-¡Anda! Si si. ¡Claro claro! De hecho lo estoy haciendo, incluso ahora. Mi especialidad es un tanto singular...ya sabes...los peces que viste en el río

Riko se sorprendió un poco, ¿cómo era posible que estuviera entrenando en ese momento? Si no estaban haciendo nada, estaban esperando con paciencia a que terminaran de asarse los pescados.

— ¿Y cómo lo estás haciendo ahora? Quiero decir, no te estoy viendo hacer nada. — Preguntó el joven rastas de forma inocente.

-Y que lo digas...y que lo digas...dicen que el pescado es muy bueno para el cerebro, eso también es un músculo que no hay que olvidar de entrenar ¡Ja ja!

— Y que lo digas, compañero, ¡es muy importante!

Poco a poco el olor de lo que estaban cocinando invadía sus fosas nasales, y como consecuencia, cada vez tenía más hambre, por lo que estaba impaciente por empezar a comer. Así que en cuanto estuvo la comida lista, cogió dos palos, le tendió uno a su compañero y empezó a soplar el suyo.

— ¡Que aproveche! Y cuidado que quema. — Avisó el moreno, y rápidamente le dio el primer bocado, por un costado evitando las espinas. — Osea, ¿que utilizas técnicas con tinta? ¿Invocas cosas de tinta? — Quizás no era un tema de lo más apropiado, pero tenía mucha curiosidad.

Riko masticaba cuidadosamente la comida, tratando de saborear el pescado como se merecía, al fin y al cabo, había empleado tiempo en poder comérselo.

— Es cierto eso que dicen, cuando se trabaja por la comida, sabe hasta mejor. — Rió el muchacho.

— ¿Y cómo lo estás haciendo ahora? Quiero decir, no te estoy viendo hacer nada. —

Riko pensaba que ahora mismo estaba usando mi especialidad, por lo que con un gesto rotundo de negación con la cabeza, le dí entender que estaba equivocado.

-¡Hombre no! Ahora mismo no. Quería decir en éste viaje, estoy empleando mis técnicas mientras averiguo el modo de darle otro enfoque, ser capaz de realizar creaciones más complejas...ya sabes...es lo que más ocupa mi mente ahora mismo. A eso me refería de que en éste preciso instante estoy entrenando, dándole vueltas a la cabeza sobre mis técnicas.

Como todo en la vida, requería unos procesos, no podía entrenar una técnica que todavía no conocía ni era capaz de ejecutar por su complejidad. Puesto las que ya era capaz de realizar, esas ya las tenía bastante dominadas y entrenarlas una y otra vez no tendría sentido alguno.

Lo que necesito es un ejercito, como las fichas de un tablero de shōgi...Por lo menos los caballos ya los tengo... Quedé un rato pensativo nuevamente, como una idea que volvía una y otra vez en mi cabeza.

-¡Oh! Exclamé alegre mientras me fijaba hipnotizado las llamas. -Me acaba de surgir una muy buena idea, lo anotaré en mi makimono...Es muy buena la verdad. De uno de mis bolsillos de mi túnica saque mi makimono entusiasmado y con mi pincel anoté aquella grandiosa idea, un un sonrisa de felicidad y satisfacción.

-Creo que me diste la inspiración que necesitaba Riko, muchas gracias. Confesé agradecido.

Riko estaba de acuerdo conmigo, por eso sabía que era un shinobi competente, ya no solo por su actitud y educación. Más competente que yo mismo incluso, por que yo era de los que siempre pensaba que la mente era más importante y por eso, se debía cultivar por encima del resto. Riko me dio la razón, pero el cultivaba el cuerpo y la mente, sin duda, eso era lo idóneo, buscar el equilibrio en ambas cosas.

— Y que lo digas, compañero, ¡es muy importante!

-¿Sabes que? Si fuéramos de la misma aldea, nos llevaríamos muy bien, pero que muy bien. Afirmé con ningún atisbo de duda.

Los peces ya estaban listos para ser devorados, no es que fuésemos eminencias de la cocina, pero ese olor tan sabroso era indicativo más que suficiente para saber que ya se les podía clavar el diente, pero con precaución ya que deberían quemar horrores.

