Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Un dia apagado como muchos otros en esa humilde aldea, el sol rara vez podia traspasar las gruesas ramas y frondosas hojas del árbol que actuaba como domo para ese lugar, pero...¿Quien se podia quejar?, la vida no resultaba tan complicada para las personas de la aldea, no había conflictos externos que tuvieran gran fama entre los aldeanos, tampoco los había en gran medida en la parte interna. Sin embargo un joven de cabellos negros, ojos apagados y siniestros, y un barbijo que ocultaba gran parte de su rostro, pensaba todo lo contrario a lo anteriormente dicho, y es que eso resultaba lógico...siendo que apenas a sus 11 años había vivido el infierno, y sentido un dolor mas allá de lo que sienten muchas personas en toda su vida.
El caminaba como si fuera un ente carente de vida, sin importarle sus alrededores, si se tenía que tropezar con alguno no tendria reparos en hacerlo, aunque pocas personas se atreverían a tal osadía. Porque, como anteriormente se dijo, a pesar de su corta edad, su aspecto era siniestro, y rumores resultaban inevitables ante tal historia de vida. Los murmullos resultaban ya algo cotidiano para el shinobi, quien ya no les daba mayor importancia.
~ No sería un mal dia para investigar un poco mas sobre alguna tecnica ninja. ~
Se decía tales palabras a sí mismo, a riesgo de quedar aun peor para la gente con la que lo rodeaba, pero una mancha mas no le preocupaba en lo absoluto. " Antes de pensar en aprender algo nuevo, debería de comenzar a aplicar las cosas que ya se. " Con sus ojos apagados echaba una mirada a su alrededor, definitivamente no tenía a nadie con quien pudiese probar el alcance de sus fuerzas, para su edad el resultaba un prodigio que ya había alcanzado el dominio de dos naturalezas de chakra, y su progreso seguiría en aumento conforme pasara el tiempo.
Otro día en la aldea, deambulando en la ciudad, sin ningún rumbo alguno, Naegi porta su wakizashi, una enorme carga que tiene que llevar, aún recuerda ese día, cuando su padre envaino la katana en contra él, Naegi nunca midió el peso de sus acciones hasta esa llamada de atención que lo marco para siempre, y ahora como una maldición porta la katana de su padre.
La gente de la aldea mira a Naegi con repudio, rumoreaban por qué cargaba la katana de su padre, él no era digno para cargar su katana, aparte de las cosas de las que siempre hablaban, pero a él no le importaban, el camina tranquilo por la aldea, sin miedo a las miradas inquisidoras de la gente, pero el sentía algo raro en el ambiente, una tranquilidad en la aldea que a él le incomodaba, su talento para quebrantar la paz era innegable, el sentía que tenía que hacer algo para romper esta tranquilidad.
Naegi necesitaba un poco de diversión y en ello ve a un joven de aspecto un tanto oscuro y solitario, tenía una cicatriz en su cara, un poco inquietante, la gente parecía también alejarse de él, era un chico extraño, Naegi sintió curiosidad de saber quién era el y porque la gente se alejaba. De la mano de Naegi se desprende dos pedazos de papel, el cual dobla con rapidez formando dos mariposas que empiezan a volar cerca de él.
— Hola amigas mías— les susurraba a las mariposas sin importarle lo que la gente pensara de él, —Vamos a divertirnos—
Las mariposas se alejaron de Naegi y se acercaron al extraño chico, girando alrededor de él, Naegi se posó en una muralla mirando como las mariposas giraban, sabiendo lo poco discreto que estaba siendo el movimiento de las mariposas, pero a él no le importaba, solo quiere ver la reacción del chico.
