Otoño-Invierno de 221
Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Nivel
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3 |
Exp
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81 puntos |
Dinero
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500 ryōs |
Ficha de personaje
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Kaguya Koji Datos básicos
· Fecha de nacimiento: Tercer Hoyōbi de Descenso, 203 · Residencia: Kusagakure · Género: Masculino · Facultad personal: Ichizoku: Kaguya · Naturalezas del chakra: Fūton Descripciones
· Física: Koji es un hombre alto de entorno a un metro ochenta, esbelto, músculos desarrollados pero no marcados, de tez clara casi pálida. Tiene el cabello blanco nieve heredado de su abuelo, que siempre lleva recogido en una coleta que comienza en la mitad de la parte trasera de su cabeza y acaba a la altura de su cogote. Su pelo resalta unos grandes ojos azul-grisáceo. Bajo el ojo derecho tiene un fino corte que se realizó con el kunai de su abuelo. Sus labios, de un color un poco más intenso que el resto de su piel, son de un tamaño mediano y sobre estos tiene una pequeña nariz. Debido a su vestimenta, en la parte superior de su torso se puede apreciar una cicatriz de unos cinco centímetros que empieza en su clavícula izquierda y se dirige hacia el centro de su torso. Koji lleva un kimono blanco atado a la cintura por la bandana ninja de su aldea, la cual utiliza como cinturón. El kimono está adornado con dos botones en la parte media y superior del torso, los cuales permiten quitarse la parte superior y dejarla caer hacia la cintura para no rasgarlo con sus huesos. De parte inferior lleva unos pantalones sencillos de color negro y termina su vestimenta con unas botas bajas ninja de color oscuro. Esta vestimenta es usada debido a su bajo coste y facilidad de movimiento. Su mano predominante es la derecha, al igual que su pierna. · Psicológica: Koji es un chico dedicado debido a la tarea que le encomendó su abuelo la cual marco su propósito. Puede ser algo terco y sobre todo muy curioso. Al haber vivido toda su vida en un bosque sin contacto ninguno, suele sentir curiosidad por lo nuevo y esto a veces le produce algún que otro problema, sin embargo, y debido a la posición que tiene en su familia, además de la perdida de sus padres, es una persona cariñosa que no dudará en lanzarse en ayuda de sus amigos. Es respetuoso con el medio ambiente y muy tradicional. Atributos
· Nivel: 3 • Fuerza: 20 • Resistencia: 20 • Aguante: 20 • Agilidad: 30 • Destreza: 30 • Poder: 20 • Inteligencia: 20 • Carisma: 20 • Voluntad: 20 • Percepción: 20 • PV: 120 • CK: 100 Facultades
• Facultad personal (Kaguya): 30
Inventario
—Bandana ninja [En la cintura sustituyendo al cinturón] —Portaobjetos básico [2/10 objetos]
Méritos y defectos
¤ La naturaleza te lo da (Kusagakure)
Puedes caminar entre frondosas porciones de tierra y saltar entre árboles de selvas espesas más rápidamente que el resto. Te orientas mejor en un bosque que cualquier otro ninja. Los personajes de Kusagakure tienen desbloqueado este mérito de manera totalmente gratuita.
¤ Sueño ligero (coste de 1 punto) Puedes despertar inmediatamente ante la menor señal de problemas o peligro, sin vacilación o entumecimiento alguno.
¤ Inodoro (coste de 1 punto) Tu olor corporal es sutil, casi inexistente. Ningún humano o animal te puede detectar por el olfato, a no ser que tenga más de 100 de Percepción.
¤ Reloj interno (coste de 1 punto) A medida que observas tus acciones y las de tus adversarios en batalla, eres más hábil contando los segundos, los medios segundos, los milisegundos, y aumentas tu precisión. Este efecto es más acrecentado a medida que tu Percepción aumenta.
¤ Sentido agudo (vista) (coste de 1 punto) El usuario posee uno de sus cinco sentidos amplificado anormalmente de nacimiento, y por lo tanto podrá usarlo con un poco más de destreza que el resto de personajes. Debe especificarse el sentido aumentado. La agudeza del sentido es mucho mayor con una Percepción elevada.