— ¡Que aproveche! Y cuidado que quema. —

-¡Dios si! Dije con la cara agría con gesto de dolor en los dedos cuando comencé a extraer molla del pescado con las manos. -Si que queman los condenados. Soplaba mis dedos mal heridos para aliviar la quemazón.

Osea, ¿que utilizas técnicas con tinta? ¿Invocas cosas de tinta? Mientras comíamos nuestro preciado manjar, Riko sacó un curioso e invevitable tema de conversación para que la comida resultara más amena. Me pareció correcto, a mi me gustaba hablar de técnicas, después de saciar su curiosidad, el se vería obligado en saciar la mía.

-Eso es Riko, eso es...mi familia domina un arte milenario, muy antiguo ¿sabes? podemos dar vida a nuestros dibujos con tinta, cualquier cosa que dibujemos puede cobrar vida. Claro está a más complejo sea el dibujo más entrenamiento y disciplina se requiere. Le comentaba mientras comía placidamente.

-¿Y tú?¿En qué te especializas?¿Taijutsu quizás?

¿Sus músculos me darán la razón?

-¡Hombre no! Ahora mismo no. Quería decir en éste viaje, estoy empleando mis técnicas mientras averiguo el modo de darle otro enfoque, ser capaz de realizar creaciones más complejas...ya sabes...es lo que más ocupa mi mente ahora mismo. A eso me refería de que en éste preciso instante estoy entrenando, dándole vueltas a la cabeza sobre mis técnicas.

Al parecer Riko habían entendido mal las palabras de Yoshimitsu, que, como era obvio, no se estaba refiriendo a ese preciso momento, si no al viaje en general.

— ¡Ah claro! — Exclamó el moreno, dándose cuenta de la tontería que acababa de decir. — Eso siempre está bien, intentar buscarte tu propio enfoque a las técnicas, lo hace todo más... divertido.

De repente, el joven genin de Taki pareció tener una idea genial, quizás sobre una técnica, o sobre cualquier otra cosa, pero rápidamente, sacó un makimono y comenzó a apuntar.

-¿Sabes que? Si fuéramos de la misma aldea, nos llevaríamos muy bien, pero que muy bien.

Aquel comentario realmente halagó al rastas, siempre estababa bien conocer a gente de otros lugares, y, si conseguías llevarte bien con la gente que conocías, todo era mucho mejor.

— Bueno, no tenemos por qué ser de la misma aldea para llevarnos bien, ¿no? Aunque quizás en un futuro no sea tan fácil. — Razonó el joven.

En cuanto la comida estuvo preparada, ambos genin se lanzaron al ataque, quizás demasiado rápido, pues aún estaban demasiado calientes, por lo que convenía esperar o soplar al menos, para que se enfriara un poco, y mientras comían, Riko sacó a relucir el tema de las técnicas, tenía mucha curiosidad acerca de la especialidad de aquel extraño shinobi que controlaba la tinta, y al parecer todo se basaba en dibujar, y los dibujos cobraban vida.

— ¡Joder, qué chulo! Es muy curioso, no había conocido nunca a nadie que pudiera hacer eso.

-¿Y tú?¿En qué te especializas?¿Taijutsu quizás? Preguntó Yoshimitsu, dando en el clavo.

— Pues sí, efectivamente me especializo en combate cuerpo a cuerpo, aunque últimamente trato de no centrarme solo en eso, ¿sabes? Hay que saber un poco de todo.

— Bueno, no tenemos por qué ser de la misma aldea para llevarnos bien, ¿no? Aunque quizás en un futuro no sea tan fácil. —

Yoshimitsu asintió como si de los labios de Riko hubiera salido una verdad universal. -Por supuesto que podemos llevarnos bien, de hecho creo que es conveniente. Disfrutar de la amistad mientras podamos, disfrutar de las cosas buenas de la vida y esas cosas. Acabé la frase intentando buscar ejemplos pero el pescado me mantenía muy ocupado, no quería acabar atragantado por una espina por hablar demasiado.

El relato de mis capacidades impresionó mucho a Riko, la verdad es que contado podía parecer llamativo e interesante, pero luego en la práctica tampoco era para tanto. Sumijutsu era una especialidad muy singular, podría coger por sorpresa a un oponente que no conociera sus secretos, pero cuando el oponente ya sabe a lo que se enfrenta, era una especialidad fácil de anular y contra restar, como todas las técnicas a fin de cuentas.

