Como se suponía ya de dos hombres en pleno momento de crecimiento, ambos lograron también cumplir la tan difícil tarea de terminarse un bol de cantidades desorbitantes de comida en menos de treinta minutos, ni más, ni menos. Sonrió mientras levantaba su mano e imitar a Riko y su símbolo de victoria, pero estaba tan llena que le era imposible.

— Hemos... Ganado.

Y de la nada salió el jefe tirando confeti y soplando algo parecido a una lengua que hacía ruido.

— ¡Felicidades, chavales! ¿Se nota que sois genin, eh? ¡Estoy muy orgulloso de la gente de mi villa! — Exclamó mientras lágrimas se avecinaban a sus ojos café. — Como recompensa, podéis llevaros los bols después de que los lave. ¡Y tenéis que posar para que os haga una foto y ponerla en el muro de los que han pasado el reto! — Explicó mientras cogía los tres platos impolutos y los lavaba con esmero.

Eri suspiró y dejó caer su cabeza sobre las palmas de sus manos. Lo habían logrado y ahora querían enmarcar el momento, cuando se encontraban llenos y cansados. Bueno, daba igual, ¡así todos se darían cuenta de que ellos habían podido con el reto!

— Bueno, si es solo una foto... — Murmuró mientras se levantaba y se posicionaba entre Riko y Juro, tomándolos a los dos por los hombros mientras les pasaba un brazo por detrás de cada cabeza, sin embargo, su estatura le obligaba a apoyarse en los asientos para llegar a la altura en la que se encontraban.

El jefe se dio la vuelta mientras los recipientes se secaban, en sus manos se encontraba una vieja cámara de fotos que imprimía las fotos directamente, sí, claro, de estas que tienes que agitar la foto.

— Decid... ¡Fideos!

La tensión se respiraba en el ambiente, apenas les quedaba tiempo cuando, in extremis, los jóvenes terminaron sus boles de fideos, rozando el límite de tiempo que el jefe les había puesto, lo habían conseguido los tres, no cabía duda de que les dolería la barriga a lo largo del día, pero su momento de gloria no se lo iba a quitar nadie.

— Hemos... Ganado.

Y tanto, Riko miró a sus compañeros, con una gran sonrisa en el rostro, pasando sus ojos de Eri a Juro y viceversa, era una tontería, pero se sentía orgulloso de sí mismo. Aunque este momento se vió rápidamente interrumpido.

— ¡Felicidades, chavales! ¿Se nota que sois genin, eh? ¡Estoy muy orgulloso de la gente de mi villa! — Exclamó mientras lágrimas se avecinaban a sus ojos café. — Como recompensa, podéis llevaros los bols después de que los lave. ¡Y tenéis que posar para que os haga una foto y ponerla en el muro de los que han pasado el reto! — Explicó mientras cogía los tres platos impolutos y los lavaba con esmero.

Al parecer los tres jóvenes no eran los únicos emocionados del lugar, a pesar de acabar de dejar de ganar un pastón, el dueño del local se alegraba por la proeza que acababan de conseguir los tres genin.

Eri se colocó entre medias de los dos chicos, no sin antes parecer no estar muy dispuesta a posar para la foto, pasándoles los brazos por detrás de las cabezas.

— Decid... ¡Fideos!

Riko volvió a realizar el símbolo de la victoria con sus dedos índice y corazón, y con una gran sonrisa hizo lo que el jefe les había pedido.

— ¡Fideos!

— Hemos... Ganado.

Los tres habían terminado el enorme plato, y habían ganado el concurso. Juro se quedó atónito durante unos segundos. ¿Y ya estaba? ¿No había truco? ¿Ninguna trampa?

"Quizá no debería ser tan desconfiado..."

El hombre apareció ante ellos, a punto de reventar de alegría.

— ¡Felicidades, chavales! ¿Se nota que sois genin, eh? ¡Estoy muy orgulloso de la gente de mi villa! — Exclamó mientras lágrimas se avecinaban a sus ojos café. — Como recompensa, podéis llevaros los bols después de que los lave. ¡Y tenéis que posar para que os haga una foto y ponerla en el muro de los que han pasado el reto!

Aunque no es que le hiciese mucha ilusión, en ese momento no quiso arruinar el momento tan emotivo. El hombre comenzó a lavar los bols con esmero, hasta dejarlos impolutos. Tras ello, se preparó para la supuesto foto. Miró a sus compañeros, pero Eri habló por todos:

— Bueno, si es solo una foto...

Mientras el tendero cogía la cámara, Eri se colocó entre los dos y puso los brazos por detrás de sus cabezas, haciendo que los tres se juntaran en una bonita estampa. Juro sintió impulsos de peinarse y comprobar su estado, pero se conformó con recolocarse la bufanda para que estuviera bien y afianzar el agarre de Eri con su brazo.

— Decid... ¡Fideos!— exclamó el tendero, igual de emocionado.

— ¡Fideos! — secundó Riko, poniendo el símbolo de la victoria en su mano.

