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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#61
El Ishimura se movió hacia la cascada hasta dejar que todo aquel afluente le cubriera el cuerpo con suavidad. El agua ciertamente estaba helada, pero su cuerpo comenzaba a acostumbrarse y a dejar de temblar. La herida que había recibido no parecía grave, pero solo por el hecho de que no mostraba rastros superficiales. En realidad el golpe había sido bastante fuerte y sin duda tendría bastante lastimados los músculos de su abdomen, pero tendría que soportar el dolor hasta poder regresar a su villa para que le dieran un tratamiento adecuado.

«Fue un combate interesante —recordaba mentalmente todo lo ocurrido en el centro del bosque—. Si hubiera encarado solo a aquella fiera, hubiese tenido muchos problemas.»

Por su parte, el joven de Takigakure se mostraba bastante adolorido con aquel corte en su lateral. El de ojos grises se sentía un poco mal al respecto, pues aquel chico se había llevado la peor parte. Aunque de cierto modo también tuvo su ración de suerte, pues al buscar aquello hongos solo habría terminado encontrándose cara a cara con aquel jabalí.

«No puedo descuidarme aun —se dijo mientras veía a su compañero abandonar el agua—. Llevo rato dándole vueltas al asunto, pero estoy convencido de que el comportamiento de aquel animal no era "natural".»

...Tu padre está muerto, ¿no es verdad? —Preguntó de la nada, aunque rápidamente su gesto se mostro un poco apenado—. Perdón por inquirirte de esa manera, si no deseas contármelo no lo hagas.

Kazuma se encontraba flotando en la suave corriente mientras sus blancos cabellos se agitaban a su alrededor como un halo. Al escuchar aquello abrió los ojos y permitió que la poca luz solar que había en aquel sitio entrará en sus retinas rodeadas de gris. Se levantó con total calma y comenzó exprimir sus largos mechones, preparándose para salir del río.

Tengo una idea, pregúntame lo que sea, te responderé lo que quieras, aunque yo no tengo una vida muy interesante que se diga—. Le ofreció.

No tienes por qué lamentarte —aseguro mientras se acercaba a la orilla—. Luego de contarte lo de Bohimei, has preguntado algo completamente lógico.

»Ciertamente ya no se encuentra entre los vivos —confirmo lo que el Takanashi ya había supuesto—. Murió cuando yo tenía unos cinco años, momento desde el cual su espada pasó a ser mía… Y así ha sido siempre; con mi abuelo, con su padre y así hasta el primero de mi estirpe.

Se acercó hasta el bolso que le habían dado y rebusco en el por unos instante hasta encontrar lo que necesitaba. Tomó un pequeño frasco de alcohol y un paquete de gasas, las cuales dejó al lado de Tatsuya.

No tengo algo con lo cual suturar la herida, pero con esto debería bastar para que no empeore hasta que alguien más te pueda atender.

La expresión del Ishimura permanecía calmada y amable... Como siempre, puesto que para él aquel tema era completamente trivial. En ocasiones lamentaba el haber perdido a todos los que pudiera llamar familiares, sí, pero jamás sintió que aquel dolor creciera más allá de una pequeña añoranza. Lo único que perturbaba su corazón era el hecho de encontrar la verdad respecto a la perdición de su clan... Como el único sobreviviente, aquel era su deber.
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#62
Tatsuya escuchó a un calmado Kazuma que le hablaba de cómo había perdido a su padre a corta edad. Se le hizo un nudo en la garganta, no se podía imaginar lo difícil que era quedarse huérfano de padre siendo un niño. Tatsuya era muy agradecido de tener a sus padres junto a él, durante mucho tiempo sintió miedo de que no regresara de alguna misión o cosas por el estilo. No le iba a preguntar los detalles al Ishumura, consideaba que ya había indagado más de lo necesario.

"Creo que pregunté de más, mejor me callo"

Sus palabras corroboraron su teoría, pero ya no haría mas averiguaciones incómodas. Tatsuya suspiró para luego dirigirse a la orilla y tratar de escurrirse un poco el cabello mientras observaba al jabalí bebé olfateando por todo el lugar, iba de arriba para abajo como si buscara algo. Pronto Kazuma decidió darle al Takanashi algo de insumos.

No tengo algo con lo cual suturar la herida, pero con esto debería bastar para que no empeore hasta que alguien más te pueda atender.

-Muchas gracias, era justamente lo que necesitaba, servirá por el momento-

Tomó la botella de alcohol y un poco de gasa, cerró los ojos y apretó los dientes mientras se terminaba de limpiar la herida, era un gran ardor pero era mejor a correr el riesgo de una infección. Ya terminando de esterilizar el corte tomó una gasa para medio vendarse en el área afectada, no tenía experiencia médica ni nada pero al menos podía colocarse la gasa de manera medianamente decente. Ahora sólo tocaba decidir que habría que hacer a partir de ese punto.

-Kazuma-san ¿qué rumbo tomaremos?- Preguntó mientras se terminaba de acomodar el vendaje. -Podríamos regresar pero, a mi en lo personal me inquieta no saber porqué se volvió loco el animal, hay algo raro en este bosque- Aseveró.