— ¡Joder, qué chulo! Es muy curioso, no había conocido nunca a nadie que pudiera hacer eso. No pude evitar sonreír ante los halagos de Riko.

-Si, está chulo. Pero bueno, no es la panacea tampoco. A fin de cuentas, estamos hablando de tinta animada hehe. Dije para quitar importancia al asunto.

Como supuse, Riko era un Taijutsero, su especialidad era distinta a la mía pero no por ello menos efectiva, repartía puñetazos y patadas a diestro y siniestro. Y aunque no me gustara reconocerlo, eso me causaba verdadero pavor. No era muy partidario de la violencia tan "explicita".

— Pues sí, efectivamente me especializo en combate cuerpo a cuerpo, aunque últimamente trato de no centrarme solo en eso, ¿sabes? Hay que saber un poco de todo.

-Pues tienes ahí toda la razón, la verdad. Dije tajante.

Siempre era bueno tener varios ases en la manga, a fin de cuentas y como dije antes, todas las técnicas se pueden contra restar y especializarse en una sola podía ser un verdadero suicidio. Riko era consciente de ello, deduje que un taijutsero debería flaquear en distancias largas, por lo que era más que probable que estuviera entrenando quizás un... ¿Ninjutsu elemental?

-Entonces...¿Estás entrenando ninjutsu elemental quizás? Yo por mi parte estoy practicando algo de gengutsu, pero nada serio por el momento Confesé.

-Por supuesto que podemos llevarnos bien, de hecho creo que es conveniente. Disfrutar de la amistad mientras podamos, disfrutar de las cosas buenas de la vida y esas cosas.

El de Taki parecía estar de acuerdo con el pensamiento de Riko, habían tenido mucha suerte de vivir en un momento en el que se podía decir que había una cierta paz, lo cual facilitaba mucho lo de conocer a gente de otros lugares, otras villas en concreto, y no tener que ponerte a pelear simplemente por tener un símbolo diferente en la bandana, aunque, a fin de cuentas, la paz no duraría siempre, o eso es lo que siempre se dice.

''La calma que precede a la tormenta.''

Entonces ambos genin comenzaron a charlas sobre sus cualidades, que, al parecer, eran del todo diferentes, uno se especializaba en técnicas capaces de animar los dibujos de tinta para poder atacar o defenderse con ellos, mientras el otro era algo más rudimentario y se especializaba en el combate cuerpo a cuerpo, ambas cosas serían bastante efectivas siempre y cuando supieras en qué momento usarlo.

-Entonces...¿Estás entrenando ninjutsu elemental quizás? Yo por mi parte estoy practicando algo de gengutsu, pero nada serio por el momento

Riko entonces sonrió.

— Bueno, no solo ninjutsu elemental, estoy tratando de aprender un poco de cada cosa, para tener más posibilidades siempre, ¿entiendes? A mayor diversidad de técnicas, más imprevisible. — Soltó el joven como si fuera lo más obvio del mundo. — Genjutsu... He leído cosas sobre el genjutsu... No me termina de convencer. — Dijo encogiéndose de hombros.

En ese momento Riko ya tenía el segundo pescado en la mano, y no tuvo que esperar nada para poder lanzar la primera dentellada.

— La verdad que se está muy tranquilo aquí, ¿verdad?

— Bueno, no solo ninjutsu elemental, estoy tratando de aprender un poco de cada cosa, para tener más posibilidades siempre, ¿entiendes? A mayor diversidad de técnicas, más imprevisible. —

Esa respuesta por parte de Riko me impresionó, era un shinobi muy capaz. Aunque ahora veía nuestras diferencias, yo en cuanto entrenamientos, no me gustaba abarcar más de una cosa a la vez, en mi caso era más de practicar una sola cosa hasta dominarla, para luego pasar a lo siguiente. No me gustaba mezclar conceptos.

— Genjutsu... He leído cosas sobre el genjutsu... No me termina de convencer. —

-Ya veo...La verdad que el gengutsu no tiene buena fama. He llegado a escuchar que es de cobardes...ya sabes...jugar con la mente de los demás. Pero consideré en su día instruirme en ello por que vi potencial, es decir, se me da algo bien.

