Había pasado prácticamente un año desde aquel fatídico día, prácticamente un año en el que no había salido de su casa a no ser que le hubieran obligado a ello, y aún así no le habían conseguido sacar muchas de las veces. Pero ya era hora de intentar pasar página, se levantó aquel día con unos ánimos que hacía mucho tiempo que no sentía, y supo que aquel era el punto de inflexión.

Se vistió con unos pantalones negro, una camiseta negra y un abrigo azul, no en vano, estaban en invierno y el frío hacía acto de presencia en la Villa Oculta del Remolino. El sol se asomaba tímidamente, dejando entrever algunos de sus rayos, proporcionando una luz perfecta para pasear por las calles de la aldea. Hacia un frío seco, que se te metía hasta en los huesos y que convertía el aliento en aquel ligero humillo con el que todos jugábamos cuando éramos unos críos.

''Bueno, esto no ha cambiado demasiado... Hacía mucho que no paseaba por aquí...''

Seguía caminando por el centro de la villa, cuando de repente se le encendió una bombillita, la idea de visitar un sitio que, sieno sincero, tenía muchas ganas de visitar, y, aquel iba a ser el día, por lo que rápidamente, dio media vuelta y empezó a caminar sobre sus pasos, dirigiéndose rápidamente a las Costas del Remolino.

El trayecto no se le hizo excesivamente largo, y cuando quiso darse cuenta, estaba caminando sobre la fina arena de las playas del Remolino, contemplando el mar y escuchando el sonido de las olas.

Rápidamente se sentó a la orilla, y comenzó a pensar en sus cosas, con la mano derecha echada al cuello, aunque hubiera pasado casi un año, aún notaba el frío acero de la katana clavado en su cuello como si aún estuviera ahí, y ya estaba empezando a darse cuenta que sería algo con lo que tendría que vivir durante mucho tiempo.

El frio del invierno, hacia propicio el tiempo para dormir y no salir de la cama al menos no durante ese día, al menos eso pensó Hazegawa, pero como era costumbre sus intenciones de holgazanear serian frustradas, abrió levemente los ojos y observo que ya era de día, sus congéneres comenzaban sus tareas diarias pero el solo quería dormir hasta tarde.

Y simplemente cerró sus ojos, subió la sabana hecho un ovillo en su cama y así estuvo unos minutos, disfrutando de aquella gloria matinal quedando dormido nuevamente, hasta que de un momento a otro, sintió como el frio le recorría todo el cuerpo, la sabana le había sido arrebatada en un parpadeo, y una figura femenina con sabana en mano, le miraba con el ceño fruncido.

—Querido hazegawa… ¡MUEVE EL CULO, YA ESTA EL DESAYUNO HECHO!— La voz estridente de Hana, una de sus primas mayores le cayó de sorpresa y tras una leves hostias mañaneras, hazegawa bajo ya arreglado a desayunar.

Mientras desayunaba con sus congéneres, Hana no dejaba de frustrar los planes de holgazanear de Haze, mientras tomaba un sorbo de té y daba una mordida a un trozo de pan, le comunicaban el plan del día.

—Hazegawa, iremos a la playa hoy…quiero hacer algunos bocetos, y esta temporada me parece perfecta para ello— dijo dulcemente a su primo, mientras servía algo de té en una tacita.

—Bueno…qué más da— pensó mientras, masticaba el pan.

Minutos más tarde tras alistarse con ropa adecuada, ambos iban abrigados con un atuendo bastante simple, Hana agrego una bufanda de color gris a su atuendo, y partieron hacia las costas del remolino, hazegawa caminaba con las manos en los bolsillos, algo retraído pensando en la calidez de su cama, y Hana iba hablando sobre el arte de la pintura cosa que a Haze le traía sin mucho cuidado, a la par que llevaba sus herramientas de pintura.

