Lo normal en esas situaciones seria deshacer todo el mal entendido, pero ese no iba a ser el caso. Tirado en el suelo con las piernas de lado mientras aquel hombre se acerco a socorrerlo, le extendio una mano intentando calmar al expontaneo actor, por un momento, los ojos de Len brillaron observando a aquella persona con tales dones caballerescos. Poso una de sus manos en las del caballero, sin perder la postura de dama en apuros con un pequeño rubor en sus mejillas, la otra la acerco a su boca para taparsela y como se dice en las funciones de teatros sin acabar por una interrupción: "El espectáculo es eterno".

— O-Oh... Que gentil por su parte... — Contestó al ninja que se acerco para ayudarle, mientras un brillo resplandecia en sus ojos, haciendo que todo su ser, quedara aun mas afeminado. Pero su actuación como bien estaba quedando claro, estaba muy lejos de su acto final.

Gracias a la mano extendida de aquel extraño caballero azul que aparecio de la nada y se metio en la obra como si fuera uno de los actores principales, Len se levantó del suelo, acariciando sus pantalones, sacudiendose asi el polvo, para tras recomponerse, adopto una pose aun mas afeminada, poniendose ligeramente de lado a la vez que tapaba su boca con un leve rubor en sus delicadas mejillas.

— N-No tiene porque preocuparse por mi, soy una chica fuerte e independiente... Saldre a delante por mi propio pie — Se giró dramaticamente, cogiendo las manos del apuesto y joven caballero que le auxilio.

La situación no paraba de ponerse cada vez mas y mas extraña. Mogura ya no tenía idea de que papel tenía en ese lugar pero en su interior consideraba que no era una buena idea dejar solo al chico ese con el superior que había ingresado y rápidamente se le había declarado.

Dicen que la esperanza es lo ultimo que se pierde y puede que en esa situación habría aplicado, sobre todo a su deseo de que alguien llegara en su rescate.

Fuerte e independiente... tenemos mucho en común en ese caso...

Mientras pronunciaba sus palabras la entrada del lugar volvía a abrirse para permitirle la entrada a una nueva figura, un nuevo personaje para la obra que parecía no tener fin. Una muchacha un poco mas alta que los genin, seguramente de un par de años mas grande que ellos y por qué no también en rango. Llevaba el cabello en una larga trenza de color morado y una calida mirada con la cual buscaba por una persona ¿un compañero o un amigo quizás?

¡Vamos a casarnos! ¡Tenemos incluso un testigo de nuestro compromiso!

Dejó libre una de sus manos para realizar un sello de manos y como resultado de este, una nube de humo le rodearía la mano por un par de segundos para luego develar un ramo de flores muy coloridas, el mismo le sería ofrecido a la 'fuerte e independiente' ¿Len-a? Mogura por su parte llegó a observar a la muchacha entrar en la habitación, pero no dijo nada, seguramente ni le harían caso.

Y como una actuación de teatro sin ningun descanso e intermedio, Len siguió tirando leña al fuego de la pasión y la interpretación, sin embargo, el joven galan que apareció de la nada con dotes de príncipe azul, estaba comenzando a ser molesto para Len, pero solo por el hecho de que el pensaba que le estaba quitando protagonismo. Por lo que tras la propuesta de vivir juntos y formar una familia, con una desconocida (que en este caso tenia "sorpresa") no le hizo ni una pizca de gracia, aun asi, con sus supuestos dotes de actor, intento zafarse de la situación como haria un actor ante una molestia espontanea en el escenario.

— Si si... Muy bonito... — Contestó a su proposición de matrimonio a desgana, mirando de reojo y ademas con un pequeño bufido, para posteriormente señalarle con un dedo. — Hablas mucho para llevar una sortija tan bonita, y ademas parece bastante cara... ¿Todo esto es lo que simboliza el matrimonio para ti?.

Entusiasmado, se levantó del suelo dando voces; las palabras le salian solas pero eran sinceras, como si hubiera vivido algo parecido, pero realmente solo estaba viviendo el personaje.