¤ Defensor (coste de 1 punto) El ver a un aliado, un amigo, un compañero, un familiar o un amor estar en un peligro real... Te llena de determinación. Puedes lanzarte a ayudar a alguien querido a pesar de tu baja Voluntad. ¤ Compasión (otorga 1 punto)
No soportas ver el sufrimiento ajeno, y lo sientes como si fuera tuyo. Por tanto, no podrás acabar con la vida o herir seriamente a ningún rival (exclusiones permitidas en ciertos casos, preguntar a un master para más información). Este defecto tiene menos efecto si tu Voluntad es alta.
¤ Incomunicado (otorga 1 punto) El personaje ha vivido incomunicado del mundo exterior desde su nacimiento (los motivos se veran reflejados en la historia y pueden variar). A pesar de saber combatir, apenas conoce historia del entorno, asi como su geografia, los rangos ninja...
¤ La curiosidad mató al gato (otorga 1 punto) Sientes una terrible curiosidad por todo lo encerrado, prohibido u oculto, lo que a veces te lleva a cometer actos de imprudencia sólo para satisfacer esta manía de saber lo que hay detrás de todas las cosas.
¤ Familia pobre (otorga 2 puntos) Tu familia no dispone de ingresos suficientes para proporcionarte un equipo como shinobi, y comienzas con 0 ryos para repartir en la ficha. El gobierno de la villa te proporciona 2 kunai y un portaobjetos, además de la bandana. Extras
—Uno de los kunai que guarda en su portaobjetos es el kunai de hueso que le regaló su abuelo. |
Historia
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Prólogo
En el año 203, en lo más profundo del Bosque de Hongos vivían aislados del mundo exterior desde hace ya mucho tiempo, una pequeña parte del Clan Kaguya. Eran un total de veintitrés personas, aunque pronto serían uno más pues Ryuko, la mujer de Ichiro Kaguya, quien era el actual líder del grupo; estaba embarazada del que sería su primogénito. Pasaron los meses sin percances hasta que, en Ascua, Ichiro fue golpeado por la peor de las tragedias en una de sus cazas habituales. Un grupo de bandidos que estaban tratando de ocultarse lo sorprendió, y aunque éste trató de escapar para no revelar al grupo, fue malherido por un cuchillo que contenía un potente veneno y murió al poco tiempo en su casa. Ryuko, desconsolada, dejó de comer y esto hizo que a principios de Descenso y debido a la mala nutrición, tanto ella como el bebé empezaron a correr grave peligro, lo que obligó a Reiji, el padre de Ichiro, a tomar la decisión de forzar el parto aun faltando un mes para que este tuviera lugar. Sorprendentemente el niño nació sin complicaciones, aunque más débil de lo normal. Aunque debido a la falta de alimento y de fuerzas, Ryuko murió antes siquiera de poder ver a su hijo. Capítulo I: El sauce entre las hojas
Pasaron los años y aquel niño creció junto a su abuelo como padre, maestro y mentor, este le crió como si fuera su propio hijo y le dio el nombre de Byakkojin, aunque los demás miembros de la aldea siempre se referían a él como Koji o Yanagi. Durante el viento gris del año 206, Koji despertó por primera vez su Kekkei Genkai. Mientras jugaba en los árboles más bajos donde los pequeños pájaros hacían sus nidos, una rama se rompió y este cayó hacia el suelo, en modo de protectores sus radios se endurecieron y se hicieron apenas visibles por sobre su piel. Al revisar los huesos, Reiji se dio cuenta de que estos apenas estaban formados y que se habían fracturado con facilidad lo que indicaba la falta de experiencia en el control de estos. Debido a su joven edad, su abuelo no estaba dispuesto a que este aprendiese a controlar y desarrollar sus habilidades, pero los sabios, conocedores de las posibilidades de este y de las ventajas que suponía cada nuevo cazador a la hora de abastecerse, insistieron en que lo mejor sería enseñarle a usarlo para que estuviese preparado. Por su parte, Koji no quería hacer otra cosa que deambular por el bosque que tanto le encandilaba y perseguir a los pequeños animales que se ponían a su vista, y cuando Reiji cedió ante las demandas de los sabios y decidió enseñarle, Koji no parecía muy por la labor. • • •
