Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Daigo llevaba ya un par de horas trotando sin descanso, deteniéndose para hacer un par de minutos de boxeo de sombra y retomando su carrera inmediatamente después.
—Un, dos, un, dos...
Marcaba con su voz el ritmo de la carrera durante todo el trayecto.
El clima era de lo más agradable para salir a correr. El cielo estaba despejado, el sol brillaba y el viento soplaba con algo de fuerza, haciendo que toda su ropa bailase con él.
De pronto, tanto el como otras dos personas que no estaban muy lejos, pudieron escuchar un potente rugido que provenía de algún punto más alto de donde se encontraban.
¿¡Un león!?...
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
"Aquí estoy de nuevo, espero poder disfrutar de este pasaje esta vez" Pensé a la par que recordaba la última vez que había estado ahí, mi encuentro con una chica que era poco conversadora y que no quiso compartir el camino conmigo.
"Supongo que fue mejor venir a esta hora, hay bastante gente..." Me dije mientras caminaba en ascenso por el camino, realmente estaba empezando la caminata, pero estaba bastante lleno de ánimos y listo para llegar a la cima, o por lo menos llegar lo más lejos posible.
En esta oportunidad, había aprendido a lección y tenía un termo con agua congelada del cual bebía poco a poco para tratar de rendirlo hasta el punto máximo que pudiera alcanzar. En ruta me sentí acompañado, ya que en cualquier momento me topaba con alguien y a donde mirase había una persona, sí, un día muy concurrido.
Tras varios pasos llegué a un lugar en donde me llamó la atención un chico en particular, era blanco y más alto que yo, cabellera verde esmeralda y ojiazul, estaba entrenando y lo pude constatar al ver un poco de sudor en su cuerpo, de todas las personas que había visto solamente él estaba entrenando, tenía cierta razón ¿Por qué no se me había ocurrido la idea de entrenar ahí?
Un rugido intenso se escuchó en todo el lugar, miré hacia donde posiblemente provenía el sonido, efectivamente, era de más arriba. ¿Que bestia andaría suelta?
Esperé unos minutos los cuales invertí en hidratarme, la idea era preguntarle a alguien que viniese descendiendo para preguntar sí había visto, o no, algo extraño.
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
Que haya sido seleccionada para participar de un torneo no era excusa para dejar las prácticas y calentamientos rutinarios que llevaba a cabo por las calles de la aldea, ahora más que nunca tenía que ejercitarse así al menos podía rebajar un poco esa gordura que padecía a causa de sus problemas alimenticios. Es decir, por mucho que uno se esfuerce por mantener un buen estado físico, si se alimentaba de pura comida chatarra y no variaba las cosas indudablemente nunca alcanzaría el objetivo final. Ese era el caso de la pecosa que como siempre salió de su habitación para corretear por todo el valle.
Considerando el lugar en el que se encontraba, la joven no podía darse el lujo de salir ligera y sin preocupaciones, uno nunca sabe lo que se pueda llegar a encontrar en un lugar donde hay varios shinobis de otras aldeas e incluso gente completamente desconocida, después de todo la extranjera ahora mismo era ella y por ello prefirió llevarse todo lo suyo encima, desde la bandana hasta el portaobjetos amarrado a la parte trasera de su cintura y la katana, firme en su espalda.
Todo eso le hacía un peso adicional que seguramente la ayudaría un tanto con su rutina, pero nada realmente destacable y de lo que quiera acostumbrarse.
Como la costumbre lo dictaba, la joven Kageyama se dirigió en línea recta sin pensar a dónde dirigirse, así la vuelta la tendría más que sencilla, pero justo cuando estaba en un lugar prácticamente deshabitado, se pudo escuchar un fuerte rugido que… Siendo realistas, probablemente implicaría un peligro para algún civil que ande de paso o algún poblado cercano. «Menos mal que me traje todo »pensó la kunoichi que lejos de retirarse a buscar a alguno de los samurái para que se haga cargo, prefirió al menos ir a comprobar el lugar por el que escuchó el ruido.