— ¿¡COMO SE QUE EN EL FUTURO NO TE IRAS TRAS OTRA FALDA BONITA!? — Volvió a señalarle sin eduación alguna mientras dramatizaba aún mas si cabia la situación moviendose, tirandose finalmente encima de Mogura con gesto de cansancio y llevandose una mano a la frente — Yo ya tengo a mi fiel caballero azul, largate de aqui pervertido

Hizo un gesto con la mano cargado de desprecio, con la esperanza de que se largase, refunfuño algo, e ignoro por completo lo que tendria que decirle el espontaneo galan.

Len sin duda algunas era una persona especial, puede que en el mundo entero no hubiese una persona tan especial como él, lo cual sin duda algunas podría ser algo más bueno que malo. Pero... ¿sería una persona especial para aquel tipo que cargaba objetos tan particulares consigo? después de todo, realmente había un anillo de compromiso en su mano izquierda.

Atrapó con los brazos a su compañero genin cuando este se le lanzó encima haciéndose pasar aun por una damisela en apuros, no había mucho mas que pudiese hacer.

Debería taparle la boca...

Pensaba interiormente, pues no tenía ningún comentario a su alcance para tal situación.

¿Otra vez... en serio?

La muchacha que había ingresado en la habitación tomo una cinta de su pelo, la trenza empezaba a desarmarse. Parecía que había tenido suficiente del teatro bizarro que habían maquinado los tres. Los griteríos de Len terminarían por confirmarle su creencia, efectivamente ese tipo lo había hecho de nuevo.

Ese hombre armado con un ramo de flores, apuntó directamente a Mogura y le lanzó una mirada afilada, como cuando dos entrenadores se cruzan en los caminos próximos a una ciudad y deben retarse a duelo. Mirada ante la que el chico no pudo hacer otra cosa mas que querer dar un paso hacía atrás, pero ya era tarde porque no estaba permitido escapar de un combate contra un entrenador.

No se quien seas y la verdad que no me importa... pero vamos a tener que tener un duelo por la mano de esa da-

En un abrir y cerrar de ojos y claramente sin dejar terminar al sujeto, una furiosa y afilada shuriken de un tamaño considerable cortó a la mitad las flores mientras se abrían paso hasta dar de lleno contra una de las paredes del lugar provocando un estruendo bastante interesante.

¡TU...!

Su mano izquierda, que también poseía uno de esos anillos de compromiso, estaba completamente estirada hacía donde había volado la Fuma Shuriken. Parte de la melena morada le había caído delante de la cara tapándole un ojo, y junto a su expresión dejaban mostrar una cara completamente diferente a la que tenia cuando había ingresado en la habitación. Ciertamente esa mujer estaba realmente enojada y no se iba a molestar en ocultarlo.

Ups... em... cariño... yo...

Los ojos de aquel hombre bailaban de un lado a otro, entre Len y esa mujer quien tenia todas las de ser su esposa. Mogura por su parte consideraba que podría ser un buen momento para intentar frenar la obra de teatro que Len había montado, estaba al alcance de su mano, podía hacerlo, tenía el poder. Estiró su palma de una forma tan disimulada como pudo y cubrió la boca del peliblanco sin perder de vista la situación en que se encontraban.

Será mejor... que nos vayamos...

Susurraba al oído del muchacho muy por lo bajo.

El shuriken que interrumpió su función, acabo por clavarse unos metros algo mas alejados de ellos mientras las flores cortadas, caian con delicadeza sobre el suelo. Una delicadeza y dulzura que desde luego, no tenia en ese momento, o tal vez nunca, la mujer que los habia lanzado. Sus ojos inyectados en sangre pasaron casi por alto a Mogura y al joven Len que hacia de joven en apuros. Bajo las escaleras con fuerza en sus pasos hasta acercarse al "principe" salvador agarrandolo del cuello de la camisa.

— Osea... Que a esto tu lo llamas... ¿Ir a atender unos asuntos?... ¿NO? — Con un puño amenazante hacia la cara del actual Romeo, como si de una arma cargada y apunto de ser apretado su gatillo contra la cabeza de aquel hombre, empezó a temblar y tituvear, haciendo que el anillo que le habia mostrado a Len para ser su futura esposa, cayera rodando hasta los pies de este

— N-No... Cariño.. T-Te estas equivocando, esto es solo un mal entendido.. D-De veras... — Levantaba las manos como si de un atraco se tratase. Extrañado pero no sorprendido por lo ocurrido, Len desvió la mirada al suelo, agazapandose para recogerlo, y antes de gesticular palabra alguna, Mogura le tapo la boca, como evitando que se desatase una tormenta de caos desde los labios del albino joven.