Aliento nevado, Hoyōbi de la segunda semana
—Koji para de una vez y ven aquí un momento, ya te he dicho que a partir de hoy estarás conmigo. —Dijo el hombre con una voz cansada como si esta fuera la millonésima vez que entonaba esas palabras, cosa que no se alejaba demasiado de la realidad. —No quiero, quiero jugar con los pájaros, no me gusta jugar contigo, es aburrido y a veces duele. — Gritó con desánimo mientras se daba la vuelta en dirección a su abuelo. Tras decirlo, siguió corriendo tras los pájaros ignorando a su abuelo. —He dicho que vengas es necesario que entrenes con tu abuelo, luego podrás jugar. —Insistió como si supiese por adelantado que sucedería. Esta actitud rebelde que el joven tenía era ya la habitual para su abuelo, aunque por otro lado sabía que acabaría cediendo. —Ya te he dicho que no me gusta. —Dijo el muchacho mientras se daba la vuelta y daba un pisotón que hizo retumbar la rama del árbol. Reiji dio un salto rápido para alcanzar la altura de su nieto y le cogió de la camiseta como si fuera un gato. Aunque Reiji ya tenía sus sesenta y siete años aún era un hombre fuerte, su altura fácilmente alcanzaba el metro noventa y su peso podía rondar los ciento veinte kilos de músculo bien desarrollado debido a la dura rutina de ser un cazador en el bosque. En su rostro bien entrado en años, se percataban marcas del tiempo como arrugas y patas de gallo, pero lo que más llamaba su atención eran unos ojos azules junto con un pelo corto y blanco. Aunque el ninjutsu que utilizaba su familia era muy básico, puesto que todo había sido olvidado por el tiempo en aislamiento, aun se conservaban algunas habilidades útiles para el entorno que les facilitaban cosas del día a día, como desplazarse entre los frondosos árboles saltando de rama en rama. Además, debido a su constantes cacerías y persecuciones con animales, eran rápidos y sigilosos. También, gracias a su alta versatilidad a la hora de manipular sus huesos les permitían ir ligeros de equipaje ya que no necesitaban armas para cazar. —Si algún día quieres poder ayudar a los demás más te vale entrenar para volverte fuerte como tu abuelo. —El hombre rio a carcajadas, haciendo más que evidente su alta autoestima, mientras que caminaba hacia el asentamiento aun sujetando al chico. Koji frunció el ceño en señal de desaprobación, pero esto no duro mucho ya que pronto cambió su expresión por una más pícara. —Está bien, pero luego quiero que me lleves al arroyo —le recordó su nieto—. Me lo dijiste hace ya semanas y aun no me has llevado. El arroyo al que Koji se refería era un pequeño río que delimitaba de manera natural el fin del frondoso bosque donde habitaban y daba paso a una extensión de arboles bajos desde los cuales se podía ver las caravanas de gente pasar a lo lejos, cosa que a Koji le encantaba pues no conocía mas gente que la que vivía en su aldea. Para la mayoría de la aldea estaba prohibido ir al arroyo debido a la posibilidad de que fueran descubiertos por personas non gratas. Sin embargo, tanto los sabios como el jefe de la aldea podían ir siempre que quisieran ya que estos en algunas ocasiones iban allí para comerciar con los mercaderes de la ciudad, de este modo se aseguraban de no revelar su posición y se hacían con elementos que no podían obtener dentro del bosque. Su abuelo, harto de la insistencia del joven, decidió aceptar su petición. —Está bien, te llevaré, pero esta será la última vez, sabes bien que no podemos salir del bosque por nuestra seguridad y la de la aldea. —La cara de Koji reflejó perfectamente como este había conseguido su objetivo y aun conocedor del peligro no se retractó pues su curiosidad superaba por mucho a su miedo. Capítulo II: Una pelea inevitable