Sería estúpido no entrenar algo con lo que tienes facilidad...¿No?

Pues entre charla y charla, parecía que la comida entraba mejor, por que al principio pensé que sería incapaz de comerme más de dos pescados. Y la verdad es que en breves comenzaría por el tercero.

Espero que no me siente mal...como aquella vez...

Pensando en aquel funesto día en que fui a Ushi a comer un gran filete y luego acabé plantando pinos por todo el Bosque de la Hoja...Riko sacó ésta vez un tema intrascendente, como la vida misma.

— La verdad que se está muy tranquilo aquí, ¿verdad?

-Hmmm...supongo. Dije a la vez que miré a los alrededores por un instante. -Si pasara algo lo sabría...ya sabes...algo digno de saberse he he. Le comenté haciéndome el interesante.

-Ya veo...La verdad que el gengutsu no tiene buena fama. He llegado a escuchar que es de cobardes...ya sabes...jugar con la mente de los demás. Pero consideré en su día instruirme en ello por que vi potencial, es decir, se me da algo bien.

Esa fue la respuesta de Yoshimitsu ante el escepticismo, ya no solo de Riko, si no de bastante gente hacia el Genjutsu, aunque, realmente, el rastas no pensaba que fuera algo de cobardes, simplemente no le llamaba la atención, quizás fuera por el mismo motivo por el que el de Taki si había decidido entrenarlo, a Riko no se le daba bien, en absoluto, por lo que prefería centrarse en otras cosas.

— Sí claro, si se te da bien, es normal que lo entrenes, sería desaprovechar una gran baza, además, es bastante útil en según qué situaciones, tengo entendido. — Relató el de Uzu, tratando de evitar que su compañero pensara que menospreciaba algún tipo de técnica.

Ambos genin estaban realmente teniendo una conversación bastante interesante y tranquila, lo cual, aunque no fuera lo más apropiado, hacía que, al menos el de rastas, no tuviera todos sus sentidos puestos en su alrededor, simplemente estaba disfrutando de aquella comida al aire libre, con una buena charla.

-Hmmm...supongo. Si pasara algo lo sabría...ya sabes...algo digno de saberse he he.

Riko miró al genin de Taki, y se dejó caer, tumbándose en el suelo tras haber acabad con el segundo pescado.

— Realmente, no me vendría mal un poco de acción, estoy demasiado tranquilo, y eso no me gusta. — Explicó el muchacho, para él, siempre que se estaba demasiado tranquilo, algo malo iba a pasar. — Venga, termino de comer, y me pongo a entrenar un poquito. — Exclamó con una repentina nueva energía mientras se volvía a incorporar, cogía un nuevo pescado y se lo empezaba a comer.

— Sí claro, si se te da bien, es normal que lo entrenes, sería desaprovechar una gran baza, además, es bastante útil en según qué situaciones, tengo entendido. —

Riko denominó al gengutsu como algo "útil" y eso me resultó curioso, aún quise profundizarle el por qué el gengutsu bien aplicado podía resultar un arma digna a tener en cuenta.

-Si útil, útil para el subterfugio y el asesinato, por eso que digan que es de cobardes. Matar por la espalda no es muy honorable, pero a veces, no hay más remedio. Afirmé con tranquilidad.

La comida ya estaba casi despachada, tan despachada que me juré a mi mismo no comer más pescado al menos hasta el mes que viene. Por otro lado a Riko como buen shinobi de acción, no le gustaba tanta paz, tanta tranquilidad. Era cierto que el cuerpo se mal acostumbra a tanta "armonía" y eso hace que se ralentizara, vamos que se hiciera vago. Yo era una eminencia en eso, sabía lo que decía.

— Realmente, no me vendría mal un poco de acción, estoy demasiado tranquilo, y eso no me gusta. —

Miré a Riko como si hubiera descubierto la solución a su problema. -¿Vaya quieres entrenar dices? Por aquí, no muy lejos... Dije pensativo intentando orientarme, sacando de mi túnica un mapa plegado hasta el infinito. -No muy lejos de aquí...Si aquí está...Pues eso...si tienes un poco de dinero aquí cerca, en un poblado, hacen combates clandestinos. Dije tranzando con el dedo un ruta, como tratando de memorizar aquello.