De pronto, quizá al ver la cámara, la perspectiva le pareció mas agradable. Incluso alentadora. Todo el mundo que pasase por el puesto podría ver su foto y verles a ellos tres como campeones del reto. ¡Iba a enseñárselo a Katsue, seguro que se moriría de envidia!

— ¡Fideos! — exclamó, poniendo una leve sonrisa, al tiempo que imitaba el gesto de Riko con la mano contraria.

— ¡Fideos!

— ¡Fideos!

— ¡Fideeeeeeeeeos!

El flash de la cámara los dejó cegados por un momento, y una foto por debajo del aparato apareció. El jefe la tomó y se la tendió a Eri para que esta la agitase y viese el resultado mientras él se iba a buscar los boles que les había prometido. La chica agitó el trozo de papel con muchas ganas una vez ya bajada de ambos taburetes en los que estaban sentados los chicos, intentando que estos no lo vieran.

''Vale... Creo que ya está.''

Una vez sintió que la foto había sido completamente revelada, se acercó al lugar donde residían las demás fotos (o bueno, solo una) y la colgó, dejando ver una foto que reflejaba un día precioso, con tres gennin en el medio, ambos de los lados haciendo el símbolo de la victoria mientas la del medio los tomaba a los dos por los hombros. Eri sonrió, satisfecha.

— Ha quedado bastante bien. — Alegó, sin apartar la vista de la foto.

— Sí... Habéis alegrado la pared. — Contribuyó el jefe mientras les acercaba los boles a los tres. ---- Aquí tenéis, lo prometido es deuda. — Dijo mientras se secaba una lagrimilla. — ¡Volved de nuevo!

Eri sonrió al jefe y volvió con sus compañeros.

— La próxima vez traemos a Nabi, Kazuma y Yota para que coman también, ¡a ver quién es el que termina antes! — Bromeó, la verdad es que si la próxima vez volvían, ella se pediría un plato normal. Sonrió antes de añadir: — De momento, creo que debería volver a casa... Necesitaré un baño en breves. — Murmuró más para ella que para sus compañeros, sintiendo que en sus tripas se estaba librando una batalla.

Esperó a que tanto Riko como Juro hablasen antes de irse por completo o quedarse y utilizar el baño del puesto de fideos, aunque siendo un puesto...

El tendero realizó la foto, una foto que enmarcaba un hito, quizás no histórico, pero aquellos tres muchachos eran de los pocos que habían logrado completar aquel reto, que, a pesar de haber logrado los tres, no era para nada fácil, pues cuantos más minutos pasaban, más le pesaba la tripa al de rastas, y sabía que en cualquier momento tendría que ir al baño, por lo que estaba empezando a encontrarse realmente incómodo.

La peliazul fue la encargada de agitar la foto para que ésta se revelase, dejando ver aquella bonita estampa, tres genin, dos de los cuales se acababan de conocer, habían hecho unas muy buenas migas, y para colmo, había pasado por un momento de tensión juntos, lo que siempre ayudaba a estrechar relaciones.

Una vez la foto estuvo lista, Eri se acercó a la pared en la que las fotos debían ser colgadas y la colocó, quedándose momentáneamente parada contemplando la fotografía. Riko, a su vez, se acercó para observarla, y, al igual que su compañera sonrió, había quedado muy bien.

— Ha quedado bastante bien. —

El moreno miró a Eri y después, a Juro.

— Desde luego, ¿Tú que opinas Juro?

— Sí... Habéis alegrado la pared. — Contribuyó el jefe mientras les acercaba los boles a los tres. ---- Aquí tenéis, lo prometido es deuda. — Dijo mientras se secaba una lagrimilla. — ¡Volved de nuevo!

— ¡Muchas gracias jefe! — Dijo Riko, sujetando el bol y haciendo una pequeña reverencia.

Entonces Eri habló, y aunque en un tono algo bajo, dijo lo que, al menos Riko, estaba debatiendo en su interior.

— Esto... Creo que yo también Eri. — Susurró el joven para que le oyeran solamente sus dos compañeros. — ¿Qué os parece si dejamos esto por hoy, y ya nos volvemos a juntar otro día chicos? Además, yo creo que debería volver a casa ya. — Explicó el muchacho, esperando la respuesta de los otros dos antes de hacer nada.

Todos realizaron con una sonrisa la foto. Una vez hecha, Eri la agitó levemente.

— Ha quedado bastante bien. — Alegó, sin apartar la vista de la foto, mientras la colgaba.

— Desde luego, ¿Tú que opinas Juro? — comentó Riko, preguntándole.

— Estoy de acuerdo — Juro alzó el pulgar, en símbolo de aprobación.

— Sí... Habéis alegrado la pared.Aquí tenéis, lo prometido es deuda. —El jefe les entregó a cada uno su bol correspondiente. — ¡Volved de nuevo!