Fue así como Koko comenzó el ascenso por la cordillera prestando especial atención a su alrededor para no llevarse sorpresas desagradables.
Daigo intentó advertir del peligro a la chica, que pasó corriendo a su lado luego de rebasar a Keisuke.
¿Por qué ha empezado a correr de esa manera? ¿A caso no ha escuchado el rugido? ¡Hay un león cerca!
No fue sino hasta que el chico se fijó en las armas que portaba la muchacha que se dio cuenta de que ella subía porque había escuchado el rugido.
—¡Eh, espera! —Dijo y se echó a correr tras la chica—. ¡Voy a ayudar!
Llegaron a dar apenas un par de pasos antes de que ambos se topasen con un pequeño tumulto que corría cuesta abajo en dirección a donde se encontraban los tres chicos.
Ninguno de ellos parecía estar herido, pero todos y cada uno de ellos estaban completamente aterrorizados, tanto que si alguno intentaba hablar con cualquiera de ellos, simplemente sería ignorado.
Excepto por un joven, que giró en cuanto se dio cuenta de que los chicos llevaban bandanas ninja.
—Sois ninja ¿Verdad? ¡Si es así contened el asunto mientras buscamos a la guardia para que se encargue de esto!
Y sin dar más explicaciones, se marchó junto con el resto del tumulto.
Daigo titubeó durante unos instantes, pero finalmente consiguió reunir el valor suficiente para reunir algo de chakra en las plantas de sus pies y echarse a correr cuesta arriba.
—¡Por aquí llegaremos más rápido!
Así fue como el chico empezó a correr con normalidad por donde un civil común tendría que emplear todas sus fuerzas en escalar. Una de las muchas ventajas de ser shinobi.
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Pero antes de ver a alguien descender de la ruta, una chica rubia salió corriendo en la dirección contraria, o sea, ascendía, parecía interesa en lo que ocurría allá arriba, además, el peliverde se pegó a ella para apoyarla o eso escuché; miré a mis alrededores y me fijé que apenas quedábamos nosotros tres en este trecho de camino. ¿Debía subir y ayudarlos en la batalla contra la bestia?
Mi curiosidad se elevó cuando escuché el sonido de un grupo de personas moverse a gran velocidad, descendían de la manera más rápida posible y aunque traté de retener a algún sujeto por unos instantes para que explicase la situación, nadie aceptó a describir un poco lo ocurrido. No me quedó más alternativa que acercarme a una chico que se detuvo justo frente al sujeto que entrenaba hacía unos segundos, los ojos del interlocutor buscaron nuestras bandanas confirmando que eramos shinobis y luego explicó la situación, bueno en parte, bueno realmente no explicó nada, solo nos encomendó controlar la situación y lo único que venía a mi mente era que un gran animal salvaje estaba causando estragos en los más alto del camino.
Suspiré con resignación, no estaba para combates ni nada por el estilo ¿Acaso no podía venir a este lugar sin que pasara nada... raro? El peliverde salió disparado al lugar de la acción, la rubia le seguía de cerca, o el le seguía a ella, no había definido la situación bien, por mi parte aún analizaba la situación.
"¿Y sí hay algún herido?" Aquel pensamiento me causaría remordimiento sí necesitaban la ayuda de algún médico y no tuve que pensar más.
Comencé la carrera, a máxima velocidad, ya que mis posibles compañeros me llevarían buena ventaja, pero tras unos cuantos segundos logré alcanzarlos. —Voy con ustedes.— Expresé al alcanzarlos, me adelanté un poco para definir un poco sus detalles faciales y tardé un poco más al ver a la rubia.
"Que linda..." Un ligero rubor se notó en mis mejillas.
—Soy Inoue Keisuke, ¿ustedes?— Me presenté mientras le seguía el ritmo al peliverde, quien parecía lideraría esta "misión"
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
¿Esperar? ¡Jamás! Koko siguió corriendo como si no hubiese escuchado nada, más que nada porque realmente quería asegurarse de que nada se saliera de control por allí arriba y lamentablemente todo parecía apuntar a que sí pasaría, a no ser…
—¡Venga! —Le respondió al chico que estaba descendiendo y se mostró más que dispuesta a seguir su camino.