En un gesto de distracción, guardó el anillo en uno de sus bolsillos, y se alejarón lentamente aun con la boca tapada por la mano de Mogura hasta llegar a un lugar a salvo de la jauria de golpes que se estaba produciendo en las gradas de aquel lugar, que haria que fuera el auténtico espectaculo del torreón y no los combates, durante un buen rato. Llegado a uno de los pasillos que daban acceso a las gradas, Len le mordió la mano a Mogura para que finalmente se liberara de aquella improvisada mordaza.

— Oye... Que ya es suficiente... — Dijo tras el mordisco pasandose una mano por los labios e ignorando la asegurada queja de Mogura.

Mientras salían cuidadosamente del sitio donde se estaba llevando a cabo la acción, procuró no dejar atrás su abrigo y su paraguas o de lo contrario podría llegar a empezar a estornudar como Len, o peor, a fingir embarazos y recibir propuestas de matrimonio de locos excéntricos como acababa de pasar.

¡Ah!

Comenzó a sacudir su mano después de retirarla de la boca de aquel muchacho de pelo blanco, se miró un segundo para ver si estaba sangrando. Tenía ligeramente enrojecida el área donde el

Por suerte no...

Pensó para luego observar un segundo la situación en la que se encontraba la pareja de shinobi. Por lo poco que podía juzgar y por donde se encontraban, podría decir que ambos eran al menos la kunoichi era de rango chunin, por el chaleco; y que aquel sujeto sería algo así como su compañero o pareja.

Creo que no tenemos nada mas que hacer por aquí, aunque queramos, no veo forma de hacer que se detengan...

Dijo por lo bajo a Len para luego señalarle la salida del lugar. No se podía imaginar un escenario en que el chico y él pudiesen si quiera detener a un chunin de Amegakure, menos a dos, era como querer frenar a dos perros peleándose pero con la diferencia de que en vez de perros eran ninjas que sabían ninjutsu y tenían armas peligrosas.

Empezó a caminar hacia la entrada del lugar con la sincera intención de alejarse de aquel lío que se había armado. Miró un segundo nuevamente la escena y aceleró ligeramente sus pasos evitando a su vez perder de vista a Len.

Mogura criticaba la escena de la pelea matrimonial, de amantes, o lo que fueran los dos ninjas mientras no cesaban de insultarse y gritarse a viva voz como buen matrimonio que tiene sus años. Observando junto a él desde el marco de la puerta, asintió en que lo mas sensato seguramente seria salir por patas de ahí sin dejar rastro alguno.

— Mmmm... Si, mejor nos largamos — En ese momento, esbozó una sonrisa de maldad que haria temblar a cualquiera que no estuviese preparado para aquel momento. — Peeeeeeeeeero antes... Larguemonos por todo lo alto...

Alargo las palabras con un tono gracioso, estaba disfrutando del momento y mas iba a disfrutar de como se iba a retorcer la situación; acercó las manos a su boca a modo de altavoz, quien sabe si eso realmente funciona o no, en fin. Cogió aire, y despues gritó con fuerza a la pareja la cual ya casi estaba llegando a las manos

— ¡¡¡QUE SEPAS QUE EL PEDRUSCO QUE ME HA REGALADO A MI ES MIL VECES MAS GRANDE Y BONITO QUE EL TUYO!!! — Y tras eso, una nube de polvo.

Salió corriendo como alma que lleva el diablo cuando Mogura ya le llevaba varios pasos de ventaja, dejandolo bastante atras hasta que le perdio de vista, para poco despues, acabar en una de las salidas sin aliento esperando a Mogura. Aunque de esperar tenia poco, jadeaba de tal manera, que cualquiera diria que iba a escupir un pulmon, pero bueno, si por casualidad alcanzaban a Mogura y cobraba la "factura" por lo que acababa de hacer Len, tampoco le importaba mucho, al fin y al cabo, él habia empezado riendose de Len con sus conocimientos médicos.

