18/05/2015, 00:10
Todo comenzó en el orfanato dónde Hiroki pasó sus primeros años de vida. Él no tuvo conocimiento alguno de cómo llegó ahí, ni de quienes fueron sus padres, a decir verdad nunca los conoció, desde que el pequeño tuvo conciencia sus escasos años de vida se habían desarrollado en aquel lugar.
En aquel refugió se encontraban varios infantes, y unos pocos adolecentes con los cuales Hiroki siempre tuvo buena relación, incluso con los encargados de aquel lugar él tenía un vínculo fuerte, ya que Sato era uno de los más pequeños.
Entre uno de los refugiados se encontraba un chamo de aproximadamente 12 años, quien pasaba gran parte del día tocando una flauta un tanto peculiar, a Hiroki le gustaba escucharlo cuando éste usaba el instrumento. Después de algunas cuantas veces de escucharlo aquel chico se ofreció a enseñarle al infante a usarlo.
Fueron varias las sesiones en las cuales ambos se dedicaron al aprendizaje, sin embargo, Sato demostraba cierta habilidad innata que le permitía aprender a gran velocidad, además aquel instrumento no parecía muy complicado, sólo soplar por los diferentes agujeros en el momento indicado y mover las manos.
Ambos se hicieron compañeros, amigos, hermanos, un fuerte vínculo los unió, ya que compartían bastante tiempo juntos, sin embargo, un día llegó una pareja con la intención de adoptar algún niño, y fue aquel día que Hiroki nunca olvidará, su tutor, su maestro, su amigo, fue adoptado por aquella pareja, realmente fue un momento triste para él, y al marcharse éste le obsequió aquella flauta que él tocaba.
Con el pasar del tiempo la ausencia de su amigo fue desvaneciéndose, simplemente se ponía a tocar melodías en aquella flauta y a jugar con los demás niños, en ocasiones venían varios recuerdos de cuando aprendió a tocar el instrumento, unos momentos nostálgicos para él.
Otro día que marcó la vida de Sato fue el día de su adopción, aquello fue un acontecimiento en cadena. Todo empezó en el parque, un lugar cercano al orfanato donde todos los refugiados iban constantemente a aquel lugar ya que podían divertirse y jugar, Hiroki se encontraba sentado en centro del lugar tocando su flauta de pan como de costumbre, el lugar siempre se tornaba armónico con las melodías que aprendiz practicaba, en esa ocasión se encontraba una pareja con un niño, y algunos de sus compañeros del orfanato. El visitante se puso a jugar con sus hermanastros y Hiroki seguía con su flauta en mano, después de algunos cuantos minutos el juego se tornó un poco violento y al parecer alguien perdió el control en aquel lugar, para sorpresa del músico había sido el visitante.
Hiroki no entendía que había sucedido, aquel chico que sus padres empezaron a llamar “Tatsuki” ya no quería jugar y empezó a intentar golpear a todos los de su alrededor, técnicamente había perdido el control de su cuerpo. Él estaba bastante asustado ya que era uno de los menores y nunca había estado tan cerca de alguna situación como esa, así que se alejó bastante mientras observaba la situación. Los padres del muchacho empezaron a tomar cartas en el asunto, sin embargo, no podían controlar del todo a su hijo, aquello parecía muy extraño. El menor estaba bastante asustado y no sabía qué hacer ni cómo ayudar, él quería llamar la atención de más personas que estuvieran alrededor quizás le ayudarían, la única forma que él conocía para llamar la atención era tocar su flauta, ya que a todos les gustaba escucharle y les recordaba a aquel otro chamo que se fue, además en varias ocasiones algunas personas se acercaban al parque a escucharle tocar.
Entonces de esa manera el músico empezó a soplar por la serie de agujeros, los mismos empezaron a emitir varios sonidos que pronto se convirtieron en una melodía, mientras él tocaba su instrumento miraba a su alrededor a ver si alguien más se acercaba pero al cabo de varios minutos nadie más apareció. Lo extraño de aquella situación fue que después de que la melodía empezó a esparcirse por el parque, tatsuki empezó a tranquilizarse hasta tal punto en que cayó inconsciente en la grama.