Primera flor, año 214, Raiyōbi de la cuarta semana Koji había cumplido ya los diez años y, tras haber recibido el entrenamiento de su abuelo, sus habilidades, aunque siendo inferiores al resto de sus compañeros de su edad, ya era capaz de moverse con fluidez hasta las copas más altas y era capaz también de generar protecciones en brazos y piernas para protegerse de caídas y golpes varios, aunque debido a su naturaleza pacífica no se planteaba la opción de moldear sus huesos en armas, además esta naturaleza ocasionaba que muchos días se saltara sus entrenamientos para irse a jugar con los animales del bosque. Reiji ya no sabía que hacer, era consciente de que su nieto un día debería estar a la cabeza, pero no tenía la fuerza ni el carácter para cargar con los deberes y decisiones de un líder. —Koji, es hora de tu entrenamiento diario. —Abuelo sabes perfectamente que no quiero seguir entrenando, quiero irme a jugar al bosque. —Todos los días igual, sabes que un día yo ya no podré guiaros y quiero que tú puedas hacerlo por mí, así que deja de gandulear y vamos —dijo con voz inquisidora—. Hoy intentaremos que afiles esos huesos. —¿Aun sigues con esas cosas? —dijo en voz baja, mirando hacia otro lado intentando evadir la mirada de su abuelo—. Ya te he dicho muchas veces que no me interesa usar un arma, no la necesito para nada. Reiji, molesto por el comportamiento de su nieto, alzó la voz: —¿Tampoco cazarás para tu aldea? ¿No alimentarás a los tuyos? —Pueden comer bayas o frutas, en el boque no falta comida, además, si tanto quieren carne que la cacen ellos. Reiji, irritado por las palabras de su nieto, decidió agarrarlo del brazo y propinarle un pequeño pero sonoro manotazo. —¡Ya basta! ¿Qué tipo de líder quieres ser si no te preocupas por tus compañeros? Más te vale empezar a tomártelo en serio, por mucho que seas mi nieto te falta carácter, honra a tus padres y sé un hombre. Koji tenía los ojos llorosos y su cara reflejaba un fuerte enfado. —¡Ojalá ellos estuvieran aquí, así no tendría que estar más contigo, estoy harto de hacer lo que me ordenas! —Gritó de espaldas a su abuelo mientras echaba a correr. Cuando Reiji quiso percatarse de la situación, su nieto ya se había perdido en la espesura del bosque, así que decidió salir corriendo en su busca, pero debido a los años que Koji dedicó a jugar en el bosque y a ocultarse de animales y de su abuelo, lo habían hecho casi imperceptible. Tras más de dos horas de búsqueda, Reiji estaba dispuesto a dar media vuelta pensando que tal vez su nieto ya había regresado, cuando una idea azotó su cabeza como si de un relámpago se tratase. —¡El arroyo! Salió corriendo hacia donde su cabeza le decía que estaría su nieto, deseoso de que sus temores no fueran más que una locura que había aparecido en su cabeza, pero no lo fueron, cuando cruzo la última línea de árboles del bosque vio clara la figura de su nieto a lo lejos. Koji estaba sentado en la orilla del arroyo mirando una caravana de comerciantes que transcurría cercana. Koji jamás había visto tal cantidad de cosas nuevas en un solo sitio, desde los carros hasta las ropas, pasando por todo un elenco de objetos y animales, todo era nuevo para él. Los ojos del chiquillo se llenaron de curiosidad, más de la que había sentido en años, todo lo del bosque era ya conocido para él, no había misterios ni nada nuevo que ver, pero el mundo exterior estaba frente a él, cargado de nuevas posibilidades, cosas que descubrir, lugares que explorar, gente nueva con la que hablar. Era tan increíble que no se había percatado de como su abuelo se había sentado junto a él, no salió de sus pensamientos hasta que la fuerte mano de Reiji se apoyó en su hombro. —A-Abuelo, ¿qué haces aquí? ¿Cómo me has encontrado?