Cuando parecía que las cosas empezaban a calmarse un poco, cuando el fuego se iba apagando de a poco, Len llegó con un puñado de palabras que fueron el abanico que avivaría nuevamente el carbón para que la llama recuperara su esplendor, su caótico esplendor.

Mogura no tuvo otra opción que apurar su paso para salir tan rápido como fuese posible de aquella habitacion antes de que terminase como una victima de los daños colaterales de un problema de pareja. Aparte, Len lo había dejado atrás en el camino después de haber lanzado su bomba.

Espero no se haya ido, creo que corresponde decirle que solo había sido una broma.

Pensaba por dentro mientras avanzaba, no estaba corriendo como el peliblanco pero si estaba caminando bastante rápido. A la par que iba marchando por el lugar fue colocándose su abrigo de cuero. Para su alivio, el muchacho extravagante aun seguía por ahí, jadeando y esperándolo.

¡Hey!

Dijo levantando la mano libre, la otra sostenía su paraguas, terminó entonces de acercarse al chico.

Creo que ya he visto suficiente de este lugar por un día.

Comentó con una ligera sonrisa en el rostro.

Puede que ya lo sepas pero, solo bromeaba sobre tu condición, estas bastante bien. Se ve que estas acostumbrado al clima de la aldea...

Tras pronunciar sus palabras miró un segundo su paraguas, a diferencia de Len que iba por ahí tirandose dentro de cada charco que pudiese, él evitaba hasta ser alcanzado por el agua de lluvia de la aldea.

...yo por ahora seguiré usando esto.

Agregó para luego levantar su mano ocupada.

De cuclillas en el suelo, todavia intentaba recomponerse de sus cien metros de trolleo lisos. Sin embargo, no dejaba de esbozar una sonrisa en su rostro, satisfecho de lo que habia hecho y sin ningun tipo de arrepentimiento en el cuerpo. Se recompuso mientras se acariciaba a si mismo el pelo intentando recolocarselo despues de su carrera mientras Mogura le comentaba, como si fuera una especie de perdón, sobre la broma que posiblemente, había iniciado todo el alboroto.

— Puede que ya lo sepas pero, solo bromeaba sobre tu condición, estas bastante bien. Se ve que estas acostumbrado al clima de la aldea... — Cogió su paragüas para ponerlo por encima de su hombro — ...yo por ahora seguiré usando esto.

— Bah, por mi ni te ralles, estoy bien asi. — Comentó con una sonrisa que velozmente le tapo la cara un papel, que a saber de donde habia salido volando. Dio un fuerte "splash" contra la cara de Len, para posteriormente este quitarselo lentamente con la cara enrojecida del golpe mientras se acariciaba la nariz. — Me cago en la puta madre, el padre y el cabron del hijo de perra que ha dejado esto tan a la ligera.

Las bonitas y dulces palabras de Len, salian de su boca con total naturalidad a la vez que enfado.

— ¿Que maldita mierda es esta? — Miró atolondrado y como con asco el papel que se habia quitado de la cara.


— Oye Mogura... ¿Porque no te presentas? — Dijo con una cara de pasimonia y aburrimiento total. — Osea, con lo formal que eres, seguro que si te apuntas alguna tonteria en la mano y la recitas, eres capaz de ganar y todo — Rió finalmente de rodillas en el suelo con una mano apoyada en una mejilla.

El muchacho de pelo blanco aseguró que iba a estar bien y que la lluvia no sería un problema para él, parecía que todos en la aldea estaban acostumbrados a tratar con el incesante clima lluvioso, algo tendría que hacer con eso el joven Manase. Pero parecía que el viento tampoco iba a ser su aliado ese día.

Un papel le daría de lleno en la cara al despreocupado genin de Amegakure, quien no dudaría dos segundos en empezar a maldecir a todo el árbol genealógico de la pobre alma que perdió su volante publicitario. Mogura iba a adelantarse un paso a ver si el muchacho estaba bien, pero dedujo que si tenía boca para hablar como un marinero, imaginó que al menos tendría voluntad para aguantarse un golpe de mala suerte otra vez.

¿Poesía? No, gracias. Se me da fatal la poesía... no puedo entenderla.