-Pero lo que veas ¿Eh? Sabes que los combates clandestinos no suelen acabar bien. Advertí a mi nuevo amigo. -Eso sí, si lo haces medianamente bien podrías recuperar el dinero.

Aunque quizás no fuera eso lo que buscara Riko, la verdad que la cosa se pondría interesante si participara un shinobi extranjero. Pero claro, siendo el caso, no sabía si su integridad física podría correr peligro. - Si no te interesa, yo podría ayudarte a entrenar con mis invocaciones de tinta. Eso si, yo no participo...

-Si útil, útil para el subterfugio y el asesinato, por eso que digan que es de cobardes. Matar por la espalda no es muy honorable, pero a veces, no hay más remedio.

Era cierto, era bastante útil para realizar asesinatos más silenciosos, que causasen menos jaleo, lo cual, teniendo en cuenta cierto tipo de misiones, era realmente apropiado, por lo que, los ninjas especialistas en genjutsu eran diamantes en bruto para para este tipo de tareas.

— Es cierto, y a veces, aunque haya remedio, no deja de ser la mejor solución, ¿no?

Yoshimitsu rápidamente captó lo que las palabras de Riko querían decir, estaba buscando acción, y estaba preguntándole de forma indirecta si sabía de algo que pudiera hacer para apaciguar esas ganas y efectivamente, conocía de un sitio.

-¿Vaya quieres entrenar dices? Por aquí, no muy lejos...No muy lejos de aquí...Si aquí está...Pues eso...si tienes un poco de dinero aquí cerca, en un poblado, hacen combates clandestinos.

El rastas le miró, con cara de repentina ilusión, aquello era perfecto, y aunque unos combates clandestinos no eran muy del estilo shinobi, eran un entrenamiento perfecto, así que, ¿por qué no?

— Bien, bien Yoshi, me gusta la idea, ¿qué te parece si vamos? Es un buen entrenamiento. — Respondió el moreno ilusionado, nunca había participado en nada parecido, y aquello podía ser una ocasión para demostrarse a sí mismo el nivel que tenía en ese preciso momento.

— Venga vamos, te sigo. — Exclamó, poniéndose en pie de un salto. — Aunuqe primero deberíamos recoger todo esto y apagar el fuego, no quiero ser el causante de un incendio... — Dijo el joven, poniéndose a recoger los bártulos.

— Bien, bien Yoshi, me gusta la idea, ¿qué te parece si vamos? Es un buen entrenamiento.

¡Whow! ¡Que determinación! Sin duda Yoshimitsu, se lo habría pensado unas decenas veces comprometido a aquello.

Riko estaba decidido a luchar en su sitio duro, un lugar para gente "complicada" pero por su repentina respuesta, parecía decidido incluso antes de comentarle nada al respecto.

-Bueno, no quiero que pienses que allí no hay nivel. Suelen participar mucha gente problemática. Shinobis que bien están preparando algún examen de ascenso o, simplemente shinobis retirados por cualquier motivo, bueno o malo, que buscan una forma de ganar un dinero extra. Advertí a un entusiasmado Riko.

— Venga vamos, te sigo. — Le miré atónito, tan emocionado estaba que se despegó del suelo de un salto, que parecía que pudiera volar y todo.

-Vaaaaleeeee... Dije dubitativo.

Bueno...eligió libremente...no debería tener remordimientos. A lo mejor es un as combatiendo...Eso espero...

Aunuqe primero deberíamos recoger todo esto y apagar el fuego, no quiero ser el causante de un incendio... —

Seguidamente tras sus palabras, también me levanté del suelo harto de comer y de ver restos de pescado. -Yo me encargo del fuego, le echo un poco de tierra encima y listo, fuego apagado. Y dicho y hecho, tarea sencilla. Lo único que quedó de aquella magnifica hoguera fue un minúsculo reguero de humo que se escapaba de entre la tierra.

-Bueno yo ya estoy listo...Por cierto...Si vas a participar, te recomiendo que te guardes la bandana de Uzushio, ya sabes, por si acaso... Sugerí sin malas intenciones.

Saqué mi makimono, realicé unos trazos...-Ninpou, Chōjū Giga Shishi.

De repente del papel, brotó un enorme e imponente león de tinta de dos metros de longitud. Me subí en él como si de una montura se tratara. -Bueno...pues sígueme.