—Dijo como si se acabara de despertar. —Soy tu abuelo, claro que sé por dónde andas. —Dijo Reiji marcándose un farol. Koji vio como su abuelo se rascaba la cabeza antes de que este empezara a hablar de nuevo—. Así que ya los has visto, ¿no? Es raro verte aquí sentado, pensé que te habrías lanzado para intentar hablar con ellos. Koji volvió la vista al frente. — No te voy a mentir, lo primero que pasó por mi cabeza fue eso, pero entonces me acordé de todas las veces que me has dicho que permanecemos ocultos por el bien de nuestra gente, sé que está mal y sé que no debería ni pensarlo… Pero abuelo, el mundo de ahí fuera es enorme y yo quiero verlo todo. —Koji metió la cabeza entre sus piernas como si tratase de encubrir las lágrimas que ahora caían por sus mejillas—. No te preocupes, es solo una idea tonta, mañana ya se me habrá olvidado… —suspiró—. Después de todo no podemos salir del bosque. Reiji, sin palabras tras haber oído a su nieto, decidió ayudarle a levantarse y ambos volvieron al asentamiento sin mediar palabra. Durante el camino de vuelta Reiji iba en la retaguardia para poder vigilar si alguien les seguía, y mientras veía como su nieto saltaba de árbol en árbol cabizbajo no podía parar de pensar en sus ojos cuando lo vio allí sentado y como éstos se llenaron de lágrimas al decir esa última frase. Durante toda la noche, Reiji no fue capaz de sacar esos pensamientos de su cabeza Capítulo III: Una reunión inesperada
Primera flor, año 214, Tsuchiyōbi de la cuarta semana
A la mañana siguiente, Koji se despertó como si lo hiciera de un largo y mal sueño, pero sabía perfectamente que todo lo sucedido no era más que una realidad que debía olvidar. El joven escuchó en la puerta de su habitación los fuertes golpes que su abuelo le solía propinar todas las mañanas para que este, terco y perezoso en su despertar, empezase a abrir los ojos y se pusiera en marcha, aunque esta vez sonaron con más ímpetu de lo usual. Sorprendido, el muchacho alzo la voz y gritó: —¡Ya voy, ya voy! Tampoco hace falta que tires la puerta abajo. —Y rápidamente se vistió, temeroso de que una segunda ronda de golpes aun más fuertes le dejasen sin puerta. Salió de su habitación aun con las legañas en los ojos —. Buenos días abuelo, ¿se puede saber a qué vienen las prisas de hoy? No tengo entrenamiento hasta la tarde. Su abuelo sonrió. —Ya, pero tenemos reunión con los sabios dentro de cinco minutos y más te vale estar espabilado, tu futuro y el futuro de la familia dependen de ella. —Tras estas palabras comenzó a caminar y no paró por mucho que su nieto, extrañado, le pedía explicaciones. Al llegar a la gran sala, los sabios estaban sentados y les dieron paso a él y a su abuelo. Tras sentarse, la reunión comenzó con el portavoz de los sabios leyendo los puntos del día. —Primer y único punto del día, solicitud de Kaguya Reiji para que su nieto, Kaguya Koji, sea preparado como futuro enlace de la aldea con la villa vecina y con el mundo exterior. —Tras oír estas palabras, los ojos Koji se abrieron como platos y giró la cabeza tan rápido que por poco se parte el cuello. Dirigió la mirada a su abuelo el cual ya le estaba mirando con una sonrisa—. Tiene la voz Kaguya Reiji. Reiji se levantó y se acercó a los sabios. —Lo primero, buenos días, llevamos viviendo en lo profundo de este bosque desde hace ya tanto tiempo que ninguno de nosotros conoce nada más allá del arroyo, sé que esto se debe a las pasadas experiencias que hemos sufrido con el exterior, pero también se que este modo de vida no es el apropiado. Soy el primero que sabe los peligros del exterior, fui víctima de ellos hace muchos años, pero creo que ha llegado el momento de que salgamos a la luz y la forma más segura es preparar a alguien de los nuestros para que sirva de contacto entre dicho mundo y nosotros. Sé que aún es joven y que tiene mucho que aprender, pero propongo a mi nieto para cumplir dicha tarea, le prepararé para cumplir dicho cometido y una vez listo, irá a vivir a la villa cercana y aprenderá allí, escribiéndonos todas las semanas y volviendo de vez en cuando. —Reiji terminó de hablar y volteó hacia su nieto mientras los sabios hablaban entre ellos. Tras un rato discutiéndolo el portavoz se levanto apoyando sus brazos sobre la mesa. —¿Y cómo pretendes conseguir que la villa acepte a un extranjero así sin más? Reiji sonrió, viéndoselo venir. —Muy sencillo, hablaré con Hiro, uno de los comerciantes para que me permita acompañarlo a la villa y una vez allí intentare entablar contacto con alguien que escuche nuestro caso y nos pueda ayudar. —Tras oír esto, los sabios se levantaron y abandonaron la habitación