Tenían muchas cosas en las que pensar, el principal problema sería la reserva de alimentos, cuando se le acabasen las provisiones de hongos al ninja de Uzushio tendrían que buscar algún animal para cazar; el recoger hongos no era una opción, terminarían posiblemente intoxicados en la mayoría de los casos, y hasta el momento no había rastros de algún tipo de fruta en los árboles de la zona.
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#63
Kazuma-san ¿qué rumbo tomaremos? —Preguntó mientras se terminaba de acomodar el vendaje—. Podríamos regresar pero, a mí en lo personal me inquieta no saber porqué se volvió loco el animal, hay algo raro en este bosque. —Aseveró.

Creo que lo mejor es seguir el sendero creado por el jabalí —respondió mientras se recostaba en el tronco de un árbol—. Ciertamente el bosque es muy raro, y podrían haber sido mil cosas las que enloquecieron a aquel animal, pero por ahora no tenemos forma de saber que fue. Puede que al regresar los aldeanos lleguen a darnos alguna pista.

El de ojos grises comprendía la preocupación de su compañero; Si bien habían acabado con la bestia, solo sería una solución a corto plazo puesto que en algún momento podría surgir otra igual. El problema con aquello no era el peligro como tal, sino las dificultades que les causaba a los nativos. Dependían del bosque para mantener su economía y si no podían recolectar sus hongos a causa de una bestia iracunda… La situación se les complicaría mucho, era posible que incluso tuvieran que abandonar la región.

«No sirve de nada preocuparse por ello en este momento —se reprendió a sí mismo por molestarse con problemas más allá de su control—. Por ahora sólo debo concentrarme en que ambos podamos salir vivos de este lugar.»

Sintió cómo su estómago rugía un poco y recordó el tiempo que llevaba sin comer. Del bolso tomó un par de bolsitas con aquellos gustoso hongos secos. Le arrojó suavemente una a Tatsuya y la otra se la quedó para él. Pero unos pequeños chillidos repentinos demostraban que no eran los únicos a los cuales les hacía falta alimento.

Parece que también tiene hambre —dijo luego de ver cómo el cerdito se mantenía tímido entre ambos—. Aunque parece estar muy temeroso como para acercarse y pedir.

Quizás lo mejor era que comiera un poco, después de todo tendrían que ponerse en marcha pronto y quien sabe cuanto llevara aquella cría sin probar bocado alguno.
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#64
Creo que lo mejor es seguir el sendero creado por el jabalí —respondió mientras se recostaba en el tronco de un árbol—. Ciertamente el bosque es muy raro, y podrían haber sido mil cosas las que enloquecieron a aquel animal, pero por ahora no tenemos forma de saber que fue. Puede que al regresar los aldeanos lleguen a darnos alguna pista.

-Me parece bien, no hay problema entonces-

Tatsuya no le llevaría la contraria a Kazuma, era lo mejor después de todo, ya en el pueblo los aldeanos podrían decirles algún detalle que se les pudo haber escapado; no es que creyera que los habitantes de la villa les escondieran algo sino que talvez ellos no se dieran cuenta de algo que pudo haber afectado a la bestia, o quizás hicieron algo sin medir las consecuencias. Fuera lo que fuera luego de comer ya podrían regresar.

"Después de ese monstruo ya no hay nada en este bosque que pueda sorprenderme"

Era probable que aún existiesen más peligros en aquel lugar, pero según Tatsuya la peor parte ya había pasado, no le importaba ya que le cayeran otros tres búhos gigantes, se las arreglaria para salir de ahí. Por otro lado de la nada el estómago de Kazuma hizo un ruido, lo más normal después de haber pasado toda la mañana sin desayunar ni almorzar, de hecho al joven Takanashi también le rugía la tripa, así que aceptó muy gustosamente la bolsita con hongos.

Parece que también tiene hambre —dijo luego de ver cómo el cerdito se mantenía tímido entre ambos—. Aunque parece estar muy temeroso como para acercarse y pedir.

El pequeño jabalí estaba ahí con unos ojitos tiernos observando a los dos shinobis, Tatsuya sintió pena y se agachó para convidarle un poco de hongos, ante ello el jabalí retrocedió asustado, el joven se quedó en esa posición con los hongos en mano esperando que la cosita peluda se acercase. Al final el animalito dió pequeñas pisadas, acercándose lentamente, olfateó los hongos que sujetaba en la mano, y luego se decidió a probar un poco.

-Es tan lindo, pobre, en serio me daría lástima que se quedara solo-

No le importaba compartir la comida, si bien era poco y probablemente no se saciaría ninguno de los dos estaba feliz de poder hacerlo, empezaba a querer quedarse con él, sus padres no se opondrían pero su hermano Katsuo quizás querría hacerlo barbacoa. En vez de pensar en eso mejor se dispuso a terminar de comer y a vestirse pues pronto tendrían que partir de nuevo para hallar una forma de salir del bosque en una pieza.

Se estaba terminando de abrochar el cinturón cuando un ruido se escuchó a la distancia, parecía el hulular de un ave, sin embargo por lo lejos que se escuchaba significaba que no estaba cerca de su posición, aunque no sería bonito si se la topaban por el camino. El cerdito entró en alarma y de inmediato se echó a correr totalmente aterrorizado.

-¡Oye ven acá!- Le gritó infructuosamente.

Tatsuya no se lo pensó dos veces, de hecho ni siquiera pensó. Simplemente tomó el paquetito de hojas con hongos, agarró su ninjatou y se fue corriendo tras el despavorido lechón en dirección al bosque, no midió las posibles consecuencias, simplemente quería alcanzarlo.
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#65
Es tan lindo, pobre, en serio me daría lástima que se quedara solo.

