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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#46
Juro nunca había sentido miedo del poder que ahora había convocado. Tal vez fuera porque él, a diferencia de Ayame, no había vivido el horror de perder el control. Ni había sido subyugado por la voluntad del bijuu. Para él, activar las capas de chakra que su condición le otorgaba era símbolo de protección y de poder. Le había salvado la vida en dos ocasiones donde no las tenía todas consigo. Era lógico que en una tercera, motivado también por proteger a alguien, recurriera a ese recurso.

Por eso, tampoco pudo entender el reparo y la aversión que sintió Ayame al verle en ese estado. ¿No debía ser ella, de entre todos, la que más le comprendiera? No sería hasta más adelante cuando recordaría los episodios que la chica había tenido y que él mismo había presenciado.

En ese momento, desde luego, lo importante era la pelea que tenían delante.

Juro logró golpear, pero el monstruo era fuerte y resistente. No fue suficiente. Recibió un zarpazo que lo alejó antes de poder continuar la pelea cuerpo a cuerpo. Afortunadamente para él, el chakra de Chōmei le protegió y redujo el impacto del golpe (20 PV). Pero no del todo. Sintió un ligero dolor y supo que las garras habían traspasado la capa de chakra. Sintió ganas de rugir y lanzarse hacia él, pero se contuvo. En una pelea así, saldría perdiendo.

Mientras se erguía y comprobaba que la chica estaba bien (aunque él había pretendido ponerse a su lado para protegerla, solo había conseguido ponerla aún más nerviosa), el monstruo tomó la iniciativa y comenzó a realizar una técnica que podría acabar con ambos en unos segundos.

Maldijo por lo bajo. Se había prometido que acabaría con el monstruo antes de que recurriera a ella y ahí estaba otra vez, contemplando, inmóvil, como esa energía se acumulaba. Esta vez no llegaría a tiempo. No podía usar una técnica con la que combinar con Ayame, ni un veneno, por su estado actual. Se había quedado sin recursos al recurrir a aquel poder bestial. Invertir en poder y protección quizá no había sido una buena idea, al fin y al cabo. Lo único bueno (si es que había algo) es que esa bestia parecía tener un poder menor, o al menos, no acumuló tanto chakra como la otra.

Al tiempo que el monstruo lanzaba una Bijūdama, Ayame se adelantó y disparó una bala de agua. Pero no sería suficiente. Esa técnica era una bomba de destrucción. La traspasaría y luego los destrozaría a los dos.

Juro rugió y convocó cinco brazos de puro chakra que surgieron de su pecho, hombros y de sus propias manos y los lanzó de lleno contra la técnica. Se sentía asustado, por supuesto. Nunca había tratado de frenar un poder así por sí mismo. Pero debía hacerlo. Si lanzaba otra Bijūdama quedarían sepultados y la técnica de Ayame, al menos, podría debilitarla. Por eso, los cinco brazos esquivaron a la chica, que se encontraba entre la trayectoría de la técnica y Juro, y se lanzaron de lleno, a puñetazo limpio, para al menos frenar aquella monstruosidad.


PV:

240/250

-
10

CK:

0/220

480/500

-
100

El Shunshin no Jutsu no puede ser utilizado durante 2 turnos
Capa de Chakra (Versión 2) activada


Fuerza: 60
Resistencia: 70
Aguante: 70
Agilidad: 70
Destreza: 60
Poder: 70
Inteligencia: 50
Carisma: 40
Voluntad: 40
Percepción: 40

¤ Chakura no Ude
¤ Brazos de Chakra
- Tipo: Apoyo, Ofensivo
- Requisitos: Capa de Chakra (Versión 1 ó 2)
- Gastos:
  • 20 CK
  • 10 CK por metro adicional
  • 10 CK por división
- Daños:
  • 12 PV por contacto
  • 25 PV por golpe
- Efectos adicionales: -
- Velocidad: Rápida
- Alcance y dimensiones: Los brazos pueden llegar hasta los cinco metros de longitud
Esta es una habilidad que los jinchūriki poseen mientras se encuentran en su forma de capa de chakra. Pueden utilizar el chakra bruto de su bestia para formar brazos que pueden manipular libremente para atacar a sus objetivos y golpearlos a altísima velocidad. Las manos de estos brazos de chakra poseen afiladas garras, aunque parecen carecer de cualquier tipo de articulación, por lo que pueden realizar movimientos increíblemente flexibles que serían imposibles para cualquier tipo de extremidad normal. El usuario puede formar los brazos que él desee y pueden servir a otros propósitos, como garfios, para agarrar objetos o a cualquier enemigo desde la distancia o con fines ofensivos. El mero hecho de entrar en contacto con estos brazos causará dolorosas quemaduras. Debido a que el chakra está unido al cuerpo, estos brazos pueden crecer en tamaño o, dividirse para formar más apéndices o incluso transformarse en cuernos en aquellas bestias que lo posean.