indicando que debían deliberar en privado. Durante un largo rato Reiji estuvo mirando a su nieto sin dirigir palabra, e indicándole que mantuviese silencio cuando este intentaba hacerlo. Al volver los sabios el portavoz se dispuso a decir su decisión. —Tras pensar en los pros y los contras hemos llegado a la conclusión de que permitiremos que Kaguya Reiji sea el instructor de Kaguya Koji, y que si este se encontrase preparado el año de su decimoséptimo cumpleaños se le permitirá viajar a la villa como enlace entre nosotros y el mundo exterior, siempre y cuando Kaguya Reiji sea capaz de asegurar la seguridad de la familia. —Al oír la decisión de los sabios, y dando por concluida la reunión, Reiji hizo una seña a su nieto para que abandonaran la sala y una vez estuvieron lejos del salón Koji agarró a su abuelo y empezó a hablar con él. —¿Se puede saber a qué viene todo esto? Su abuelo soltó una sonora carcajada. —¿No querías ir a ver ese mundo exterior que tanto te maravilló? Pues te ofrezco una oportunidad —Koji empezó a saltar de alegría hasta que su abuelo levantó un dedo a la altura de sus ojos y le espetó—. Antes de celebrarlo tanto, he de decir que solo tendrás dicha oportunidad si yo decido que estás listo cuando llegue el momento, y no lo creeré así a no ser que sudes hasta la última gota que tengas entrenando. —Koji se detuvo de golpe, su abuelo lo había pillado con la guardia baja y golpeado donde más dolía, tendría que levantarse temprano y entrenar cada hora del día si quería que ese monstruo le considerase preparado. Trago saliva lentamente. —¡Pues empecemos cuanto antes! Si pierdo el tiempo dudo que lo consiga. —Su abuelo se quedó de piedra, ¿era ese su nieto? ¿Qué le había pasado? Esas preguntas tenían una sola respuesta: sus ganas de conocer el mundo exterior eran mayores incluso que su pereza y su pasotismo natural. Orgulloso, su abuelo rió de nuevo a carcajadas —Pues no perdamos más tiempo, te llevaré a tu nuevo campo de entrenamiento. —¿Nu-Nuevo? —Koji empezó a dudar pero se dio una palmada en la cara y siguió decidido a su abuelo mientras este seguía riendo. Capítulo IV: El día tan esperado
Despedida, año 219, Tsuchiyōbi de la segunda semana Habían pasado siete años desde el día en el que Koji había hecho aquel trato con su abuelo y este había entrenado duramente cada día desde entonces, su cuerpo era el de un chico de dieciséis años que, aunque más esbelto que el del resto de hombres de la aldea, dejaba ver perfectamente todo el tiempo que este había dedicado a entrenar. Tenía el pelo de color blanco, herencia de su abuelo, largo, recogido en una coleta que habitualmente empezaba a media altura de su cabeza y que le llegaba a la parte baja del cogote. Sus ojos eran de un color gris azulado y estaban bien entrenados para ver en la oscuridad del bosque, sus piernas, largas y firmes le permitían correr más rápido que cualquiera de sus compañeros y su estilo de combate había sido dirigido hacia el de correr y atacar, lo que junto con su habilidad para hacer florecer sus huesos más rápido que el resto, le permitía entrar y salir del combate sin arriesgarse demasiado. Además, fue capaz de despertar el elemento viento el cual comúnmente usaba para realizar ataques sigilosos con los que sorprender a oponentes de un grupo sin alertar a los otros de su presencia. Casi había llegado el año en que por fin cumpliría diecisiete y eso era algo que Koji le había dejado ya en claro a su abuelo desde el primer día del año. Después de casi dos semanas insistiendo cada minuto del día, por fin había pillado a su abuelo en la situación perfecta. Reiji y los sabios se habían reunido con el comerciante, sabía que esa era su oportunidad para que su abuelo le diese una respuesta definitiva. Era usual que Koji fuese a las reuniones con ese mercader, al fin y al cabo, sería el responsable de ayudarle a integrarse en la villa, ya le había explicado parte de la vida en la villa, pero había cosas en las que no podía ayudarlo debido a que el no era ninja. Una vez habían acabado