Comenzamos la marcha hacía el "poblado" en realidad era como una especie de "circo ambulante" un circo de la lucha, que como era clandestino se movía cada cierto tiempo por la ilegalidad del asunto. Pero yo como provenía de una buena familia de espías, sabía un poco de todo. De lo turbio y no tan turbio.

-¿Entonces que Riko? ¿Debería apostar por tí para ganar unos Ryos extra? Pregunté como para picarle un poco.

-Bueno, no quiero que pienses que allí no hay nivel. Suelen participar mucha gente problemática. Shinobis que bien están preparando algún examen de ascenso o, simplemente shinobis retirados por cualquier motivo, bueno o malo, que buscan una forma de ganar un dinero extra.

Al parecer Yoshimitsu se estaba empezando a preocupar por su recién conocido compañero, y era comprensible, si participaban shinobis de todos los rangos, era más que probable que terminara perdiendo en cuanto le tocara con uno de un rango mayor que el suyo, al fin y al cabo, no era más que un genin, pero aquello no mermó su intención.

— No te preocupes, tampoco pretendo salir escaldado de allí. — Aseguró Riko, mas que fanfarroneando, dejando entender que si no lo veía factible, se limitaría a mirar.

Rápidamente los genins desmontaron el campamento que se había montado, y en cuanto todo estuvo listo y recogido, el rastas vio como su acompañante sacaba un makimono y se ponía a dibujar.

— Este no es momento para...

-Ninpou, Chōjū Giga Shishi. Y del makimono surgió un león enorme, algo que Riko no había visto nunca, y vio como el de Taki se montó en él. -Bueno...pues sígueme.

Los dos muchachos emprendieron la marcha, guiados por Yoshimitsu y su león de tinta.

-¿Entonces que Riko? ¿Debería apostar por tí para ganar unos Ryos extra?

Riko sonrió a su acompañante.

— Si es cierto eso que dijiste antes de que eres un tío con suerte, quizás sería bueno para mí que lo hicieras. — Bromeó. — ¿Sabes si hay algún tipo de norma en estos combates? ¿O simplemente vale todo?

Ante mi pregunta sobre si mi dinero estaría a salvo si apostaba por él, Riko respondió de manera ingeniosa, algo que me hizo sonreír, pues me cogió desprevenido.

— Si es cierto eso que dijiste antes de que eres un tío con suerte, quizás sería bueno para mí que lo hicieras. —

-¡Dios Ja ja! No lo había pensado ¡Ja ja ja! Eres muy astuto

Luego me formuló una pregunta más seria, como era normal, tenía interés por saber si había normas preestablecidas.

— ¿Sabes si hay algún tipo de norma en estos combates? ¿O simplemente vale todo?

Quedé pensativo por unos instantes, tampoco era una eminencia en combates marrulleros, pero supuse que sería lo típico. -Supongo que será lo de siempre, no pegar en genitales y no ensañarse con los oponentes inconscientes y esas cosas.

Aunque a la hora de separar...espero que el arbitro, si lo hay, sea también un tipo fuerte. Por que si no... Creo que le daba muchas vueltas al asunto, esos combates llevaban mucho tiempo funcionando, y salvo algún hueso roto, y alguna pieza de dentadura extraviada, no pasaba gran cosa. Cierto es que ha muerto gente en esos cuadriláteros, pero poca...si...poca...

Seguíamos en la dirección correcta, el lugar más o menos no tenía perdida. Sabríamos en breve si íbamos por buen camino cuando viéramos las carpas erigirse por encima de las copas de los árboles. El lugar como es obvio no estaba siempre el mismo sitio exacto, pero un par de vueltas y lo encontraríamos.

-No se como es tu estilo de lucha, pero si fuera tú, si pudiera acabar el asunto de un golpe lo haría. ¿Por qué arriesgar? Dije convencido.

Anduvimos un poco más y efectivamente, ya se veían las carpas improvisadas plagadas de remiendos. Había gentío sin duda, aquí se movía mucho dinero y mucha gente contrataba aquí a mercenarios para llevar a cabo asuntos turbios.

-Riko, no te olvides de guardar tu bandana...por si acaso...yo haré lo mismo. Advertí a mi compañero mientras predicaba con ejemplo, guardando la mía dentro de mi túnica y llevándome mi Kasa a la cabeza.