Pero aquel otro que le había hablado previamente decidió soltar una sugerencia que hizo que Koko se ruborizase por unos segundos. «¿¡Por qué mierda no lo pensé!? » ipso facto, corrió cuesta arriba del mismo modo que el peli-verde con la intención de alcanzarle o de ser posible sobrepasarle. Cuanto antes llegasen al causante de tanto revuelo mejor.
Lo más curioso es que mientras ambos corrían cuesta arriba, un tercer shinobi hizo acto de presencia tomándose la libertad de presentarse incluso, parecía excesivamente tranquilo aunque la pecosa logró discernir un leve rubor en el rostro de aquel de Amegakure. «¡Jodidas las que me botan! »Fue el primer pensamiento que se le vino a la mente suponiendo que era lo que causaba tal cosa en el pelirrojo, pero eso era un detalle menor, habían cosas más importantes.
—Koko, ¡luego nos presentamos mejor! —Indicó claramente preocupada por lo que pudiera estar ocurriendo más arriba.
Mientras ambos corrían, Daigo pudo notar como un tercero empezó a seguirlos, pero no miró hacia atrás ni por un instante, no, ahora el peliverde solo podía mirar hacia el frente.
—Soy Inoue Keisuke, ¿ustedes? —Se presentó el recién llegado.
—¡Daigo, un gusto!
—Koko, ¡luego nos presentamos mejor!
Y así fue como, luego de aquella presentación acelerada, el recién formado equipo se dirigió a toda velocidad al lugar donde escucharon el rugido.
El pequeño atajo que habían tomado les ayudó a llegar rápidamente a un amplio corte donde encontraron a un enorme león blanco que amenazaba con atacar a un señor de mediana edad lucía una profunda herida de zarpazo en su torso.
—¡Atrás, atrás!
El hombre yacía en el suelo mientras se intentaba defender zarandeando un taburete con su diestra, aunque su improvisada arma no le fue de mucha ayuda, pues de un zarpazo el animal redujo el asiento a una simple pata de madera que el hombre seguía blandiendo cual sable para defenderse.
—¡Ayuda, maldita sea, que alguien me ayude!
El peliverde, al ver al hombre en peligro, corrió lo más rápido que pudo hacia su posición intentando sortear sin mucho éxito a la bestia, que saltó frente a Daigo, bloqueando el camino entre los chicos y el hombre.
Si querían ayudar a ese hombre, tenían que pelear primero.
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El par ninja se presentó: Daigo, el peliverde, y Koko la kunoichi. No dijeron nada más, por lo que me limité a guardar silencio y seguir el rumbo de la ruta al ritmo de los otros dos shinobis.
Tras recorrer unos cuantos metros al lugar indicado, la bestia no era nada más ni nada menos que un elegante león con pelaje blanco que yacía iracundo y demostraba su naturaleza salvaje al agredir a un señor que es encontraba al otro lado del camino, lo que más me llamó la atención y me preocupaba era la situación de la victima, tenía una herida en su torso y podría agravarse su estado de salud sí recibía más ataques como ese.El pobre hombre pedía auxilió despavorido mientras intentaba defenderse con los restos de una inutilizada silla, los objetivos estaban claros, rescatar al señor y minimizar al animal.
—Me encargo del hombre herido.— No obstante, Daigo salió corriendo como un torpedo con decisión para prestar su apoyo al herido. Como respuesta la pantera saltó encarando al shinobi y haciéndole frente que no daría su brazo a torcer tan fácilmente. Aproveché esta brecha que abrió el peliverde y realicé el sello del carnero con la siniestra, mi cuerpo parpadeo como sí de una ilusión se tratase y en un instante estaría del otro lado del peliblanco.
