Hacia poco tiempo que Rin se había enterado de que había un torneo en el país del fuego y tras mucho insistir a su maestro ambos partieron hacia allí, el viaje fue bastante largo y a pie, por lo que ambos acabaron bastante cansados, aunque para sorpresa del joven peliblanco su maestro aguanto mucho mejor el viaje. Rin quería participar en el torneo, pero como ya era costumbre su maestro no le dejo, a parte de que no llevaba invitación para hacerlo, Shu nunca había visto con buenos ojos aquello de que se celebrasen combates para entretener a un publico.
Tras mucho caminar se acercaron a la puerta, la cual pretendían atravesar sin mas, pero muy pronto los guardias les impidieron el paso, ambos debían identificarse y ninguno de los dos llevaba tarjeta de identificación, o al menos el rubio no recordaba haber cogido ninguna, al ver como los guardias les cortaban el paso, el maestro se coloco delante, mirándoles con tranquilidad y con los brazos cruzados a la espalda.
-La invitación por favor.-Dijo el guardia al tiempo que extendía su mano para comprobarla.
-Aquí esta.-Dijo el maestro tranquilamente, antes de extender su mano hacia el bolsillo y sacar de este la invitación al torneo.
- Esta bien,puede pasar señor, ¿El chico tiene?-Dijo el guardia tragando saliva, antes de dejar paso al anciano.
Viene conmigo, es mi asistente.-Dijo Shu con tranquilidad, justo después ambos entraron al lugar y comenzaron a andar a pasos tranquilos.
Ya dentro ambos dos se dirigieron hacia un pequeño hostal, el cual Shu conocía bastante bien, observaron las calles abarrotadas de gente, gran cantidad de dojos con distintos tipos de artes marciales, sin duda era el pequeño paraíso de el maestro y el aprendiz.
Tras mucho caminar se acercaron a la puerta, la cual pretendían atravesar sin mas, pero muy pronto los guardias les impidieron el paso, ambos debían identificarse y ninguno de los dos llevaba tarjeta de identificación, o al menos el rubio no recordaba haber cogido ninguna, al ver como los guardias les cortaban el paso, el maestro se coloco delante, mirándoles con tranquilidad y con los brazos cruzados a la espalda.
-La invitación por favor.-Dijo el guardia al tiempo que extendía su mano para comprobarla.
-Aquí esta.-Dijo el maestro tranquilamente, antes de extender su mano hacia el bolsillo y sacar de este la invitación al torneo.
- Esta bien,puede pasar señor, ¿El chico tiene?-Dijo el guardia tragando saliva, antes de dejar paso al anciano.
Viene conmigo, es mi asistente.-Dijo Shu con tranquilidad, justo después ambos entraron al lugar y comenzaron a andar a pasos tranquilos.
Ya dentro ambos dos se dirigieron hacia un pequeño hostal, el cual Shu conocía bastante bien, observaron las calles abarrotadas de gente, gran cantidad de dojos con distintos tipos de artes marciales, sin duda era el pequeño paraíso de el maestro y el aprendiz.