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Keisuke · 15/09/2017, 22:44

Afortunadamente el potente aquate del pez fue más que suficiente para despejar la vista de toda aquella basura humana, además dudé unos segundos pero nadie fue a socorrerles, hasta los momentos.

—Joder, por poco y nos las hacen. ¡Quién diría, que alguno de esos hijos de perra sabía usar genjutsu! y nosotros, seguramente; ninguno sabe usar el puto Kai, ¿verdad?

—Pues sinceramente pensaba que eran puros civiles...— Dije con franqueza, había sido un error por mi parte subestimar a mis rivales. —Y pues no... No lo sé.— Anoté mentalmente repasar mis lecciones de genjutsu y como salir de el.

—No sé, hemos tenido suerte de que el shuriken de Keisuke fuera a parar a donde no tenía que ir. Llámalo suerte, pero me parece que tenemos que salir de aquí y ya luego me encargaré yo de esos cabrones. Vayámonos, antes de que vuelvan a dar por culo.

—Sí, andando.— Caminé detrás del peliverde, miré a mis alrededores para ver sí había algo extraño pero aparentemente todo seguía en orden. Fue cuestión de minutos para hallar el sendero adecuado para volver a nuestras residencias.

...

—Nos vemos luego, Kaido.— Me retiré a mi habitación tras despedirme.

**Tsukiyama Daigo** · (Última modificación: 17/09/2017, 03:02 por Tsukiyama Daigo.)

Daigo se relajó y suspiró aliviado en cuanto comprobó que todos se encontraban sin un solo rasguño.

—Pues no, el genjutsu nunca ha sido lo mío, así que no me he molestado en aprender el Kai —dijo—. Pero tendré que aprenderlo ya, en verdad no quiero volver a caer en una de esas cosas...

—No sé, hemos tenido suerte de que el shuriken de Keisuke fuera a parar a donde no tenía que ir. Llámalo suerte, pero me parece que tenemos que salir de aquí y ya luego me encargaré yo de esos cabrones. Vayámonos, antes de que vuelvan a dar por culo. —Dijo Kaido y le pegó dos palmadas en la espalda a Daigo.

—Sí, andando.

No fueron necesarias más palabras para que el peliverde supiese que era su trabajo guiarlos hasta Sendoshi, al fin y al cabo en ese momento era el único que podía orientarse en el bosque para llegar a la capital.

—Yo os guío.

...

—Hasta luego Kaido-san, Keisuke-san —se despidió con una leve reverencia en cuanto sus caminos se tuvieron que separa en Sendoshi—. ¡Mucha suerte en tu combate!

Sin más el chico se marcharía directo a su habitación en Kitanoya a descansar el resto del día.

Definitivamente tendré que conseguir un buen manual de Genjutsu en cuanto reuna el dinero...