Estado de Naegi Saruba
110/110
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90/100
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10
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¤ Shikigami: Kami no Chō ¤ Papel de Fórmula: Mariposa de Papel - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos: Kamijutsu 10 - Gastos:
5 CK por mariposa (divide regen. de chakra)
(Kamijutsu 60) 50 CK (divide regen. de chakra)
- Daños: - - Efectos adicionales:
Permite espiar y recopilar información
(Kamijutsu 60) El usuario puede dividirse en un sinfín de mariposas (muy lento, no sirve para esquivar ataques, ver descripción)
- Sellos: (ver descripción) - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: Las mariposas miden apenas cinco centímetros y pueden desplazarse a grandes distancias, pero deben volver con el usuario para devolverle la información
El usuario crea varios trozos de papel desde su cuerpo y los desprende y dobla formando pequeñas mariposas, que pueden viajar para recopilar todo tipo de información y espiar. Cuando las mariposas vuelven a la posición de su creador, se unen con su cuerpo y devuelven los datos obtenidos. Un usuario que domine la Danza del Papel de Fórmula es capaz de dividirse lentamente en una nube de mariposas que pueden dispersarse en un área de 200 metros alrededor del lugar inicial de ejecución para recopilar información. Esta técnica sólo sirve para el espionaje, pues el usuario debe volver a su forma en el mismo lugar donde se separó, y además, tanto para separarse como para unirse de nuevo necesita un turno completo de concentración.
En medio del camino de ese joven a lo que probablemente sería la biblioteca, a realizar sus estudios, se vio interrumpido por un suceso de lo mas extraño. O al menos era algo nuevo para ese muchacho de apenas 11 años, toda una novedad que lo intrigaba y sorprendia. ~ Esto...¿Podría ser un jutsu?... ~ Al principio tomándolo como algo en broma, pero luego ya meditando para su interior. " ¿Acaso alguien me esta siguiendo?, no...no tiene sentido seguir a una persona que apenas es gennin, no tiene recursos financieros, ni kekkei genkai, ¿Entonces que?. " Si lo que estaba buscando el usuario del origami, era llamar la atencion de ese extraño muchacho, lo había logrado a la perfección, sus ojos vagaban de un lugar a otro en búsqueda de algún sospechoso que fuera el que estableciera tal extraño jutsu.
Para otra persona eso era algo que se podia pasar por alto, pero en la cabeza de Shiga, era una oportunidad de aprender algo nuevo sobre los jutsus. E incluso, y solo si tenía suerte, podría encontrarse con alguien que oficiara como su rival, dudaba que un acto tan infantil como el que estaba presenciando en ese instantes fuera causado por un adulto. " La vida es injusta, si solo tuviera una habilidad de esa naturaleza, no tendria oponente fuera la edad que fuera. " Podía resultar algo egoista, y egocentrico, viniendo de un chico que no llegaba ni a los 15 años y ya dominaba dos naturalezas de chakra, pero también era cierto que si tuviera algún rasgo genético propio en su cuerpo, junto a su talento lo convertirian en una persona que podría tomar el mundo con ambas manos. -¿Quien es el responsable de todo esto?.- Diría el de ropas negras con un tono claro, y suficientemente fuerte para que pudiese escuchar cualquier persona dentro de un perímetro considerable. Su paciencia se había agotado, y a simple vista no había nadie que estuviera manteniendo sellos o algo que levantara sospechas, también ya de por si mucha gente lo miraba, por lo que buscar al responsable solo con la premisa de que estuviera pendiente de el no resultaba plausible en ese caso.
Posado en la muralla Naegi observo detenidamente al chico, sin llamar la atención, las mariposas giraron alrededor del chico, desde su posición ve como el chico empezó a inquietarse por mi jutsu, en su interior Naegi se moría de la risa, pero mantenía su postura serena sin levantar sospecha, se preguntaba si estaba percatado que él era el que había enviado las mariposas, cuando el chico alzo un grito llamando la atención de todos alrededor de él, Naegi no pudo aguantarse la risa lanzando una carcajada llamando la atención de todos. Las mariposas volvieron donde Naegi, posándose en su mano y uniéndose a su creador.
— Vaya grito has dado— dijo mientras se acercaba al chico — Parece que has despertado a toda la aldea— riéndose
Lo que era un día tranquilo para los habitantes de la aldea fue interrumpida nuevamente por Naegi, como era de costumbre, la gente ya no se sorprendía, cada cosa que pasaba en la aldea seguramente era obra de él, además es bien sabido que él era una de las únicas personas que practican la papiroflexia. El chico de aspecto siniestro parecía no estar familiarizado con este tipo de jutsu, su cara de intriga lo decía todo, se preguntaba si el chico estaba molesto por esta pequeña broma, por su apariencia y por su reacción pareciera que es una persona seria, sin embargo, Naegi estaba con una actitud calmada y tranquila, esperando que es lo tiene que decir el chico.