25 PV/puñetazo (x 5 puñetazos) = 125 PV
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

...

Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
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#47
Choque de técnicas

Gebijūdama - 160 PV
Mizudeppō - 70 PV

Choque perdido. PV restante de la Bijūdama: 90 PV

(No añado el atributo de Poder porque el Gebijū no lo tiene y me parece injusto)

Una diminuta bala de agua contra un cañonazo de energía pura. Era como una lucha de un titán contra una hormiga, ¿cómo había podido pensar que podía ganar un enfrentamiento así? La hormiga se vio aplastada por su colosal oponente antes de llegar siquiera a él, evaporándose en una triste boluta de vapor. Ayame sintió el terror apoderarse de ella, ese escalofrío recorriendo cada centímetro de su piel en reacción a la energía en estado puro que estaba a punto de reducirla a cenizas. Durante un breve instante, lo que vio frente a sí fue a Kuroyuki, extendiendo su mano hacia ella...

Un bestial rugido resonó en sus oídos y, antes de que pudiera siquiera reaccionar, cinco brazos de chakra pasaron a ambos lados de su cuerpo y se lanzaron contra la Bijūdama como si intentaran reducirla a base de puñetazos...

Choque de técnicas

Chakura no Ude - 125 PV
Gebijūdama - 90 PV

Choque ganado. PV restante de los brazos de chakra: 35 PV

Y lo consiguieron. No fue el primero, ni el segundo, tampoco el tercero, pero el cuarto atravesó al fin la bomba de energía y terminó incluso golpeando al gebijū que se encontraba al otro lado. La bestia volvió a rugir, viéndose en las últimas, y entonces todo su cuerpo pareció recubrirse de una extraña energía anaranjada, similar a la de Juro pero, al mismo tiempo, muy diferente. Sus ojos inyectados en sangre se clavaron en Ayame durante un instante, justo antes de desaparecer de su posición y volver a aparecer frente a ella con las zarpas alzadas (42 PV por zarpazo). Pero sus garras recubiertas de aquella energía hirviente sólo golpearon una masa de agua que cayó al suelo con un chapoteo estrepitoso. La criatura giró su cabeza a un lado y a otro, buscando la presa que se le había escapado de entre sus zarpas y, justo cuando volvía a fijar sus ojos en Juro, se quedó paralizada en el sitio. Ocho espinas de agua habían surgido del charco en el que se había convertido Ayame, perforándole por diferentes partes e inmovilizándole en el sitio de forma momentánea.

¡Acaba con esto! —le gritó Ayame a Juro, a la desesperada.




PV:

19/350

-35 PV
-40 PV

CK:

250/350



[b]Técnica utilizada: -


PV:

183/275

-12 PV por quemadura
CK:

215/355

-50 PV
-48 CK


Técnicas utilizadas: Suika no Jutsu, Amenokami no Suishin (Primera evolutiva)
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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#48
Afortunadamente, llegó a tiempo.

Los brazos de chakra lucharon incansablemente contra el poder de la bestia, y, aunque parecía una batalla perdida desde el principio, lograron penetrar la brutal técnica. Lo que quedaba de su improvisada ofensiva logró incluso golpear a la bestia, aunque no fue suficiente ni de lejos para poner el punto final a aquella macabra batalla.

El marionetista sabía más que nadie que aquello tenía que terminar. Notaba sus reservas de chakra mucho más disminuidas que antes. Probablemente, si no fuera por el chakra que Chōmei le otorgaba, ya habría desfallecido.

Entonces, muchas cosas ocurrieron de golpe. La criatura, demostrando una habilidad que Juro nunca había visto, se recubrió en una capa de energía naranja. Con fuerzas renovadas, se lanzó a por Ayame, a una velocidad tan rápida que Juro temió por su vida. El chico ahogó un grito cuando vio como su compañera se deshacía en un charco de agua. Cuando una ofensiva surgió de la misma agua, Juro entendió que estaba bien y que había sido alguna clase de mecanismo de defensa para protegerse.