Técnicamente ahora teníamos rodeado al agresor, pero mi situación era diferente, porque mi idea era ayudar al hombre que sufría. —Tratemos de no llamar la atención y alejarnos lentamente.— Murmuré explicando el plan y con la intención de calmar al sujeto. —No se preocupe, pronto estará bien, no me encargaré de esa herida en unos minutos, pero mantenga la calma.— Repetí tratando de demostrar que la situación estaba bajo control.
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
Luego de las presentaciones y de correr un poco más, aquel grupo improvisado de shinobis llegó a la cima y se encontraron con una escena de lo más curiosa, un hombre tratando de mantener a raya a un hermoso ejemplar albino que lejos de sentirse intimidado por la silla o la pata de la misma, siguió como si nada.
Pero el color blanquecino de su pelaje era lo que más llamaba la atención de la rubia y lo que le trajo la idea de que tal vez no puedan darse el lujo de solo ir y matarlo, tal vez lo mejor justamente sería distraer a la fiera hasta que llegasen los samurái y se encargasen del asunto.
Lo más llamativo fue que tanto el peliverde como el pelirrojo ya habían hecho alguna intervención. El lado positivo fue que muy rápido el animal se centró en los shinobis así que… Si Keisuke actuaba adecuadamente podrían sacar al herido más fácilmente. Para ello Koko prefirió aportar a la distracción acercándose a Daigo.
—Intentemos no dañarlo mucho —indicó la kunoichi a su compañero.
Lo último que ella quería era ganarse un lío con los del Valle por haber matado un raro ejemplar como un león albino. Al menos para ella eran raros ya que literalmente era la primera vez que veía uno, ni siquiera en libros de la biblioteca Sakamoto aparecían de melena y pelaje blanco.
7/08/2017, 09:23 (Última modificación: 7/08/2017, 09:24 por Tsukiyama Daigo.)
La pequeña distracción no intencionada de Daigo dio resultado, permitiendo que Keisuke se lanzase a socorrer al herido y que Koko se posicionase a la izquierda del peliverde para que ambos mantuviesen a la bestia bajo control.
Ahora que todo el mundo estaba en su respectivo puesto, el papel de cada uno estaba tan claro como el agua. Mientras Keisuke curaba y cuidaba del herido, Koko y Daigo tendrían que ocuparse del animal.
—Intentemos no dañarlo mucho. —Sugirió Koko.
—Intentemos no dañarlo. —Respondió Daigo.
Entonces, las manos de Daigo se entrelazaron en una serie de tres sellos manuales y dos clones totalmente idénticos a él aparecieron a su izquierda y derecha. Dos clones que, aunque no podrían retener al felino, al menos deberían de confundirlo... por ahora.
Mientras ocurría la acción, Keisuke ya había llegado con el señor e intentó calmarlo mediante la palabra, pero aquel hombre estaba demasiado nervioso como para relajarse.
—¿Alejarnos lentamente? ¿Es que no me has visto? ¡No puedo alejarme lentamente!, demonios, si hubiera podido alejarme ya lo habría hecho. —Replicó el hombre, ignorando el hecho de que el chico tan solo intentaba ayudarlo—. Si puedes tratar esto, hazlo ahora, no creo que tenga unos minutos.
Mientras tanto, los clones del boxeador se acercaron con cautela a ambos lados del felino, intentando engañarlo y cerrar cada vez más el espacio que tenía.
Por favor, funciona...
El león, confundido y enfurecido, rugió con fuerza sin intimidarse si quiera un poco y atacó a ambos clones con sendos zarpazos que hicieron desaparecer a ambos clones en un pequeño "puf" de humo blanco.
Entonces, el león se avalanzó a por Daigo y Koko para atacarlos. Daigo preparó su puño para contraatacar e intentar reducir a la bestia, pero...
—¡Por favor! no hieran a Shiro... ¡Es lo único que tengo!
El peliverde desistió en su ataque y esquivó dando un paso rápido hacia su derecha, confiando en que su compañera pudiese evitar o bloquear el ataque con facilidad.