Al llegar a la playa, Hana escogió el lugar donde haría su pintura, armo la pequeña estructura de madera donde poner el lienzo, y saco una pequeña cajita donde llevaba sus pinturas, antes de ponerse manos a la obra, noto que había un sujeto sentado en la orilla, arruinándole el paisaje, estaban tan solo a unos cinco metros de él.

—Mira…hay un sujeto allí, Podrías decirle amablemente… ¡QUE SE QUITE, QUE ME ESTORBA EL PAISAJE! — Mientras jalaba del abrigo gris de Haze, sacándolo de su trance.

— ¡Que!...No, dile tu…yo no quería venir a la playa en primer lugar— Alcanzo a decir Haze, alejándose un poco de Hana, algo avergonzado puesto Hana no sabía ser discreta.

Hana lo atravesó con la mirada, ella lo superaba ampliamente en Taiyutsu, aun así estaba obligado a cumplir las órdenes de su prima pues era mayor que él y si algo pasaba, Hana no dudaría en acusarlo con su sensei, Haze de una u otra forma, se comería el marrón.

—Usted señor...— Dijo hana, aun tras el Lienzo, al sujeto sentado en la orilla...

No llevaba en aquel lugar ni apenas media hora, disfrutando del paisaje y de la tranquilidad que le transmitía aquel ambiente, en el que se podía uno perder en sus pensamientos, aunque no siempre esto era una de las mejores ideas, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los pensamientos que le pasaban por la cabeza estaban relacionados con lo pasado en aquel evento, el Torneo de los Dojos.

El frío se dejaba notar con intensidad, en más de una ocasión tuvo que colocarse las manos bajo las axilas, permitiendo que estas entraran de nuevo en calor antes de seguir jugando con la arena, cogiendo un puñado y soltándolo dejando que el viento la arrastrara, aunque fuera algo infantil, le ayudaba a distraerse.

Y de repente, la calma desapareció. Riko notó como llegaba gente, no muy lejos de donde él estaba situado, pero no le dio importancia, ni si quiera se giró para ver si era alguien conocido, simplemente se quedó allí parado, mirando el mar, si era algún amigo, no tardaría en identificar a Riko, no hay mucha gente con ese pelo en la Villa.

—Mira…hay un sujeto allí, Podrías decirle amablemente… ¡QUE SE QUITE, QUE ME ESTORBA EL PAISAJE! — Mientras jalaba del abrigo gris de Haze, sacándolo de su trance.

No se lo podía creer, aquella gente, sin ningún tipo de reparo, estaba hablando de echarle del lugar, ni si quiera se habían dado cuenta de que, a la poca distancia que se encontraban, el rastas podía escucharlos perfectamente. Al parecer eran dos personas, y una de ellas parecía tener cierto nivel de mando sobre la otra.

—Usted señor...— Dijo hana, aun tras el Lienzo, al sujeto sentado en la orilla...

— Lo siento, no me voy a mover de aquí, si molesto, muévete hacia un lado tú. — Contestó Riko de manera seca, sin si quiera volverse para mirar a quienes trataban de echarle de donde se encontraba sentado tranquilamente.

— Lo siento, no me voy a mover de aquí, si molesto, muévete hacia un lado tú. —

Llevaban alrededor de diez minutos, discutiendo cuando ambos escucharon al sujeto de rastas, Hana frunció el ceño notablemente y dejo los pinceles en la cajita de donde los había sacado, señalo a Haze con su dedo y se marchó bastante ofuscada, esto le traería problemas con los cuales lidiaría más tarde.

Haze soltó un largo suspiro, ahora debía cargar todas las herramientas de Hana de vuelta, y además aún seguía allí ese sujeto que Hana pretendía echar, sentía algo de pena por las palabras de su prima, que a fin de cuentas más altanera imposible.
Tras recoger las herramientas y dejarlas en el mismo sitio, se acercó al sujeto armado de valor, cosa que no le era difícil, nunca tuvo problemas para comunicarse con los demás, para hacer una leve reverencia.