«Creo que es mal momento para decirle que si nos quedamos sin alimentos tendremos que comernos al pequeñín.» —Kazuma no tenía inconvenientes morales en cuanto a comerse lo que sea para sobrevivir, pero encariñarse con el cerdito si podría complicarle las cosas.

Tanto su cabello como su cuerpo ya estaban secos por lo que podría comenzar a vestirse. El único inconveniente era que ya no tenía una camisa, sino una gran tira rota en su lugar. Quizás pudiera sacar provecho de ello. Tomó la tela y la empapó en el agua helada, luego procedió a enrollársela alrededor del torso para así poder mantenerse fresco en aquel caluroso ambiente.

Suena como un ave lejana. —Inquirió en cuanto percibió aquel “¡Uh-uh!”

¡Oye ven acá! —Fue lo único que escucho antes de ver como su compañero se adentraba en el bosque cercano.

El Ishimura se colocó su katana en la espalda y arrojo en su bolso las cosas restantes, para entonces ponerse en carrera tras su compañero. No estaba seguro de que pasaba, pero ya sospechaba que el Takanashi estaría persiguiendo a su pequeña mascota temporal.

Tanta fue la carrera que luego de unos minutos ya se habían adentrado de nuevo en el bosque. La persecución resultaba difícil para el peliblanco debido a sus heridas y no quería ni imaginar cómo estaría llevando el de ojos dispares aquel corte. En cierto momento perdió de vista a ambos y comenzó a caminar a la deriva.

¿Y esto? —La sorpresa iluminó su cara por lo extraño del hallazgo que hizo en un pequeño claro.

Aquel lugar estaba bastante iluminado, pues en la parte alta el dosel parecía haber sido removido. Lo más extraño era una, aparentemente nueva, choza que desencajaba por completo con el resto del bosque. Aquello parecía inaudito, en semejante lugar tan peligroso ¿Quién construiría una casa? Por un instante se olvidó de todo lo demás y se concentró en revisar los alrededores de aquel sitio.

Este bosque tiene muchas cosas raras, pero definitivamente lo más extraño es encontrarse una casa en sus profundidades… Es demasiado misterioso.
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#66
El ninja de Takigakure estaba teniendo problemas para alcanzar al susodicho jabato, no se trataba de que el pequeño animal fuera rápido, bueno si lo era pero ese no era el principal problema sino el hecho de tener que correr con una enorme herida en el costado. Tatsuya siempre ha sabido que no se puede dar el lujo de recibir golpes y mucho menos una herida de semejante calibre, aún así no perdía de vista al bebé cerdito que se escabullía entre hojas y ramas, en verdad se había asustado bastante por el cantar del pájaro.

Se adentró bastante en el bosque hasta que vió al jabato meterse en un hueco en la base de un árbol muerto y de raíces podridas, Tatsuya se acercó al agujero y pudo ver en su interior al tembloroso cerdito. El orificio era pequeño y no le quedó más remedio que meter los brazos para sacarlo, cabe destacar que el verraco opuso resistencia sacudiéndose. Cuando por fin lo tuvo entre sus brazos estaba muy alocado, el muchacho pelinegro se dispuso a arrullarlo como si de un bebé se tratase, poco a poco la bestia en miniatura se fue calmando.

-Ya te tengo-

Pronto se dió cuenta de la gran metida de pata que habia cometido, se adentró a saber ni que parte del bosque todo pr seguir a la criaturita, además de que se separó de Kazuma así porque sí. No estaba del todo perdido, sabía por donde había venido y podría regresarse sin problemas, esperaba que si volvía sobre sus pasos se encontraría con el ninja de Uzushio, no se fijó si le seguía pero lo daba por hecho.

"Tendré que disculparme con él, fui un pendejo"

Ni siquiera creía que pidiendo perdón fuera suficiente, pero primero debía encontrarlo y luego ya hablaría. Era fácil seguir su propio rastro, pronto encontró una senda que se dividía, no la había visto cuando estaba en persecución... -"Esperen, ¿un sendero en un bosque como este?- Sin duda era algo raro, pero por las ramitas aplastadas en él pudo ver que probablemente su colega se había ido por esa ruta así que decidió seguir el camino. La maleza parecía haaber sido retirada a mano en esa área pero no le prestó mayor importancia hasta que llegó a un claro y vió al chico de ojos grises ahí parado.

-¡Kazuma-san!, menos mal te encuentro, perdón por separarn...- Se cortaron sus palabras al darse cuenta de la edificación que había en la zona. -¿Qué hace una cabaña en medio de la nada?- Tenía una cara de total incredulidad.

Esperaba encontrarse con todo menos una choza, el lugar era inhóspito, en una parte tan profunda del bosque era díficil conseguir alimento y para colmo era tremendamente peligroso. ¿Quién querría vivir en un lugar así?, el bebé jabalí parecía inquieto respecto a la casa, como si tuviera curiosidad y miedo a la vez. Tatsuya tenía un mal presentimiento, no se sentía muy seguro que se diga en esas circunstancias.

-Eto...-
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#67
¡Kazuma-san!, menos mal te encuentro, perdón por separarn... —Se cortaron sus palabras al darse cuenta de la edificación que había en la zona— ¿Qué hace una cabaña en medio de la nada?— Tenía una cara de total incredulidad.