las negociaciones, Koji vio su oportunidad —Bueeeno, este año es el definitivo, ¿verdad, abuelo? ¿Me ves preparado? —Koji sabía que en esa situación su abuelo debería responder, sobre todo con los sabios presentes. Su abuelo le miró de reojo y, dándole una palmada en la espalda, empezó a reír tan escandalosamente como siempre. —¡Como se nota que eres mi nieto! Siempre atacando en el momento oportuno. —Reiji intento evadir la pregunta, pero no pudo hacerlo después de ver como era blanco de las miradas de los sabios—. Has mejorado mucho estos últimos años y, viendo los notorios resultados, creo que sí estás preparado, por eso mismo hemos decidido los sabios y yo reunirnos hoy aquí con Hiro, ya que en unos días te irás con él para empezar tu nueva vida en la villa y dicho esto creo que es hora de finalizar nuestra reunión. —Tras escuchar estas palabras Koji decidió marchar en silencio hacia la villa reteniendo toda la alegría que sentía al escuchar la noticia. Al llegar a la villa, Reiji se reunió con su nieto a solas. —Ahora ya sabes que en unos días te irás a la villa, quiero que recuerdes todo lo que te he enseñado, pero sobre todo recuerda que aquí está tu hogar y tu gente, deberás velar por su seguridad incluso cuando no estés aquí. Koji comprendió que, tras muchos años en el bosque con su gente, dejaría de verlos cada día y aunque eso le ponía triste, sus ganas de conocer el mundo real no desaparecían . —Tranquilo, abuelo, aunque me vaya jamás olvidaré que vosotros sois lo más importante para mí y actuaré teniéndolo siempre en mente, habéis confiado en mí y no os fallaré. —Con esas últimas palabras se despidieron para que Koji pudiese empaquetar las pocas cosas que decidió llevarse. • • •
Al cabo de unos días el momento había llegado, Koji se había despedido de su aldea y su abuelo era el único que le acompañó al encuentro de Hiro. Al llegar al punto de encuentro Hiro les estaba esperando y antes de marchar con él, Koji se despidió de su abuelo con un abrazo, el cual, extendió sus manos en las cuales tenía un kunai hecho de hueso. —Como sabes en nuestro clan es costumbre que un padre regale a su hijo un kunai hecho con sus huesos al convertirse en hombre, sé que tu padre no podrá seguir dicha tradición, pero quiero que tomes este, para mí siempre serás mi nieto y quiero que lo lleves para recordarnos cada vez que lo veas. —Koji se echó a llorar en los brazos de su abuelo y este le miró y le indicó que era momento de irse. Koji se fue con Hiro y antes de partir miró por última vez al bosque que durante tantos años había sido su hogar. —¡Hasta pronto! —se despidió—. ¡Volveré para contaros todo lo nuevo que descubra! —Tras gritar esto vio como las copas de los árboles se movieron, Koji no supo si su familia había ido a despedirse o fue el propio bosque quien le decía adiós, miró una última vez a su abuelo antes de darse la vuelta y emprender rumbo a su nueva vida en Kusagakure. |
Técnicas del sistema
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Nº total de técnicas: 5/6 Habilidades: ¤ Negociador Habilidades: ¤ Control de los Huesos Técnicas: ¤ Yanagi no Mai ¤ Tsubaki no Mai Habilidades: ¤ Escalada Vertical ¤ Andar sobre el Agua Técnicas: ¤ Bunshin no Jutsu ¤ Henge no Jutsu Técnicas: ¤ Fūton: Toppa Habilidades: ¤ Shinobi Kumite |
Evolutivas
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Primera evolutiva (1-5)
Segunda evolutiva (6-10)
Tercera evolutiva (6-10)
Cuarta evolutiva (11-15)
Quinta evolutiva (16-20)
Sexta evolutiva (16-20)
Séptima evolutiva (21-25)
Octava evolutiva (26-30)
Novena evolutiva (26-30)
Décima evolutiva (31-35)
Undécima evolutiva (36-40)
Duodécima evolutiva (36-40)
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Técnicas alteradas
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Primer alterador (1-5)
Segundo alterador (6-10)
Tercer alterador (11-15)
Cuarto alterador (16-20)
Quinto alterador (21-25)
Sexto alterador (26-30)
Séptimo alterador (31-35)
Octavo alterador (36-40)
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