Después de aquel evento tan extraño para el infante, ambos padres notaron que la música apaciguó a su hijo, por lo que los adultos se acercaron a los refugiados y se disculparon por la situación y le agradecieron al músico.
Todo volvió a la normalidad, los visitantes se habían marchado después del espectáculo y todos se fueron al orfanato a contar lo que allí había ocurrido.
Varios meses después hubo otro día de adopción, pero en aquella oportunidad a Hiroki tampoco lo adoptaron, varios habían conseguido una pareja y se habían marchado de aquel lugar, él se sentía un poco triste, ya que al parecer nadie quería llevárselo consigo.
Unos días más tarde el orfanato recibió una visita inesperada, los padres de Tatsuki se encontraban en el orfanato, Sato los miró desde lejos, ocultándose entre los encargados del lugar, los mayores se reunieron y todo quedo a la expectativa. Posteriormente de una tertulia que pareció eterna para todos los que se encontraban afuera, finalmente salieron los padres y los encargados, llamaron al músico y le anunciaron que aquella pareja estaba interesada en adoptarlo.
Así fue como Hiroki salió del orfanato en las manos de aquella pareja.
En aquel refugió se encontraban varios infantes, y unos pocos adolecentes con los cuales Hiroki siempre tuvo buena relación, incluso con los encargados de aquel lugar él tenía un vínculo fuerte, ya que Sato era uno de los más pequeños.
Entre uno de los refugiados se encontraba un chamo de aproximadamente 12 años, quien pasaba gran parte del día tocando una flauta un tanto peculiar, a Hiroki le gustaba escucharlo cuando éste usaba el instrumento. Después de algunas cuantas veces de escucharlo aquel chico se ofreció a enseñarle al infante a usarlo.
Fueron varias las sesiones en las cuales ambos se dedicaron al aprendizaje, sin embargo, Sato demostraba cierta habilidad innata que le permitía aprender a gran velocidad, además aquel instrumento no parecía muy complicado, sólo soplar por los diferentes agujeros en el momento indicado y mover las manos.
Ambos se hicieron compañeros, amigos, hermanos, un fuerte vínculo los unió, ya que compartían bastante tiempo juntos, sin embargo, un día llegó una pareja con la intención de adoptar algún niño, y fue aquel día que Hiroki nunca olvidará, su tutor, su maestro, su amigo, fue adoptado por aquella pareja, realmente fue un momento triste para él, y al marcharse éste le obsequió aquella flauta que él tocaba.
Con el pasar del tiempo la ausencia de su amigo fue desvaneciéndose, simplemente se ponía a tocar melodías en aquella flauta y a jugar con los demás niños, en ocasiones venían varios recuerdos de cuando aprendió a tocar el instrumento, unos momentos nostálgicos para él.
Otro día que marcó la vida de Sato fue el día de su adopción, aquello fue un acontecimiento en cadena. Todo empezó en el parque, un lugar cercano al orfanato donde todos los refugiados iban constantemente a aquel lugar ya que podían divertirse y jugar, Hiroki se encontraba sentado en centro del lugar tocando su flauta de pan como de costumbre, el lugar siempre se tornaba armónico con las melodías que aprendiz practicaba, en esa ocasión se encontraba una pareja con un niño, y algunos de sus compañeros del orfanato. El visitante se puso a jugar con sus hermanastros y Hiroki seguía con su flauta en mano, después de algunos cuantos minutos el juego se tornó un poco violento y al parecer alguien perdió el control en aquel lugar, para sorpresa del músico había sido el visitante.