No lo sé, pero da muy mala espina. —Aquel sitio era tan intrigante como incómodo.

Resultaba irónico que luego de querer salir de una jungla en la que casi todo podía matarlos, se sintieran tan suspicaces ante un objeto tan familiar. Es que resultaba demasiado ajeno a todo aquello que le rodeaba, como si ningún animal se atreviera a acercarse, ni siquiera los insectos. Era una estructura sencilla, sin ventanas y con techo plano, de no más de cuatro por cuatro metros de área. El tipo de construcción que una persona podría levantar por cuenta propia.

Qué curioso... —Se decía a sí mismo mientras inspeccionaba el perímetro—. No hay huellas de animales ni tampoco parece que sea demasiado antigua.

Luego de dar un par de vueltas por el sitio, comenzó a sentir un extraño escozor en los tobillos. Se tomó un momento para revisarse y noto como un extraño sarpullido le cubría la zona. En principio lo atribuyó a algún tipo de ortiga o hiedra venenosa, pero ahora que se encontraba un poco más cerca del suelo pudo notar algo extraño.

«Hasta los hongos de este sitio son raros —se dijo mientras sostenía una pequeña seta de color negro con manchas amarillas—. Y eso es decir bastante de un bosque lleno de hongos raros.»

Mientras pensaba en aquello comenzó a sentir un hormigueo extraño entre sus dedos. De repente soltó aquel extraño níscalo, como si se tratara de algún escorpión. Pudo ver como la parte interna de su mano se cubría de un feo sarpullido rosa, que extrañamente no causaba dolor alguno, aunque de provocarlo el entumecimiento le impediría sentirlo.

Tatsuya, ten cuidado en donde pisas —aseveró luego de darse cuenta que el claro estaba repleto de aquellas amenazas—. Y tampoco permitas que el pequeñín camine por aquí.

Una sospecha cruzó por la mente del Ishimura y pronto se levantó para confirmarla. Se encaminó hacia uno de los tocones y clavó un kunai en el, para luego agitarlo de un lado a otro. Se acercó cuidadosamente hacia el borde del claro, donde observó una clara línea divisoria. De regreso hacia su compañero trazó con el filo de su arma un profundo surco en la tierra, la cual luego inspeccionó.

Esto es muy, pero muy extraño —quería decir que era extraño y aterrador, pero se veía obligado a mantener la calma—. La tierra está muerta, la yerba está muerta y parece que todo lo que entre en este claro muere —prueba de ello fueron los muchos insectos muertos que encontró en el borde—. Lo único que se mantiene con vida son esos extraños hongos que se camuflan con el césped que crece de sus propios tallos.

Aquello explicaba el por qué los animales no se acercaban a aquel sitio. Pero habiendo encontrado una respuesta, la pregunta restante se tornó aún más oscura. ¿Por qué alguien construiría una casa ahí? Quizás si investigaran dentro de la choza pudiesen averiguarlo, pero incluso a Kazuma aquella idea le causaba un poco de temor.
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#68
Existía algo raro en el ambiente, un primitivo instinto le decía a Tatsuya que había algo malo en el lugar y no era bueno que se quedara ahí. No era su imaginación, el pequeño cerdito de comportaba de manera extraña, no curioseaba el aire como lo había hecho en los otros lugares del bosque, además la hierba tenía una extraña coloración que era imposible no notarla. Kazuma se dispuso a inspeccionar más de cerca el lugar mientras el joven de Takigakure simplemente observaba con la vista cada posible pista que se le pudiera haber pasado por alto en un inicio.

Kazuma le advirtió que tuviera cuidado con lo que había en el suelo, aunque ya era demasiado tarde, el tiempo que estuvo ahí parado fue suficiente para que sintiera una extraña molestia en los dedos de sus pies y talones. Le sería muy difícil evitar rozar la vegetación al llevar sandalias ninja abiertas, trató de moverse hacía alguna parte donde no estuviera tan alta la hierba para evitar que empeorase la situación.

"Confirmado, este lugar es peligroso"

El Ishimura estaba revisando minuciosamente cada detalle, el joven de Taki se veía como podía los pies sin soltar al jabato para evitar que terminara igual, sólo podía distinguir una coloración rosácea provocada por algún tipo de inflamación. La casa era lo que más le llamaba la atención, estaba casi seguro de que estaba recién construida, pero, era extraño considerando que según las palabras de los aldeanos nadie se había atrevido a entrar al bosque por la amenaza del jabalí. Pronto el ninja de Uzushiogakure dió su veredicto.

Esto es muy, pero muy extraño —Tatsuya pensó que quizás aquellas palabras no eran suficientes para describir lo que tenían entre manos—. La tierra está muerta, la yerba está muerta y parece que todo lo que entre en este claro muere —prueba de ello fueron los muchos insectos muertos que encontró en el borde—. Lo único que se mantiene con vida son esos extraños hongos que se camuflan con el césped que crece de sus propios tallos.

-Mmmmm... Es... Tétrico- Y la forma de de relatarlo de Kazuma había hecho que Tatsuya se pusiera más nervioso.

Una misteriosa casa en medio de un tenebroso bosque, alejado de la civilización y que estaba rodeado de muerte a su alrededor, material perfecto para un relato de terror con la diferencia de era una situación real. Todo apuntaba a que en cualquier momento algo malo podía pasar, su intuición se lo decía pero era mejor replantearse las cosas.

