8/10/2015, 15:30
(Última modificación: 8/10/2015, 15:31 por Aotsuki Ayame.)
Kaido tardó algunos segundos en responder, y Ayame terminó por volverse de nuevo hacia él con gesto interrogante. Sintió un desagradable escalofrío cuando vio cómo se pasaba la lengua entre aquellos afilados dientes en un gesto dubitativo.
Aunque su contestación no la dejó indiferente, y la kunoichi no pudo reprimir una media sonrisa, en cierto modo satírica.
«Vaya. Sí que debe tener confianza en sí mismo si piensa que podría llegar a vencer a algo parecido a un dios.» Pensó. De hecho, las palabras del tiburón prácticamente excluían a cualquier persona sobre la faz de la tierra menos a él.
Y a la Arashikage.
—Yui-sama es la kunoichi más fuerte de Amegakure —correspondió, con un leve asentimiento. Conocía de sobra las leyendas que se habían formado a su alrededor, conocía la mujer que se había labrado en torno a ella como una persona férrea y de puño de hierro. Y, sin embargo...—. Pero no creo que sea invencible. No me malinterpretes, debería estar loca para desafiar a la líder de nuestra aldea. Pero si estamos hablando de algo así como un dios, no creo que ningún mortal sobre la faz de la Tierra pudiera hacerle frente siquiera, ¿no te parece?
—Quizás lo más parecido a un dios para hacerle frente sería Rikudō Sennin... o los bijū
Se rio. Pero era una risa amarga. Más bien temerosa.
Aunque su contestación no la dejó indiferente, y la kunoichi no pudo reprimir una media sonrisa, en cierto modo satírica.
«Vaya. Sí que debe tener confianza en sí mismo si piensa que podría llegar a vencer a algo parecido a un dios.» Pensó. De hecho, las palabras del tiburón prácticamente excluían a cualquier persona sobre la faz de la tierra menos a él.
Y a la Arashikage.
—Yui-sama es la kunoichi más fuerte de Amegakure —correspondió, con un leve asentimiento. Conocía de sobra las leyendas que se habían formado a su alrededor, conocía la mujer que se había labrado en torno a ella como una persona férrea y de puño de hierro. Y, sin embargo...—. Pero no creo que sea invencible. No me malinterpretes, debería estar loca para desafiar a la líder de nuestra aldea. Pero si estamos hablando de algo así como un dios, no creo que ningún mortal sobre la faz de la Tierra pudiera hacerle frente siquiera, ¿no te parece?
—Quizás lo más parecido a un dios para hacerle frente sería Rikudō Sennin... o los bijū
Se rio. Pero era una risa amarga. Más bien temerosa.