chica. Seguía preguntándome si eso sería un Byakugan de verdad. Realmente lo parecía.

— De nuevo te pido disculpas. A veces resulta algo molesta esta jodida araña, pero en el fondo es buena chica. Creo que no nos conocemos, yo soy Yota, gennin de la aldea. Parece que tu también eres ninja — que avispado, sabía reconocer una bandana y lo que ella significaba.

Los intentos por librarse de la araña parecían estar teniendo el efecto contrario al que Yuki desearía, de hecho parecía estar divirtiéndose de lo lindo la maldita. El rubio por su parte parecía tomarse todo con calma, con demasiada calma quizás... tanta que estaba poniendo de los nervios a la pobre Hyuga.

— Si, ya sé que no solemos escucharles hablar, pero saben hacerlo — si no fuese por la situación en la que estaba envuelta, habría pensado que aquel muchacho debía de estar bajo los efectos de algún tipo de hongo alucinógeno de esos que crecen en el Bosque de los Hongos — Ya la has oído, suéltala de una vez o me obligarás...

— No, no, no, noooooooooo. Lo que sea menos eso — el animal soltó de repente la pierna de Yuki y se fue corriendo hacia el que parecía ser su dueño, por fin se había librado de aquel invasivo animal

— Buena chica, Kumopansa, buena chica...

—Gracias...— suspiro de alivio la pelimorada

— De nuevo te pido disculpas. A veces resulta algo molesta esta jodida araña, pero en el fondo es buena chica. Creo que no nos conocemos, yo soy Yota, gennin de la aldea. Parece que tu también eres ninja — el de la coleta volvió a disculparse ante la joven

—No te preocupes, siento haberme puesto así— ahora ya más tranquila veía las cosas de otra manera —Encantada de conocerte, Yota— hizo una leve reverencia en señal de saludo mientras se presentaba ella —Hyuga Yuki, gennin recién graduada— recupero la verticalidad con presteza, devolviendo la mirada al joven —Curiosa mascota... su nombre era Kumopansa, ¿cierto? le dedicó una mirada escrutadora a su antigua agresora

"Vaya bicho más extraño..."

En cuanto Kumopansa se alejó de la chica bajo mis amenazas, esta respiró mucho más aliviada, como si hubiese superado el peor de los peligros, no sin antes agradecer mi actuación.

—No te preocupes, siento haberme puesto así— ahora ya más tranquila veía las cosas de otra manera —Encantada de conocerte, Yota— hizo una leve reverencia en señal de saludo mientras se presentaba ella —Hyuga Yuki, gennin recién graduada— recupero la verticalidad con presteza, devolviendo la mirada al joven —Curiosa mascota... su nombre era Kumopansa, ¿cierto? le dedicó una mirada escrutadora a su antigua agresora

— Un placer, Yuki-san — contesté ante la breve presentación de la recién graduada. Como pasaba el tiempo, yo hacía ya casi un año que lo había logrado y la de cosas que habían pasado en todo aquel tiempo — Enhorabuena por superar el examen, yo hace ya casi un año que lo hice

Pero había algo en lo que estaba equivocada.

— ¿Mascota? No... yo no diría que sea una mascota. Verás, ella, al igual que nosotros, sabe luchar y es una gran espía. El espionaje es una de sus grandes cualidades. Supongo que podríamos definirla como araña ninja pero ¿mascota? No, en ningún caso es una mascota

«Como tus ojos, que tampoco son unos ojos normales»

— Bueno, antes dijiste que tenías cosas que hacer y no que quiera hacerte perder el tiempo, ¿Qué hacías aquí arriba?

— Un placer, Yuki-san — respondió el chico rubio a la presentación de la Hyuga — Enhorabuena por superar el examen, yo hace ya casi un año que lo hice —

La pelimorada no entendía porque todo el mundo tenía aquella manía de darle la enhorabuena por algo tan simple como graduarse en la Academia, cuando se suponía que era lo normal. Sin embargo, seguía el consejo que le dio su abuelo años atrás de mantener el "contrato social"

—Muchas gracias— respondió la joven escuetamente

"Hace un año... ¿solo?" no pudo evitar extrañarse, aquel chico parecía bastante mayor que ella

— ¿Mascota? No... yo no diría que sea una mascota. Verás, ella, al igual que nosotros, sabe luchar y es una gran espía. El espionaje es una de sus grandes cualidades. Supongo que podríamos definirla como araña ninja pero ¿mascota? No, en ningún caso es una mascota

—Oh vaya, siento haberla llamado mascota— se disculpo la chica con una leve reverencia en señal de disculpa —Había escuchado sobre perros y gatos ninja, pero nunca sobre arañas—

"Nunca hubiera imaginado que esa cosa fuese ninja..."

— Bueno, antes dijiste que tenías cosas que hacer y no que quiera hacerte perder el tiempo, ¿Qué hacías aquí arriba?

—Cierto, por un momento casi me olvido— la joven se golpeó con la palma de su mano derecha en la frente, justo sobre la bandana —Estoy buscando la floristería de la amiga de mi abuela, pero creo que me dio la dirección equivocada— la joven desplegó el pequeño papelito que tenía en la mano izquierda —Según esto, debería estar en esta planta... pero no la veo por ninguna parte—

«¿Perros y gatos? En realidad hay animales de todo tipo, aunque supongo que los más habituales son esos»

La joven Yuki no parecía dar demasiado crédito al hecho de que las arañas pudiesen luchar tal y como lo hacíamos nosotros, pero podría asegurar sin miedo a equivocarme de que Kumopansa e solitario podría vencer a ninjas. Quizás incluso a la Hyuga.

—Cierto, por un momento casi me olvido— la joven se golpeó con la palma de su mano derecha en la frente, justo sobre la bandana —Estoy buscando la floristería de la amiga de mi abuela, pero creo que me dio la dirección equivocada— la joven desplegó el pequeño papelito que tenía en la mano izquierda —Según esto, debería estar en esta planta... pero no la veo por ninguna parte—

Examiné el papel que me mostró y efectivamente, aquello tenía que estar en aquella planta. aunque a decir verdad, yo tampoco recordaba ninguna floristería.

— Bueno, la verdad es que nunca lo sabremos si no damos una vuelta y comprobamos cada rincón de esta planta. Quizás incluso alguien la haya visto. ¿Cómo se llama la tienda?