Confesó mirando a Len leer el papel que le había pegado. El último lugar donde se veía estar era en un concurso de poesía, sus intereses directamente no pasaban por ahí.

Además, en unos días debo salir hacía el Dojo del Combatiente, se va a celebrar un torneo importante y no quiero perdérmelo.

Aquel gran evento que iba a reunir gente de las tres aldeas más importantes del momento, shinobi y kunoichi iban a atender al evento para representar a sus aldeas y demostrar lo que sabían hacer de la mejor manera que pudiesen. Sin duda alguna un evento que sería recordado durante mucho tiempo.

¿Tienes pensado ir, Len?

Preguntó curioso para luego desviar su mirada hacía la salida del Torreón. Seguramente no se quedaría mucho mas tiempo en ese lugar, ya había visto toda la acción que podía querer ver.

Hecho sus brazos atras, estirando su espalda y los brazos a la vez, para despues soltar un largo bostezo

— Además, en unos días debo salir hacía el Dojo del Combatiente, se va a celebrar un torneo importante y no quiero perdérmelo. — Le comentó su compañero con el sosiego y tranquilidad que siempre mantenia. ¿Lo aguantaria tambien bajo un huracán? Se preguntó a si mismo Len pensando "A este no hay quien o qué que llege a inmutarlo...". — ¿Tienes pensado ir, Len?

— ¿Te refieres a ir o participar?... — Como un jarro de agua fria, el joven de cabello blanco se aferro a uno de sus hombros con el brazo opuesto desviando la mirada — M-Mmm.. N-No confio mucho en mis habilidades... Ademas, seguro que salgo mal parado, o incluso con mi mala suerte, muerto.

Su rostro se tornó algo triste y serio, meciendo el viento sus cabellos con el aire de tristeza que estaba transmitiendo fuertemente.

— B-Bueno... Pero tal vez sea divertido, es decir, aunque sea necesario, me quedare mirando. — Sonrió con sinceridad y los ojos cerrados, intentando evadir los sentimientos negativos de tan solo hace unos instantes. Sabia que si seguia por ese camino, acabaria derrumbandose.

Un torneo no exactamente el mejor lugar para que un médico diese a mostrar sus habilidades, curar al oponente no era una forma exactamente eficiente de ganar un combate, aunque todo podría depender del contexto, de todas formas Mogura no participaría en los combates del torneo. Len había preguntado a Mogura sobre su situación en el evento si es que iba, si iría participar del evento o si solo iría a verlo, seguidamente daría a entender que no estaba en confianza con sus habilidades como para meterse a pelear, temiendo incluso la muerte.

Ánimo, puede que necesites un poco de entrenamiento, los que saben siempre recomiendan reforzar las cuestiones básicas.

Dijo mirando al muchacho con la intención de darle un par de palabras de apoyo.

Seguro que va a ser algo entretenido de ver y todo el lugar estará con un aire interesante...

Agregó a sus palabras contestando las últimas dichas por el peliblanco.

...piénsalo de esta manera. En otro tiempo hubiese sido impensable que las tres aldeas se reunieran para otra cosa que no fuese un conflicto, pero en esta ocasión será todo con un aire de respeto. Puede que incluso lleguemos a entablar una amistad con alguien de otra aldea.

Cualquiera en su situación, podria decir ampliamente: "Hey, es una gran idea, seguro que podremos aprender muchas cosas" o tambien "O incluso puede que demos un reves, y ganemos el torneo" o incluso "A lo mejor son todos medio mancos y ganamos sin despeinarnos" pero la reacción del joven de pelo blanco, fue bien distinta.

— ¿Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeh? ¿Y pegarnos tal caminata? — Contestó ampliamente algo irascible. A continuación comenzo a zarandear los brazos mientras proseguia con sus quejas. — Es decir... ¿¡Sabes donde esta ese lugar!? ¡¡Esta como... !! ¡Como...! Como...

Sus ojos comenzaron a entrecerrarse, extrañado y confuso. No tenia ni la mas mínima idea del lugar, de las costumbres y ya ni hablemos de su situación geografica. Conservando la desorientación que tenia en la cabeza por no saber donde se celebraba aquello, susurró como si estuviera avergonzado.