-Supongo que será lo de siempre, no pegar en genitales y no ensañarse con los oponentes inconscientes y esas cosas.

Riko quedó pensativo, más o menos era lo que se esperaba, por lo que se limitó a encogerse de hombros, esperando que no le tocase combatir con ningún loco de los que se saltaban las normas a la torera, y, en caso de que le tocara uno de estos, poder vencerle mas pronto que tarde.

-No se como es tu estilo de lucha, pero si fuera tú, si pudiera acabar el asunto de un golpe lo haría. ¿Por qué arriesgar?

El de rastas asintió, no podía estar más de acuerdo con su compañero de viaje en aquella ocasión.

— Intentaré acabar lo más rápido posible. — Aseguró el moreno.

No tardaron mucho en divisar a lo lejos las carpas que se suponía que era donde se llevaban a cabo los combates clandestinos, y ya desde la distancia se podía observar que era un evento multitudinario, bastante gente había acudido allí en busca de ganar un poco de dinero, o simplemente, en busca de diverisón.

El rastas hizo caso a Yoshimitsu y le imitó, quitándose su bandana y guardándola en la mochila, para evitar posibles conflictos innecesarios, al fin y al cabo, no quería montar un espectáculo, y un ninja de Uzushiogakure por esas zonas, de seguro que no iba a pasar desapercibido.

— Vaya, para ser ilegal, esto está a reventar de gente ¿eh? Seguro que hay grandes luchadores por aquí. — Se aventuró a decir Riko.

— Intentaré acabar lo más rápido posible. —

-Perfecto... Respondí asintiendo la cabeza.

Ya casi habíamos llegado y decidí desconvocar a mi león de tinta para no llamar demasiado la atención, por lo que me bajé de sus cómodo lomo e invité a que se introdujera de donde salió, al makimono.

— Vaya, para ser ilegal, esto está a reventar de gente ¿eh? Seguro que hay grandes luchadores por aquí. —

-Y que lo digas, no me gusta mucho en gentío. Será mejor no perder de vista nuestro dinero...ya sabes a lo que me refiero... Advertí con cierta negatividad. -Luchadores habrán bastantes sin duda, de todas las condiciones...¿Seguro que quieres hacerlo?. Pregunté preocupado por su integridad física.

Nos abrimos paso en busca de la carpa, el corazón de todo aquello, a sus alrededores solo había nada más que situaciones esperpénticas. Había toldos improvisados en donde la gente se abultaba para realizar sus apuestas, la mayoría de ellos borrachos, entre prostitutas de todo tipo, drogas en todas sus formas y peleas en cualquier lugar en donde osáramos mirar.

-Hay que llegar a la gran carpa, ahí se realizan los combates y en donde tendrás que inscribirte...

A mi todo esto me da mal rollo...

Los dos muchachos ya estaban a punto de llegar al lugar en el que Yoshimitsu decía que tenían lugar aquellos combates clandestinos, y el ambiente era completamente diferente al que había apenas un par de metros atrás, pasaban de la tranquilidad al ajetreo en apenas nada de tiempo. El de Taki se desmontó del león, para no llamar demasiado la atención, lo cual Riko agradeció, no quería atraer demasiadas miradas por allí.

-Y que lo digas, no me gusta mucho en gentío. Será mejor no perder de vista nuestro dinero...ya sabes a lo que me refiero...Luchadores habrán bastantes sin duda, de todas las condiciones...¿Seguro que quieres hacerlo?.

El rastas miró a su compañero y asintió, era cierto que debían tener cuidado con sus carteras si no querían tener más de un problema allí.

— Mmm... sí, por probar, aunque sea uno o dos combates. — Reflexionó el muchacho.

Poco a poco, los dos genins se iban acercando a la carpa madre, por así decirlo, la carpa más grande del lugar en la que, según Yoshi, tenían lugar las peleas. El trayecto fue algo bastante esperpéntico, mirara a donde mirara había alguna escena que de normal, no se veía, peleas, discusiones...

— Si no estás cómodo, no me importa dar media vuelta y volver. — Aseguró Riko, viendo que Yoshi no estaba lo que se suele decir, en su salsa.