Vida
300/300
–
0
–
Vida
20/100
–
0
–
Vida
150/150
–
0
–
Chakra
80/80
–
0
–
Inventario:
Hitai-ate (Hombro derecho)
Daños previstos:
Hola, es la primera vez que hago de master en algo, así que, aunque un poco tarde, me gustaría pedirles paciencia si hay algo raro o si se me va la flapa en algún punto de la trama. Sin más que añadir, pasémosla bien ^^
PD: Usaré los stats y las técnicas de mi nivel anterior, pues no esta trama ocurre antes de primera ronda.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
—¿Alejarnos lentamente? ¿Es que no me has visto? ¡No puedo alejarme lentamente!, demonios, si hubiera podido alejarme ya lo habría hecho. —Replicó el hombre, ignorando el hecho de que yo solo intentaba ayudarlo—. Si puedes tratar esto, hazlo ahora, no creo que tenga unos minutos.
Ciertamente el afectado tenía razón y era que no me había percatado de la magnitud de su herida hasta que constaté el charco de sangre que estaba en el suelo y sus ropas, debía actuar rápido. —Lo atenderé rápidamente, necesito que colabore conmigo, mantenga la calma.— Para cuando expresé esas palabras ya me encontraba un costado de él, arrodillado a la izquierda de su dorso y con ambas manos apoyadas levemente en donde tenía la herida. Mis palmas empezaron a brillar con una luz tenue de color verdeazul.
El resplandor fue ganando potencia mientras pasaban los segundos, mi primer objetivo sería detener la hemorragia causada por las garras del león, pero también sentía la presión de la amenaza, en cualquier momento la bestia podía voltearse y arremeter contra mi o rematar al hombre.
—¡Por favor! no hieran a Shiro... ¡Es lo único que tengo!
"¿Es el dueño?" Seguí en mi labor, pero no me terminaba de cuadrar la situación, o él había hecho algo para que el león se enfureciera. —Mantenga la calma por favor, trate de no esforzarse.— Dije de la mejor manera posible para que él no se sintiera reprochado.
Seguí cumpliendo con mi labor de detener la hemorragia y causar una sensación de confort al herido, pero no con la guardia baja, sino que echaba un ojo a su agresor de vez en cuando para ver como estaba la situación. Sí Daigo y Koko decidían agredir a la pantera sería su decisión, por mi parte no contaba con nada para apresar al peliblanco, pero luego recordé el hilo shinobi que tenía, sería cuestión de mantener en condiciones estables al afectado y luego minimizar a la bestia.
PV:
130/130
–
CK:
120/140
–
-20
–
¤ Shōsen no Jutsu ¤ Técnica de la Palma Mística - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Iryō-Nin 30 - Gastos: 20 CK/turno - Daños: - - Efectos adicionales:
Recupera 24 PV/turno
(Iryō-Nin 80): Utilizando el doble de chakra ocasionará un colapso en el cuerpo del objetivo que le dejará inconsciente. Para este efecto necesita estar concentrado y sin interrupciones durante un turno entero.
- Sellos: - - Velocidad: Moderada - Alcance y dimensiones:
Cuerpo a cuerpo
(Iryō-Nin 60) La técnica puede utilizarse a una distancia de hasta un metro y medio del objetivo, sin necesidad de entrar en contacto directo con él. La curación se produce a menor velocidad, por lo que el objetivo sólo recuperará 12 PV por turno por el mismo gasto. No podrá producir colapsos de esta manera.
Esta técnica permite acelerar la velocidad de regeneración natural del cuerpo humano enviando chakra desde las manos del usuario, que se iluminan con una tenue luz verdosa, hasta la herida a sanar. Permite al ninja curar sin necesidad de equipamientos médicos o cirugía, por lo que es de gran utilidad en el campo de batalla. Puede usarse para tratar heridas externas e internas. Es vital emparejar con precisión la cantidad de chakra utilizado con la severidad de la herida, por lo que requiere de un preciso control del chakra, ya que enviar una cantidad excesiva de chakra en el cuerpo del paciente podría ocasionar un colapso en la circulación normal del paciente, ocasionando un estado comatoso temporal. Por esto, sólo unos pocos ninjas médicos lo suficientemente habilidosos son capaces de usar esta técnica. Sin embargo, sólo abarca heridas superficiales, por lo que las más graves apenas se verán afectadas.