—Soy Hyuga Hazegawa, y en nombre de todo el clan, os pido disculpas por la insolencia de mi prima, lamento si interrumpimos su meditación. —

—Hasta cuando tendré que ir disculpando a esta mujer… — Pensó Haze, tomando su postura normal, esperando aquel sujeto desconocido entendiera o al menos aceptara su disculpa.

Al parecer a una de las dos personas pareció no gustarle del todo la reacción del de rastas, ya que rápidamente se fue con pinta de estar algo cabreada y dejando allí al otro, el cual parecía algo más tranquilo y sensato, que se quedó recogiendo los trastos que se había dejado allí su acompañante.

Una vez hubo recogido todo lo que quedaba, se acercó a Riko, y, para sorpresa de éste, cuando quiso mirar hacia donde el joven se encontraba, vio como el muchacho había hecho una leve reverencia.

—Soy Hyuga Hazegawa, y en nombre de todo el clan, os pido disculpas por la insolencia de mi prima, lamento si interrumpimos su meditación. —

El joven pelinegro se le quedó mirando un poco perplejo, no era él quien tenía que ir a pedir perdón, pero al parecer, estaba acostumbrado a ello, por lo que supuso que aquella chica solía actuar de aquella forma más a menudo de l que debería.

— ¡Hey! No te preocupes, no tienes que pedir disculpas por nada, yo soy Haiso Riko, encantado. — Se presentó el joven tratando de ser lo más amable posible. — ¿Quién era la chica? He conseguido cabrearla, ¿no? — Rió el joven, tratando de entablar una conversación. — Ven, siéntate. — Le indicó dando unas palmaditas en el suelo justo al lado suyo.

— Ven, siéntate.—

Haze parpadeo un poco sorprendido, esperaba una reacción más agresiva de su otro interlocutor, pero tomo asiento gustoso, al lado de aquel rastas sosteniéndose con ambas manos en la fría arena de la costa del remolino.

—Hm, cabreada…yo diría que sí, pero me has quitado un peso de encima— dijo y soltó una risilla. —Mi prima siempre anda estresada en estos días, y lo peor es hacer de su acompañante…mujeres— chasqueo la lengua y asintió conforme.

Haze quedo mirando el oceano durante unos segundos, analizando el aspecto del rastas, jamas lo habia visto en su vida, de hecho era el primer rastas con el que se topaba, y le causaba cierta curiosidad recordando porque no solia venir mucho a la playa, era un lugar para pensadores y aquellos que deseaban olvidarse del dia a dia.

—La verdad es que nunca te habia visto en la aldea, y no hace falta activar mi byakugan para ver que algo ocupa tu mente...— dijo y alzo la mirada hacia el cielo, este lugar era perfecto para hacer el vago, sin las interrupciones de sus congeneres, si no fuera porque hana se ha llevado consigo el monedero se habria hecho con algun dulce.

Al principio el joven parecía algo sorprendido por el ofrecimiento del de rastas. Quizás después de como les había contestado antes, se esperaba que no se tratase de mas que de un borde que se dedica a mandar a todos a la mierda, pero ese no era Riko, aún después de todo lo que había sucedido sequía tratando de ser todo lo amable y cordial que podía, sobre todo con sus compañeros de Villa.

—Hm, cabreada…yo diría que sí, pero me has quitado un peso de encima— dijo y soltó una risilla. —Mi prima siempre anda estresada en estos días, y lo peor es hacer de su acompañante…mujeres— chasqueo la lengua y asintió conforme.

Riko se rió a la vez que su nuevo acompañante de meditaación.

— Bueno, hay que aguantar a la familia, ¿no? — Dijo el joven, denotando en la voz un poco de toda la tristeza que le inundaba. — Aunque te reconozco que a veces si es un coñazo.

