Kimi es una chica de piel oscura que tiene el ojo izquierdo morado, el derecho rojo y el pelo corto y negro, que no llega al metro cincuenta de altura. Eso no significa que no destaque entre la multitud, pues tiene algunos detalles que son muy difíciles de ignorar.

Debido a un accidente que le hizo perder su brazo derecho y ojo derecho, entre otras cosas, Kimi se ha visto forzada a reemplazar su brazo por uno protésico hecho completamente de metal, y su ojo por uno sintético que funciona igual que uno real. Además tanto el accidente como las cirugías posteriores le dejaron una enorme cicatriz en el abdomen.

Incluso cuando no está entrenando suele vestir un karategi blanco con un rayo azul, el logo del dojo Kaminari, grabado en la parte izquierda del pecho. También suele llevar una camiseta negra impermeable debajo y unas sandalias azules.

Kimi es diestra.

Kimi es la clase de persona que cree que en el mundo solo existen las cosas buenas y las cosas malas, y que aunque realmente existe una amplia escala de grises, siempre debemos mantenernos alejados de ellas. Por suerte, por la educación que le dio su padre adoptivo, siempre busca mantenerse del lado del bien.

En público, Kimi siempre intenta mostrarse calmada y digna, pero amable y amigable. Esto se debe a que sabe muy bien que sus acciones no solo afectan a su buen nombre, sino a la de Raijin, a la de sus difuntos padres y al dojo Kaminari. Esta presión le ha llevado a ser muy estricta consigo misma, aunque con el resto de alumnos del dojo es mucho más flexible.

Si hay algo que la defina, es que es de las pocas personas que siguen el código moral de su escuela de Karate al pie de la letra. Un código que en mayor o menor medida todos los estudiantes siguen, pero que para ella define todas y cada una de las decisiones que toma en su vida.

Su frase favorita es "hazlo todo como si el mundo entero te estuviera observando".

¤ Bendición de Amenokami (coste de 1 punto, gratis para Amegakure)

¤ Buena fama (coste de 1 punto)

¤ Código personal (coste de 1 punto)

¤ Ventaja genética (coste de 3 puntos)

¤ Cuerpo Sintético

¤ Exceso de confianza (otorga 1 punto)

¤ Adalid de la verdad (otorga 2 puntos)

¤ Venganza contra Dragón Rojo(otorga 2 puntos)

¤ Negado en "Shurikenjutsu" (otorga 2 puntos)

Todas las historias, sin importar de qué tipo sean, tienen que empezar y acabar en algún lado. En el caso de Kaminari Kimi, la suya no empieza siquiera en su nacimiento, cuando ese ni siquiera era su nombre completo, sino mucho antes.

El clan Minami es una rama del orgulloso clan Yotsuki venido de la antigua Kumogakure. Es un clan que, aunque pequeño, siempre ha sido muy respetado por su inquebrantable lealtad a Amegakure.

Minami Mika era la última heredera de dicho, una ninja talentosa como ella sola, de esas que solo se ven una o dos por generación. Era la clase de persona que simplemente no podía evitar destacar, y definitivamente destacaba, todo el tiempo. Solía hacer equipo con Kita Kenji y Kaminari Raijin, todos especialistas en taijutsu y unos amigos inseparables.

Los tres ascendieron a genin juntos. Luego fue Mika la primera en ascender a chūnin, seguida por Kenji. Para cuando Raijin consiguió su ascenso, sus amigos ya le habían superado de nuevo.

Al final, lo único que los pudo separar fueron sus propios niveles de habilidad, pues Raijin ni siquiera podía seguirles el ritmo a sus compañeros, que ya estaban liderando y tomando misiones cada vez más importantes.

Ya no eran compañeros de equipo, pero su amistad seguía siendo inquebrantable, y en el caso de Mika y Kenji, su amor. Minami Kimi nació no muchos años después. Durante ocho años enteros la cuidaron y la mimaron como la cosa más preciada de su vida, hasta que un día, de golpe, no volvieron a casa después de una misión.

Fue Raijin quien tuvo que explicarle a la pequeña que sus padres habían muerto de servicio, así como también fue él quien tomó la responsabilidad de honrar su amistad y cuidar de la niña, a la que no tenía nada más que ofrecerle que el Karate del que tanto se enorgullecía y todo lo que había aprendido durante su vida. Les sobraba el dinero y le enseñó a compartirlo con quien le faltaba, a decir siempre la verdad, a dar sin esperar recibir y a tenderle la mano a quien lo necesitaba.

Tardó algo de tiempo en acostumbrarse a su nueva vida con Raijin, a quien con tiempo acabó considerarlo también como su padre, pero nunca dio ningún problema, sino al contrario. Siempre ayudaba en el dojo Kaminari, donde Raijin enseñaba Karate y ayudaba a encaminar a todo aquel que necesitaba un camino, o que no tenía el dinero para poder pagarse nada más. Era algo que hacían como servicio a la comunidad.

Poco tiempo después, Raijin adoptó a una niña abandonada a la que bautizó como Chika, quien se convertiría, con algo de tiempo, en su querida hermana y compañera de entrenamiento.

No tardó mucho en ser reconocida, ya no solo como la hija de Minami Mika, sino también como la de Kaminari Raijin. Tenía una habilidad especial para el taijutsu y el ninjutsu, aunque nunca se interesó por ello. Solo pensaba en ayudar a su padrastro y a la comunidad, y la comunidad la reconoció por ello.

Pasados los años, llegó el gran Torneo de los Dojos, un fatídico día que la cambiaría para siempre, física y emocionalmente. Todo ocurrió de repente, explosiones, derrumbes... antes de darse cuenta ya había perdido a su padrastro, pero había visto a una persona que estaba a punto de ser aplastada por escombros y estaba demasiado asustada como para mover un músculo. Sin pensarlo dos veces, hizo lo único que podía hacer y la apartó de un empujón, siendo ella enterrada en los escombros en su lugar.

Podría decir que su cuerpo se movió más rápido que su mente, pero la realidad es que si pudiera habérselo pensado cien veces antes, cien veces habría hecho lo mismo.

Tendría que haber muerto ahí. Tendría que haberlo hecho, pero ni Raijin ni Chika se rindieron. Después de que su hermana la hubiese desenterrado con la ayuda de algunos ninja, Raijin gastó prácticamente todo el dinero que tenía en asegurarse de que Kimi sobreviviese. Hubieron muchísimas cirugías durante las que tuvieron que probar a crear órganos creados sintéticamente y prótesis que funcionaron de milagro.

Kimi estaba viva, pero destrozada, y su padre había perdido por completo la movilidad de una pierna. Durante un tiempo tuvo que reaprender muchas cosas, como utilizar su nuevo brazo de metal, pero eso no pareció serle impedimenta para terminar entrando a la academia junto a su hermana con un solo objetivo en mente: vengarse por lo que le habían hecho a ella, a su padre, y a tantas personas aquel día. Porque alguien tenía que pararle los pies a Dragón Rojo, o algo así podría volver a suceder.