Off: Bueno usaré las técncias y los stats de antes, pero ya usé el sunshin en el turno anterior xD no lo usaré más Q.Q
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
Que todo parecía más fácil cuando nadie ponía pegas en el trabajo, pero justo cuando el peli-verde y también ella se disponían a enfrentar a la fiera un grito les hizo recalcular absolutamente todo lo planeado. No podían simplemente ir y golpear al animal sin miedo, no podrían buscar el asustarlo en base a agresiones sino que tendrían que arreglárselas para entretenerle hasta que alguien más llegase ya que el hombre herido quería mantener al espécimen completamente intacto.
Koko estaba bien preparada para enfrentar al animal, había desenfundado su espada y se mostraba preparada para dedicarle un par de cortes al león cuando el grito del presunto dueño la hizo recapacitar.
«Mierda »Lo único que pudo pensar en ese momento en que se vio obligada a saltar a un lado y al tocar el piso rodar para no hacerse daño. Por suerte logró caer bien y terminó de cuclillas, lista para hacer algo más como… Guardar la espada que no le vendría bien para nada.
—¿Y ahora? ¿Tenemos que aguantarlo hasta que llegue alguien más? —Preguntó algo alterada a sus compañeros.
No le agradaba la idea de llevarse daños importantes por no poder defenderse adecuadamente de un animal.
Los cuidados de Keisuke consiguieron que el afectado se empezara a curar muy lentamente de sus heridas, deteniendo muy poco a poco la hemorragia.
Mientras tanto, Koko y Daigo consiguieron evitar el primer ataque del animal, que tan solo consiguió rasguñar el aire en su intento fallido por dañar a los dos genin.
—¿Y ahora? ¿Tenemos que aguantarlo hasta que llegue alguien más? —preguntó Koko, alterada.
—¡No lo sé, pero tenemos que alejarlo antes de que intente ir a por Keisuke! —contestó Daigo, que también estaba visiblemente alterado.
La bestia se mantuvo inmóvil y agazapada mientras observaba a los genin con cautela.
Después de aquellos segundos que parecieron años tanto para Daigo como para Koko, y para sorpresa de todo el mundo, aquella bestia se dividió en un pequeño "puf", revelando dos leones totalmente idénticos.
Esto es... ¿uno de esos animales que saben ninjutsu? Tengo que contárselo a Daruu si nos volvemos a encontrar luego de esta.
Sin más dilación, una de las bestias se abalanzó hacia Koko, mientras la otra intentaba atacar a Daigo.
Uno de ellos es un clon, así que uno debe de ser una ilusión, solo tenemos que concentrarnos en el verdadero y...
Entonces, Daigo se vio obligado a dar un paso rápido hacia atrás mientras inclinaba su torso en la misma dirección, todo para evitar un peligroso zarpazo que, por suerte, tan solo consiguió cortar el aire.
Fue cuando el peliverde sintió el viento provocado por el ataque del felino, que este se dio cuenta de que esta bestia era real.
Bien, si este león es el real, solo puede significar que el de Koko es...
¿Una ilusión? Nada más lejos de la realidad, pues si la kunoichi no era rápida de reflejos y reaccionaba a tiempo, pronto se daría cuenta de que aquella bestia era tan real como ella...
Mi luz se mantuvo lo suficiente como para poder ver los primeros cambios en el afectado, lento pero seguro, la herida había empezado a detener el sangrado, me sentí aliviado ante el progreso pero no por ello había cesado en mi tratamiento, en ese momento más que nunca seguía el resplandor verdoso que continuaría ayudando al dueño del león.
Trataba de no perder la concentración en ningún momento, pero el simple hecho de tener a una fiera a pocos metros de mi no me mantenía muy tranquilo que digamos, sí no fuera por la presencia de esos dos shinobis más que estaban apoyándome no sé que sería de la vida de su propietario, sobre todo porque el león atacaba ferozmente a los ninjas que intentaban retenerle.