Hiroki no entendía que había sucedido, aquel chico que sus padres empezaron a llamar “Tatsuki” ya no quería jugar y empezó a intentar golpear a todos los de su alrededor, técnicamente había perdido el control de su cuerpo. Él estaba bastante asustado ya que era uno de los menores y nunca había estado tan cerca de alguna situación como esa, así que se alejó bastante mientras observaba la situación. Los padres del muchacho empezaron a tomar cartas en el asunto, sin embargo, no podían controlar del todo a su hijo, aquello parecía muy extraño. El menor estaba bastante asustado y no sabía qué hacer ni cómo ayudar, él quería llamar la atención de más personas que estuvieran alrededor quizás le ayudarían, la única forma que él conocía para llamar la atención era tocar su flauta, ya que a todos les gustaba escucharle y les recordaba a aquel otro chamo que se fue, además en varias ocasiones algunas personas se acercaban al parque a escucharle tocar.
Entonces de esa manera el músico empezó a soplar por la serie de agujeros, los mismos empezaron a emitir varios sonidos que pronto se convirtieron en una melodía, mientras él tocaba su instrumento miraba a su alrededor a ver si alguien más se acercaba pero al cabo de varios minutos nadie más apareció. Lo extraño de aquella situación fue que después de que la melodía empezó a esparcirse por el parque, tatsuki empezó a tranquilizarse hasta tal punto en que cayó inconsciente en la grama.
Después de aquel evento tan extraño para el infante, ambos padres notaron que la música apaciguó a su hijo, por lo que los adultos se acercaron a los refugiados y se disculparon por la situación y le agradecieron al músico.
Todo volvió a la normalidad, los visitantes se habían marchado después del espectáculo y todos se fueron al orfanato a contar lo que allí había ocurrido.
Varios meses después hubo otro día de adopción, pero en aquella oportunidad a Hiroki tampoco lo adoptaron, varios habían conseguido una pareja y se habían marchado de aquel lugar, él se sentía un poco triste, ya que al parecer nadie quería llevárselo consigo.
Unos días más tarde el orfanato recibió una visita inesperada, los padres de Tatsuki se encontraban en el orfanato, Sato los miró desde lejos, ocultándose entre los encargados del lugar, los mayores se reunieron y todo quedo a la expectativa. Posteriormente de una tertulia que pareció eterna para todos los que se encontraban afuera, finalmente salieron los padres y los encargados, llamaron al músico y le anunciaron que aquella pareja estaba interesada en adoptarlo.
Así fue como Hiroki salió del orfanato en las manos de aquella pareja.
Después de unas horas de viaje finalmente llegaron a donde sería su nuevo hogar, en el trayecto le comentaron que tendría dos hermanos, Tatsuki quien ya conocía, por lo menos de vista, y Taiki. Sus nuevos hermanos eran prácticamente de su edad, aunque eran mayores que él, su relación empezó con buen pie.
Un año después ya tenían la edad para entrar la academia, exceptuando Hiroki, que era el menor por lo que tendría que esperar un poco más, no obstante, la emoción de estudiar ninjutsu y volverse un ninja fue su anhelo al conocer que sus padres adoptivos eran shinobis a la orden de la Kage, así que esperó ansioso .
El tiempo pasó volando y en menos de lo que canta un gallo Sato ya se encontraba en la academia de las olas, compartía un dormitorio con otro chico y allí se empezó a formar para convertirse en un shinobi, además podía volver a compartir un poco de tiempo con sus hermanos en los momentos libres.
Los años pasaron y finalmente se graduó como genin, no fue uno de los mejores pero tampoco fue el último, ya se encontraba al nivel de sus hermanos y ahora podrían entrenar juntos y ser un posible equipo. Posterior a la graduación sus padres adoptivos revelaron a los tres el verdadero motivo por el cual habían optado por adoptar al músico, el cual era controlar a Tatsuki cuando perdiera el control y no se hallará nadie que pudiera calmarle, por lo que Hiroki siempre debería estar con él.
Aquello fue algo que le dolió un poco al menor, ya que no se esperaba aquellas palabras así tan de repente, él simplemente procesó la información y asintió, ya que consideraba que estaba en deuda con ellos, lo habían sacado del orfanato y lo acogieron como un hijo más, y ahora tenía una familia ¿Qué más se podía pedir?
Sin embargo, después de la noticia había algo más, ambos le habían comprado un regalo por haberse graduado como genin de Uzushiogakure, una flauta de pan un tanto peculiar, ese era el obsequio.