En un momento dado, Hazegawa quedó mirando hacia el oceáno, y Riko, consciente de que esos momentos son los mejores para pensar, prefirió no molestarle, esperar a que fuera él quien rompiera el silencio, algo que no tardó demasiado en hacerse esperar.

—La verdad es que nunca te habia visto en la aldea, y no hace falta activar mi byakugan para ver que algo ocupa tu mente...— dijo y alzo la mirada hacia el cielo, este lugar era perfecto para hacer el vago, sin las interrupciones de sus congeneres, si no fuera porque hana se ha llevado consigo el monedero se habria hecho con algun dulce.

Vaya, al parecer el esconder sus emociones no era su punto fuerte y aquel joven al que apenas acababa de conocer se había percatado de que no estaba en sus plenas facultades de alegría.

— Bueno... Digamos que he pasado por un tiempo... Poco social de mi vida, quizás por eso no nos hayamos visto antes... — Sonrió el de rastas. — Bueno... Digamos que no me veo preparado para hablar de ello aún, y no te ofendas, pero nos acabamos de conocer, sería algo raro que te contara mis penas, ¿no?

Hacía mucho que Riko no entablaba una conversación con alguien ajeno a su casa, por lo que agradecía infinitamente que aquel muchacho se hubiera quedado allí a darle algo de lo que poder hablar.

— ¿Y que te trae por aquí, Haze? ¿Puedo llamarte Haze?

— Bueno... Digamos que he pasado por un tiempo... Poco social de mi vida, quizás por eso no nos hayamos visto antes... Bueno... Digamos que no me veo preparado para hablar de ello aún, y no te ofendas, pero nos acabamos de conocer, sería algo raro que te contara mis penas, ¿no?

Haze le escucho atento, mirándole de reojo mientras veía como las olas impactaban en la costa, sin embargo pudo notar que algo se movía a unos diez metros de su posición, el oleaje comenzaba a arrastrarlo en retorno al mar, no alcanzo a determinar qué era lo cierto era que se movía de forma errática y chapoteaba agua a los lados, Haze ladeo la cabeza un poco mientras seguía observando.

— ¿Y qué te trae por aquí, Haze? ¿Puedo llamarte Haze?

— ¡Claro!...Y descuida, no es problema después de todo…es raro escuchar las penas de un extraño— Dijo Haze esbozando una leve sonrisa.

—Bueno…mi prima me obligo a acompañarle, si no fuera por ella…estaría yo tirado en mi casa disfrutando del invierno, aunque estoy ansioso por que me asignen una misión, ¿y tú que tal?... — Dijo con un gesto cortes, mientras cambiaba de posición para sacudirse las palmas de las manos.

—Que rayos será eso que va ahí…— Dijo señalando aquello que había notado hace segundos, quizás riko había lanzado algo al mar, antes de que haze y su prima llegaran. —No veo a nadie más por los alrededores…—

Riko se dio cuenta de que, aunque parecía que no, el joven Hyuga le estaba prestando atención, al menos, la suficiente y necesaria como para poder seguir adelante con la conversación. Pero también se dio cuenta de que algo proveniente del mar había llamado su atención, por lo que se quedó mirando también hacia aquello que chapoteaba en la orilla.

— ¡Claro!...Y descuida, no es problema después de todo…es raro escuchar las penas de un extraño— Dijo Haze esbozando una leve sonrisa.

Menos mal que el joven lo entendía, no quería parecer un tipo borde, pero era cierto que quizás no era lo más adecuado contarle tus problemas a alguien a quien acabas de conocer.

—Bueno…mi prima me obligo a acompañarle, si no fuera por ella…estaría yo tirado en mi casa disfrutando del invierno, aunque estoy ansioso por que me asignen una misión, ¿y tú que tal?... — Dijo con un gesto cortes, mientras cambiaba de posición para sacudirse las palmas de las manos.

Así que, a fin de cuentas, le gustaba vaguear... No le culpaba, siempre era bueno quedarse un rato más en la cama por las mañanas.