"Maldita sea Tatsuya eres un ninja, no te puedes dejar amedrentar por esto" -Se reprendió a sí mismo.

Una idea escabrosa se le vino a la mente, quizás esa peste de muerte tendría algo que ver con esa casa, y de ser así sería algo malo, raro y feo. Sus ojos mostraban miedo aunque su cara de indiferencia dijera todo lo contrario, era chistoso que luego de haber estado cara a cara con la muerte se sintiera intimidado ante aquella choza; pero era un temor diferente, no es lo mismo estar consciente del peligro al que te enfrentas que la incertidumbre de no saber que es lo que está pasando. Pero aún así, era un shinobi, probablemente tendría que estar en situaciones iguales o peores en el futuro.

-No sacaremos nada de andar haciendo conjeturas, quizás las respuestan están ahí adentro- La verdad Tatsuya no estaba tan seguro como sus palabras indicaban. -Sí indagamos podremos salir de dudas- Concluyó.

Se pusó en marcha en dirección a la casa, sujetaba al jabato que se quedó petrificado como sí hubiera visto algo aterrador, caminaba con cuidado para no meterse más hierba entre los dedos y aunque tenía determinación no pudo evitar que una gota de sudor rodara por su mejilla. Al acercarse a la choza vió que las cortinas negras no dejaban ver hacía el interior, la puerta no tenía un picaporte, no sabia siquiera sí había alguien adentro. Se acercó a la entrada para llamar pero luego de un par de toques la puerta se abrió un par de centímetros, en esos momentos al Takanashi se le aceleró el pulso y sus ojos se dirigieron al poco espacio que había entre la puerta y marco, pero lo único que diviso fue un color negro profundo en el interior.
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#69
No sacaremos nada de andar haciendo conjeturas, quizás las respuestas están ahí adentro —la verdad Tatsuya no estaba tan seguro como sus palabras indicaban—. Si indagamos podremos salir de dudas. —Concluyó.

Cierto… Pero tengamos cuidado.

El joven de ojos dispares se encaminó hacia la estructura abandonada y la criatura entre sus brazos había dejado de temblar para quedar en una quietud y silencio perturbadores. Kazuma le seguía de cerca, pisando con cuidado pero sin poder ignorar el fuerte ardor en sus tobillos descubiertos. Era ilógico, pero en aquel sitio y en aquel momento, una gota de sudor frío recorrió el costado de su rostro. Se encontraba mucho más tenso que en el momento en que combatió con aquel jabalí. Se acercaron a una puerta desprovista de perilla y estando a tan solo un metro de la misma, el lugar era tan carente de sonido que el de cabellos blancos podía escuchar el ahora irregular palpitar de su corazón.

¡Toc, toc!

Un par de toque y la puerta comenzó a moverse lentamente con un chillido desesperante. Lo primero que percibieron fue una oscuridad ominosa que amenazaba con el miedo a lo desconocido. Lo segundo fue un olor, un aroma fuerte y penetrante. Un olor que aunque jamás hubieses experimentado, tus instintos te dirían de qué es. Se trataba del perfume de la muerte. La puerta se abrió un poco más por sí misma y mientras entraba un poco de luz, el ojos grises se situó junto a su compañero.

Por los dioses del bosque… —Su voz era neutra, pero le costó un gran esfuerzo el mantener a rayas las náuseas.

Era un sitio reducido con algunos estantes y frascos, nada demasiado resaltante. Excepto por él, aquel sujeto que desde una silla les observaba. Los miraba fijamente con aquellas cuencas vacías y con aquellas facciones en las cuales aún colgaban restos verdosos de carne. Su postura era cuando menos espeluznante, como si su último pensamiento y su última voluntad hubiesen estado avocados en esperar a que alguien apareciera por aquella entrada.

Al final se mantuvo esperando, solo en aquella choza que parecía un horno. Se suponía que el calor debía de acelerar el proceso de descomposición y los insectos harían el resto. Pero es que no había ni insectos. Lo único que aquel sujeto tenía enzima eran sus ropas que aún parecían calzar en sus restos mortales. De no ser por aquellas vestimentas y por el bulto torcido e irregular en su pecho habría sido imposible comprender que se trataba de una mujer.

Medio descompuesto como estaba el cuerpo, lo más curioso era aquel agujero en su costado justo en el mismo lugar donde Tatsuya había recibido su herida. El ancho y los bordes eran aterradoramente familiares, tanto como el grupo de hongos negro que habían comenzado a echar raíces alrededor de aquella herida.

Kazuma no sabia como reaccionar. La situación era extraña, era incómoda y era triste, pero por sobre todas las cosas, era aterradora.
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#70
Un olor espantoso fue lo segundo que percibió el ninja de cabellera negra al asomarse a la entrada. La puerta se abrió con un espeluznante rechinido, dejando ver poco a poco la figura de un cadáver sentado en una silla orientada en dirección a la puerta. Cada centímetro que se deslizaba la luz hacia el interior dejaba ver mejor el cuerpo putrefacto y entre mas visible era más se acrecentaba el horror en la mirada de Tatsuya, jamás habia visto algo así.