No había tiempo para preguntas. La chica había logrado algo que él no fue capaz de hacer antes: la criatura estaba inmóvil. Vulnerable.

¡Acaba con esto!

« ¡Con mucho gusto! »

La criatura en la que se había convertido Juro exhaló un potente bramido. Y entonces, una onda de chakra se propulsó contra la criatura. Rápida. Letal. El chakra puro de un verdadero Bijū, que desintegraría a la copia.

Solo cuando la técnica impactase en el monstruo y este cayera, Juro se atrevería por fin a liberarse de la capa de chakra que le protegía. Era una técnica poderosa, pero también un estrés para su cuerpo. El marionetista se arrodilló, jadeante, mientras trataba de recuperar el aliento. Sus garras volvieron a ser manos, su cabeza abandonó el casco y su cuerpo, aquella segunda piel. Era el mismo de siempre otra vez.

Se volvió hacia Ayame, preocupado.

— Está muerto, ¿verdad? — Entre jadeó y jadeó, trató de ver cómo se encontraba la chica. El golpe que se había dado antes no tenía buena pinta —. Ayame, ¿Estás bien? ¿Cómo están tus heridas?


PV:

240/250


CK:

0/220

453/500

-
27

El Shunshin no Jutsu no puede ser utilizado durante 1 turno


Fuerza: 60
Resistencia: 70
Aguante: 70
Agilidad: 70
Destreza: 60
Poder: 70
Inteligencia: 50
Carisma: 40
Voluntad: 40
Percepción: 40


¤ Capa de Chakra (Versión 2)
- Tipo: Apoyo, Ofensivo
- Requisitos: Ninguno
- Gastos: 27 CK por onda de chakra
- Daños:
  • 12 PV por contacto
  • 40 PV por coletazo
  • 40 PV por mordisco
  • 45 PV por onda de chakra
- Efectos adicionales:
  • Se accede a la reserva de chakra de la Versión 2
  • +20 a Fuerza, Resistencia, Aguante, Agilidad y Poder
  • Defensa de 20 PV
  • -20 PV/turno en caso de no controlar al bijū
- Velocidad: Muy rápida (onda de chakra)
- Alcance y dimensiones: -
El chakra del bijū se convierte en una forma humanoide que concede al jinchūriki una enorme ventaja en el campo de combate sin liberar por completo a la bestia. Usando el cuerpo del jinchūriki como una especie de endoesqueleto, una capa de chakra puramente verde y morada lo envuelve. Las manifestaciones físicas del correspondiente bijū que son apenas apreciables en la primera capa se vuelven mucho más nítidas en esta versión, reproduciendo una especie de versión de la bestia en miniatura: la masa muscular se incrementa, y la cornamenta y las colas están claramente definidos ahora. Aunque, dado que el velo de chakra se atañe a la forma del cuerpo de su jinchūriki, las características físicas de este son aún distinguibles.

Al entrar en la versión dos de la capa de chakra se produce una masiva cantidad de chakra que es capaz de formar cráteres por debajo de su cuerpo y destruyendo en el proceso cualquier tipo de restricción que pudiera haber estado impidiendo sus movimientos previamente. Nuevamente se incrementan sus capacidades y la capa actúa como una especie de protección frente a ataques externos.

Entrar en esta etapa, para un jinchuuriki que no ha controlado a su bijuu, significa terminar por cederle el control de su propio cuerpo. Durante este estado, el jinchuuriki no puede utilizar técnicas de su repertorio. A cambio, puede lanzar ráfagas de chakra muy poderosas y acceder a la técnica más destructiva de los bijuu: la Bijuudama.

En el momento en el que el jinchūriki le concede el total control de su cuerpo al bijū, su capacidad de distinguir entre amigos y enemigos se desvanece y atacará a cualquier cosa que se interponga en su camino hacia su objetivo. Esta forma acarrea numerosas consecuencias para el mismo jinchūriki también, ya que las propiedades corrosivas del chakra queman su piel. Las habilidades regenerativas garantizan que los daños se vayan curando, pero con el tiempo se va acortando su esperanza de vida por la masiva destrucción y creación de células. En el caso de que el jinchūriki controle a su bijū no sufrirá ninguno de estos daños, y se mantendrá consciente.