— Bueno, la verdad es que yo vine aquí a meditar un poquito, siempre viene bien desconectar. — Dijo el chico, mirando de nuevo a aquello que chapoteaba en el agua, y que estaba comenzando a salir.

—Que rayos será eso que va ahí…— Dijo señalando aquello que había notado hace segundos, quizás riko había lanzado algo al mar, antes de que haze y su prima llegaran. —No veo a nadie más por los alrededores…—

Riko se preguntaba exactamente lo mismo, era incapaz de dejar de mirar aquell que salía del agua, y, cuando se dio cuenta de lo que era, empezó a preferir haberse quedado en casa aquella mañana.

— ¡No me jodas! ¡Es un puto cocodrilo! Y parece que viene hacia aquí, quizás deberíamos marcharnos. — Sugirió el de rastas, pero, desgraciadamente era algo tarde, el cocodrilo pegó un acelerón y rápidamente estaba a la altura de los muchachos dispuesto a atacar.

— Espero que te sepas defender... — Advirtió el pelinegro poniéndose en pie de un salto.

—¡No me jodas! ¡Es un puto cocodrilo! Y parece que viene hacia aquí, quizás deberíamos marcharnos. — Sugirió el de rastas, pero, desgraciadamente era algo tarde, el cocodrilo pegó un acelerón y rápidamente estaba a la altura de los muchachos dispuesto a atacar.

—Espero que te sepas defender... — Advirtió el pelinegro poniéndose en pie de un salto.

Haze se puso se pie de un salto, pero no llego a sentir miedo ni confusión alguna, se armó de determinación, se había entrenado mucho por mucho tiempo para que un mísero cocodrilo tratara de amenazarle, debía de actuar de forma inteligente ya que había escuchado cuentos de cocodrilos que han devorado a aldeanos y no pretendía ser devorado, al menos no ese día.

Una vez de pie, pensó en que hacer — ¡Nada de eso, Distraer-analizar-atacar! —Sin tiempo que perder, —Riko, ¡tengo un plan! —comenzó a hacer los sellos correspondientes a la par que el cocodrilo se acercaba.

—Carnero → Serpiente → Tigre— Dijo, y tras hacer el ultimo sello, una leve nube de humo hizo acto de presencia, propia del jutsu y tres clones del buen haze se pudieron vislumbrar alrededor del cocodrilo, a cierta distancia para que el cocodrilo tuviera que acomodarse para atacar, el verdadero haze se posiciono de último rodeando al cocodrilo.

Los clones serian útiles al menos ante un animal que no podía percibir a simple vista que era un engaño, esto le daría tiempo de analizar y buscar un punto débil en el cocodrilo, aunque lo obvio era que su piel era muy resistente a los golpes, se le ocurrió algo.

Además de notar que el cocodrilo poseía una cinta rodeándole el cuello de color rosa, se le hizo algo extraño, quizás aquel cocodrilo tenia dueño o era una invocación, ¿Quién sabe? Lo cierto, era que se encontraba ante un riesgo y no pretendía salir perdiendo.

El muchacho de los ojos blancos no pareció amilanarse ante la presencia de semejante bestia, un cocodrilo de 3 metros de largo, algo demasiado grande quizás para un cocodrilo normal y corriente, y rápidamente Hazegawa comenzó una estrategia.

El muchacho comenzó una serie de sellos y justo después, tres Haze más hicieron acto de presencia. No se trataban de más que de simples bunshins, pero, tratándose de un animal, no era mala idea del todo, pues quizás no sabría distinguir al verdadero de los clones. El Hyuga y sus clones se colocaron en posición, dejando al cocodrilo en el centro, rodeándolo. Lo que ninguno de los allí presentes esperaba era la reacción que tuvo el cocodrilo, que girando sobre sí mismo, lanzó un coletazo que, si no lo esquivaba, no solo eliminaría a los clones, si no que haría mucho daño a Haze.