No pudo evitar el tener que apoyar una de sus manos en el marco de la puerta debido a las náuseas, el jabalí se mostraba muy incómodo, ese olor debía ser demasiado penetrante para sus fosas nosales. Tatsuya se volteó y decidió tomar un poco de aire afuera, tosió por no vomitar y escupió saliva al suelo, seria mejor que devolver la poca comida que tenía en el estómago. Un par de lágrimas se dejaron ver en sus ojos, pero cuando ya se hubo tranquilizado volvió hacia el interior.

Tatsuya ahora intentaría analizar mejor la situación, la vestimenta y la forma indicaban que se trataba de una mujer, la edad era díficil de determinar, parte del pelo se le había caído ya pero aún quedaba un poco pegado al cráneo; no era canoso así que se trataba ya sea de una joven o una señora. Había algo que le llamó la atención, una hendidura, una aparente herida, larga y gruesa... Una herida de colmillo de jabalí.

"¿Esa es la razón de su muerte?, no, debe haber algo más.

Una cortada de ese tipo llega a ser muy peligrosa para una persona normal sin entrenamiento, aunque Tatsuya no es tampoco el ninja más resistente del mundo, tuvo la suerte de ser auxiliado por Kazuma. En el caso de esa mujer había algo que no cuadraba, no había señales de que halla intentado siquiera tratarla, de ser así lo que la mató pudo bien haber sido una posible infección. Pero, ¿porqué no hizo algo?

-A simple vista parece que sobrevivió al jabalí para venir a morir aquí, pero hay tantas cosas que no encajan- Dijo pensativo. -Esos hongos en la herida, no sé... Pero no me atrevo a acercarme.-

El jabato seguía incómodo pero Tatsuya no podía sacarlo afuera con el riesgo de que roce ese pasto negruzco y termine con algo raro en la piel. En ese momento el ninja de Taki decidió investigar el contenido de los frascos, sus pasos rechinaban en el suelo de madera nueva mientras se acercaba a los estantes. Podía distinguir hongos dentro de unos mientras los otros tenían algún tipo de líquido, cada uno de distintos colores pero siempre de tonalidades oscuras, aunque la verdad lo que deseaba era encontrar algo que le dijera que eran esos hongos negros.

-Kazuma-san, ven a ver esto- Indicó con tono serio al ninja de Uzu.

Había un pequeño escritorio, con notas regadas encima de él, al parecer tenían escritos detalles sobre las especies de hongos del sitio además de alguna clase de "recetas" con fórmulas que el genin de Taki no entendía. Su atención se desvió a lo que parecía ser una especie de diario, tenía la esperanza de que en ese librito encontraría las respuestas al porque se encontraba la mujer en un sitió como ese; para su mala suerte las palabras en él no mostraban coherencia, quizás ella no quería que cualquiera lo leyera, era probable que estuviera en código o algo así.

-Aparentemente la muerta quería esconder un secreto- Hizo una pausa para suspirar. -Quiero saber que está pasando pero mi instinto me dice que si lo averiguo no será nada bonito- Aseveró
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#71
El Ishimura observó con atención a su compañero, sintiendo un poco de pesar por el fuerte impacto que aquella escena le provocó. Por su parte, el peliblanco se encontraba más incómodo por el olor que por la imagen misma. De cierta manera le costaba vincular a aquel montón de carne en descomposición con una persona que habla y vive. Quizás fuera porque en su mente los cuerpos eran solo recipientes que dejaban de tener cualidades humanas en cuanto expiraban.

«Es normal reaccionar así luego de ver algo tan desagradable.»

Luego de recuperarse de la sensación inicial, el Takanashi regreso a observar el interior de la choza. Kazuma también se dispuso a observar con atención cualquier detalle que pudiera darle alguna pista.

A simple vista parece que sobrevivió al jabalí para venir a morir aquí, pero hay tantas cosas que no encajan —Dijo pensativo—. Esos hongos en la herida, no sé... Pero no me atrevo a acercarme.

La cuestión es que… Este tipo de heridas provoca la muerte a través del desangramiento —dijo, mientras observaba minuciosamente aquel agujero—. Pero en este sitio no hay ni un rastro de sangre.

Aquello era bastante extraño, pues las ropas de la mujer si mostraban algunas manchas marrones del momento en que fue herida. Sin embargo, en ningún lugar de aquella cabaña se podía apreciar huellas de sangre.

Kazuma-san, ven a ver esto. —Indicó con tono serio al ninja de Uzu.

Aquel de ojos dispares encontró lo que parecían ser las notas de algún tipo de investigación. Entre ellas estaba lo que parecía ser un diario de registro con muchas entradas, pero cuyas palabras resultaban incomprensibles. Probablemente un código para mantener algo en secreto. Tatsuya se mostraba interesado por el posible contenido de aquel librito, pero al mismo tiempo se sentía inseguro sobre lo que pudieran descubrir.

Aunque detrás de esto exista una verdad terrible y aunque no sea de nuestra incumbencia —se separó del cuerpo y se encaminó hacia el estante—. Es posible que sea de suma importancia para los habitantes del Bosque de hongos y ahora que lo hemos encontrado creo que tenemos el deber de averiguar qué es lo que sucede.

»Lamentablemente, no tengo ni idea de que pueden significar todas estas cosas que hemos encontrado —admitió un poco decaído—, pero si mal no recuerdo, en el pueblo vive un herborista muy sabio —tomo uno de los frasco que tenía especímenes de hongos para llevarlo consigo—. Si le mostramos estas cosas puede que nos dé la suficiente información para deducir que es lo que está ocurriendo.
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#72
"No logro entenderlo, ¿porqué estaba ella aquí?, ¿que son esos hongos negros?, ¿tendrá que ver con la locura del jabalí?..."