Para el jinchuuriki de Nanabi que no ha controlado a su bijuu, a medida que va perdiendo el control de su cuerpo, van creciendo en su espalda las tres últimas colas. De formarse la última cola, el usuario moriría y el bijuu saldría al exterior.


45 PV por onda de chakra
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#49
Afortunadamente, Juro no se hizo de rogar mucho más. Con un bramido que parecía salido de uno de los círculos más prufundos del infierno, exhaló una onda de chakra que se extendió a toda velocidad contra la criatura. Y aquel fue el último golpe de gracia que necesitaban. La voz del Gebijū se apagó con un último alarido de dolor y sufrimiento. La mirada de sus ojos sedientos de sangre se apagó paulatinamente y, finalmente, el peso de su enorme cuerpo se desplomó sobre las agujas de agua que le retenían y que terminaron deshaciéndose. EL charco de agua se escurrió por debajo de aquella mole y terminó formando de nuevo la figura de Ayame quien, aún temblando y apoyada sobre su espalda y sus codos en el suelo, se veía incapaz de apartar la mirada de aquella extraña criatura.

Está muerto, ¿verdad? —preguntó Juro, con su aspecto normal de vuelta.

Pero Ayame, aún muda por la impresión que acababa de recibir, sólo fue capaz de asentir.

Ayame, ¿Estás bien? ¿Cómo están tus heridas?

Ella se llevó una mano a la frente. Aún se sentía débil y mareada, la herida que se había hecho al chocar contra la roca aún sangraba, pero en aquellos instantes era lo que menos le preocupaba.

Cr... —Tuvo que carraspear un par de veces para recuperar la voz—. Creo que sí... N... No te preocupes, se curarán. Siempre lo hacen —Ya fuera por la influencia de la energía de Kokuō que se entremezclaba con la suya propia, o por su propia habilidad para sanar. Aún tambaleándose, Ayame se reincorporó y se acercó con temor al cuerpo de la criatura. Alzó una mano, temblorosa, y la enterró en su pelaje. ¿O eran plumas? No estaba segura de la respuesta—. Q... ¿Qué es esto?

«Una abominación. Algo que no debería existir.»

A Ayame le sobresaltó la irritabilidad de Kokuō. Podía sentir su rabia permeando en ella, poniéndole la piel de gallina. ¿Qué podía ser tan grave como para causar una reacción así en el Bijū?
[Imagen: kQqd7V9.png]
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#50
Cr...Creo que sí... N... No te preocupes, se curarán. Siempre lo hacen

Juro le dirigió una mirada cargada de preocupación, pero no se atrevió a decir nada más. No tenía vendas con las que ayudarla y, de todas formas, tampoco sabía muy bien qué hacer. Había visto como la chica se deshacía en agua, aunque suponía que su cuerpo era real, como el suyo. De no ser así, no estaría sangrando ahora mismo.

Se levantó otra vez. Las piernas también le temblaban por el esfuerzo. Logró ponerse a la altura de la chica, quien en ese momento estaba rozando el pelaje de la criatura que ambos habían asesinado.

Q... ¿Qué es esto?

Desconociendo el dialogo interno que la chica tenía en ese momento, Juro también contestó.

— Como te intentaba contar hace un rato, no es la primera criatura de esta clase que veo. No sé que monstruosidades les hará a estos animales, pero los transforma en algo horrible. — murmuro Juró. Él tampoco podía quitar la vista del cadáver —. Esto son muy malas noticias, Ayame. Si hay dos, existirán más. Y no quiero ni imaginar qué ocurriría si un ejército de esta clase de criaturas se lanzara contra una aldea.

» Debes reportarlo a Amegakure cuanto antes. Puede que no seamos los primeros en encontrarnos con estas cosas, pero cuanta más información tengan las aldeas, mejor.
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#51
Como te intentaba contar hace un rato, no es la primera criatura de esta clase que veo —intervino Juro, y Ayame se volvió hacia él con un brinco. ¿De verdad había visto a otras criaturas como aquella?—. No sé que monstruosidades les hará a estos animales, pero los transforma en algo horrible.

¿Te... te refieres a Kurama?

Kukuō, en su interior, hervía de ira. Y tal era la conexión que las unía, que Ayame los sentía como si fueran suyos propios. Kurama no sólo se había contentado con asesinar a uno de sus hermanos a sangre fría, sólo por no darle la razón; no sólo estaba entre sus planes sellar al resto de sus hermanos si se oponían a él... Ahora además experimentaba con animales, los perturbaba con su chakra y los convertía en auténticos monstruos. ¡Era imperdonable!