Riko, por su parte, estaba esperando para ver cual era la reacción del animal, y entonces actuar, aunque no tenía muy claro qué era lo que tenía que hacer contra un bicho de semejante tamaño.

— No creo que ir solos sea la mejor idea, Haze. Deberíamos atacar a la vez. — Sugirió el de rastas. —Yo haré que se centre en mí, tu trata de hacerle todo el daño posible sin que te de. — No era la mejor de las estrategias, pero al menos, era algo.


· PV:

120/120

–

· CK:

150/150

–


¤ Hitai-ate (anudada al cuello)
¤ Portaobjetos básico (En la cintura)

• Shuriken x5
  
• Kunai x2
  
• Hilo shinobi
  
• Hikaridama

— No creo que ir solos sea la mejor idea, Haze. Deberíamos atacar a la vez. — Sugirió el de rastas. —Yo haré que se centre en mí, tu trata de hacerle todo el daño posible sin que te dé. — No era la mejor de las estrategias, pero al menos, era algo.

Haze alcanzo a sonreír, sus clones eran todo un éxito y el cocodrilo estaba rodeado, ahora sería hora de comenzar el ataque, pero su estrategia se vino abajo cuando el cocodrilo dio un coletazo girando sobre sí mismo, vio claramente como la cola atravesó a su primer clon e iba por el segundo, y dio un salto hacia atrás rápidamente pues no pretendía dejarse golpear por aquella criatura.

— ¡Maldito animalejo! —Pensó rápidamente y consolido su plan.

—Riko, si posees algún arma perfora al cocodrilo, y yo me encargare de usar una técnica raiton, para ocasionarle daños internos— Dijo al rastas ya alejado unos metros del cocodrilo, no le gustaba la idea de tener que dejárselo al rastas, pero el parecía más experimentado en combate.

—De donde ha salido uno tan grande…joder, que nos hemos ganado la lotería— Soltó una risilla, antes de tomar la posición de combate genérica de su clan, con la palma extendida, que le sería inútil ahora pero le mantendría alerta.

Desde su posición seguía analizando al cocodrilo, buscando una abertura o herida abierta que pudiera tener, algo que le diera algo de ventaja, después de todo no quería que el rastas saliera herido, si bien no le conocía del todo, parecía una buena persona.



· PV:

90/90

–

· CK:

81/90

–


¤ Hitai-ate (Atada en la frente)
¤ Portaobjetos básico (En la rodilla derecha)

Tal y como sospechaba, aquel animal había sido capaz de eliminar a los tres clones de Hazegawa de un solo coletazo, por suerte, el original había sido lo suficientemente rápido como para poder esquivar el golpe, que le hubiera hecho un daño considerable si le llegaba a alcanzar.

—Riko, si posees algún arma perfora al cocodrilo, y yo me encargare de usar una técnica raiton, para ocasionarle daños internos—

Al menos el Hyuga parecía haber aceptado la sugerencia de Riko, y había aportado su granito de arena. El rastas, haciendo caso de lo que su compañero le había dicho, sacó a relucir uno de sus kunais, empuñándolo con su mano derecha, y colocándose en una pose semi-defensiva. Cuando se hubo preparado, se lanzó al cuerpo a cuerpo contra aquella bestia.

— ¡Vale Haze, hay que hacerlo bien, no quiero perder ninguna parte de mi cuerpo hoy. — Bromeó el pelinegro, aunque, en el fondo, de broma tenía muy poco, no era algo que le emocionara en exceso el perder una pierna o un brazo.

Cuando el de rastas estuvo lo suficientemente cerca del cocodrilo, éste centró su atención en él, y se lanzó rápidamente a propinarle una dentellada. Riko fue capaz de esquivar el bocado con un salto, y al caer le propinó una fuerte patada en la parte superior del tronco, pero el animal ni si quiera si inmutó.