"¿Qué?" Pensé incrédulo y volteé para rectificar lo que el herido acababa de decir, en efecto, ya no habían una, sino dos panteras blancas más, ¿habría una tercera fiera? El simple hecho de imaginarlo me hizo tragar en seco, un poco nervioso por la situación romí el enlace visual y seguí emitiendo chakra a través de mis palmas.
"Un poco más y podré ayudarlos chicos" Aunque mis palabras no llegarían a ellos me reconfortaba saber que el señor estaba saliendo de su estado grave y que en un par de minutos podría ayudarlos a minimizar al salvaje animal.
PV:
130/130
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CK:
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¤ Shōsen no Jutsu ¤ Técnica de la Palma Mística - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos: Iryō-Nin 30 - Gastos: 20 CK/turno - Daños: - - Efectos adicionales:
Recupera 24 PV/turno
(Iryō-Nin 80): Utilizando el doble de chakra ocasionará un colapso en el cuerpo del objetivo que le dejará inconsciente. Para este efecto necesita estar concentrado y sin interrupciones durante un turno entero.
- Sellos: - - Velocidad: Moderada - Alcance y dimensiones:
Cuerpo a cuerpo
(Iryō-Nin 60) La técnica puede utilizarse a una distancia de hasta un metro y medio del objetivo, sin necesidad de entrar en contacto directo con él. La curación se produce a menor velocidad, por lo que el objetivo sólo recuperará 12 PV por turno por el mismo gasto. No podrá producir colapsos de esta manera.
Esta técnica permite acelerar la velocidad de regeneración natural del cuerpo humano enviando chakra desde las manos del usuario, que se iluminan con una tenue luz verdosa, hasta la herida a sanar. Permite al ninja curar sin necesidad de equipamientos médicos o cirugía, por lo que es de gran utilidad en el campo de batalla. Puede usarse para tratar heridas externas e internas. Es vital emparejar con precisión la cantidad de chakra utilizado con la severidad de la herida, por lo que requiere de un preciso control del chakra, ya que enviar una cantidad excesiva de chakra en el cuerpo del paciente podría ocasionar un colapso en la circulación normal del paciente, ocasionando un estado comatoso temporal. Por esto, sólo unos pocos ninjas médicos lo suficientemente habilidosos son capaces de usar esta técnica. Sin embargo, sólo abarca heridas superficiales, por lo que las más graves apenas se verán afectadas.
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen Byakugo no In: Inicio 19/04/2018
Alejarlo de Keisuke, claro, sencillo si se trata de dos shinobis tratando de domar a un puto león en óptimas condiciones y que sabe el ninjutsu suficiente para crearse un clon totalmente creíble para atacar a varios al mismo tiempo.
—¡Su puta madre! —Chilló horrorizada la rubia al ver semejante demostración.
¿La verdad? A diferencia del peli-verde, ella no tenía ni la más mínima intención de averiguar si aquello era una simple ilusión o era un clon corpóreo, y ante semejante criatura lo más lógico que un genin haría sería…
«¡Corre, maldita gorda! »Lo hubiera dicho de no ser porque se había llevado tremendo susto y… Bueno, como el animal se lanzó hacia ella deducía que la iba a perseguir, así que correr era la mejor de las opciones y de paso se evitaba que la atrapasen.
— solo tenemos que concentrarnos en el verdadero y... —Había indicado el supuesto líder de equipo, pero una vez más, un león era una bestia temible a respetar, así fuese una kunoichi y tuviese las armas para darle muerte, no dejaba de ser un animal que podría darle muerte a una persona con tan solo un zarpazo y hacía falta una buena fuerza de voluntad para no asustarse de ver a un jodido león creando clones.
¤ Estado de Koko ¤
• PV:
160/160
–
• CK:
100/100
–
Inventario:
Bandana ninja [Cuello]
Portaobjetos básico:
Kunai x2
Hilo shinobi x1
Ninjatō [Espalda]
Me quedé pensando en cómo le pude plantar cara a un jodido león teniendo tan poca voluntad y bueno... Así está la cosa (?