Ayame se llevó una mano a la frente, con un profundo suspiro. Intentaba serenarse, disociarse de los sentimientos de Kokuō. Pero eran tan ardientes que era difícil conseguirlo.

Esto son muy malas noticias, Ayame. Si hay dos, existirán más. Y no quiero ni imaginar qué ocurriría si un ejército de esta clase de criaturas se lanzara contra una aldea. Debes reportarlo a Amegakure cuanto antes. Puede que no seamos los primeros en encontrarnos con estas cosas, pero cuanta más información tengan las aldeas, mejor.

Tienes... Tienes razón —Ella asintió varias veces y comenzó a caminar hacia la salida de la caverna—. Intentaré también que avisen a Uzushiogakure y a Kusagakure, ya que tú... —Se interrumpió a mitad de frase, y se encogió de hombros. Juro, como exiliado, no tenía manera de avisar a los suyos. Tendría que asegurarse de que todo Ōnindo fuera consciente del problema que se les echaba encima. Ayame apoyó la mano en la pared de roca y se volvió una última vez hacia Juro—. Es una lástima que no podamos tener uno de esos sellos comunicadores entre nosotros para comunicarnos... Cuídate, ¿vale? Intenta no meterte en demasiados líos. ¡Ah, y practica el Bijūbunshin!

Dicho y hecho, y si Juro no hacía nada por detenerla, Ayame volvió a desplegar sus alas de agua y se perdió en la inmensidad del cielo del País de la Tierra, rumbo hacia el sur.

No había tiempo que perder.
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#52
Ayame lo observó, perpleja. Juro deseó poder habérselo explicado antes con más detalle, pero de todas maneras, la chica era lo bastante lista como para atar cabos. Kurama estaba amenazándolos de otra forma distinta y continuaba demostrando como se sentía superior a todas las especies de vida que no fueran él mismo.

Por supuesto que él también se sentía furioso. El terror que había sentido en su encuentro con esta clase de bestias se había disipado. Ahora solo quedaba un deseo de continuar con su misión para enfrentarse a él. Costara lo que costara.

Asintió, serio, a la pregunta de Ayame. La chica comenzó a procesar todo y entonces entendió la prisa que tenían.

Intentaré también que avisen a Uzushiogakure y a Kusagakure, ya que tú... — Mientras avanzaba a la salida de la caverna, la chica se interrumpió y Juro no pudo evitar sonreír. Él no había podido avisar a nadie del anterior caso precisamente por ese problema. Por ello, que estuviera Ayame con él había sido un golpe de suerte en todos los sentidos.

— Te lo agradezco mucho — dijo, de corazón. No sentía ganas de sonreír después de lo que había pasado, pero agradeció el gesto.

El marionetista la acompañó a la salida, porque no pensaba quedar ni un segundo más solo en aquella maldita caverna. Pero no hizo ademan de seguirla más allá. Ella se dirigía a un lugar concreto y él, a otro.

Es una lástima que no podamos tener uno de esos sellos comunicadores entre nosotros para comunicarnos... Cuídate, ¿vale? Intenta no meterte en demasiados líos. ¡Ah, y practica el Bijūbunshin!

— No te preocupes. Estoy seguro de que nos volveremos a encontrar . Y para entonces, podrás conocer a Chōmei en persona— Fuera destino o fuera suerte, no dudaba en que ocurriera. Y si pudiera ser pronto, mejor. De cualquier manera, ese día había logrado una cosa muy valiosa: una nueva aliada —. Vuelve sana y salva a Amegakure. No podemos dejar que ese estúpido zorro se salga con la suya.

Ayame desplegó sus alas y se desvaneció en el horizonte, dejando al muchacho solo y pensativo.

« Lo siento. Creo que esto no ha sido la reunión familiar que esperabas » — Al final, los hermanos no habían podido hablar. Había habido demasiadas interrupciones. Demasiado peligro.

« La suerte nos ha reunido, pero Kurama ha vuelto a intentar separarnos
Está visto que el gran y afortunado Chōmei no podrá ser libre hasta que no acabemos con él»

Está inusualmente serio. Pero lo entendía. También podía sentir sus emociones: alegría por ver a su hermana, pena por que el reencuentro haya sido tan corto, y, sobre todo, rabia. Él también estaba furioso.

— Kurama pagará por sus actos.
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