El forzarse a pensar sumado al olor a muerte del sitio terminó provocándole un dolor de cabeza a Tatsuya, le dolian las sienes pero no podía ni masajearse porque eso implicaría soltar al jabato que tenía en brazos. Tenía muchísimas más preguntas en mente, pero entre más indagaban más eran los misterios.

-No me agrada nada esto, me enferma este lugar- Se notaba su malestar tanto físico como mental.

Parpadeó de manera forzada y observó el piso de la cabaña, estaba nuevo igual que toda la construcción, pero tal y como dijo Kazuma no había rastros de sangre, si él no lo hubiera dicho quizás Tatsuya no se habría dado cuenta. Al mirar detenidamente empezó a notar que no sólo faltaba sangre, en sí era extraño que la peste de muerte que rodeaba la cabaña no se manifestara dentro de esta, el lugar estaba impecable.

-Lo que mas me inquieta es la muerte en la zona, no puedo estar tranquilo- Se cortó, parecía que iba a suspirar pero luego se contuvo ante el hecho de que aspirar el aire putefracto podría ser contraproducente. -Perdón por perder la compostura, es que, han sido muchas emociones fuertes en dos días...- Se notaba que no estaba familiarizado con situaciones como esa.

»Creo que tienes razón, ojalá el herborista que mencionas pueda decirnos algo al respecto, sólo espero poder regresar sin contratiempos... "Aunque con todo lo que hemos pasado empiezo a creer que las cosas sólo van a empeorar..."-

Lo único que quería era poder regresar lo más pronto posible al pueblo, un familiar impulso le hacía desear desenfundar la ninjatou y ponerse a pulir el arma, pero aquello no era posible en ese momento. De seguir así iba a mostrar un lado no muy agradable de él. Pronto un rechinido le hizo ponerse aún más nervioso, la puerta inexplicablemente movió sola, pero únicamente fueron un par de centímetros, pero fue sufuciente para crispar a Tatsuya y que el jabato se sacudiera a lo loco, apenas si pudo retenerlo entre los brazos.

"Maldita sea que espanto..."

Cualquier cosita podría hacerle perder la cordura, bueno, tampoco tanto pero lo que sí era seguro es que casi pega un grito al escuchar un bramido agónico proveniente del exterior. Era un sonido que en condiciones normales sería amenazador pero el que los shinobis escucharon era más como un lamento.

-¿Qué demonios fue eso?, ¿un oso?- Sus palabras denotaban ya un poco de desesperación.
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#73
¿Qué demonios fue eso?, ¿un oso? —Sus palabras denotaban ya un poco de desesperación.

Luego de estar en lugar con tan sepulcral silencio, aquel ruido similar a un bramido les tomó por sorpresa. Quizás porque se escuchaba como algo que sólo podría provenir de un animal enorme. Kazuma se puso en alerta y comenzó a caminar hacia la puerta.

Espera aquí —dijo, dando a entender que echaría un vistazo a ver de qué se trataba.

Salió de la choza con la mano lista para blandir el filo de su espada si hiciera falta. Al principio pensó que no era nada, pues al dar varios giros alrededor de la casa confirmó que el claro estaba vacío. Al final enfoco su vista en los matorrales que rodeaban aquel sitio, y entonces lo vio. Había una gran figura que se movía por el borde exterior. Era difícil saber qué era, pues parecía tratar de ocultarse entre los árboles. Aun así, por el ruido que hacía al moverse se podía suponer que era una criatura bastante grande.

Tatsuya, debemos irnos —llamo su atención desde la puerta de la cabaña—. Cuando abrimos la cabaña debió de salir todo el olor a descomposición que estaba encerrado. Ahora parece que aquello ha empezado a atraer a los carroñeros del bosque —su voz y expresión eran calmadas, pero aun así se notaba lo tenso de la situación—. Ya hay uno rondándonos, aunque parece que los hongos lo mantienen a raya, por ahora.

Seguramente el Takanashi entendía lo problemático de la situación. Si permanecían más tiempo allí terminarían viéndose rodeados por todo una hueste de depredadores y carroñeros. Claro, lo antinatural de los hongos y su efecto en los seres vivos los protegería como una barrera, pero sería cuestión de tiempo para que el hambre se impusiera al miedo en aquellas criaturas que solo buscaban un poco de alimento.

En aquel momento la mejor opción era tomar todo lo que pudieran y marcharse antes de que se convirtieran en un escalón inferior de la cadena alimenticia. Aunque el Ishimura estaba conciente de que no podria liderar la marcha, pues era su compañero quien tenía el don de poder moverse por el bosque.
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#74
El Ishimura decidió salir a investigar qué era aquel sonido mientras el ninja de Takigakure se quedaba adentro esperando, empezaba a creer que hizo algo muy malo en una vida pasada y ahora estaba pagando las consecuencias de eso o simplemente el hado le estaba jugando una mala pasada. Justo estaba pensando en que las cosas iban a empeorar y se cumplió su presentimiento, ya se estaba hartando del bosque y de toda la situación en general. El jabato temblaba en sus brazos, seguramente habría salido corriendo si Tatsuya no lo hubiera estado abrazando, emitía unos leves chillidos que denotaban miedo por parte de la criatura.