· PV:

120/120

–

· CK:

150/150

–


¤ Hitai-ate (anudada al cuello)
¤ Portaobjetos básico (En la cintura)

• Shuriken x5
  
• Kunai x2
  
• Hilo shinobi
  
• Hikaridama

· Patada: (13 PV + 4) / 2 = 8

— ¡Vale Haze, hay que hacerlo bien, no quiero perder ninguna parte de mi cuerpo hoy. — Bromeó el pelinegro, aunque, en el fondo, de broma tenía muy poco, no era algo que le emocionara en exceso el perder una pierna o un brazo.

—Yo tampoco— Pensó mientras alternaba la mirada entre riko y el cocodrilo, aun así estaba convencido de su estrategia daría frutos después de todo, a pesar de estar en una situación bastante peligrosa, no dejaba de creer que estaba por encima de ello, su típica arrogancia le mantenía una alta moral.

Aunque poco podía hacer, buscar propinarle un golpe al cocodrilo no le haría mucho daño y llamaría su atención, y no quería cagarla, no a estas alturas.

— ¡Si puedes darle preferiblemente en la cabeza, podríamos eliminarlo de un tajo! — Comento a Riko tras verle dar aquella patada al cocodrilo y al ver como la criatura ni se inmutaba, le dejo muchas más dudas.
Mientras se mantenía atento a los movimientos del cocodrilo, maquinaba su plan y confiaba en que riko no se dejaría devorar por aquel monstruo marino, su plan era en concreto perforar la piel del cocodrilo si era en la cabeza mejor aún, para atizarle luego con su Kangehika y luego se haría un abrigo con su piel.




· PV:

90/90

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· CK:

90/90

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¤ Hitai-ate (Atada en la frente)
¤ Portaobjetos básico (En la rodilla derecha)

El cocodrilo se hubiera reído de la patada que Riko le había propinado si fuera capaz de ello, parecía no haber sufrido ningún daño, aunque, siendo sinceros, era entendible, pues aquella escamas eran tan duras como el acero, o al menos, eso le habían parecido el de rastas al soltar el golpe.

— Vale, tenemos que atacarle por la zona de abajo, por arriba es demasiado duro como para que podamos hacerle daño. — Explicó el joven genin a su compañero, por si aún no había llegado a la conclusión. — Estate atento para cuando descubra la barriga. —

Riko tenía un plan, pero era bastante arriesgado, por lo que tendría que hacerlo perfecto. El joven esperó a que el animal se lanzase a por él, lo cual no tardó demasiado en ocurrir, con la mandíbula abierta de par en par, se tiró a por el joven, dispuesto a zampárselo de un bocado.

El rastas esperó a que el animal estuviera lo suficientemente cerca, y en ese momento, se agachó y le lanzó una patada a la parte baja del morro, que le hizo salir por los aires, dejando completamente desprevenida su parte débil.

— ¡AHORA! — Le gritó a Hazegawa.


· PV:

120/120

–

· CK:

102/150

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- 48

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¤ Hitai-ate (anudada al cuello)
¤ Portaobjetos básico (En la cintura)

• Shuriken x5
  
• Kunai x2
  
• Hilo shinobi
  
• Hikaridama

¤ Konoha Shōfū
¤ Viento Ascendente de la Hoja
- Tipo: Ofensivo
- Rango: C
- Requisitos: Taijutsu 40
- Gastos: 48 CK
- Daños: 80 PV
- Efectos adicionales: Manda al oponente por los aires, desarma
- Sellos: -
- Velocidad: Muy rápida
- Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo

Esta técnica utiliza el cuerpo entero como resorte, amasando chakra a través de todo él y tomando una postura donde la parte posterior del mismo cae hacia abajo. Con este poderoso Taijutsu, el usuario asesta una fuerte patada en la barbilla de su adversario, causándole un tremendo daño en la mandíbula y mandándolo a volar por los aires, desarmándolo de cualquier objeto con el que estuviese equipado en las manos.

¤ Konoha Shōfū: 80 PV