Nuestros cuerpos se acercaban de manera decisiva, nadie podría detenernos, cada quien sujetaba su arma y el choque sería inminente, sin embargo, aquel vándalo siguió de largo, dejándome atrás, o mejor dicho, quedando detrás de mí, acto que me tomó por sorpresa. Dudé un segundo y fue cuando sentí el tubo de metal arremeter contra mi hombro derecho, el dolor era bastante fuerte ya que acertó el golpe de lleno.

Rápidamente me moví hacia adelante, dando tres pequeños saltos y me voltee, sujeté mi hombro derecho con mi siniestra por mero instinto. -Parece que tú sí sabes pelear.- Tome el kunai con la izquierda y lo empuñe, sería mucho más cómodo de esa manera, después de aquel golpe atormentaría tan simplemente le hecho de mover el brazo.

-Aquí vamos de nuevo.- Me acerqué nuevamente al sujeto, pero de una forma más lenta, caminando paso a paso, no volvería a subestimarle. Lancé el kunai directamente hacia su abdomen, y rápidamente con la siniestra busqué 2 agujas metálicas en al hacerme con ellas las dirigí a los muslos del sujeto, una a cada pierna.

-Espero que eso no sea lo único que puedes hacer. Aquello sería una mera distracción, estaba seguro que él volvería arremeter contra mí y sería entonces cuando le propinaría un buen puñetazo que lo deshabilitaría.

Uno tras otro con el seño fruncido Chiho hizo los sellos rápidamente para una vez terminados dar un paso hacia atrás, con la cabeza tomo impulso hacia atrás y una vez más hacia adelante.

De su boca salió un fuerte chorro de agua a presión, estando aquel bribon de espaldas recibió el impacto de forma directa y sin contemplaciones.
El hecho de que fuera delgado le hizo lo suficientemente amplio aerodinámico como para volar un par de metros y estamparse contra un tobogán infantil. Haze miro aquella acción un poco asombrado y palmeo su hombro.

— Bien hecho...—le dijo mientras observaba como aquel sujeto no se levantaba más producto del fuerte golpe, por desgracia el sujeto había volado con el kunai y las gujas que el mismo le había lanzado segundos antes.
— Keisuke-dono demonos prisa y marchemonos de aquí..— dijo Chiho con su tono dulce habitual, pero clavando la mirada en Keisuke-dono reprochandole su actitud beligerante.

Hazegawa miro por última vez el sitio, que volvía a estar desolado y en un acto de suma valentía tomo de la mano a Chiho y sonriente le dijo—¿Nos vamos?— le era imposible ocultar el nerviosismo que sentia en aquel momento, ella correspondió su gesto y se apego a el, sonriente sus mejillas tomaron un color rosa — Si, nos vamos— ambos se encaminaron hacia la salida del parque.

Las armas metálicas volaban en dirección de su objetivo sedientas de sangre, más un potente chorro de agua arremetió contra nuestro enemigo, haciendo que el mismo saliera disparado por la presión hídrica, lo vi volar unos cuantos metros para luego chocar contra uno de los toboganes. Por el otro lado mis armas siguieron de largo sin colisionar con nada y finalmente cayendo al suelo.

-No pensé que te nos unieras, muchas gracias por la ayudar Chiho.- Comenté con una sonrisa mientras buscaba las bolsas de la compra, no obstante, la mirada de la fémina denotaba su desacuerdo con lo ocurrido, pero ya nada podría hacer al respecto.

-Esperenme! Grité mientras corría detrás de ellos con mis manos sujetando las bolsas del mercado, no quería quedarme atrás, quién sabe qué podría pasar si llegaran más vándalos.

Una vez los alcancé camine a su ritmo en dirección a la salida del parque. -Vaya rato que hemos pasado jeje.- Comenté casi llegando al portal, una vez dejáramos atrás el parque me separaría de la pareja para caminar en dirección a la casa, claro sí no ocurría algún otro contratiempo.