— ¿Donde puñetas esta ese lugar?...

— Aunque es un festival, puede haber comida interesante... O algo... A priori, ir a echar un vistazo tampoco parece tan mala idea ahora que lo pienso... — Aun aturdido por su propio cacao mental, parecia comenzar a razonar que el salir de una vez de la villa, podria llegar a ser una enriqueceroda experiencia, por lo que antes de que Mogura pudiera debatirselo, quisiera o no, decidio por su cuenta que hirian al festival a ver que cosas interesantes podrian llegar a ocurrir.

— ¡Venga, decidido! ¡Vayamos a ese lugar! — Alzó el puño al aire animado por lo que el habia denominado en su mente "equipo de exploración azul". — Ire a mi casa a prepararme ¿Te parece bien que nos veamos allí? ¿O vamos juntos? — Su emoción comenzaba a casi revosar de el mismo como si de un vaso de agua a su límite se tratara, incluso un pequeño brillo destelleaba en sus ojos.

Len había empezado a actuar de una forma muy hiperactiva, podría ser que el café que había tomado esa mañana habría tenido demasiada azúcar. Podría ser incluso que el propio café hubiese sido un error, pero él no estuvo ahí para evitarlo. Mogura se limitó a inclinar su cabeza en dirección opuesta al peliblanco cuando este empezó a agitar sus brazos como un loco histérico mientras que soltaba sus quejas.

Esta en el...

Fue interrumpido entonces por la pregunta propiamente dicha, se quedo un momento en silencio. Posiblmente coincidiendo en tiempo con los pensamientos que cruzaban por la cabeza del muchacho. Podría ser que estuviese recordando un poco de las clases de geografía de la academia o algo por el estilo, a saber.

País del fuego.

Soltó antes de que algo más de lo que pudiese decir el chico lograse interrumpirlo. Casi al instante las enérgicas palabras de su compatriota se escaparon de sus labios. No estaba seguro si iba a poder aguantar los tres o cuatro días de viaje que tomarían para llegar al Dojo del combatiente sin intentar arrojar al volátil chico por el borde del acantilado mas cercano, así que tomó la decisión que consideró en ese momento como la más sana.

Te buscaré por allí.

Se limitó a contestar dando unos pasos hacía delante comenzando su viaje a su propia casa. Levantó ligeramente el puño en alto como había hecho el chico de melena blanca.

En ese lugar hace más calor que en Amegakure, tenlo en cuenta al armar tu bolso.

Si no hubiese algo que fuese a detener al muchacho entonces se terminaría de meter en las calles de la aldea.

— Voy a necesitar... Y puede que tal vez... Y no seria mala idea... — Ya habia vuelto a su personal ritual de ignorar a alguien mientras le esta hablando de algo importante, pero como a el ya casi ni le interesban sus respuestas, seguia haciendo su soliloquio.

— ¡Y necesitare algo para comer en el camino de ida! — Cerró sus puños con fuerza mirando al cielo, escapandosele destellos de sus ojos, estaba tan ilusionado por salir de la villa un tiempo que sus ojos parecian estrellas. Le daba igual a donde fueran o que ocurriera, como si un mapache gigante intentase comerselos, o se metiera en un fregado mas que cuestionable.

— En ese lugar hace mas calor que en Amegakure, tenlo en cuenta antes de armar tu bolso. — Le respondió Mogura mientras seguia divagando, parecia preocuparse mas él, que el propio Len de su salud. Casi apenas habia escuchado alguna palabra de lo que habia dicho, cuando el tambien se levantó, disuesto a marcharse a su casa con gran estusiasmo, para poder comenzar a hacer una pequeña mochila o maleta, donde llevar sus cosas.

— ¡De acuerdo, entonces nos vemos por allí! — Agitaba la mano mientras andaba de espaldas para tras recorrer un par de metros, caerse de espaldas. Sin embargo, su emoción no se vio mermada y se recupero en poco tiempo. — ¡Tranquilo, llegare sano y salvo a casa! ¡Y si no me encuentras allí, espero que me mandes flores a la tumba periodicamente!

Finalmente, tras esas "bonitas palabras", el joven albino desapareció entre los edificios y la lluvia de la ajetreada ciudad.