Tatsuya, debemos irnos —llamo su atención desde la puerta de la cabaña—. Cuando abrimos la cabaña debió de salir todo el olor a descomposición que estaba encerrado. Ahora parece que aquello ha empezado a atraer a los carroñeros del bosque —su voz y expresión eran calmadas, pero aun así se notaba lo tenso de la situación—. Ya hay uno rondándonos, aunque parece que los hongos lo mantienen a raya, por ahora.

-Sí- Contestó a secas.

Tatsuya tomó uno de los frascos, específicamente uno que contenía hongos negros de manchas amarillas, a diferencia de los otros este no contenía líquido sino que parecía estar libre de toda humedad. Lo lanzó a Kazuma para que lo atrapase, sin mediar más palabra salió de la cabaña esperando que el ninja de Uzushio lo siguiese, le tomó sólo unos segundos ubicar una posible ruta. Así, debían volver a adentrarse en la maleza, Tatsuya no perdió tiempo y rápidamente se puso en marcha.

Decidió tomar un camino por tierra, si bien a través de los árboles estarían lejos de la mayoría de depredadores no era muy factible debido a las heridas de ambos, sin contar el hecho de que debían llevar al bebé jabalí. En algún punto la maleza se haría tan espesa que sería casi imposible pasar, aunque no era momento para preocuparse por ello. Ya antes habían visto que en algunas partes era mejor ir al ras del suelo y en otras era mejor de rama en rama, pero ahora no estaban en condiciones de elegir. Lo mejor era acelerar el paso para salir cuanto antes.

Un nuevo bramido se escuchó, esta vez un poco más lejano, pero que aún se escuchaba detrás de ellos. Al Takanashi le llamó la atención que el sonido del animal demostraba dolor, como si estuviera herido o algo, pero tampoco se iba a quedar para averiguarlo, por muy lastimado que estuviera seguía siendo una amenaza. Eso sí, el ritmo de Tatsuya era lento, antes de que pudiera darse cuenta estaba jadeando del agotamiento, no había podido descansar lo suficiente después del enfrentamiento con el jabalí.

"No quiero tener que pasar otra noche aquí"

Ya habían transcurrido un par de horas desde el mediodía, a ese paso era casi seguro que el anochecer llegaría antes de que pudieran salir del bosque, con todo lo que ello implicaba. Una vez más el sonido de la bestia se dejó escuchar en forma de eco, a pesar de ello Tatsuya tuvo que parar un rato, no podía seguir por el momento.

-Yo, lo siento, no me he recuperado del todo- Se disculpó con palabras de enojo y frustración.
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#75
Tomaron cuanto pudieron llevar consigo y se pusieron en marcha. Resultaba una verdadera ventaja que el Takanashi tuviera el don de orientarse en la espesura, pues sin el sendero que había encontrado, probablemente terminarán perdiéndose aún más en el bosque. Aunque a aquellas alturas, casi cualquier lugar de aquel criadero de hongos era mejor que esa tétrica cabaña en aquel perturbador claro.

«¿Ahora hacia dónde iremos?» —Se preguntó a sí mismo, mientras comenzaba a correr tras su compañero.

Parecía que habían sido horas las que llevaba corriendo entre aquellas setas de todos los tamaños. Si hubiese podido ver el sol se habría enterado de que hora del día era, pero lo denso del dosel sobre sus cabezas imposibilitaba aquello. Quizás fuera que las heridas que portaba le restaban energía, pero lo cierto era que extrañaba el camino creado por el jabalí que habían estado siguiendo hacia unas horas.

En cierto punto Tatsuya se detuvo a descansar, pues se estaba quedando sin aliento. En ese momento Kazuma se permitió caer sentado, pues hacía rato que ya sentía que no podía correr más. La única razón por la que pudo seguir el paso del chico de ojos dispares fue porque su voluntad lo motivó a no convertirse en una carga, pero aun así, hacía rato que ya no aguantaba el dolor en los pies.

Yo, lo siento, no me he recuperado del todo. —Se disculpó con palabras de enojo y frustración.

Tranquilo, de todos modos nos hacía falta un descanso —Dijo, disimulando su cansancio tras una respiración lenta y calmada.

Mientras recuperaba el aliento comenzó a mirar los alrededores y noto algo que le animó un poco. La vegetación en aquella zona resultaba mucho menos densa de lo que se pudiera esperar, y en cierto modo parecía tener la misma distribución del lugar en donde él y Tatsuta se encontraron, suceso dado en los bordes exteriores de aquel bosque.

¿Sabes? —Su compañero estaba del lado opuesto del árbol en el cual se reclinaba—. Creo que ya estamos cerca de abandonar este sitio, pero por hoy no creo que podamos movernos más.

Claro, estaba siendo tan optimista como le era posible. Después de todo el joven que le acompañaba parecía bastante preocupado. Kazuma también tenía problemas en los cuales pensar; Aquel horroroso lamento que resultaba imposible de ignorar aunque sonara muy lejano, aquel ardor en sus tobillo que parecía haber empeorado desde que comenzó a correr y sobre todo el misterio que se encontraba tras todo lo visto y lo ocurrido en aquel sitio.

A pesar de todo aquello, el muchacho de piel morena no sentía preocupación alguna sobre el hecho de salir o no con vida de aquel sitio. Después de todo era un ninja y para el era absolutamente seguro que podria sobrevivir a cualquier adversidad.
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