Tras terminar con ello, los tres se volvieron, dejando ya a un lado el puesto donde quedaban sus rostros. Juro hinchó el pecho con orgullo, pensando que ahora, cualquier persona que pasase, podría ver su foto y su victoria sobre aquel puesto de comida rápida. Eri se dirigió hacia ambos.

— La próxima vez traemos a Nabi, Kazuma y Yota para que coman también, ¡a ver quién es el que termina antes!

— ¡Si! — exclamó, con una sonrisa.

Trató de pensar en sus dos compañeros de equipo frente al plato de fideos, mientras le daba vueltas al bol. ¿Lo conseguirían también? Él solo imaginarlo le provocó una carcajada.

— De momento, creo que debería volver a casa... Necesitaré un baño en breves.

— Esto... Creo que yo también Eri ¿Qué os parece si dejamos esto por hoy, y ya nos volvemos a juntar otro día chicos? Además, yo creo que debería volver a casa ya. — comentó Riko, secundado a la chica.

— Claro, me parece bien. Tenemos una promesa pendiente, aunque nadie haya pagado esta vez — mencionó Juro, recordando su "ciclo de pagos" — . Yo también me voy a casa, mi hermana estará preguntándose donde estoy.

Eri sonrió ante todas las respuestas que le habían dado sus dos compañeros de villa, pero no pudo evitar sonrojarse cuando mencionó que iba a necesitar un baño dentro de poco. Sin embargo, tanto Riko como Juro también debían volver a sus respectivas casas, así que tanto ella como su rebelde estómago se vieron aliviados.

— Entonces, todavía tenemos una comida pendiente. — Siguió la corriente de Juro. — Dejadme un poco de margen para que este plato se asiente, y si queréis, podemos vernos dentro de poco.

Se acercó al jefe del local y se despidió de el con un sonoro ''hasta luego'' que también contestó el otro chico que había en la barra, luego se acomodó su bandana que se había soltado con tanto movimiento y se arregló la túnica que llevaba.

— Espero veros pronto. — La kunoichi movió las manos de forma anímica, y con eso, desapareció con camino tranquilo pero sin pausar ni un segundo.

No fue más allá cuando contó los diez pasos cuando se giró.

— ¡Y la próxima vez decís vosotros el lugar, y ponéis el dinero! — Guiñó su ojo derecho y acto seguido, saltó a una de las casas contiguas y se alejó de la escena, quedando solo dos chavales del remolino.

Los tres genin estaban de acuerdo en que era momento de despedirse, aquella proeza que acababan de lograr había hecho efecto en ellos, al menos, en dos de los tres jóvenes, que reflejaron la prisa que tenían por acudir a un baño lo antes posible, por lo que, la mejor opción era dejar el resto para otra ocasión.

— Claro, me parece bien. Tenemos una promesa pendiente, aunque nadie haya pagado esta vez. Yo también me voy a casa, mi hermana estará preguntándose donde estoy.

— Entonces, todavía tenemos una comida pendiente. Dejadme un poco de margen para que este plato se asiente, y si queréis, podemos vernos dentro de poco.

Todos parecían estar de acuerdo en lo mismo, y era que aquella no iba a ser la última vez que los tres jóvenes se reunirían.

— Perfecto entonces, volveremos a quedar pronto. — Sonrió y se giró hacia el dueño del local. — ¡Gracias por la comida! ¡Hasta la próxima!

Entonces comenzó a caminar, y cuando estaba a punto de saltar hacia uno de los tejados circundantes, escuchó la voz de Eri.

— Espero veros pronto.

— ¡Eso está hecho! — Aceptó el rastas, y, tras despedirse nuevamente de Juro con la mano, saltó a un tejado y comenzó a dirigirse hacia su casa.

— Entonces, todavía tenemos una comida pendiente. Dejadme un poco de margen para que este plato se asiente, y si queréis, podemos vernos dentro de poco.

Juro asintió, felizmente. A lo tonto, habían pasado un rato interesante. Había recordado lo que era sentarse y pasar un rato agradable con amigos de edad similar a la suya. Después de casi un año, se sentía mucho más feliz que antes. Dejó que su rostro se relajara, hasta revelar una sonrisa más sincera, mientras los tres se alejaban hasta llegar a una encrucijada.

— Espero veros pronto. — se despidió Eri, con la mano.

— ¡Eso está hecho! — Aceptó Riko, imitando el mismo movimiento para despedirse de Juro.

Tras unos pasos, la peliazul se giró, al tiempo que Riko se alejaba también.

— ¡Y la próxima vez decís vosotros el lugar, y ponéis el dinero!

— ¡Esta bien! — exclamó, despidiéndose de ambos también — ¡Nos vemos, chicos!

Tras eso, los dos chicos literalmente saltaron por dos casas distintas y se alejaron, mientras Juro observaba su silueta. Se preguntó el porque de ese arranque. ¿Los ninjas de hoy en día ya no caminaban por las calles?

Con un encogimiento de hombros, se dio la vuelta y se dirigió a su casa, por el camino contrario. Tardaría media hora en darse cuenta del problema, y otra media hora en corregirlo.